Ministra, Elba Rosa Pérez Montoya

ACTO DE ENTREGA DE ORDEN CARLOS J. FINLAY  CORRESPONDIENTE AL AÑO 2016
Discurso de la Ministra Elba Rosa Pérez Montoya
21 DE ENERO DE 2017

Estimado José Ramón Machado Ventura, Segundo Secretario del PCC,
Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros
Olga Lidia Tapia Iglesias, Miembro del Secretariado del CC-PCC,
Ismael Clark, Presidente de la Academia de Ciencias de Cuba,
Fidel Castro Díaz-Balart, Asesor Científico del Consejo de Estado,
Secretaria General del SNTC,

Queridos miembros de la comunidad científica que nos acompañan e invitados:

Entre los actos que tradicionalmente realizamos para conmemorar el Día de la Ciencia Cubana, uno de los de mayor emotividad y significación es este en que, a propuesta del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, el Estado cubano reconoce, mediante la Orden Carlos Juan Finlay, a los hombres y mujeres de ciencia que de forma anónima y perseverante han dedicado su vida al desarrollo científico y social del país, algunos de los cuales han obtenido resultados de impacto para la economía y la sociedad.

En esta ocasión, realizamos el acto en el mismo lugar donde Finlay defendió con honor y valentía su tesis sobre el agente transmisor de la fiebre amarilla. En el mismo lugar donde el invicto Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz pronunciara sus preclaras convicciones acerca de la ciencia en Cuba y su papel en el futuro del país.

Su inagotable capacidad creadora y su dedicación a la investigación científica, como método permanente para la conducción del país, nos deja a los revolucionarios y patriotas cubanos un legado y una guía para llevar adelante, con firmeza y sin descanso, la obra revolucionaria en el terreno de la ciencia y la tecnología.

Hasta los minutos finales de su vida, Fidel estuvo conduciendo personalmente tareas e investigaciones científicas con elevado rigor y dedicación. Su ejemplo y sus enseñanzas seguirán siendo la guía para la formación de las nuevas generaciones de científicos cubanos.
 
Hoy le hemos entregado la Orden a un grupo de 29 compañeros y una institución que han hecho realidad esas convicciones y que se suman a los cientos que en el transcurso de los años han sido merecedores de un homenaje similar. Todos poseen una rica trayectoria revolucionaria y científica en los distintos campos que laboran y todos se destacan por su sencillez, por ser hombres y mujeres del y para el pueblo, del que forman parte.

Compañeras y compañeros:

El VII Congreso del Partido Comunista de Cuba confirmó el papel de la ciencia, la tecnología y la innovación en la actualización del modelo económico cubano y las Bases para la elaboración del Plan de Desarrollo Estratégico hasta el 2030. Nos corresponde a los hombres y mujeres de ciencia de hoy y de mañana, hacer realidad esas proyecciones.

Para lograrlo hay que trabajar con realismo, optimismo y confianza en que sí se puede y se podrá, si lo hacemos con convicción profunda de que sólo con un régimen social como el nuestro lograremos una sociedad próspera y sostenible.

Ahora más que nunca es imprescindible que el sistema de ciencia, tecnología e innovación CREZCA y se FORTALEZCA. Tenemos que convertirlo en un verdadero motor impulsor del desarrollo económico. No podemos esperar pacientemente a que nuestra economía interna genere espontáneamente “demanda por la ciencia”, la demanda de un nuevo producto o de la solución de un problema, pues el propio retraso tecnológico hace que no haya demanda de ciencia suficiente. Habrá que estimularla. Es la ciencia la que tiene que ejercer presión sobre el desarrollo económico. Hay que orientar la investigación y desarrollo hacia la creación del nuevo producto y hacerlo introducir conscientemente.

El aporte de la actividad científica al incremento del PIB sólo será posible en la medida que desarrollemos productos y servicios con alto valor agregado, cuando la palabra innovación deje de ser una consigna y todas nuestras investigaciones logren realmente cerrar el ciclo de investigación, desarrollo, producción y comercialización.

Hay que lograr la inversión social en ciencia, el desarrollo acelerado de las condiciones de trabajo y de la infraestructura necesaria para que la labor científica sea eficaz y motive más al investigador, al tecnólogo, sobre todo al personal joven que será la garantía de la ciencia cubana en el futuro.

Tenemos el deber de continuar creando una ciencia comprometida y revolucionaria frente al robo de cerebros, que se mantiene ahora bajo nuevas formas y mecanismos de actuación.

No debemos permitir que la presión urgente que tenemos por los desbalances actuales en los ingresos nos nuble la vista y no veamos que no es ahí donde está el problema de fondo.

Hay que continuar asegurando la estabilidad, completamiento, selección, formación, capacitación y rejuvenecimiento de los recursos humanos del sector; introducir nuevas formas de estimulación por el trabajo y al trabajador.

Requerimos, además, un modo diferente de hacer la ciencia, donde prime el verdadero enfoque multidisciplinario, las cadenas productivas, el cierre de ciclo de las investigaciones y donde la gestión intencionada de procesos, acreciente la innovación y el trabajo en equipo.

Sabemos que es una tarea compleja, pero estamos convencidos que podemos saltar cada obstáculo, como lo hemos logrado a lo largo de estos 58 años, guiados por los principios de integración y unidad de acción, que hoy son más necesarios que nunca.

Los condecorados son ejemplo de su permanencia en el sector científico por amor y compromiso con el trabajo que realizan. Para cada uno de ustedes constituye un deber ser espejo en el que se reflejen las nuevas generaciones de hombres y mujeres de ciencia y de pensamiento. No queda otra alternativa que asegurar que los más jóvenes ocupen nuestro lugar y alcancen mayores y mejores resultados en la ciencia y que estos estén a disposición de su pueblo y de su Revolución.

Ustedes, conscientes de haber consagrado su vida a una noble causa al servicio de la Patria, de la Humanidad según la concepción martiana, ostenten con legítimo orgullo esa medalla y honren su significado al hacer que nuestras producciones científicas y sociales contribuyan cada día más al desarrollo del país.

En nombre del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.


¡RECIBAN LAS MÁS CALUROSAS FELICITACIONES!
¡VIVA LA CIENCIA CUBANA!
¡VIVA FIDEL! ¡VIVA RAÚL!
¡VIVA EL SOCIALISMO!