Foto: Cortesía de BioCen/Tomada de Granma

Cuba sumó el miércoles un total de once días consecutivos sin fallecidos a causa del nuevo coronavirus. Indiscutiblemente, es un resultado que habla a las claras de la efectividad del protocolo de actuación que  sigue el país y también de las medidas en general asumidas en la Isla.

Dicho protocolo de accionar nacional se ha concebido para la prevención, control, y para al mejor manejo de los casos contagiados, así como para la protección de los trabajadores de la salud y de la población.

Las mejores experiencias científicas guían a los expertos del patio en el enfrentamiento al SARS-CoV-2, y ese accionar constantemente se actualiza con las más recientes confirmaciones de la ciencia y con la  experiencia que van acumulando nuestros científicos en general y el personal de la salud en particular.

Aun cuando no se ha descubierto una vacuna ni existe un tratamiento específico para enfrentar la Covid-19, a propósito de la significativa disminución de la tasa de letalidad en Cuba a causa del nuevo coronavirus, vale detenerse en algunos  de los fármacos empleados aquí con efectividad significativa en ese enfrentamiento.

Los más de 20 estudios clínicos que desarrolla el país apuntan sobre todo a medicamentos destinados a regular o potenciar la respuesta inmune.

Entre ellos se apunta la Biomodulina T. Se trata de un inmunomodulador biológico empleado por más de dos décadas en la práctica médica cubana que actualmente se usa en el tratamiento a infectados y en la protección preventiva a grupos de riesgo.

 

Biomodulina T
 

De procedencia totalmente natural, elaborado a partir de fracciones específicas del timo bovino, su accionar estimula la producción de Linfocitos t y fortalece la diferenciación de las células linfoblastoides del timo, una de las principales glándulas del sistema inmunológico.

Este compuesto inyectable producido por el Centro Nacional de Biopreparados (Biocen), se introdujo en el enfrentamiento a la Covid-19 a partir del 3 de abril, y su aplicación hoy abarca a más de 5 mil adultos mayores de 60 años, en centros de aislamientos para viajeros y en hogares de ancianos.

Otro de los fármacos es el Heberón (Interferón Alfa 2B Humano Recombinante). Su uso, sobre todo en formato de aerosol, ha impedido, según informaba el Minsap, que el tránsito hacia la gravedad de pacientes tratados con este compuesto, que elabora el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de conjunto con el Centro Nacional de Biopreparados (BioCen).

 

Heberón (Interferón Alfa 2B Humano Recombinante)
 

El Interferón, como resumidamente se le conoce, es utilizado de modo preventivo en personas vulnerables y también en enfermos de Covid-19, actuando como antiviral sobre todo en las etapas tempranas de la infección. Los interferones son moléculas que produce el propio organismo ante los ataques de virus y constituyen la primera respuesta del sistema inmune para combatir la enfermedad.

También destinado para potenciar el sistema inmune Cuba utiliza el Inmunopotenciador CIGB 2020,  de aplicación nasal y sublingual. Su finalidad es estimular el sistema inmune innato a nivel local, donde se encuentra la entrada del virus al organismo.

Dicho candidato vacunal se encuentra en fase de estudio con resultados promisorios por el CIGB, y prevén concluir la investigación a mediados del próximo mes.

Por su parte, el péptido CIGB-258 es otro de los fármacos que se agrega a la batalla para regular la hiperinflamación que se produce en etapas avanzas de la enfermedad.

Desde hace unos dos años se trabaja en su empleo para el tratamiento de enfermedades inflamatorias crónicas autoinmunes. Su utilización ya está en la fase dos de ensayo clínico.
 

La biotecnología es un puntal en la batalla cubana contra la Covd-19. Foto: Foto: Cortesía de BioCen/ Tomada de Granma
 

Para controlar la inflamación sistémica igual Cuba está empleando el Anticuerpo monoclonal anti-CD6 o Itolizumab,  inmunomodulador que se aplica  en etapas avanzadas de la enfermedad tributando a una elevada supervivencia en pacientes por frenar a tiempo las consecuencias de la tormenta de citocinas.

Este anticuerpo monoclonal humanizado, creado en el Centro de Inmunología Molecular (CIM), se desarrolló para el tratamiento de linfomas y leucemias. Es capaz de bloquear la proliferación y activación de los linfocitos T, comportándose como un inmunomodulador al reducir la secreción de un grupo de mediadores de la inflamación, que se conocen como citocinas proinflamatorias.

Los fármacos mencionados llevan la aprobación del Ministerio de Salud Pública y del grupo empresarial BioCubaFarma para tratar esta pandemia, y su favorable impacto ha sido destacado en más de una oportunidad por el presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez”.

No obstante la compleja situación del país a consecuencia del bloqueo económico y la Ley Helms Burton, impuestos por el gobierno de EE.UU., “el resultado científico alcanzado ha dado al país una visibilidad y un prestigio tremendo, como componente fundamental en el enfrentamiento”, asegura el presidente cubano.