Bailarina en la puesta en escena de Carmina Burana.

Los días 15, 16 y 17 de diciembre, la sala García Lorca del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso será testigo, por vez primera con coro y orquesta desde su creación en 2008, de la puesta en escena de la superproducción Carmina Burana.

El espectáculo, Premio Luna del Auditorio Nacional de México, acaba de presentarse por octava ocasión durante dos noches en ese teatro de la capital azteca ante veinte mil personas.

Con coreografía de George Céspedes para Danza Contemporánea de Cuba y dirección general del maestro Miguel Iglesias, para su estreno en la Isla participarán la Orquesta Sinfónica Nacional y los coros Nacional e Infantil, bajo la dirección de Enrique Pérez Mesa y Digna Guerra respectivamente.

Además, se unen a la puesta la soprano Milagros de los Ángeles, el barítono Ulises Aquino y el tenor Harold López Roche.

Según el diario El Universal, uno de los más leídos en México, la danza de la compañía cubana “era extensión de la música: giraban y levantaban los brazos, se abrazaban o soltaban, caían al suelo de golpe o flotaban por unos segundos en el aire, de acuerdo a los sonidos que nacían debajo de ellos o por encima”.

Una producción apabullante es Carmina Burana, donde danza, música, canto, videos, luces y escenografía, se unen para crear un ambiente indescriptible.

Una coreografía bien pensada para traducir la partitura mayor de Carl Orff, basada en 24 poemas escritos por goliardos entre los siglos XI y XIII, que intimidaría a cualquier creador. Sin embargo, Céspedes asumió el reto y supo homologar las diferentes sensaciones e ideas trasmitidas en poemas y música. No se vino a menos y regala una pieza contundente que nos acerca a un recorrido íntimo por la humanidad, su desarrollo social, las destrucciones y creaciones que ha provocado, y un mensaje de alerta.

“George domina la reflexión en torno al espacio y por eso su propuesta resulta tan atractiva. Es una escenografía viviente donde nadie sobresale por encima de otro, todo es una cadena de colaboración”, aseguró Miguel Iglesias, director de DCC y de la puesta al diario Milenio.

Se unen Danza Contemporánea de Cuba, la Orquesta Sinfónica Nacional, el Coro Nacional, el Coro Infantil y solistas de lujo, para regalar al público cubano una producción monumental.