Sistema de Casas de Cultura

Si existe una institución en Cuba que desde sus inicios ha apostado por la defensa de las manifestaciones más autóctonas y comunitarias es el Sistema de Casas de Cultura.

Fundado en 1978 por el Doctor Armando Hart Dávalos, entonces ministro de Cultura, el hoy Consejo Nacional de Casas de Cultura ha contribuido durante estas cuatro décadas al enriquecimiento cultural de la población sobre la base de los principios de la participación social.

Con el apoyo incondicional de aquellos primeros instructores de arte, quienes llegaron hasta los más disímiles parajes de la geografía nacional para animar, orientar y fomentar las aptitudes de los artistas aficionados a favor de las comunidades, surgieron las primeras Casas de Cultura en el país, las que en poco tiempo se multiplicaron en cientos de esas instituciones, que con el paso de estos 40 años se convirtieron en el hogar de miles de niños, jóvenes y adultos.

Así en las comunidades de toda la Isla existen espacios donde sus habitantes pueden desarrollar sus aptitudes artísticas en talleres de creación de las diferentes manifestaciones.

San Juan Camagüeyano

De esta forma las Casas de Cultura también trabajan por el rescate de los barrios así como en la estimulación en la conservación de los grupos portadores de la cultura popular tradicional.

Y desde hace 4 décadas cuando nacía el Sistema Nacional de Casas de Cultura, se apostaba con esas instituciones, para que se convirtieran en puntos irradiadores de un arte comunitario. Y en estos años han logrado descubrir, educar y potenciar el talento que yace en las localidades.

Instructores de audio

Estos centros no solos potencian el talento sino que promueven un conjunto de eventos en los diferentes territorios, convirtiéndose en verdaderas fiestas culturales de referencia nacional. Entre ellas podemos citar la Fiesta de los Orígenes en Matanzas, el Festival de Teatro Olga Alonso en Sancti Spíritus, la Feria Nacional de Arte Popular en Ciego de Ávila, el San Juan Camagüeyano, la Jornada Cucalambeana en Las Tunas y la Fiesta a la Guantanamera.

Aunque se celebran 40 años, realmente no hace falta un aniversario para que todos los cubanos apreciemos y valoremos este espacio de encuentro con la comunidad, con el arte y con el crecimiento espiritual.