Ballet Nacional de Cuba

Con el virtuosismo y la elegancia que caracteriza al Ballet Nacional de Cuba se presentó, en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, la temporada Prólogo para una tragedia, con 40 años de estreno, Celeste y escenas del acto dos del Lago de los Cisnes.

Engalanando el escenario con un vestuario rojo y blanco, Prólogo para una tragedia, inspirada en Otelo, el moro de Venecia, teatro de William Shakespeare, los bailarines con emocionantes movimientos representaron la pasión, la intriga y la traición característica de esa obra.

La música de Johann Sebastian Bach coordinó a la perfección con el trabajo coreográfico de Brian McDonald.

Con el magistral desempeño de Patricio Revé, como Otelo, y Sadaise Arencibia, Desdémona, la pieza nos traslada a las fiestas de bodas en que se tejen los conflictos que desatarán el trágico final de los personajes.
Actuación y danza en el Gran Teatro de La Habana

Con un trabajo más contemporáneo se posicionó Celeste, coreografía de Annabelle López Ochoa, quien hizo gala de sus excelentes dotes artísticas para crear una obra abierta a interpretaciones.

La pieza exhibe a 3 bailarinas que danzan en un cielo oscurecido por la noche, representado por las viriles figuras de 10 bailarines y está inspirada en el Concierto para violín y orquesta en Re de P.I. Chaikovski.

El vestuario, a cargo de Dieuweke van Reij, transmitió, junto a las bailarinas, las distintas facetas de la estrella, por momentos brillaba fuerte y otras veces más tenue, pero siempre con una delicadeza infinita.

El desempeño de Ginett Moncho, Claudia García y Chanell Cabrera mostró a los espectadores un mundo mágico lleno de dinamismo y excelentes técnicas danzarias.