La moda

Estamos en la era da la información y la tecnología, siempre contacto con lo que pasa en el mundo. Ese contacto implica que recibimos diariamente mensajes sobre cómo debemos ser, sobre cuáles son los cánones de belleza.

Es un bombardeo constante con imágenes de “cuerpos perfectos”, hasta el punto de cuestionarnos si estamos a la altura. No queremos mirarnos en el espejo, las fotografías están mediadas por el uso de editores o aplicaciones para quitar “lo feo” de nuestro cuerpo.

La moda, las presiones sociales, las comparaciones, hacen que muchas veces no estemos contentos con lo que la madre natura nos dio.

Moda y cuerpo

El cuerpo, podemos verlo como el lugar que nos da una entidad física, permitiéndonos actuar sobre el mundo externo. El cuerpo es sin dudas una de las partes más que importante de nosotros, pues junto a las emociones y los pensamientos forman un todo, que nos diferencia del resto.

Muchas veces los cánones de belleza actuales y la percepción errónea de lo que es la salud nos lleva a no estar satisfechos con esa cáscara que nos envuelve.

Los medios de comunicación, y la sociedad tienen tanto poder como para lograr que una joven deje de comer para parecerse a una modelo o que un chico se lo pase en el gimnasio levantando pesas y utilice ciertas sustancias para ser tan atractivos como los actores de la gran pantalla.

Sin embargo, podemos decir que el significado de belleza es relativo y la historia demuestra que se ha ido modificando con el tiempo. Por ejemplo, en el Renacimiento las mujeres más hermosas eran las que en la actualidad necesitan tallas especiales. En la cultura árabe, las chicas demasiado delgadas no eran las más buscadas para casarse. Y como estos se pueden citar decenas de ejemplos.

No es que no queramos lucir mejor, es que no podemos hacer de eso el centro de nuestras vidas, que no pongamos en riesgo la salud; que cumplir con los cánones de belleza no se convierta en un trastorno que afecte nuestro estado emocional.

Acepta tus formas, tus irregularidades, tus relieves y tus tamaños. Recordemos que no somos solo el envase, también cuentan los pensamientos, las ideas y las emociones.