Eusebio Leal

El historiador de La Habana, Eusebio Leal, recibió hoy en Santiago de Cuba el reconocimiento de Hijo Ilustre de la ciudad y el Premio Internacional Casa del Caribe, en virtud de su inmensa obra intelectual y humana.

El presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular, Raúl Fornés, elogió la trayectoria vital del estudioso, que lo ha convertido en referente obligado para la conservación del patrimonio nacional y la historia de Cuba, con estrechos vínculos con las personas que habitan esos ámbitos y en particular en esta urbe.

El director de la Oficina del Conservador de la Ciudad, Omar López, valoró que la experiencia del trabajo de Leal en La Habana Vieja y otros espacios del centro histórico capitalino deviene una de las más significativas del desarrollo humano local en el país, con su cualidad de irradiar humanismo revolucionario.

Por su parte, Orlando Vergés, director de la Casa del Caribe, aludió a los lazos entrañables entre el condecorado y el fundador de esa institución, Joel James, que favoreció la formación de arqueólogos en esta ciudad y otras orientales, además de sus aportes para entender esa síntesis del mundo que es el ser caribeño.

En sus palabras de agradecimiento, el Historiador de La Habana se remitió a sus recuerdos de la relación con la ciudad y a las vivencias del recorrido desde la capital al oriente cubano, fuente nutricia de tantos acontecimientos históricos trascendentes y fuente de luz como atributo de la naturaleza.

Como una página imborrable en su existencia se refirió a la gloriosa responsabilidad de pronunciar el discurso central de la ceremonia del 10 de octubre del 2007, cuando fueron colocados en sus nuevos sepulcros el Padre y la Madre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes y Mariana Grajales.

Recordó que la Universidad de Oriente lo declaró también hijo ilustre, junto al músico Electo Silva, entrañable amigo que dio a la Sala Dolores el consuelo de la voz humana.

'Vientre de la Patria' llamó a esta urbe, que siempre ha considerado como suya, donde nacieron tantos próceres y tuvieron lugar hechos determinantes en el devenir cubano.

La ceremonia, que reverenció a uno de los más queridos hijos del pueblo cubano en la atmósfera emotiva y expectante que caracteriza esos actos protagonizados por él, transcurrió en el Salón de los Vitrales de la Plaza de la Revolución Antonio Maceo, insertada en la XXXVIII Fiesta del Fuego.