Luis Enrique (Kike) Quiñones

La Habana, 11 jul.- El Festival del humorismo en Cuba con categoría nacional, Aquelarre, conquista hoy al arte de hacer reír, con lo cual cumple el axioma de amor con amor se paga, válido para cualquier ámbito de la vida.

De acuerdo con el director del Centro Promotor del Humor, Luis Enrique (Kike) Quiñones, en entrevista exclusiva con Prensa Latina, la importancia del Aquelarre radica precisamente en hacer una curaduría que respete el criterio de los públicos, pero también la opinión de los especialistas.

Son ellos, como jurados y expertos, quienes seleccionan un tipo de obra para darle referentes a los públicos, destacó el humorista.

Al aludir a los tipos de espectáculos, Quiñones dijo no estar de acuerdo con ciertas categorías como la de humor inteligente o en sentido contrario, la de limitado o ineficaz.

La condición de inteligente no me gusta mucho, porque el humor necesita pensamiento, elaboración; y por otra parte, vimos en el evento teórico cómo hubo una separación significativa entre lo cómico y lo humorístico, precisó.

Dijo un filósofo alemán que el humor es lo sublime en lo cómico, por tanto, esta manifestación representa el arte y lo cómico, la cotidianidad; no cualquiera puede ser humorista, señaló el actor.

Quiñonez refirió el momento en que considera se encuentra esta expresión, la cual, como el resto de ellas, posee vanguardias, pero también, lados menos prominentes y lugares oscuros.

Considero que quienes marchan en esa cuerda de las vanguardias artísticas siempre van un paso adelante, y aunque por lo general involucran a menos personas en su membrecía, continúan siendo la avanzada de un movimiento, reiteró.

En Cuba disfrutamos de un gremio humorístico con muy alto nivel, quizás con un segmento más visible que otro en cuanto al gran público se refiere, pero en definitiva de vanguardia, concluyó el actor y director artístico.