DE LA TELEVISIÓN: ¿Y por fin el sábado?

Este verano, Cubavisión logró armar una tira coherente para la noche de los sábados, aunque las demandas no están satisfechas del todo.

Ojalá que dure, ojalá que no haya que regresar a los conciertos sin orden ni concierto después del Noticiero, ojalá que Cubavisión logre consolidar la actual tira de los sábados en la noche… y ojalá que la mejore.

Después de tantas y tantas demandas por fin hay musical, y al menos por ahora, serie dramatizada. Después Teleavances, y para cerrar, las películas. Así, de manera general, no parece desacertada la propuesta… aunque analizando espacio por espacio está claro que las demandas todavía no están del todo satisfechas.

De amores y esperanzas, la teleserie que se transmite a las 8:30 p.m., parece haber conseguido un público fiel, atento a los casos y situaciones que debe enfrentar un equipo de abogados y otros trabajadores de un bufete.

Hay peripecias, hay mucha tela para cortar en el argumento: temas polémicos y llamativos: violencia en diferentes ámbitos y con disímiles incidencias, desencuentros y conflictos familiares, disfuncionalidades múltiples… a lo que se suman los altibajos de las relaciones personales y del amor.

De amores… despliega varias tramas de fuerza dramática y particular interés humano, consigue implicar y por momentos conmover. Pero no logra escapar de cierto aire didáctico y de un evidente maniqueísmo en el desarrollo de algunos personajes, particularmente de los antagonistas…

Personajes de Amores y esperanzas

Las historias se resienten, es como si faltaran matices, equilibrio. Hay enjundia, pero falta a veces pericia para dosificarla. Los diálogos, por ejemplo, suelen ser demasiado retóricos, poco naturales. Uno puede llegar a notar el esfuerzo de los actores a la hora de decirlos… y a veces ni la profesionalidad alcanza.

Por suerte, el casting es bastante acertado y los intérpretes lucen casi siempre comprometidos con sus tramas.

Plausible (al menos mucho más plausible que la generalidad de las producciones cubanas de dramatizados) es la puesta en pantalla. Hay una corrección más que notable que llega a exhibir cierto vuelo en la fotografía (aunque a veces se extraña más intencionalidad y búsqueda), la ambientación, la edición, la musicalización…

Está visto: se puede hacer en Cuba teleseries dignas (en cuanto a factura), es cuestión de rigor y deseos.

AL FIN SÁBADO

Nadie puede poner en duda las credenciales de Gloria Torres, directora de algunos de los mejores programas musicales de la Televisión Cubana. Pero Al fin Sábado no exhibe la solidez de algunas de sus propuestas anteriores, fundamentalmente porque no parecen claros las pretensiones ni el concepto del espacio.

Con el devenir de las semanas se han ido “corrigiendo” algunas debilidades, pero la propuesta no acaba de cuajar: hoy por hoy es una consecución de números musicales, aderezados por algún que otro juego de participación y puntuales “reportajes”; pero falta una columna vertebral que otorgue coherencia.

AL FIN SÁBADO

Hay cierto caos en la dramaturgia que las intervenciones del conductor no alcanzan a atajar. Y el esquema en general resulta bastante desactualizado.

 La calidad del sonido, notable en las interpretaciones de los grupos musicales, es casi siempre deficiente. El decorado (la directora siempre ha cuidado ese apartado) es glamoroso, pero el tamaño del set aconsejaría menos elementos; por momentos parece abigarrado.

Lo bueno de Al fin Sábado es que el equipo luce preparado para permanecer… y por tanto, no parece remiso a los cambios. Aquí hay potencial, ojalá se aproveche.