Participa Cuba en la XXII edición de la Trienal de Milán

Milán, 1ro ago.- Medio siglo después de su participación en la Trienal de Milán en 1968, Cuba regresó con un pabellón propio a esta prestigiosa exposición internacional del diseño y la arquitectura, que vive su XXII edición.

Arte y Revolución: las Escuelas Nacionales de Arte de La Habana se denomina la muestra que aborda el surgimiento, desarrollo, estado actual y perspectivas del proyecto ideado por Fidel Castro y realizado por los arquitectos Ricardo Porro (1925-2014), Roberto Gottardi (1927-2017) y Vittorio Garatti (1927).

A través de la combinación de fotografías y materiales audiovisuales con historias contadas por estudiantes y profesores del centro, devenido hoy Universidad de las Artes, se puede apreciar el valor de la obra iniciada en 1961, la cual a pesar de su interrupción en 1965, fue y, sigue siendo, forja de talentos artísticos.

El conjunto compuesto por cinco escuelas: Artes Plásticas y Música, de Porro; Ballet y Danza Contemporánea, de Garatti; y Arte Dramático, de Gottardi, encaja por sus características en el tema central de esta edición de la Trienal, BrokenNature: DesignTakeson Human Survival.

Naturaleza Rota: el Diseño Asume la Sobrevivencia Humana es la traducción libre de la frase que preside la vigésimo segunda edición del evento, a cuyo significado se refiere en diálogo con Prensa Latina Laura Agnesi, coordinadora del proyecto, a través del cual se enfrenta la criticidad del planeta y su supervivencia.

De lo que se trata entonces es determinar “cómo la actividad proyectual puede recorrer rutas alternativas, ya sea para reparar los daños aún no definitivos o incentivar comportamientos individuales y colectivos para invertir este rumbo absolutamente suicida”.

Umberto Zanetti, uno de los dos cocuradores del pabellón cubano, junto a Christian Zecchin, concuerda con Agnesi y subraya que el proyecto de las escuelas de arte “nació en perfecta simbiosis con la naturaleza”.

La conversación transcurre en un recorrido coordinado por la presidenta de la Asociación Cubeart, Ana María Pedroso, por el Palacio del Arte, edificio multifuncional inaugurado en 1933 con motivo de la quinta edición de la Trienal y concebido como sede permanente del evento creado en 1923.

En opinión de Agnesi, la imponente instalación, construida también en armonía con su entorno natural de intenso verdor durante el verano milanés, fue un factor decisivo para la consolidación de la Trienal en la cultura italiana.

Yo creo que si no hubiese existido este edificio, puntualizó, la Trienal se habría perdido porque tuvo momentos de crisis, cuando se pensó que las exposiciones internacionales perdían vigencia y que la cultura debía pasar por otros canales, para no hablar de la interrupción por la guerra.

En tal sentido, acotó que una vez concluida la presente edición el próximo 1ro de septiembre, el Palacio del Arte continuará funcionando como institución cultural sede de exposiciones, conferencias y eventos de diversa naturaleza.

En el segundo piso del edificio radica el pabellón de Cuba, iniciativa materializada con la colaboración de numerosas personas e instituciones cubanas e italianas, producido por Norma Rodríguez, presidenta del Consejo Nacional de Artes Plásticas y curado por Jorge Fernández, director del Museo Nacional de Bellas Artes.

Zanetti ofreció detalles sobre cómo surgió la idea del líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, y el llamado a Porro, quien desde los años de la dictadura de Fulgencio Batista residía en Venezuela, donde trabajaba con los italianos Gottardi y Garatti, a quienes invitó a acompañarlo en la nueva tarea.

Los dos -precisó- aceptaron con entusiasmo y unos cuantos días después estaban trabajando en La Habana, no tenían materiales, había problemas organizativos y fue un esfuerzo casi heroico porque dibujaban de noche y trabajaban en las obras de día.

Zanetti mencionó también dos proyectos importantes para mejorar las escuelas, uno de conservación, coordinado por el Politécnico de Milán, con participación de las universidades de Princeton y Parma, Assorestauro y el Comité Vittorio Garatti, con financiamiento de la Fundación Ghetty.

El otro, elaborado por la Universidad de Florencia, es de restauración con acciones constructivas estructurales en la Escuela de Arte Dramático y unos 2,5 millones de euros, aportados por la Agencia Italiana para la Cooperación al Desarrollo, del Ministerio de Asuntos Exteriores y de la Cooperación Internacional.

Según Zanetti, en ambos casos ya se dan pasos, por lo que espera que “en un año tendremos probablemente importantes resultados” en el mejoramiento de las condiciones del conjunto arquitectónico inscripto en 2003 en la Lista Tentativa de Patrimonio Mundial de la UNESCO.