directora artística del Rocky Mountain Ballet Theatre, Charlene Campbell.

Aunque en Estados Unidos la técnica y metodología de la danza son muy altas, Cuba tiene el mismo nivel, aseguró hoy en esta capital la directora artística del Rocky Mountain Ballet Theatre, Charlene Campbell.

La distinguida bailarina, quien en su primera visita a la nación caribeña ofreció una clase magistral en la sede de la compañía Lizt Alfonso Dance Cuba (LADC), elogió a los bailarines cubanos y afirmó que su trabajo se conoce con creces a nivel internacional.

Soy presidenta del Festival Ballet Beyond Borders en Estados Unidos, una organización que trabaja con artistas de más de 30 países e intenta concretar la comunicación y entendimiento global mediante la danza, expresó.

Queremos concretar proyectos con esta compañía y su escuela pues tiene una forma peculiar de abordar la danza, no solo tomando del ballet clásico o contemporáneo, sino de todas las artes. Esto es perfecto para mi organización, aseveró.

Durante el encuentro matutino en la sede de LADC en el centro histórico de La Habana, Campbell se acompañó de la directora ejecutiva de Ballet Beyond Borders, Karen Carreno, y de las bailarinas Piper Leistiko y Naomi Bryne.

Leistiko y Bryne llegaron a La Habana tras ganar una beca concedida por la maestra Lizt Alfonso en la edición de Ballet Beyond Borders realizada en enero de 2020 en Missoula, Estados Unidos.

En la isla las estudiantes tendrán la oportunidad de bailar dos coreografías de su autoría frente al público cubano y junto a la escuela de LADC en las Galas de Primavera, previstas para el 6, 7 y 8 de marzo en la sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba.

Todas las nuevas experiencias e intercambios son importantes porque enriquecen la mente, el espíritu, la manera de pensar y, por consecuente, la forma de moverte sobre el escenario, aseveró Lizt Alfonso.

La maestra cubana rememoró la génesis del trabajo con el Ballet Beyond Borders y Charlene, hecho que inició un año atrás cuando tuvo la oportunidad de participar en las dos últimas ediciones del festival (Los Ángeles y Missoula).

Es un evento único y lindo que trasciende las fronteras humanas y brinda oportunidades a discapacitados, marginados por etnia o religión, quienes no figuran en los parámetros pre-establecidos por la sociedad, sentenció.

Participar en este proyecto me dio la oportunidad de asegurarme de que, esa frase tan trillada resulta cierta, un mundo mejor realmente es posible, solo si las personas se manifiestan en la forma en que se hace este festival, añadió.

Embajadora de Buena Voluntad del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia destacó la influencia de la escuela cubana de ballet, la figura y obra de Alicia y Fernando Alonso en Estados Unidos mediante la fundación del American Ballet Theater.

Precisamente, sostuvo, Charlene bailó en dichacompañía y esas enseñanzas se evidencian en su forma de impartir clases, exigencia en el entrenamiento, el pedido de terminar cada movimiento y hacerlo justo en el tiempo musical.

Reconozco los detalles como la escuela que vi en Fernando Alonso, la bailarina que fue Alicia y el coreógrafo que fue Alberto Alonso. Esos puntos de coincidencia devienen forma de gratitud a su legado y evidencian que el lenguaje de la danza es única y universal, finalizó.