Cuba vs Québec en la Liga Can-Am

Cuando el equipo Cuba de béisbol inició ganando sus primeros tres juegos contra el Trois-Rivieres, había expectativa de pensar en un inicio mejor que el 3-7 del debut en la Liga Can-Am. Pero, desde la derrota por 6-3 en el cuarto desafío, el conjunto que dirige Roger Machado no ha dejado de perder.

En sus últimas cinco salidas se han visto amarrados por la poca efectividad de anotar carreras, una discapacidad para golpear extra bases remolcadores y, lo peor, un pitcheo abridor que la única garantía ofrecida ha sido recibir una respuesta ofensiva soberana. Un total de 35 carreras permitidas en los más recientes 36 innings significan una cifra bastante alarmante, que es bien difícil revertir con apenas 9 carreras anotadas en 185 PAs.

Para Cuba, la quinta derrota en fila es el nuevo récord negativo desde su debut en la Liga Can-Am en junio de 2016. ¿Cómo fue la barrida de los Capitales de Quebec? Aquí hay algunos puntos importantes:

1. Lázaro Blanco, as de los Capitales de Quebec. Esta es una de las historias que más me atrae de esta Liga independiente, donde los cubanos no solo participan con el equipo nacional. Por esta vez, al granmense Lázaro Blanco le tocó enfrentarse a su selección natal, y lo hizo a gran altura. No obstante, un lanzamiento golpeado por Yordanis Samón le costó la blanqueada en el primer episodio, después que Yurisbel Gracial cerró la parte alta con un rodado para doble play. Tras utilizar 15 pitcheos para retirar el primer round, Blanco jamás volvió a tener serios contratiempos en la noche y retiró con ceros hasta el noveno con un out.

El diestro de Yara solo necesitó 101 lanzamientos, alcanzó cinco ponches —la menor cifra de los cubanos desde el 9 de junio vs Trois-Rivieres— y concedió tres bases. Enfrentó a 31 bateadores, la cifra más larga en sus seis aperturas. De esa forma llegó a las 36 entradas y rebajó su efectividad a 1.98, registrada segunda por detrás del dominicano Robinson López.

2. La ofensiva cubana sigue siendo extremadamente agresiva. Quizás sin saber, la directiva y el octavo madero de los Capitales, James McOwen, nos dejaron un guión perfecto para aprender de nuevo cómo se juega al béisbol en la actualidad. Quebec perdía por 1-0 en la adolescencia del segundo capítulo, y con un out el séptimo bate Marcus Knecht pegó un sencillo sobre el fatigado derecho cubano Alaín Sánchez –quien a la postre sopló 99 pitcheos ante 25 oponentes—. A por cientos, ¿cuál es la jugada que esperaríamos de nuestros managers en Cuba? Obviamente, el toque de pelota. Pero McOwen fue paciente, esperó un par de pitcheos, Knecht salió al robo de la segunda almohadilla y un tiro herrado le permitió colocarse a 90 pies del home plate. Luego, el sencillo coronó el juego moderno y, dos innings después, la paciencia le permitió a McOwen elevar un jonronazo prácticamente decisivo en el cuarto episodio.

La cara inversa de la moneda estuvo a metros del círculo de espera en el otro dugout, y una estadística lo refleja con toda frialdad: Cuba, el día en que vio pasar el peor por ciento de strikes (60.2%), anotó en una sola ocasión, dando muestras del desajuste a la hora de seleccionar lanzamientos y la continua persecución a bolas fuera de la zona.

Imagen pelotero cubano Yirsandy

Estos han sido los por cientos de strike de los lanzadores contrarios en casa juego de béisbol esta temporada en la Liga Can-Am:

vs Trois-Rivieres

Juego 1: 61.3%
Juego 2: 64.6%
Juego 3: 69.3%
Juego 4: 68.1%

vs Capitales de Quebec

Juego 5: 77.2%
Juego 6: 67.7%
Juego 7: 80.6%
Juego 8: 60.2%

3. ¿Será casual que el día en que lanzó el cubano Lázaro Blanco la tasa de persecución de los bateadores aumentó? Sabemos que Blanco es un lanzador que trabaja mucho bordeando las esquinas exteriores, tanto de bateadores zurdos como derechos. O sea que, naturalmente por las tendencias que tenía el equipo cubano ha abanicar con frecuencia, estábamos en presencia de dos posibles juegos: Uno, el juego de batear en conteo, esperar lo mejor de Blanco, restringir los swings contra bolas fuera de la zona de strike. Dos, perseguir todos los bordes de la zona de strike, intentar ejecutar un bateo inteligente hacia el centro del campo o intentar a toda costa no abanicar su slider corto y el sinker. Al final, Cuba se mostró agresiva contra Blanco, hubo algunos hits y hombres embasados por boleto, pero el daño, ese batazo remolcador, jamás tomó categoría de impacto.

La más extraña combinación de promedios jamás vista. Solo el receptor Ariel Martínez y el antesalista Yeniet Pérez no tenían promedios de bateo decentes cuando se escuchó la voz de “play ball” en el Stade Canac, y lo más inusual era que, Cuba, había anotado solo tres carreras en los últimos 27 innings. Este es el colmo de la improductividad, golpear y golpear indiscutibles con bases limpias y en cualquier situación menos en la que se requiere impulsar. De igual manera, los outs han sido poco productivos, con una alta tasa de ponches que, obviamente, no supone otro resultado que continuos corredores dejados en base. En cinco de ochos desafíos, la tasa de ponches ha subido al menos de 17.9% o más. Cuando Cuba le bateó con soltura y pudo anotar carreras con más frecuencia contra los vs Trois-Rivieres, tenían mucha más paciencia y selección.

Démosle un vistazo a los primeros seis juegos, tres victorias e igual número de reveces:

Del 8 al 10 de junio:
Called Strike: 78
Strike Swinging: 37

Del 11 a 13 de junio:
Called Strike: 59
Strike Swinging: 46

Sin lugar a dudas, el incremento en la ansiedad por hacerle swing a la pelota, ha sido el principal argumento para la caída de productividad de los bateadores cubanos.

4. ¡Hey, el equipo cubano no es el peor! Deberíamos analizar algo aquí: Cuba tiene récord de 3-5, con las derrotas consecutivas, pero la selección invitada de República Dominicana tiene marca de 0-6, con Edward Salcedo liderando a los bateadores (.500) como única figura para ver. Los quisqueyanos perdieron la noche de este jueves 8-5 frente a los New Jersey Jackals, en desafío donde Brian Burgamy bateó su séptimo jonrón y quiere ir detrás del líder Kalian Sams, quien ha producido 12.

Si Cuba pierde sus próximos dos juegos no estaría en la peor de sus situaciones, pues en 2016 la novena estuvo en esa misma situación y ganó ocho de los últimos diez. Cuando inicien serie de tres juegos este viernes contra los Ottawa Champions, quienes juegan para un pésimo (8-16), veremos si Cuba puede revertir el slum colectivo que tiene.