Pelotero cubano Vladimir Baños

Guadalajara.- En la tercera presentación de los Alazanes de Granma en la 60 Serie del Caribe, el encargado de buscar el triunfo desde la lomita será el pinareño Vladimir Baños, quien nunca antes ha enfrentado a las Águilas Cibaeñas de República Dominicana, pero sí conoce lo que es ganar en estas lides, pues el pasado año sonrió por la vía de la lechada ante las Águilas de Mexicalli.

Tras el descanso del domingo, la selección cubana anda decidida a mantener el invicto del torneo este lunes frente al elenco quisqueyano, lo cual le valdría terminar en el primer escaño de la clasificatoria, pues llegarían a tres victorias, cifra que solo pudieran lograr los Caribes de Anzoategui, que cayeron el día inaugural ante los nuestros.

Una cabalgata despacito, despacito

Lo cierto es que no siempre cuando se gana un equipo juega a las mil maravillas y convence. Sin embargo, la imagen que han dejado hasta hoy los Alazanes de Granma con sus dos triunfos son estimulantes y productivas, en función de cumplir el objetivo que el pasado año no lograron: llegar a discutir el título en la que cada vez muchos colegas denominan la Serie Mundial de Béisbol Latina.

Con una alineación que tuvo como novedad la inclusión de Yurisbel Gracial en el jardín derecho y como tercero a la ofensiva, el mentor Carlos Martí apostó a su filosofía favorita de “hacer carreras para luego defenderlas con el pitcheo”. Una lesión inesperada de Alfredo Despaigne lo obligó a realizar el primer ajuste y nada más sabio que colocar a Frederich Cepeda en ese turno, en tanto la opción de designado podrá seguirla moviendo con un banco poderoso.

En las sonrisas contra Caribes de Anzoategui (Venezuela) y Tomateros de Culiacán (México) impresionan el bateo colectivo (322 de average, con 20 imparables, entre ellos tres dobles y un jonrón), la hermética defensa del cuadro (fildeos de Carlos Benítez y Raúl González han salvado más de una entrada) y la utilización económica de cinco lanzadores.

En este último punto, sigue la inconformidad con traer al cerrador cuando la situación peligra y no desde el inicio del noveno capítulo, pero el mentor granmense tiene probada capacidad y no renunciará a su táctica de siempre, por más que el béisbol moderno diga lo contrario y hoy tenga en su staff a dos de los mejores apagafuegos de Cuba, Miguel Lahera y Raidel Martínez.

Con un desempeño idéntico a la edición pasada –también se impusieron en las dos primeras salidas al terreno-, lo que resta en la ronda preliminar no debe preocupar en extremo a los bicampeones de nuestra Serie Nacional, pues ya tienen en la mano el boleto a la semifinal y por lo visto las tensiones mayores rondan al elenco anfitrión, sin marcar la cruz hasta este domingo.

Hacia el camino que resta, las acertadas jugadas de corrido y bateo, los emergentes precisos y una estabilidad de la columna central del equipo (Roel-Manduley-Gracial-Cepeda-Avilés) se antojan como tres elementos imprescindibles para avanzar hacia una hipotética final a la que aspiran con más fuerza los conjuntos venezolanos y boricuas, aunque el sistema de competencias puede permitir, como ha sucedido, que un elenco con un triunfo en preliminar se corone si se impone en los cotejos de muerte súbita.

Sea cual sea el resultado, Alazanes de Granma anda cantando el tema musical de moda: despacito, despacito… Y con ellos va Cuba entera, cual magia de identidad con un deporte que sigue pareciéndose a la vida.