Carlos Martí

Guadalajara.- Si algo le persigue por estos días al mentor granmense Carlos Martí, además de los millones de comentarios a favor y en contra de sus decisiones al frente de los Alazanes en la 60 Serie del Caribe, es ese sentimiento persistente y torturador de victoria, cual demonio imposible de alcanzar dos veces frente a las Águilas Cibaeñas, de Dominicana.

Nunca ha sido partidario de convencer a nadie (aficionados incluidos) elevando el tono de voz. Sus argumentos siempre lo ha defendido con una extraña mixtura de vehemencia y sencillez, como para dejar sentado que es un ser humano vestido de director de equipo de béisbol por dos, tres, cuatro horas y no una máquina perfecta e invencible a la hora de aunar 28 voluntades para anotar la mayor cantidad de carreras en un juego de béisbol.

Tras la derrota contra el conjunto dominicano en la segunda semifinal disputada este miércoles, Carlos llegó solo a la conferencia de prensa, sin sus habituales jugadores. Traía las manos en los bolsillos de su suéter azul con el logo del equipo en el medio y la mirada denotaba la herida mortal de la derrota, de la cual no te recuperas hasta que pasen horas, semanas y a veces años.

Es su segunda Serie del Caribe como mentor del conjunto bicampeón de Cuba y mientras más intenta interpretar lo sucedido este 7 de febrero del 2018 brotan las lógicas equivocaciones y autocríticas por alguna que otra toma de decisión durante el torneo, el doloroso desastre del pitcheo de relevo a la hora buena y la esperanza de un tercer desquite el venidero año de volver a ganar el torneo de casa.

Comienza la fiesta de las interrogantes con la prensa acreditada y luego con los colegas cubanos. Y aunque es blanco de preguntas que lo trascienden, pues son resultados de los problemas reales de nuestro béisbol, las asume por entero y sin justificación.

¿Las impresiones del juego de esta noche?

“Fue un buen partido, cerrado hasta el séptimo inning. El relevo no supo preservar la ventaja que le dio el abridor Lázaro Blanco, quien hizo un gran trabajo. El equipo hizo el mejor de los esfuerzos para luchar por lo que andábamos buscando, que era estar entre los finalistas. Sinceramente estamos contentos con el desempeño de los muchachos, aunque insatisfechos con el resultado. Muchos de los jugadores que integran esta nómina no están acostumbrados a jugar este nivel y han dado el máximo y eso hay que reconocerlo. Dimos un buen espectáculo y la afición se divirtió, aunque sabemos que en Granma y en Cuba el dolor por la derrota es compartido”.

Terminan con el mismo balance de tres victorias y dos reveses, pero mejoran el lugar: bronce ahora. ¿Qué considera que faltó para dar el salto en semifinal?

“Nosotros vinimos a pelear en la final el título.Y siempre lo dijimos. Pero así es el béisbol. Fallan algunas tácticas en un partido de muerte súbita y se pierde todo. Hay cosas técnicas que indiscutiblemente debemos mejorar y pulir, no solo en los Alazanes, sino en el béisbol cubano. De acuerdo a lo que vimos en la última Serie Nacional y en los play off hemos tenido un desarrollo en ese aspecto, pero tenemos que mejorar poco a poco muchas más cosas”.

Muchos pensamos que el quinto inning, cuando dejamos las bases llenas y se dejó batear a Frank Camilo Morejón el juego comienza a dar un vuelco. ¿Qué valoración tiene usted?

“Batear para doble play es parte del béisbol, del juego de pelota. El día anterior ese mismo hombre había impulsado la mayor cantidad de carreras. No pasó por la mente de Martí ni del colectivo técnico sacar en un quinto inning un emergente por el mejor receptor que tú tienes, y mucho menos cuando estás arriba en el marcador. No lo pensamos y puede ser o no esa jugada clave, como tampoco pensé que batearía para doble play”.

Los cambios de lanzadores también fueron polémicos. ¿Por qué no Alaín antes de Raidel en el séptimo, a sabiendas que era muy temprano un relevo para alguien que lo estamos especializando en cerrar juegos?

“Nosotros en todo momento hablamos de Alaín Sánchez como relevo intermedio, pero Miguel Lahera y Raydel Martines siempre dijimos que serían nuestros cerradores. Y lo dijimos con antelación, no ahora cuando ya ocurrieran los hechos. Eso estaba analizado y hablado con ellos. Lo que pasó en realidad es que Lahera no salió bien y Raydel cometió un error en el toque de bola. Esas fueron las causas fundamentales de que sus desempeños no fueran buenos y llegara la derrota, pero nunca pensamos en Alaín primero que en nuestros cerradores”.

La jugada de Roel vuelve a sorprendernos a todos…

“Nadie que haya dirigido seriamente 6 o 10 juegos en su vida manda a robar a un jugador con tres carreras de ventaja en el noveno inning. No le puedo echar la culpa de la derrota a la jugada de Roel, pero fue descabellada y no mandada desde el banco”.

Dentro de los puntos negativos dejados por el equipo estuvieron nueve robos de base en once intentos. ¿Tan malos nuestros receptores?

“No considero que hayan sido culpa de los receptores en un 90 por ciento de los robos. El pitcheo nuestro no cuidó bien a los corredores y si eso sucede nos roban todas las bases como hoy y hay pítchers que se viran una solo vez, pero al corredor de velocidad hay que virarse dos, tres, cinco veces. Esa área es una de las que más trabajo necesita en el béisbol cubano”.

A pesar de este resultado el criterio de la mayoría de los especialistas es que Cuba debe seguir siendo invitada a la Serie del Caribe.

“Nuestro béisbol sí goza de buena salud. Se nos ha invitado a la Serie del Caribe y al menos este equipo está demostrando que tiene calidad para competir con el beisbol profesional. Un balance positivo de seis victorias y cuatro reveses muchos equipos aquí no lo tienen en dos años seguidos. Y eso no quita todos los errores cometidos y todo lo que debemos seguir mejorando.

Por tanto cada vez que se nos invite es un reconocimiento a que los organizadores consideran que reunimos calidad y que damos un buen espectáculo. Por nosotros queda seguir trabajando para demostrar el verdadero nivel del béisbol cubano en el área del Caribe”.