El Béisbol cubano en busca de su líder

La Habana, 3 ene.- Cuba tendrá un epílogo de temporada beisbolera de lujo: los cuatro mentores de los equipos que buscan el título de la 58a Serie Nacional blindaron sus conjuntos la pasada semana en la última toma de refuerzos de la campaña y cada uno cubrió necesidades importantes para una fase en la cual cada juego es una final.

Es complejo decir quién de los cuatro se reforzó mejor, porque ese fortalecimiento pasa siempre por lo que dice el terreno, pero la verdad es que Las Tunas parece ahora más imbatible con dos lanzadores de puntería para su rotación abridora, quienes se unirán a Yoalkis Cruz y al joven Yadian Martínez, pues en el bosque de los Leñadores los bateadores están a “pululo”, y como si fuera poco incorporan un hacha de filo si Guillermo Avilés se viste con todas sus galas ofensivas.

Villa Clara pasaba por el lado opuesto en sus solicitudes, el pitcheo la llevó hasta la segunda vuelta y ahora convierte a su alineación en un acorazado con el madero en ristre, tras la incorporación del líder jonronero de la campaña, Stayler Hernández, y un recio jugador como Yunior Paumier, sin dejar de robustecer aún más su cuerpo de lanzadores con el laborioso holguinero Wilson Paredes.

Frank Luis Medina da más solidez al pitcheo espirituano y debe hacer un temible dúo junto a Yariel Rodríguez; a ello sumó algo decisivo para un equipo de pelota, el aseguramiento de su defensa. Yordan Manduley le da el cerrojo necesario a la custodia del diamante del Yayabo. El torpedero holguinero, quien además es un inteligente y productivo bateador, también le quita fuerza a los rivales cuando les atrapa los jits.

Y aunque Ciego de Ávila llegó de cuarto lugar a los play off,  ¿a quién no le gusta un bate como Samón, con 13 temporadas por encima de los cien jits, y el ímpetu del versátil jugador Oscar Luis Colás? Para no ser menos, al trío de Lázaro Blanco, Vladimir García, Yander Guevara, agrega el complemento del béisbol moderno, con un Raidel Martínez, a quien ya le cabe el epíteto de cerrador estrella, no solo en las temporadas caseras, sino también de los equipos Cuba.

Con lo que tomaron los timoneles de las cuatro naves tendremos dos semifinales con luces de final, y en la cual dar un favorito es casi más difícil que ganarle un juego de béisbol a Las Tunas. Pero como estamos para dar una opinión, con el riesgo siempre de que en la pelota no hay nada escrito hasta el out 27, sigo creyendo que los tuneros son favoritos, ya no ante los Tigres avileños, sino ante cualquier adversario.

¿Cuál sería la principal amenaza de los Leñadores? Pues ellos mismos. Y es que responder a la condición de equipo a derrotar, el de grande, el favorito, siempre suma cierta dosis de presión sicológica que ha de tenerse en cuenta. Si su timonel y cuerpo de dirección son capaces de que sus muchachos soporten esa pesada carga, Las Tunas estaría siendo noticia con su primer título en el béisbol cubano.

Los Leñadores conforman hoy un equipo netamente ofensivo y ante la mayor carencia de la temporada, el pitcheo, su potencialidad se incrementa. Tienen, en nuestra opinión, a un hombre como Danel Castro que arrastra con la fuerza de su ejemplo e insufla una mentalidad ganadora demostrada a lo largo de toda la contienda.

Es cierto que se medirá con un conjunto avileño que no será el mismo de los 90 juegos anteriores, y que por demás tiene el aval de ser la escuadra que más experiencia tiene en postemporada, también con un mánager más acostumbrado a estas lides de postrimerías del campeonato.

Los avileños poseen un conjunto bien acoplado y parece muy parejo en todos sus órdenes. ¿Cuáles son las claves en pos de avanzar sobre los tuneros? Su pitcheo, que estaría obligado a dominar al más temible ataque de la contienda y que no pierdan dos en su visita al Julio A. Mella.

Creo que será la semifinal de más tensión, lo cual no quiere decir que la de espirituanos y villaclareños carezca de ribetes emotivos.

Veo, sin embargo, más pareja la porfía entre Gallos y Azucareros, aunque tengo la impresión de que los de Villa Clara salen con una ligera ventaja. Si son capaces de sobreponerse a esa condición espirituana de anfitriones en los dos primeros partidos, debe irse hasta la disputa del cetro. Los villaclareños crecieron en fortaleza al ataque y mantienen sus cualidades en el cuerpo de lanzadores, esa es a nuestro juicio la mínima diferencia entre ambos planteles. Pero Sancti Spíritus ha sabido optimizar cada oportunidad en los tres aspectos de juego y su director ha sido muy hábil en el manejo de sus recursos humanos para convertir en ganador a un equipo que siempre ha tenido oportunidades de estar en esta fase. Ojo, al igual que Las Tunas, tienen a un Frederich Cepeda que sigue siendo bujía inspiradora.

No obstante, una cosa es lo que crea un periodista o un aficionado y otra bien diferente son las situaciones que se dan en el terreno, y estos cuatro equipos generan muchas posibilidades, sobre todo a la ofensiva, lo que para bien de la pelota puede hacer trizas los vaticinios más avezados, y el nuestro está expuesto a ese golpe demoledor.

Hay dos cosas de las que sí estamos seguros. Primero, está garantizado el espectáculo del campeonato más seguido por el pueblo cubano y segundo, desde ya las expectativas son altas, pues cualesquiera sean los dos vencedores, habrá una final inédita en Series Nacionales. (Granma)