Matanzas, Cuba, 6 jun (PL) Aunque sin proponérselo, lo cierto es que las coles (repollos) cosechadas por el productor agroecológico cubano Fernando Doni merecen, por su peso y calidad, figurar en el libro Guinnes de récords mundiales.
Esas hortalizas alcanzan pesaje por unidad de 13,6 kilos, más del doble de lo normal, admiradas por los vecinos de la finca Cayo Piedra en el municipio de Perico, al centro de la provincia de Matanzas y a unos 160 kilómetros al este de La Habana.
Rendimientos superiores a las 90 toneladas por hectárea de ese producto alcanza Doni, quien refiere que esos saltos productivos, en volumen y belleza de los vegetales y granos, los alcanza por la técnica de los microorganismos eficientes.
Conocido entre los agricultores del territorio matancero por ser pionero en las prácticas agroecológicas, Doni eliminó de sus suelos insecticidas y plaguicidas químicos e incorporó un método a partir de la propia naturaleza enriquecidos con biopreparados.
"Aquí no empleamos ningún tipo de insecticida porque son muy dañinos para el ser humano y el medio ambiente", comentó a la versión digital del semanario Girón.
Los microorganismos eficientes descontaminan y descompactan el suelo e incrementan la capacidad de drenaje de las plantas, que se tornan más resistentes a las plagas y alcanzan grandes proporciones, acorde con la fuente.
La propiedad agrícola del campesino e investigador es una especie de polígono científico donde Fernandito, como lo conocen sus allegados, incorpora nuevas prácticas para enriquecer el sustrato y cultiva además el sorgo y otras plantas forrajeras.
Especialistas aseguran que las coles de Cayo Piedra, de la variedad Globe Máster, son referentes por el tamaño y buena apariencia, dadas esta última por sus hojas saludables y agradable sabor.
En Cuba la col se consume cruda, con un aliño, o hervida, y también se emplea combinada con carnes, salsas y en arroces junto a otros vegetales.