Mariel

Bajo un creciente asedio de Estados Unidos, Cuba mira hacia adentro para impulsar sus potencialidades económicas, que permitan elevar los niveles de vida de la población.

Para 2020 el Gobierno estima un crecimiento de uno por ciento del Producto Interno Bruto, una cifra insuficiente para alcanzar las tasas necesarias de desarrollo, pero positiva si se tiene en cuenta el recrudecimiento del bloqueo de Washington y el panorama internacional.

Durante una reciente reunión del Consejo de Ministros, el presidente Miguel Díaz-Canel llamó a desatar las fuerzas productivas, aunque sin privatizaciones, sino impulsando la empresa estatal, que en 2019 se benefició de 28 medidas para tal fin.

Potenciar las inversiones extranjeras, elevar la eficiencia, perfeccionar el trabajo del Gobierno, modernizar el sistema bancario y cumplir el plan de construcción de viviendas fueron algunas de las prioridades que destacó para el próximo año.

Incrementar los ingresos y las exportaciones de bienes y servicios, así como priorizar la producción nacional son otros temas clave de la estrategia económica cubana, que sufre las consecuencias de las políticas punitivas de la Casa Blanca.

En la reciente sesión del parlamento cubano, el ministro de Economía, Alejandro Gil, insistió en la necesidad de aprovechar las capacidades productivas instaladas para sustituir importaciones, ante la escasez de divisas del país.

Por lo tanto, las autoridades planean otorgar el próximo año 240 millones de dólares adicionales a la industria y la agricultura, lo cual tendrá impacto en la sustitución de importaciones y en la circulación mercantil minorista.

Según cifras oficiales, un 40 por ciento de las compras del exterior corresponden a alimentos y combustibles.

En 2020 la isla planea consumir unas ocho millones de toneladas de combustible, un 38 por ciento de esa cifra será de producción nacional, utilizado en especial para la generación de electricidad.

Precisamente, en noviembre esta capital acogió a docenas de expertos y empresarios del sector interesados en las potencialidades de Cuba en ese campo.

Organizado por la Unión Cuba-Petróleo, el encuentro permitió a los posibles inversores conocer de primera mano las licitaciones de 24 bloques de la Zona Económica Exclusiva.

El tema tiene mayor relevancia ante los intentos de Estados Unidos de impedir la llegada de crudo a la isla con el fin de asfixiarla económicamente y generar malestar social.

Desde abril último la mayor de las Antillas enfrentó dificultades con el arribo de petróleo por la persecución lanzada por la administración de Donald Trump, una situación que obligó a adoptar en septiembre medidas como la paralización temporal de algunas industrias e incrementar el ahorro.

Esta campaña se sumó a otras acciones norteamericanas, como la prohibición de viajes de cruceros y limitación de vuelos, dirigidas a golpear el turismo, uno de los sectores más dinámicos de este país.

Pese al bloqueo, la economía cubana avanza, aunque aún quedan muchas potencialidades por explotar.