Niños discapacitados que reciben educación especial en escuela cubana.

¡Orgullo de Cuba!

La Habana, Cuba.- Garantizar una adecuada atención a los niños con limitaciones físico-motoras ha sido, desde el triunfo de la Revolución, uno de los objetivo del sistema educacional cubano. Y digo ha sido, porque los esfuerzos que se realizan para que los menores con discapacidad reciban los cuidados que merecen, son, en todas las circunstancias, insuficientes, teniendo en cuenta que la meta a alcanzar es siempre seguir mejorando.

Desde el Primero de enero de 1959 el país se propuso elevar el nivel educacional de los cubanos, sin excluir o discriminar a alguien. En lo adelante, numerosos programas se pusieron en marcha con tal propósito y los logros alcanzados son reconocidos mundialmente.

De acuerdo con la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) “Sólo uno de cada tres países del mundo alcanzaron la totalidad de los objetivos mensurables de la Educación para Todos (EPT) establecidos en el año 2000, según el Informe de Seguimiento de la EPT en el Mundo 2015, titulado Educación para Todos 2000-2015 – Logros y desafíos. En la región de América Latina y el Caribe, Cuba fue la única nación que consiguió cubrir esos objetivos”.

Las cifras hablan por sí solas. Sin embargo, los números son muy fríos para reflejar el trabajo de la Isla en la enseñanza especial de los infantes con discapacidad. Quizás, la obra más completa en tal sentido sea la Escuela Solidaridad con Panamá, única de su tipo en Cuba.

Esther María La O Ochoa, quien durante más de dos décadas ha sido directora del centro, nos ayudó a conocer mejor la escuela: ¿por qué se denomina Solidaridad con Panamá? ¿En qué año se fundó? ¿Por qué es única en el país?...etc.

“Las escuelas de este tipo tienen como objetivo garantizar la preparación de las persona discapacitada con vistas a que tanto los niños y jóvenes que presentan deficiencias físicas, mentales y trastornos de conducta se incorporen en lo posible a la sociedad y no se encuentren marginados socialmente” aseveró el informe del año 2014 elaborado por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONEI)

En correspondencia con este criterio, Esther María La O Ochoa, tiene bien definido el camino del centro que dirige….

Donde se oxigena el alma

De la mano de Anayelis Perez, subdirectora del centro, la escuela se me volvió familiar. Parecía que recorría sus pasillos por enésima vez; que conocía a los niños de toda la vida y ellos a mí….en fin, que había estado ahí siempre; sin embargo, era mi primera vez y espero que no la última.

Allí la lástima es un sentimiento prohibido y pudiera considerarse, hasta mezquino y la tristeza es una opción, de acuerdo al cristal con que se mire. Sin embargo, la satisfacción, la esperanza, la alegría, la voluntad de superar obstáculos y hasta el orgullo de ser cubano son brisas que oxigenan el alma desde el mismo instante en que uno entra a la institución.

En horario de clase el silencio reina. Es verdad, como expresó La O, ¿quién diría que hay niños en la escuela? Los pasillos son frescos, anchos y algunos tienen barandas; las condiciones ideales, porque la escuela  en su diseño responde a las características de sus alumnos.

Cuando se escucha el timbre que anuncia el recreo, todo cambia. Comienza un leve murmullo que luego desaparece entre risas y travesuras. La prensa es tan habitual en la escuela que nadie tiene miedo escénico. Casi todo el mundo quiere hablar, tirarse fotos, salir en las cámaras y el que no, disfruta detrás de la escena preparando alguna maldad. La vida parece tan sencilla que uno llega a olvidar que en “Solidaridad con Panamá”  los niños están aprendiendo a vivir.