Dr C. Rodolfo Alarcón Ortiz, ex Ministro de Educación Superior

Delegados e invitados a la I Convención Científica Internacional de la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas debatieron hoy sobre los retos y perspectivas de la educación superior cubana y compartieron experiencias sobre las transformaciones experimentadas por el sector en los últimos años.

En un diálogo conducido por el Dr C. Rodolfo Alarcón Ortiz, ex Ministro de Educación Superior en la Isla y actual profesor titular del Centro de Estudios de Perfeccionamiento de la Educación Superior, los asistentes conocieron sobre las políticas de desarrollo de la ciencia y la educación en el último medio siglo en Cuba e intercambiaron sobre los principales desafíos que afrontan las universidades nacionales para garantizar una formación de un modelo de profesional lo más integral posible.

La universidad cubana está llamada a continuar y fortalecer su contribución al desarrollo sostenible del Socialismo en Cuba, una manera de cumplir con su misión de aportar al mejoramiento del nivel de vida en el país. Una educación superior universalizada, humanista, científica, tecnológica y comprometida con la sociedad cubana son también elementos esenciales de nuestro modelo educativo“, concluyó.

De acuerdo a Alarcón Ortiz, la calidad en la enseñanza y los procesos asociados, el alto impacto académico, tecnológico, científico y social, así como la racionalidad económica y la aplicación de una política inteligente y sistemática encaminada a elevar constantemente la preparación de los estudiantes de pre y postgrado representan otras líneas de trabajo fundamentales para mantener el alto estándar de las universidades de la Isla. Según dijo, “el camino es el de un grupo de personas cada vez más preparados para enfrentar los retos de una sociedad cada vez más compleja”.

Para el investigador, la universalización del conocimiento resulta también un concepto rector para el trabajo de la educación superior en la Isla. “Esto implica el derecho de todos los ciudadanos al acceso ilimitado a la información, al conocimiento y a la cultura durante toda su vida, no solamente durante su período de formación como profesional”, acotó. Igualmente, resaltó el papel de la ciencia y la innovación como elementos consustanciales al paradigma cubano de universidad.

Durante el intercambio, los asistentes debatieron las principales fortalezas del sistema cubano de educación superior y analizaron las más recientes transformaciones en las universidades nacionales. La reducción de algunas carreras a cuatro años, el proceso de integración universitaria, la enseñanza del idioma inglés, los nuevos planes de estudio y la calidad de la docencia en los centros universitarios municipales, así como los cursos por encuentro y a distancia, formaron parte de un diálogo matizado por la presencia de varios delegados provenientes de otras naciones del planeta.

Según la Dra C. María del Rocío Gómez Díaz, profesora de la Universidad Autónoma de México, compartir las experiencias de los cubanos implica un aprendizaje constante, porque “una de sus grandes fortalezas está en la manera como trabajan para sacar la academia a resolver problemas sociales”. De acuerdo a la también Doctora en Ciencias Económico-Administrativas, promover un debate como este dice de la visión a futuro de las universidades nacionales, “con una visión sistémica y prospectiva sobre el escenario que quieren y los pasos a dar para llegar a él”.

Mientras tanto, para el doctor belga Bernard de Beats, profesor de la Universidad de Gantes, asistir a un evento como este es una de las maneras de reconocer el talento de los científicos y académicos cubanos. “Estamos aquí porque primero que todo somos educadores y Cuba tiene una mente siempre abierta para el conocimiento y la socialización. Ustedes no limitan el acceso al aprendizaje en ningún sistema de enseñanza y aunque mi universidad comparte muchas de las ideas expuestas aquí siempre podemos trabajar más en objetivos comunes”, reconoció.

Con 48 Casas de Altos Estudios distribuidas en todo el país, dos facultades independientes, 123 centros universitarios municipales, el 22 por ciento de la población económicamente activa graduada de nivel superior y más de 60 centros dedicados a la investigación científica, la red de educación superior cubana representa, según dijo Alarcón Ortiz, una de las grandes fortalezas de la Mayor de Las Antillas. Igualmente, el académico reconoció la necesidad de una revisión consta te para no repetir errores y aprovechar al máximo el alto nivel científico y docente de cada una de las universidades nacionales.