Sofía Albizu-Campos y Juliet Bringas Miranda fueron las únicas representantes cubanas que acudieron a la más reciente edición de la Olimpiada Internacional de Matemáticas (IMO, por sus siglas en inglés), celebrada este 2019 en Bath, Reino Unido.
Las dos concursantes no alcanzaron medallas, sin embargo fueron investidas con menciones honoríficas, lo cual las ubicaría en el lugar 89 si se computara una tabla oficial de posiciones por países en la competencia internacional. Perú fue el país mejor posicionado por América Latina.
En las seis pruebas realizadas, las estudiantes del Instituto Pre-Universitario Vocacional de Ciencias Exactas “Vladimir Ilich Lenin” acumularon 23 puntos, según el sitio web oficial de IMO 2019.
Estados Unidos y China fueron los virtuales ganadores (aunque las medallas se otorgan de manera individual). La mayoría de los países que obtuvieron medallas asistieron a la competencia con equipos completos de seis integrantes.
Tanto Albizu-Campos como Bringas Miranda cuentan con experiencias en competencias regionales e internacionales. Hace apenas dos años, la primera de las jóvenes mencionadas obtuvo medalla de oro absoluta en las Olimpiadas Centroamericanas de Matemáticas, espacio en el que solo pueden participar estudiantes del décimo grado.
El año pasado, las muchachas también formaron parte del equipo en el que cada integrante obtuvo medalla de bronce en el certamen iberoamericano de la misma ciencia. Ambas estudiantes llegaron al mundo de las matemáticas desde muy temprana edad.
“En mi caso ha influido la familia. Mis dos padres son matemáticos y desde chiquita me han impulsado por esa materia. Desde muy pronto me llamó la atención las diferencias entre las matemáticas de los concursos y la que recibía en la escuela. Ya cuando empecé a adentrarme en ellas no pude parar. Me encantó todo ese tipo de ejercicios que se entremezclan con juegos”, afirmó Juliet en una entrevista concedida a Juventud Técnica con motivo de sus resultados en la del 2018.
Mientras, Sofía señala que su devoción por las matemáticas emergió como un reto personal desde las enseñanzas primaria y secundaria. “Muchos profesores presentan las ciencias como asignaturas difíciles, e incluso hablan a los alumnos de que es muy probable suspender. Eso desmotiva. En mi caso yo quise sobreponerme y me dije, si es verdad que es tan complicado entonces voy a estudiar en serio”.
Durante los tres años del pre-universitario, las muchachas han formado parte de la preselección que organiza el Centro Nacional de Entrenamiento, entidad rectora que se encarga de la preparación de los alumnos talentosos que acuden a competiciones internacionales de conocimientos.