Papá ayuda en las tareas

Nunca he olvidado el título de un material periodístico que hace décadas redactara un colega: Los hombres también damos el pecho.

Su intención era, desde vivencias propias, subrayar cómo los hombres también daban el frente a las tareas domésticas, a la crianza de los hijos.

Eran los finales del pasado siglo y puertas adentro de los hogares cubanos se hacía cada vez más sitio el papel del hombre compartiendo, que no ayudando, en los quehaceres de la casa.

Por eso, con mucha razón, un lector que firma como Roberto preguntaba en su comentario, a propósito del material de esta autora “Teleclases: dos claves para mamá-maestra”:

“Sin intención de ofender o menospreciar el fabuloso trabajo que realizan a diario madres cubanas para mantener el aprendizaje de nuestros hijos, ¿dónde deja el artículo a los padres maestros?”

Qué bueno saber de inquietudes como esta. Ratifican lo que el colega ya enunciaba décadas atrás sobre el desempeño paterno.

Y ciertamente, así está sucediendo también en estos tiempos de pandemia. 

Es innegable que todavía, lamentablemente y según confirman indagaciones sociológicas y voces autorizadas en el tema familia, sobre la mujer cubana, como tendencia, continúa recayendo el mayor peso de la dinámica hogareña, que ahora se hace más intensa con las carencias, las tensiones derivadas del coronavirus, la mayor estancia de todos los parientes dentro del hogar, así como otras circunstancias que vuelven difícil la cotidianidad.

Pero, sin dudas, también esta complicada etapa ha hecho emerger, para bien, nuevos modos de hacer y dinámicas entre las paredes de los hogares cubanos.

Se apuntan entre ellas conductas como las de Roberto, quien, por su comentario, se ha entregado a la ayuda de sus hijos con las teleclases, sumándose a la fila de los padres-maestros.

Así, no solo ayuda a su descendencia en las cuestiones de la docencia, sino, junto al Español, la Historia y las Matemáticas, también le enseña, nos enseña, que los hombres cubanos, los padres, igual continúan adaptándose a las exigencias de su presente en familia y siguen dando el pecho.