DISCURSO PRONUNCIADO POR EL COMANDANTE FIDEL CASTRO RUZ, PRIMER SECRETARIO DEL COMITE CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA y PRIMER MINISTRO DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO, EN EL ACTO DE RECIBIMIENTO, EN EL PUERTO DE LA HABANA, DE LA DELEGACION DEPORTIVA CUBANA QUE ASISTIO A LOS XI JUEGOS CENTROAMERICANOS y DEL CARIBE, EL 18 DE MARZO DE 1970.

 

(DEPARTAMENTO DE VERSIONES TAQUIGRAFICAS

DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO)

 

Compañeros atletas;

Trabajadores: 

 

La presencia de esta multitud es solo un reflejo del sentimiento de todo nuestro pueblo.  Millones de cubanos a lo largo de estos días han seguido atentamente el desarrollo de los Juegos Centroamericanos.  Millones de cubanos hemos participado de la alegría de los éxitos y de las emociones de las competencias.  Millones de cubanos hemos sentido el triunfo de nuestros atletas y millones de cubanos nos hemos sentido orgullosos de ellos. 

No por esperados los éxitos alcanzados dejaron de promover en todos nosotros un profundo sentimiento de admiración y de cariño hacia los que representaron a nuestro pueblo en esas competencias. 

Sus éxitos han constituido un triunfo de la técnica, un triunfo de la eficiencia, un triunfo de la educación y de la cultura que se desarrolla en nuestro país, y han constituido un triunfo del espíritu de nuestro pueblo. 

No pretendemos, como ya se ha dicho o como ya se ha afirmado, no pretendemos la superioridad de nuestro pueblo sobre otros pueblos hermanos de América Latina.  Incluso siempre preferimos los triunfos y los éxitos que logramos frente a los norteamericanos, puesto que se trata de un país que dispone de incontables recursos materiales y de una población de más de 200 millones de habitantes. 

Comprendemos perfectamente bien que la situación de muchos países hermanos de América Latina era la misma de nuestro país cuando hace algunos años eran escasas las ocasiones en que podíamos obtener una medalla de oro o de realizar un papel destacado en una competencia de esta naturaleza. 

No vamos por ello, ni mucho menos, a sacar la conclusión de que en esos países no existe también material humano, buen material humano, como existía en nuestro país.  Y comprendemos perfectamente bien que las condiciones sociales actuales de nuestro país nos dan una amplia ventaja sobre cualquier otro país hermano de América Latina que no disponga de las mismas posibilidades que disponemos nosotros hoy. 

Por eso decimos que es un triunfo de la técnica, del desarrollo cultural, educacional, considerando el deporte como parte de ese desarrollo de nuestro país; como resultado del triunfo del espíritu, de la conciencia, de la moral, que se resume todo en una sola palabra:  ¡Como resultado del triunfo de la Revolución! 

Se podrán asombrar otros en el exterior, admirarse, maravillarse, preguntarse cómo es posible que Cuba haya logrado un salto tan extraordinario en estos pocos años.  Y nosotros sencillamente creemos que simplemente estamos comenzando, ¡simplemente estamos comenzando! 

Si nuestro país ganó en la mayor parte de los eventos deportivos, si obtuvo un número tan abrumador de triunfos y de éxitos que no tiene precedentes en la historia de estas competencias, nosotros decimos que simplemente estamos comenzando, y que estos éxitos son solo en parte el resultado del esfuerzo de estos años, pero en los próximos años, si este es el resultado de los 10 primeros, ya veremos el resultado de los 10 segundos (APLAUSOS). 

Con los escasos recursos, en medio de condiciones difíciles, faltándonos todavía muchas cosas, cuando teníamos que empeñar el grueso de nuestros esfuerzos en salir del subdesarrollo, ya se logran estos éxitos.  Cuando esos recursos, en los años venideros, se aumenten en un grado considerable y la educación mejore, y la base material de la educación y del deporte, y la base alimenticia de nuestro pueblo y de nuestra población en general, unido al desarrollo superior de la técnica, a los miles de profesores que se han ido desarrollando, cuando el deporte se empiece a practicar prácticamente desde el vientre de la madre...  Porque es ahí, y no piensen que exagero:  en la atención que recibe la madre, en la atención médica, en las condiciones de higiene, en la alimentación que recibe la madre, que empieza ya a formarse el atleta (APLAUSOS), y continúa desarrollándose en la atención que recibe el niño desde que nace, en la atención médica, sanitaria, alimenticia, en el círculo infantil donde ingresa, en la escuela primaria donde va después. 

Y escuelas primarias construiremos con toda la base material en la alimentación, en la educación general y, por supuesto, en la educación física y deportiva, en los próximos años se construirán por cientos.  Y no tardaremos muchos años en que la totalidad de nuestra población escolar infantil tenga magníficos establecimientos escolares, con sus profesores, entre ellos el profesor de educación física y deportes, con una alimentación óptima adecuada a su edad. 

Y entonces calculen ustedes la inmensa masa que irá creciendo, desarrollándose, y los avances que logrará nuestro país con la tradición que se está creando hoy, que está creando esta generación de atletas, con la experiencia que se está adquiriendo hoy.  Entonces estaremos en condiciones realmente de luchar en el deporte con Estados Unidos, y vencer a Estados Unidos en el deporte (APLAUSOS). 

Ya en algunos los hemos derrotado.  Y en cada olimpiada nueva y en cada enfrentamiento con Estados Unidos iremos derrotándolos en algunos nuevos deportes y en algunas nuevas competencias (APLAUSOS). 

En nuestro país desapareció del deporte toda manifestación de comercio, de mercantilismo. 

Recientemente un comentarista deportivo que últimamente había estado haciendo tal vez un poco demasiados elogios de nuestros peloteros, al parecer le llamaron la atención, recibió alguna crítica, y entonces cambió de onda y dijo que no era tan bueno el equipo, que no era tan fiero el león como lo pintaban y que, además, había desaparecido el estímulo del profesionalismo y la posibilidad de montar en un Cadillac en vez de un jeep ruso (RISAS). 

¡Vean qué filosofía, qué mentalidad!; además, ¡qué disparate, qué mentira!  ¡Porque lo que ha hecho, la esencia del éxito de nuestro deporte es la desaparición del profesionalismo!  (APLAUSOS)  y nunca nuestro deporte, nunca nuestro deporte, nunca nuestra pelota, nunca ninguno de nuestros deportes alcanzó la extraordinaria calidad que posee hoy; nunca jugaron nuestros atletas con tanto valor, con tanto brío; nunca se lanzaban sobre las bases como se lanzan ellos, nunca se arriesgaron como se arriesgan ellos; porque defienden algo que vale mucho más que el dinero, que es el honor, su prestigio, su reputación, su moral (APLAUSOS). 

Y debemos decir que además de infortunada la comparación sobre el Cadillac, debemos decir que aquí nunca, jamás, habrá Cadillac para nadie, porque eso es un derroche de material, de combustible y de recursos que los necesitamos para otras cosas.  Pero debemos decir que nuestros atletas ni siquiera tienen jeeps rusos, y la Revolución ni siquiera les da una bicicleta por sus éxitos y por sus triunfos, excepto —naturalmente— los que practican el ciclismo (RISAS). 

Es decir que en nuestro país yo creo que ese es el mérito más grande, el éxito más grande, la satisfacción más grande:  saber la calidad humana de estos atletas. 

¿Atletas pagados?  ¿Atletas profesionales?  Eso es precisamente lo que ha destruido el atletismo en tantos países.  Y esa es una de las muchas —aunque no la única— explicaciones de las victorias de nuestro país; ese es uno de los factores.  Y es uno de los factores por los que nosotros estamos seguros de que tarde o temprano le ganaremos también allí a Estados Unidos en los deportes, lo derrotaremos; porque aparte de otras muchas cosas, de otros muchos vicios, tiene la corrupción del profesionalismo en los deportes. 

Y hay que decir que aquí dejan de ser profesionales casi hasta los médicos.  Si el sentido de una actividad, de una especialidad, ya aquí la desempeñan las personas sin estar pensando en eso.  La vocación.  Los que curan, los que construyen, los que proyectan, ¿con qué espíritu?  ¿Acaso están trabajando por el Cadillac?  ¡Hace mucho rato que esa concepción podrida ha desaparecido de nuestro país!  Y los que añoraban y trabajaban por esas cosas se fueron hace rato. 

Los buenos médicos, magníficos médicos que tenemos en nuestro país, a esos también les pudieran llamar en otros lugares profesionales.  Y un día aquí no se les podrá llamar profesionales. 

No solo en el deporte, sino que prácticamente en todas las actividades de nuestro país ahí se van formando y desarrollando conceptos nuevos.  Y prácticamente a ninguna otra actividad en un futuro se le podrá aplicar ese viejo concepto del profesionalismo, que es también el concepto del maestro que enseña por ganar dinero, del médico que salva una vida de un rico por ganar dinero y no se la salva a un pobre, al que no tiene dinero. 

Es decir que todas esas concepciones en todas las actividades de nuestro país —no solo en el deporte, sino en todas las demás—, ese concepto prácticamente desaparecerá de la faz de nuestra nueva sociedad. 

Y decimos que en el deporte estamos empezando, y que lo del deporte no es más que una parte.  Ya veremos en todos los demás campos y en todos los demás frentes.

Nosotros tuvimos oportunidad de conversar con los atletas, porque fuimos a alcanzarlos un poco antes de llegar al puerto de La Habana.  Y son interesantes  todas las historias que hacen de las conversaciones allí, pero vale la pena escribir un libro con todas las cosas que cuentan:  las preguntas que les hacían. 

Hubo una compañera a la que le decían:  "¿Pero ustedes no pasan hambre?"  Y ella decía:  "Pero, muchacho, ¿usted no ve el tamaño que yo tengo?" (RISAS)

Y a otros les decían:  "¡Pero si están duros como hierro!"  Esas conversaciones. 

Y otro:  "Dígame, ¿es verdad que allí no se pagan las escuelas?" "No, no se pagan."  "¿Es verdad que la vivienda en muchos casos ya no se paga?"  "No, no se paga."  "¿Es verdad que se entra a todos los espectáculos deportivos gratuitamente?"  "Sí, gratuitamente."

Entonces todas estas cosas les parecen cosas de la luna, de otro planeta, de otros lugares. 

Pero es interesantísimo los cuentos que hacen de todas las conversaciones.  Porque nuestras delegaciones tienen una oportunidad tremenda de salir de aquí.  Van y palpan todo, sobre todo el aspecto humano. 

Nosotros no somos —ni mucho menos— un país rico.  Nosotros tenemos por delante mucho trabajo, mucha miseria que superar, mucha pobreza que superar.  Pero la condición humana, lo que se ha ido creando, las posibilidades que se han ido creando ellos las pueden comprobar perfectamente bien. 

Y nosotros debemos decir realmente que todos nuestros atletas son magníficos representantes de nuestra juventud.  Es increíble todos los análisis que ellos por su propia cuenta hacen.  Y cuando refieren sus conversaciones y sus discusiones se revela qué grado de educación, de cultura política tienen, sin que hayan sido escogidos porque sean cuadros políticos, sino sencillamente porque son buenos atletas y se han destacado por eso. 

Pero nos admira ciertamente, nos impresiona la calidad humana de nuestros atletas, entre las cuales sobresale, en primer lugar, la modestia —una virtud tan extraordinaria—, la sencillez, la humildad, la disciplina, la vocación que tienen por el deporte, el sentido de la responsabilidad que tienen cuando están representando al país en un evento y, además, el valor con que luchan, con el espíritu con que pelean, incluso como ocurrió en algunos deportes en que no obtuvimos medallas pero en que se dieron magníficas peleas. 

Ocurrió, por ejemplo, en el baloncesto.  Todo un público enorme, que lógicamente era partidario de su equipo.  Y allí hay que ver la pelea que dio nuestro equipo de basquetbol masculino, enfrentándose incuestionablemente a un buen equipo. 

Y en otros eventos donde no se obtuvieron las medallas, todos los deportistas pelearon con un gran tesón.  En el boxeo hubo magníficas peleas como la de Carbonell, la segunda pelea de Buides.  Yo me imagino que ustedes están todos enterados igual que yo de que fueron peleas muy duras y que fueron magníficas peleas.  

De manera que tienen también nuestro aprecio y nuestra admiración los atletas que pelearon aunque no hayan traído una medalla, porque trajeron una medalla de oro moral para todos nosotros (APLAUSOS).

Hay que decir también que en esta ocasión, al revés de lo que ocurrió en Puerto Rico, donde las autoridades yankis realizaron todo tipo de groserías, los miembros de nuestra delegación fueron atendidos con todas las consideraciones y todo el respeto por las autoridades panameñas.  Y es justo que también se consigne que ellos están satisfechos del trato y de las atenciones recibidas, en general, tanto por las autoridades como por el pueblo panameños (APLAUSOS). 

Debemos señalar que en el éxito de nuestros atletas tuvieron una participación muy importante los entrenadores, entrenadores cubanos, y un numeroso grupo de entrenadores de los diversos países socialistas que nos han estado ayudando en el desarrollo técnico de nuestros deportes.  Y debemos sentirnos profundamente agradecidos de esa cooperación que han tenido en el desarrollo del deporte en Cuba. 

Han trabajado también las distintas comisiones, los distintos dirigentes de los distintos deportes en nuestro país, y han trabajado también con un gran esmero los compañeros dirigentes del INDER. 

Nuestra delegación era numerosa.  Se ve ya todo el desarrollo:  qué gran número de entrenadores, de profesores; disponemos de médicos.  Iba un numeroso y magnífico team médico en nuestra delegación. 

Y aquí ya se iban desenvolviendo algunos de los símbolos.  Iba nuestra victoriosa delegación, símbolo del desarrollo de la educación en nuestro país; viajaron en un barco que lleva el nombre de "Victoria de Girón" (APLAUSOS), símbolo de la heroica lucha de nuestro pueblo contra el imperialismo.  Barco que además de llamarse "Victoria de Girón", tiene capacidad de carga de más de 15 000 toneladas.  Uno de los tres últimos barcos de ese tipo que han ido a engrosar nuestra creciente y pujante flota mercante (APLAUSOS), con una tripulación de marinos, una tripulación de técnicos y de oficiales, y un capitán magníficamente calificado.  En su inmensa mayoría compañeros todos muy jóvenes, que también en el curso de estos años —rompiendo el bloqueo y navegando por los mares del mundo— han ido adquiriendo una experiencia en su trabajo abnegado, callado, difícil muchas veces.  Y han ido creando también ya, al igual que los tripulantes de la marina de pesca, una tradición de mar, una tradición de marina mercante, una tradición de marina pesquera, que no poseíamos ni podíamos poseer cuando solo disponíamos de tres o cuatro cacharros que nadie podía asegurar si se hundían a los tres días de salir de nuestras costas. 

Ya nuestro país está disponiendo de mercantes de hasta 15 500 toneladas de carga.  Y desde luego podemos decir también, tanto en la marina mercante como en la marina de pesca, que estamos empezando.  Y que si había una digna representación deportiva, había una digna representación de entrenadores, de dirigentes deportivos, de médicos, y había una digna representación de nuestra marina mercante en el barco "Victoria de Girón", todos los cuales son síntomas de que se van reuniendo poco a poco y que algún día no serán ni dos ni tres, sino será en todos los órdenes, cuando despertaremos a la nueva realidad forjada con el espíritu de trabajo y con el entusiasmo de nuestro pueblo en la dura lucha de estos años, y que son riquezas eternas porque se basan en el desarrollo del hombre, además del desarrollo material.  Riquezas eternas, tradiciones eternas que nuestro país está creando en estos años de dura lucha. 

Hemos hecho un alto en el duro trabajo de estos días, en ese maratón en que estamos enfrascados, que es la zafra de los 10 millones (APLAUSOS).  Maratón que se enfrenta a condiciones difíciles:  la naturaleza enfrente presentando obstáculos, amén de algunos problemas industriales, sobre todo en la provincia de Oriente, expuestos anteriormente. 

Pero a todas esas dificultades nos enfrentaremos.  ¡Caña hay para los diez millones!  Se han cortado unas 50 000 caballerías de caña; nos quedan 60 000 caballerías de caña todavía.  ¡Caña hay! 

Si se presenta tiempo adverso, lucharemos también contra el tiempo.  Porque en esta dura competencia no queremos victorias simplemente morales, queremos medalla de oro, ¡medalla de oro en la zafra de los diez millones!  (APLAUSOS)

De manera que encontramos dificultades, pero se lucha, se seguirá luchando y llegaremos hasta el final cortando toda la caña necesaria, ¡hasta la última caña en cualquier circunstancia!

Debemos decir que se están construyendo unos 80 kilómetros diarios de caminos en las áreas de caña que se van a cortar en mayo y junio.  Se están desarrollando los movimientos de caña de todas las áreas bajas para terminar más temprano todas las áreas bajas y se va desarrollando el plan a pesar de que en el transcurso de este quinto millón ciertamente     —desde Pinar del Río hasta Camagüey—, en dos ocasiones, en menos de 10 días, han caído aguaceros realmente respetables, que han afectado sobre todo en la provincia de Camagüey.  ¡Pero se levanta rápidamente!  Tiene una pequeña baja, una baja, se sostiene, ¡y se levanta! 

Se está luchando con un gran espíritu en este momento en todas las provincias. 

Y también nuestros atletas van a participar, la delegación.  Excepto basquetbolistas, porque tienen un campeonato pronto, masculino y femenino; algunos esgrimistas que tienen que competir; los de pelota, porque van a organizar una serie que nosotros les sugerimos organizar ahora.  Como la pelota estuvo casi interrumpida por la competencia y el entrenamiento...  Y sin duda que el espectáculo deportivo, aunque el interés crece en todo, pero existe tradición, un gran interés en los macheteros y en todos los que están en los albergues.  Y estoy seguro de que van a echar de menos a la pelota. 

Entonces, les sugerimos a los compañeros que se organizara una serie que se llame "la serie de los 10 millones" (APLAUSOS), que sea un equipo por provincia.  Una serie especial de un equipo por provincia, desde el 1ro de abril hasta el 15 de junio. 

Les pedimos esa cooperación a los peloteros. 

Y ya les advertimos, desde luego, que les van a caer sus aguaceros porque en ese período...  aun en este mismo período —mientras ellos estuvieron por allá— llovió bastante. 

Pero una serie especial.  Y ellos tienen después el campeonato panamericano en que se van a enfrentar con los yankis en pelota.  ¡Y tienen que estar bien entrenados!  Creo que es más o menos... 

(LE DICEN ALGO AL COMANDANTE)

Sí, sí, el mundial en Colombia, en diciembre.  Así que hay un evento muy importante. 

Ellos cooperan con los 10 millones con un buen espectáculo, con una buena serie.  Y por eso, a pesar de que todos han estado, hasta los tripulantes del barco...  Créanme que los tripulantes del barco, todos quieren ir a cortar caña. 

Pero nosotros les dijimos:  Ustedes tienen que sacar el azúcar y tienen que traer muchas maquinarias que están esperando en los muelles de Europa y de todas partes.  Miles de equipos están esperando por nuestros barcos.  Les dijimos:  A ustedes sí que de verdad ni un día les podemos permitir, porque ustedes no pueden perder ni un día en las transportaciones que hay que hacer de azúcar hacia afuera.  Y las máquinas, señores, las máquinas que entran este año en el país, son respetables, ¡respetables!  Porque podemos decir también que en el desarrollo de nuestra agricultura estamos empezando.  Cuando hayamos hecho los 10 millones, podemos decir:  Señores, en materia de agricultura simplemente, de construcción de caminos, de carreteras, de presas y de edificación... 

Baste decir que este año entran en nuestro país unas 500 grúas, la mayor parte de construcción; baste decir que entran más de 1 000 camiones de volteo de 12 toneladas.  Les advierto a los vecinos de por aquí que van a ver equipos entrando para la batalla contra el subdesarrollo.  ¡Estamos simplemente comenzando! 

Y por eso nosotros les pedimos a los marineros que nos excusaran, pero que de verdad no podíamos atender su deseo de ir a cortar caña, por razones lógicas. 

Y a los atletas a que nos hemos referido, que nos preguntaban si las de natación eran muy jovencitas, y yo dije:  bueno, si quieren ir pues que vayan también con toda la delegación.  Y van a ir entrenadores, periodistas, el team médico.  ¡Todo el mundo!  Van a ir a trabajar un mes en la zona del central Uruguay —después que pasen unos días con sus familiares— y van a las cañas que hay que cortar donde sobran para mandarlas a algunos centrales de la provincia de Las Villas.  Y toda la delegación, incluso Eddy Martin, Salamanca y todo el mundo.  Y que nos cuenten también todos los días, como si estuvieran en Panamá.  ¡A golpe de mocha en Panamá, y ahora a golpe de mocha en el Uruguay! 

Así que van a participar también...  Y eso todavía le va a causar más asombro a la gente.  Y dirán:  ¡qué bárbaros!  No les dan ni Cadillacs, ni siquiera les dan el jeep soviético, y además van los atletas a cortar caña cuando regresan victoriosos y cargados de medallas de oro de Panamá (APLAUSOS). 

Porque nuestros atletas es muy lógico que quieran participar también en este maratón y quieran participar también en esa importantísima medalla de oro para nuestra economía, que es la zafra de los 10 millones. 

Así que en nombre de todo el pueblo, de todos los aficionados, de todos los admiradores, les expresamos nuestro reconocimiento, nuestra simpatía, nuestro cariño y nuestra bienvenida a nuestros victoriosos atletas. 

(DEL PUBLICO LE DICEN:  "¿Y Pacho?")

¡Ah, sí, Pacho va también! 

¡Patria o Muerte!

¡Venceremos!

(OVACION)