DISCURSO PRONUNCIADO POR EL COMANDANTE FIDEL CASTRO RUZ, PRIMER SECRETARIO DEL COMITE CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA y PRIMER MINISTRO DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO, EN VISITA A LA FABRICA UJTOMSKI, EN LA CIUDAD DE LIUBERTZY, EL 3 DE JULIO DE 1972.

 

(DEPARTAMENTO DE VERSIONES TAQUIGRAFICAS

DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO)

 

Queridos trabajadores de la fábrica Ujtomski: 

 

Yo lamento haberles quitado un poco de tiempo del trabajo o del descanso, pero nuestra delegación deseaba visitar esta fábrica y saludar a sus trabajadores (APLAUSOS), porque entre el colectivo de esta fábrica y nuestro país se ha establecido una cooperación importantísima para Cuba. 

Desde el año 1964 esta fábrica lucha por resolver el problema de la mecanización de la cosecha de la caña en nuestro país.  Y para que ustedes tengan una idea de la importancia de esta tarea, deseo señalarles que para producir 5 millones de toneladas de azúcar nuestro pueblo históricamente tenía que cortar y cargar manualmente 42 millones de toneladas de caña. 

En nuestro país en el pasado, antes de la Revolución, había un enorme ejército de desempleados, no había suficientes escuelas, más de la mitad de los niños en edad escolar carecían de escuelas y de maestros, carecían de asistencia médica, los problemas sociales eran muy difíciles, porque el imperialismo desarrolló en Cuba la producción de azúcar a bajo costo y el turismo.  Ya ustedes se imaginarán cuál era el turismo en Cuba, visitas de burgueses, visitas de gángsters, jugadores, gente que iba a divertirse, a jugar, a embriagarse y a ofender a nuestro pueblo.  Pero el capitalismo mantenía en Cuba la producción azucarera a base del desempleo, con una parte de la población que no trabajaba, no podía trabajar ni tenía trabajo la mayor parte del año.  Y para poder hacer la zafra todos los años antes de la Revolución los obreros tenían que trabajar 14 horas y no tenían ningún beneficio social.  Con la Revolución se desarrollan muchas actividades en el país y desaparece el ejército de los desempleados. 

Lógicamente a partir de ese instante la cosecha de la caña se convirtió en un problema serio que nos ha obligado a todos los años movilizar cientos de miles de obreros de la industria, de estudiantes y de soldados, afectando en general los planes de desarrollo económico, afectando el desarrollo de los estudios y afectando la preparación combativa de nuestras tropas.  Si en vez de 5 se producen 10 millones de toneladas haría falta cortar y cargar manualmente 85 millones de toneladas de caña.  De hecho, históricamente medio millón de trabajadores en nuestro país, es decir, unos 350 000 hombres en la cosecha y unos 150 000 en la industria y en el transporte, eran necesarios para hacer la zafra.  El corte manual de la caña es de muy baja productividad. 

Para tener una idea:  medio millón de hombres producían unos 650 millones de rublos, algo más de 1 200 rublos al año por hombre, es decir, nuestra economía histórica estaba basada en una productividad muy baja. 

Si analizamos, por ejemplo, la productividad de ustedes en esta fábrica —según nos explicó el director— unos 8 000 obreros producen 90 millones de rublos en maquinaria, la productividad por hombre, la producción por hombre al año es ocho veces casi la producción de un hombre cortando caña.  De manera que esto les da una idea de la importancia que para Cuba tiene la mecanización de la caña. 

Si históricamente en la cosecha, en el corte de la caña se empleaban 350 000 hombres, con no más de 30 000 hombres si se mecaniza totalmente el corte de caña se puede hacer la zafra, esto contando los operadores de las máquinas, los de mantenimiento, para hacer la zafra de 5 millones, de 7 millones ó de 10 millones de toneladas, simplemente prolongando el período de cosecha y molida.  Por esto, el problema más importante que tiene nuestro país en los próximos años es la mecanización del corte de caña. 

Ustedes no podrían concebir actualmente la Unión Soviética, la economía soviética y el desarrollo soviético, si todo el trigo, y todo el maíz, y toda la cebada, y todos los cereales y todo el algodón tuvieran que cosecharlo a mano.  ¿Cuántos trabajadores necesitarían en el campo?  ¿Cuántos podrían tener trabajando en las industrias? 

Esa es la situación de nuestro país:  nuestro cultivo principal, la caña, el renglón más importante de nuestra economía, lo hemos tenido que estar realizando a mano.  Y eso afecta todo el resto del desarrollo de nuestro país y la actividad de la nación. 

Creemos que estos argumentos son suficientes para demostrar la gran importancia que nosotros le damos a esta tarea, y el extraordinario servicio que significa para Cuba la solución del problema de la mecanización de la caña.  No es una cosa de poca importancia.

Pero además no existían ese tipo de máquinas en el mundo.  ¿Por qué?  Porque la caña se producía principalmente en los países pobres, subdesarrollados.  En las condiciones de desempleo y de hambre, la introducción de la máquina habría creado problemas sociales muy serios.  Y si algunos países capitalistas un poco más industrializados habían desarrollado ya algunas máquinas rudimentarias, nosotros, con el bloqueo económico de Estados Unidos, no teníamos oportunidad de adquirir esas máquinas. 

Por eso desde el principio de la Revolución, los pocos ingenieros que había en nuestro país se dedicaron a dar los primeros pasos en ese sentido.  Pero para resolver ese problema se necesitan muchos ingenieros, muy experimentados y una industria mecánica muy desarrollada.  Y Cuba no tenía ninguna de las dos cosas. 

Pero además la mecanización de la caña no es tan fácil como mecanizar el maíz, mecanizar el trigo, mecanizar la avena, mecanizar la cebada, mecanizar el arroz.  El maíz crece derecho y parejo, el trigo crece derecho y parejo.  Ahora, la caña no es así:  la caña cuando tiene alta producción tiende a caerse, crece en forma irregular, se mezclan unas cañas con otras, unas caen en una dirección, otras caen en otra, tienen mucha paja, y hay que utilizar diversas variedades según el período con distintas características, hay que cortarlas, limpiarlas, en condiciones muy irregulares.  No era un problema fácil para la industria mecánica. 

Pero durante todos estos años se ha trabajado.  Trabajaron nuestros técnicos, trabajaron mucho los técnicos soviéticos, con más experiencia; trabajó la industria mecánica soviética, y ya por lo menos técnicamente está resuelto el problema.  Desde luego que cada año la máquina se perfeccionará más, tendrá más eficiencia y tendrá más producción.  Pero ya lo que se ha logrado hasta ahora desde el punto de vista técnico es muy alentador.  Se ha logrado fabricar ese prototipo de máquinas que, como ustedes la ven, en la maqueta que me obsequiaron, es una máquina compleja, es una máquina potente, y además, es una máquina bonita.  Yo estoy seguro de que ustedes se van a sentir orgullosos cuando salgan rumbo a Cuba las primeras 50 combinadas de este tipo (APLAUSOS). 

Pero al solucionar el problema no solo estarán contribuyendo a solucionar un problema en Cuba.  Hay que tener en cuenta que muchos países cultivan la caña de azúcar, y que esos países más tarde o más temprano necesitarán mecanizar la cosecha de caña.  Cuando ese momento llegue, ya estarán desarrolladas las máquinas, organizada la producción de esas máquinas, y estará acumulada toda la experiencia necesaria. 

Ciertamente que nuestros países, ustedes y nosotros, hemos tenido que trabajar 10 años para encontrarle solución técnica al problema, y ahora tendremos que trabajar unos cuantos años más, tanto en la producción de las máquinas como en la creación de las condiciones en el terreno para la mecanización. 

Se puede por eso decir que la técnica soviética, la mecánica soviética, a través de esta fábrica ha estado resolviendo un problema muy importante para muchos países.  Esto es resultado de la cooperación internacional, de los vínculos amistosos entre el pueblo soviético y el pueblo cubano (APLAUSOS). 

Inicialmente estas máquinas se van a construir aquí.  Existe la idea de organizar un taller de ensamblaje en Cuba en el futuro, realizar el montaje y la producción de algunas piezas.  Y tiene que llegar el día en que Cuba también, con el desarrollo de su industria mecánica, produzca esas combinadas.  Pero, desde luego, pasará tiempo antes de que se logre eso.  Actualmente solo es posible resolver el problema a través de ustedes. 

Nosotros hemos visitado la fábrica, hemos recibido una amplia información de la historia de esta fábrica.  Y como se señaló aquí, realmente es una fábrica que representa la tradición heroica del pueblo soviético, desde la Revolución de 1905 hasta la Gran Guerra Patria, pasando por la participación de los obreros de esta fábrica en la gloriosa Revolución de Octubre, en la lucha contra los intervencionistas, contra las bandas mercenarias, en el desarrollo de los planes quinquenales, y después de la segunda Guerra Mundial, en la reconstrucción del país. 

En nuestro recorrido por los talleres, nosotros hemos recibido una gran impresión viendo la organización, la disciplina, el espíritu de trabajo de los obreros de esta fábrica, los hombres y las mujeres.  Para nosotros es sumamente interesante y de mucho aliento ver cómo han podido ustedes crear esa conciencia, esa disciplina y ese espíritu de trabajo, y también ver los resultados de esos esfuerzos. 

Ya se nos había explicado que esta fábrica no era de las más modernas, que la fábrica tenía unos 70 años de vida, que además, es una fábrica que no era de las más modernas plantas soviéticas de la industria mecánica.  Pero nosotros tuvimos oportunidad de ver algunas de las industrias más modernas que se han construido en los últimos años:  visitamos la fábrica de aviones de Voronezh y visitamos la fábrica electrónica de esa misma ciudad, y visitamos las plantas nucleares, como visitamos también en la Ciudad Estelar, cerca de Moscú, los laboratorios y el centro de entrenamiento de los cosmonautas. 

Y ciertamente, las fábricas que visitamos en Voronezh, son fábricas modernísimas.  La fábrica de aviones tiene tornos automáticos y programados, y allí se construyen piezas muy complicadas, de aceros muy especiales, y allí se montan los aviones, ya comienzan a montar en serie el TU-144. 

Es ciertamente un gran logro de la ciencia y de la técnica soviética; la productividad es muy elevada, y no hay problemas relacionados con la aviación, con los aviones, con las comunicaciones, con la seguridad aérea, que no se hayan resuelto en aquella planta.  Y producen casi todos los elementos principales del avión. 

La industria electrónica igualmente está integrada por una gran cantidad de equipos automáticos y muy modernos.  Se ve allí una industria de vanguardia.  Y allí fabrican computadoras, fabrican todos los equipos necesarios para el desarrollo de la electrónica. 

Y las fábricas nucleares ya están terminando la cuarta planta en Voronezh, y es increíble la diferencia que hay entre la primera y la cuarta.  Mientras los ingenieros luchaban por desarrollar y perfeccionar esa combinada en Ujtomski, grupos de ingenieros y de científicos de Voronezh han trabajado en el desarrollo de las plantas eléctricas atómicas, y ya las plantas tres y cuatro tienen el doble de la producción con la mitad del volumen de los equipos, tienen menos máquinas y la producción es mucho mayor.  Los centros de control de la primera planta es más del doble del centro de control de la tercera planta.  Todos los equipamientos de las industrias mencionadas han sido producidos en la URSS. 

Es realmente motivo más que de sobra para sentirse orgulloso de esos gigantescos avances técnicos, que van colocando a la URSS en muchas de las ramas a la vanguardia del mundo. 

Desde luego, simultáneamente no se puede automatizar toda la producción; simultáneamente no se puede programar en cintas electrónicas la producción de las piezas en todas las fábricas.  Naturalmente que eso lleva mucho tiempo, muchas inversiones.  El pueblo soviético tuvo que vencer dificultades muy grandes, porque fue el primer Estado socialista.  Después de la Revolución de Octubre fue bloqueada, aislada, agredida:  sufrió la destrucción de la primera guerra imperialista, la destrucción de las intervenciones y la guerra civil; tuvo que trabajar muy duramente en los planes quinquenales; vino luego la agresión fascista, que costó la vida de 20 millones de soviéticos, que causó la destrucción de la mayor parte de las industrias, de la mayor parte de la ganadería y de la agricultura.  Y la Unión Soviética y el pueblo soviético tuvieron que empezar otra vez; para reconstruir el país, apoyar al campo socialista que surgió después de la Segunda Guerra Mundial y como consecuencia de la histórica victoria del pueblo soviético contra el fascismo, tuvo que enfrentar el bloqueo imperialista y las amenazas de los imperialistas, que construyeron un cordón de bases militares alrededor de la URSS, y eso obligó al pueblo soviético a gigantescos esfuerzos no solo para reconstruir la economía, sino para desarrollar sus medios defensivos. 

Todo eso ha costado muchos esfuerzos y muchos recursos.  Pero a pesar de eso, como se dijo aquí, el pueblo soviético, dirigido por su Partido leninista, ha sido capaz de vencer todas las dificultades y ha salido victorioso de esas luchas.  Hoy ha creado una poderosa base científica, base técnica, base económica, base industrial, que le permitirá marchar hacia adelante en el futuro sin que ya nada ni nadie pueda interrumpir ni impedir el trabajo creador y pacífico del pueblo soviético; sin que nadie pueda intentar siquiera las pasadas aventuras intervencionistas o las agresiones fascistas. 

El pueblo soviético no solo ha construido con ello su propio porvenir, sino ha creado también un sólido baluarte en el que apoya el movimiento revolucionario internacional.  La historia de la Revolución Cubana es una prueba de ello. 

Por eso pensamos que el progreso será cada vez mayor, que llegará un día en que todas las industrias y todas las producciones industriales sean también automatizados con tornos programados, y que las condiciones del trabajo se hagan cada vez más asequibles y más humanas, de la misma manera que ahora luchamos por elevar la productividad y por humanizar las condiciones de trabajo de los obreros y campesinos cubanos en la cosecha de la caña. 

Pero de la historia del pueblo soviético no solo han quedado las victorias, no solo han quedado las grandes proezas patrióticas, no solo ha quedado el gran desarrollo técnico, científico, industrial.  Esa historia ha quedado en el corazón y en el alma de cada soviético, en la conciencia del pueblo soviético, en sus virtudes revolucionarias, en su espíritu internacionalista a toda prueba. 

Si nos impresionan los triunfos en todos los campos, desde la Revolución de Octubre, lo que más nos impresiona es el espíritu del pueblo soviético, su conciencia política, su cultura política, su cohesión y su unidad en torno al Partido Comunista fundado por Lenin (APLAUSOS). 

Nosotros, que apenas hemos comenzado el camino de la Revolución, que estamos del otro lado del Atlántico, que conocemos los vicios del capitalismo, las debilidades del capitalismo, la corrupción de las sociedades capitalistas, que conocemos su decadencia, podemos apreciar en todo su inmenso valor los valores morales, los valores ideológicos, los valores culturales, los valores políticos que ha creado el pueblo soviético; podemos apreciar esas virtudes, podemos apreciar esas características. 

Y más que lo que puedan expresar las palabras y las frases, está la convicción de que el pueblo soviético ha realizado una proeza histórica imperecedera, que la humanidad y las generaciones venideras le agradecerán eternamente (APLAUSOS). 

Por eso vive y vivirá el leninismo en el corazón de los pueblos, triunfan y triunfarán las ideas marxista-leninistas en el mundo (APLAUSOS), triunfa y triunfará la noble causa de los oprimidos y de los explotados.  Y más tarde o más temprano, el camino iniciado aquel día luminoso de octubre de 1917 lo seguirán todos los pueblos del mundo, y triunfará el socialismo, triunfará el comunismo, triunfará la clase obrera y triunfará la paz (APLAUSOS). 

El imperialismo, con su sociedad de explotadores y explotados, sus guerras y agresiones, desaparecerá también.  Y la humanidad marchará hacia adelante. 

Eso es lo que ha enseñado al mundo el pueblo soviético.  Eso es lo que ha enseñado al mundo la historia del pueblo soviético.  Crecerá el prestigio de la Unión Soviética y crecerá su autoridad entre todos los pueblos del mundo.  Vive y vivirá la amistad entre los pueblos de Cuba y la Unión Soviética (APLAUSOS).  Se desarrollará el espíritu de fraternidad entre nuestros dos pueblos, se desarrollarán los vínculos.  Y dentro del seno del pueblo soviético se desarrollará la cooperación y la fraternidad entre el colectivo de esta fábrica y nuestros trabajadores cañeros, nuestros trabajadores azucareros.  Y ustedes tendrán noticias de cómo marchan estas máquinas, cómo trabajan, y qué éxitos y qué enormes beneficios sacará nuestro pueblo trabajador de esta cooperación del pueblo soviético, de esta cooperación de la fábrica Ujtomski. 

¡Viva el pueblo soviético!  (APLAUSOS)

¡Viva el Partido Comunista de la Unión Soviética!  (APLAUSOS)

¡Viva el internacionalismo proletario!  (APLAUSOS)

¡Viva la eterna e indestructible amistad entre los pueblos de la Unión Soviética y Cuba!  (APLAUSOS)

Muchas gracias. 

(OVACION)