DISCURSO PRONUNCIADO POR EL COMANDANTE FIDEL CASTRO RUZ, PRIMER SECRETARIO DEL COMITE CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA y PRIMER MINISTRO DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO, EN LA COMIDA DE DESPEDIDA DE LA PROVINCIA DE ROSTOCK, EFECTUADA EN EL HOTEL "NEPTUNO", EN WERNEMUNDE, RDA, EL 18 DE JUNIO DE 1972.

 

(DEPARTAMENTO DE VERSIONES TAQUIGRAFICAS

DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO)

 

Querido compañero Lamberz;

Querido compañero Tisch;

Queridos compañeros de la RDA y de Cuba: 

 

Próximo ya a cumplirse las 48 horas de nuestra llegada a la ciudad de Rostock, ha llegado el momento de marchar, y nos hemos reunido aquí para despedirnos. 

El compañero Harry Tisch expresó que esta visita de nuestra delegación a Rostock era visita que él consideraba de carácter histórico, por lo que significa de contacto con el pueblo de la RDA, con la obra de la RDA y con la ciudad de Rostock. 

Nosotros entendemos que en lo que se refiere a las relaciones de Cuba y la RDA, este recorrido nuestro tendrá, sin duda, una significación histórica y marcará una nueva fase de ascenso y de desarrollo de nuestras relaciones. 

Hemos sido recibidos en todas partes, en Berlín, en Halle, en Leuna, en Dresde, y aquí en Rostock, con un gran calor, un gran afecto por parte del pueblo de la RDA, que refleja incesantemente la gran sensibilidad de este pueblo, sus sentimientos, y refleja sobre todo la educación que ha recibido del Partido; refleja la conciencia internacionalista que se ha forjado en estos años de dura lucha.  El pueblo refleja en sí mismo, más que ninguna otra cosa, lo duro y lo difícil que ha sido el esfuerzo, porque todo esfuerzo histórico, todo esfuerzo creador que se ha llevado a cabo en difíciles condiciones en la RDA, se refleja en las calidades del pueblo, en el espíritu del pueblo. 

En Rostock hemos sentido en todas partes, en todas las calles, en todas las esquinas, la amistad y la simpatía hacia nuestra delegación.  En esta ciudad hemos tenido oportunidad de tener contacto masivo con el pueblo, contacto con los magníficos marinos de la Cuarta Flotilla, contacto en general con toda la población.  En esta ciudad hemos sido atendidos con exquisitas atenciones.  Desde que llegamos aquí pudimos palpar todo el interés y el esfuerzo que hicieron para que nuestra delegación se sintiera bien.  En este hotel todos los trabajadores, comenzando por el Director, hicieron su mejor esfuerzo por atendernos, pusieron a nuestra disposición virtualmente las magníficas instalaciones de este hotel, las piscinas, los campos deportivos; pero, por encima de todo, la atención de los trabajadores. 

Aquí hemos tenido oportunidad de descansar, de recuperar energías, de hacer ejercicios, de hacer deportes.  Algunos aficionados a la cacería obtuvieron el trofeo, y otros pues jugando ping-pong, el juego de bolos, pues también invertimos nuestro tiempo de una manera útil y saludable. 

Entre otras cosas hemos aprendido aquí y llevaremos el recuerdo de la hospitalidad, llevaremos la idea de cómo se puede atender a una delegación cuando se quiere atender de verdad a una delegación. 

Nosotros queremos atender las delegaciones que visitan a nuestro país, pero no siempre logramos los éxitos que han logrado ustedes con nosotros.  Ha sido particularmente conmovedor palpar incesantemente el cariño con que el compañero Harry Tisch habla de Cuba, el afecto con que él recuerda cada hora, cada día que pasó en nuestro país; el gran respeto que él refleja en cada una de sus palabras sobre Cuba.  Y eso nos llega profundamente y nos permite reconocer en él un verdadero amigo de nuestra Revolución. 

Afortunadamente ya son varios los dirigentes de la RDA que han estado en Cuba, y esos contactos demuestran por sí mismos todo lo que ayudan al desarrollo de las relaciones, al mejor conocimiento y comprensión entre los países, las visitas. 

Nosotros vamos a trabajar en ese sentido para intercambiar las visitas de los dirigentes y las visitas oficiales entre nuestros dos países. 

Como un hecho adicional, en la ciudad de Rostock, a nuestra llegada recibimos también el testimonio de amistad de los combatientes de la base aérea soviética.  Allí los soldados, los oficiales y los familiares, todos, nos recibieron con gran cariño.  De modo que hemos visto en la práctica las expresiones más hermosas de las ideas revolucionarias, de la cultura revolucionaria, de la conciencia revolucionaria en las masas, su espíritu internacionalista.  Lo hemos visto en la gran obra que se ha desarrollado en esta zona de Rostock. 

En la mañana de hoy pasábamos por un lugar donde se conserva el único barco que tenía al principio la flota de la RDA.  Es un pequeño barco de mil y tantas toneladas, que está allí a disposición de los pioneros.  Desde entonces no han pasado muchos años, menos de 20 años.  Lo que eso significa, cuando se piensa que ya esos modernos astilleros construyen por lo menos 80 barcos mucho más grandes que ese barco, que ya ustedes tienen una flota de 1 800 000 toneladas y que las líneas de la RDA cruzan los mares en todas direcciones. 

Y así han desarrollado igualmente la flota pesquera. 

Cuando se calcula el número de obreros, los espigones, en fin, todo el desarrollo industrial de esta ciudad, y el desarrollo social —de lo cual hablábamos nosotros en el día de ayer—, se puede apreciar lo que es posible hacer, lo que un pueblo puede hacer bajo la dirección de un partido revolucionario. 

Nosotros sabemos que durante muchos años, un buen número de años —tengo entendido que 11 años— el compañero Tisch ha estado aquí en esta región y que los avances logrados están muy asociados a su esfuerzo y a su actividad.  Vimos la expresión de las ideas marxistas en los marinos, en su combatividad, en el hecho de que casi el ciento por ciento de los oficiales son miembros del Partido, más del 80% de los suboficiales son igualmente miembros del Partido y que el resto de las tripulaciones son o miembros del Partido o miembros de la Juventud.  Pero vimos también la expresión del espíritu internacionalista, que es una de las mejores esencias del marxismo, en las unidades de la URSS que se encontraban en la base donde llegamos, que como decía el compañero Tisch montan guardia en el Báltico y protegen a la RDA de los riesgos de la agresión imperialista. 

Esta mañana el Jefe de la Cuarta Flotilla nos explicaba el número de escuadras, de barcos de guerra que tiene la OTAN ahí en las proximidades de la RDA; se cuentan por decenas el número de diversos tipos de barcos que poseen.  Además, hay que ver el número de efectivos militares que tiene la OTAN muy próximos a la frontera de la RDA.  Además, es notable el número de barcos que entran en el Báltico y cómo en los últimos tres años ha aumentado, al extremo de duplicarse el número de embarcaciones que penetran todos los años en las aguas del Báltico.  Y el Báltico es virtualmente un mar interno de la URSS, de Polonia y de la RDA, o de países como Finlandia, que tienen una posición neutral, o como Suecia, que no pertenecen a la OTAN.  Y ellos mandan 500 barcos. 

Ahora refleja la mentalidad de los imperialistas el hecho de que cuando embarcaciones soviéticas visitan Cuba o visitan el Mar Caribe, que son mares absolutamente internacionales, que son rutas obligadas de viaje hacia el Pacífico, donde más de una docena de naciones tienen costas con ese mar y entre ellas Cuba, que tiene 3 000 kilómetros de costas, los imperialistas arman grandes escándalos y grandes protestas y se sienten indignados. 

Ellos desarrollaron una mentalidad especial, que consistía más o menos en el hecho de que consideraban que los países socialistas estábamos obligados a vivir rodeados de bases.  Recordamos en la visita a la frontera aquel mapa donde aparecíamos rodeados de bases militares, cientos y cientos de instalaciones militares.  Nos obligaron, de hecho, a vivir con una espada sobre nuestras cabezas.  Todo el mundo conoce la historia de las fortalezas volantes que con armas nucleares han estado durante más de 20 años en el aire, siempre preparadas para la agresión.  Y ellos, en cambio, no están acostumbrados a ver barcos cerca de sus fronteras, ellos casi casi ni siquiera toleran la idea de que los barcos vayan a Cuba y se acerquen a las costas de Estados Unidos. 

Nosotros dijimos que allá estaba la Quinta Flotilla; pero aquí entre nosotros puedo decir más, y es que nuestro país siempre ha estado, está y estará a la disposición de los barcos de la comunidad socialista; que si algún día esos barcos quieren ir al Caribe, con el mismo derecho que los imperialistas mandan los barcos al Báltico, la Cuarta Flotilla, la Primera Flotilla y todas las flotillas pueden contar con Cuba y pueden visitarla. 

Cuando se conocen esas realidades se ve, se justifica plenamente y se puede apreciar el valor que ha tenido, para un país como la RDA, contar con el apoyo militar de la Unión Soviética, y la enorme seguridad que ha significado para la RDA la presencia de esa base y la presencia de esos equipos y unidades militares, sobre todo si se tiene muy presente que la RDA es un país pequeño, con 18 millones de habitantes, que no habría podido desarrollar una industria de armamentos completa, y un país contra el cual los imperialistas han sentido mucho odio y mucho espíritu agresivo.  Calculen todas esas fuerzas germanooccidentales, inglesas, francesas, y sobre todo yankis, enfiladas hacia la RDA, si no existiera la comunidad socialista, si no existiera la Unión Soviética, y si toda esa fuerza no estuviera unida en apoyo al pueblo de la RDA y a la independencia de este primer Estado socialista de obreros y campesinos. 

De modo que en nuestro viaje a Rostock una vez más hemos visto en acción las ideas, los criterios fundamentales, los principios revolucionarios fundamentales en el pueblo, en los jóvenes. 

Hemos palpado la fuerza del Partido, su presencia y su trabajo en todas partes.  Y lo más hermoso de todo:  los frutos del trabajo del Partido en el pueblo, por haber logrado forjar en estos años, y partiendo de circunstancias muy difíciles, un pueblo tan combativo, un pueblo tan revolucionario como es el pueblo de la RDA. 

Ustedes muchas veces nos dicen con gran honradez que también tienen problemas, que también existen las sombras.  Nosotros sabemos que siempre existen algunas sombras, dificultades, problemas contra los que hay que luchar.  Pero lo que nosotros pensamos es que cuando se comenzó había muy poca luz y mucha sombra, y que hoy las luces predominan por todas partes (APLAUSOS).  Y eso es lo que a nosotros nos impresiona, y eso es lo que despierta la admiración y la simpatía de nuestra delegación. 

De manera que nosotros vamos a partir de Rostock, como vamos a partir de la RDA, con un sentimiento de gran admiración, de gran cariño hacia la RDA.  En eso influyen, naturalmente, las atenciones de ustedes.  Pero no son las atenciones lo que concita nuestra admiración, nuestro reconocimiento.  Es el trabajo que ustedes han realizado, es la obra revolucionaria que ustedes han llevado a cabo con la RDA en estos 25 años, lo que conquista definitivamente nuestra admiración, nuestro apoyo, nuestra solidaridad y nuestra simpatía. 

Grandes atenciones es posible dispensarlas a cualquier delegación, pero lo que no es fácil de ninguna manera es mostrar una revolución del nivel de la que ustedes han hecho partiendo de las inmensas dificultades de donde ustedes partieron. 

Y por eso nosotros decimos que eso es sin duda una proeza humana, un esfuerzo verdaderamente histórico.  Y en cada punto hemos ido reafirmando esas ideas, esos criterios; mucho lo hemos reafirmado aquí en esta ciudad de Rostock. 

Por tanto, deseamos brindar por los éxitos del pueblo de la RDA, por los éxitos de Rostock, y deseamos brindar por la salud del compañero Harry Tisch (APLAUSOS).