DISCURSO PRONUNCIADO POR FIDEL CASTRO RUZ, PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE CUBA Y LOS CONSEJOS DE ESTADO Y DE MINISTROS, EN LA CLAUSURA DEL V CONGRESO DE LA FEDERACION DE MUJERES CUBANAS, EFECTUADA EN EL PALACIO DE LAS CONVENCIONES, EL 7 DE MARZO DE 1990, "AÑO 32 DE LA REVOLUCION".

(VERSIONES TAQUIGRAFICAS - CONSEJO DE ESTADO)

Invitadas e invitados;

Compañeras de la Federación de Mujeres Cubanas;

Compatriotas:

Llegó el momento de clausurar este congreso, donde participé todo el tiempo, excepto en los momentos en que las invitadas de otros países pronunciaron sus discursos, y no pude estar presente; soy testigo de cómo se ha desenvuelto este evento, he podido disfrutar el privilegio de escucharlas a ustedes.

¿Qué puedo decirles? Veo, en primer lugar, un gran avance. He participado en todos los congresos de la Federación y he podido valorar la diferencia entre cada uno de ellos; pero, sobre todo, en este he podido apreciar un enorme salto en muchas cosas: en la organización, en la profundidad de los análisis, en la claridad de las expresiones, en la elegancia de la palabra e incluso, en la calidad de los sentimientos y en el espíritu revolucionario.

¿Será que hemos avanzado tanto del IV al V Congreso, o será que en ustedes se refleja ya el espíritu que se requiere en estos momentos? Creo que hay de las dos cosas; pero lo que aquí hemos escuchado dice más que las cifras; dice más que los números; incluso, los explican: es que tenemos una tremenda fuerza en el sector femenino de la población. Podemos decir que ese sector existe, podíamos decir que prácticamente no existía, se le ignoraba de manera total, se le oprimía, se le discriminaba; pudiéramos decir, casi casi se le despreciaba, a pesar de las novelitas y los novelones de amor.

Cuando se dice que al triunfo de la Revolución no llegaban a 200 000 las mujeres que trabajaban, y en la mayoría de los casos en los peores y mal pagados empleos, en una población que tendría entre 6 y 7 millones de habitantes, y que hoy alrededor de 1 400 000 mujeres forman parte de la fuerza laboral del país —es decir que ha crecido más de siete veces el número de mujeres trabajadoras y seguirá creciendo—, refleja ya una participación extraordinaria de la mujer en la vida del país y empleos que están entre los más dignos y mejor pagados.

Cuando se habla —como se mencionaba en el informe— de que ya constituyen el 38,7% de la fuerza laboral —es decir, casi un 40%—, es lógico que esa fuerza se exprese aquí con la convicción que se expresa, con la seguridad y la confianza con que se expresa.

Cuando se dice que las mujeres constituyen ya el 58,3% de la fuerza técnica del país, es lógico que eso se evidencie y se demuestre aquí, y se puede apreciar, además, que crecerá todavía esa fuerza.

Cuando se señala que el 61% de los estudiantes de preuniversitario son mujeres y llegan allí en virtud de su aplicación, de sus resultados académicos, porque ustedes saben cómo tiene lugar el ingreso en los preuniversitarios, que es por expediente y de ellos se nutren después las carreras universitarias también por expediente y además por oposición; cuando se señala que el 55% de las matrículas universitarias está constituido por mujeres, se muestra una tendencia progresiva hacia un papel cada vez más importante y decisivo. Cuando se habla de fuerza técnica no se habla solo de los graduados de nivel universitario, sino también de los de nivel medio; y en las escuelas de maestros hay decenas de miles de mujeres, y también decenas de miles de maestras que están superándose para ser graduadas universitarias en un futuro no lejano.

Podría resultar interesante estudiar estos datos en otros países para ver, en Estados Unidos, por ejemplo, cuál es el papel de la mujer, qué porcentaje de la fuerza técnica constituye, cuál es su participación en la fuerza laboral del país; o qué ocurre en otros países desarrollados, o qué puede ocurrir en otros países del Tercer Mundo. Las cifras nos alientan, son alentadoras, en solo un período de 30 años; pero nos gustaría tener elementos de juicio para comparar, porque estoy convencido de que es difícil que en otras partes ocurra igual.

Esos hechos se reflejan en el congreso, cuando hablan aquí directoras de importantes hospitales, o directoras de importantes centros de investigación, jefas de contingentes o de brigadas; incluso allí en aquel terreno que era impenetrable para la mujer, que no se concebía antes de la Revolución, cuando ocupan responsabilidades cada vez más importantes en la vida del país. Y esa tendencia inevitablemente se abre paso, no podrá pararla nadie, no podrá detenerla nadie. Ya no se trata de una igualdad en abstracto, o de una lucha en abstracto por la igualdad; ya no se trata de una teoría, se trata de una realidad y las realidades son más fuertes que las teorías, las realidades son más sólidas que las abstracciones.

Se ha hablado de una igualdad futura o de la lucha por una igualdad, en que muchos teníamos la mejor intención de cambiar aquella situación que encontramos al triunfo de la Revolución; hoy esa es una realidad que se ha impuesto y estoy seguro de que se impondrá cada vez más, y, sobre todo a partir de este hecho de que las mujeres constituyan la mayoría de la fuerza técnica, y una mayoría que crece y cuyo talento se hace cada vez más evidente, cuyas cualidades son cada vez más incuestionables.

Casi la mitad de los investigadores del país son mujeres, en el área de la ciencia, un área decisiva y un área que está cobrando cada vez más importancia en nuestro país. Esa realidad se abre paso, ya no podemos hablar de promesas, sino de hechos; quedan barreras por vencer, pero serán inevitablemente vencidas.

¿Cómo ha sido posible? Ha sido posible por el esfuerzo de todo el pueblo, en el cual descuella, de manera especial, el esfuerzo de las propias mujeres; es fruto de la obra de la Revolución.

Cuando Vilma leía en el discurso inicial algunos datos —y de esos se pudieran amontonar—, expresaba el hecho de que un día como hoy, hace 30 años, la cifra de maestros no llegaba a 23 000, yo ciertamente creía que eran un poco más, no sé si ahí estarán incluidos también los profesores de nivel medio, si estarán incluidos los universitarios; pero yo calculaba que el número de maestros que tendría el país era alrededor de 40 000, no pasaban, desde luego, pero está ese dato del informe, seguramente lo buscaron en alguna fuente, y solo quedaría por esclarecer si se refiere solo a maestro o incluye los docentes de nivel superior, y que actualmente su número ascendía a 300 000 —casi 300 000—; para ser más precisos, debe estar alrededor de 280 000.

Eso significa no solo una oportunidad para que decenas y decenas de miles, cientos de miles de mujeres encontraran un empleo, sino, además, la posibilidad de que otras pudieran trabajar, si tenían a los hijos en las escuelas primarias, secundarias, preuniversitarias, universitarias.

Se mencionaba la cifra de más de 400 000 alumnos seminternos. ¿Sin esas escuelas de seminternos, en las condiciones de nuestro país, cuántas mujeres habrían podido incorporarse al trabajo?

Se habla de más de medio millón de estudiantes becados. ¿Sin esos becados, cuántas mujeres podrían incorporarse a lo largo de la semana al trabajo?

Se menciona la cifra de 140 000 niños en círculos infantiles. ¿Sin esos círculos infantiles, podrían las madres incorporarse al trabajó?

Se decía ayer que crece la demanda, y seguramente crecerá porque crecerá también el número de mujeres incorporadas al trabajo, porque hay más confianza cada vez en esas instituciones, y se decía que las necesidades de matrícula en los círculos pudieran ser actualmente de 200 000. Y tiene que haber una gran parte de la población ayudando, muchas abuelas, porque sacábamos la cuenta también de que en los seis primeros niveles de edad debe haber aproximadamente unos 900 000 niños; luego tiene que haber mucha gente a la que rendirle un tributo aquí también, que coopera con la familia, que ayuda a la familia, que ayuda a las madres a que trabajen, porque me imagino que el número de madres que tienen hijos en esos niveles, y a la vez trabajan, sea mucho mayor que la capacidad de matrícula en nuestros círculos.

Claro, todas esas condiciones que ha ido creando la Revolución en todos los niveles para la educación, permite a la madre incorporarse al trabajo.

Se hablaba también del carácter disciplinado de la mujer en el desempeño de su deber social; se hablaba de la estabilidad de la mujer, que alcanza un 95%. Ningún país podría haber avanzado tan aceleradamente en este terreno, si no hubiese tenido lugar antes toda la obra de la Revolución y sus esfuerzos en todos los campos. Yo pienso que ustedes confían en la Revolución, del mismo modo que la Revolución confía en ustedes (APLAUSOS).

Nosotros hemos seguido de cerca, en la medida de lo posible, la información sobre todo el proceso de organización del congreso. Se ha publicado bastante, se han recibido informaciones.

Ocurrió una realidad, entre el momento en que se convoca el congreso y el momento en que tiene lugar, hay todo un proceso; transcurrieron muchos meses, y en esos meses tuvieron lugar también importantísimos acontecimientos. Sin esos importantísimos acontecimientos, seguramente nuestro congreso habría tenido otro carácter; nuestros debates, nuestros análisis se habrían centrado en muchos problemas que están todavía por resolver, en otros avances que están todavía por alcanzar, en otras tareas que con vistas al futuro tenemos todos, como han sido otros de nuestros congresos, que han dado lugar a los avances de hoy.

Pero es que las cuestiones que se plantean como prioritarias en este momento, son cuestiones que tienen que ver con el destino del país, son cuestiones que tienen que ver con el destino de la nación, de la independencia de nuestra nación y de la supervivencia de la Revolución. Y con la Revolución somos todo, sin la Revolución no seríamos nada (APLAUSOS). Sin la Revolución no habría independencia, no habría nación, no quedaría nada. Sin la Revolución no se podía hablar siquiera de la existencia del país, porque el país, a todos los efectos de orden humano, a todos los efectos de la justicia —como decíamos anteriormente refiriéndonos a la mujer en aquella sociedad de saqueadores, de vampiros—, el país prácticamente no existía.

Podríamos decir que el país, realmente, algo que puede llamarse país libre y soberano, no colonia o neocolonia, no existía antes de la Revolución. Pero el país tampoco existiría —en el sentido literal de la palabra— en una etapa posrevolucionaria, porque primero tendrían que exterminar al país, primero tendrían que matarnos a todos y cada uno de nosotros (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: "¡Para lo que sea, Fidel, para lo que sea!"). Y no lo decimos hoy, hace tiempo que se dijo: ¡Viviremos con la Revolución o moriremos defendiendo la Revolución!

En momentos como este es que tiene lugar el congreso. Es lógico que en los debates haya ocupado principalísima atención todo lo que se discutió aquí y que tiene que ver con la producción, con la defensa, la disposición al combate, la conciencia, la ideología, la profundización de la ideología, la lealtad a la causa del pueblo, todas esas cosas maravillosas, admirables que se dijeron aquí, donde no podíamos distraer nuestro tiempo y nuestras energías en otras cosas, que no por ello serán jamás olvidadas.

La lucha por la igualdad de la mujer en todos los aspectos es tarea prioritaria de nuestro Partido; fue, es y será tarea prioritaria de nuestra Revolución (APLAUSOS Y EXCLAMACION DE CONSIGNA: "¡Fidel es ciento por ciento cubano, que siempre está la mujer con el fusil en la mano!"). Junto a ustedes en esa lucha estará el Partido en primera línea, y no dejaremos de luchar por ello, ni dejaremos de meditar un solo instante en todo aquello que contribuya a nuevos avances y nuevos progresos en relación con la igualdad de la mujer.

Ustedes mismas señalaron y enfatizaron aquí la importantísima tarea que tienen las madres en educar a los hijos en esa dirección, porque la desaparición de los prejuicios, el principio del respeto pleno a la mujer y a la igualdad y derechos de la mujer, deben venir desde la cuna. Forma parte de esa lucha, aunque yo decía también que los hechos van a ser mucho más poderosos que las palabras, y que nuestra marcha victoriosa por este camino seguirá adelante, aunque hoy tengamos que concentrarnos en tareas trascendentales, decisivas para la vida de nuestro país.

Conozco las impresiones y las opiniones de todos los que en la calle han podido escuchar por radio, por televisión, o leer en la prensa sobre las intervenciones de las delegadas.

Le correspondió al congreso celebrarse en momentos —como decíamos— de grandes acontecimientos, muchos de ellos en un sentido negativo desde el punto de vista revolucionario; han ocurrido cosas que años atrás habrían sido difíciles de imaginar. Se ha producido, de hecho, el derrumbe del campo socialista.

Ya eso nosotros lo dijimos el 7 de diciembre en la despedida a los combatientes caídos en misiones internacionalistas. Siempre que se dice algo así puede parecer un poco extraño. Ustedes recordarán el discurso del 26 de julio, dijimos algunas cosas que podían haber parecido entonces extrañas; no habían pasado cinco meses y los acontecimientos se desataron en aquella dirección.

El campo socialista, de hecho, desapareció. ¿De qué campo socialista puede hablarse hoy? Puede hablarse de la Unión Soviética, existe afortunadamente la Unión Soviética; mantiene una línea, una política internacional coherente en su lucha por la paz; no ha caído la Unión Soviética en manos contrarrevolucionarias, y esperamos que no caiga; no se ha desintegrado la Unión Soviética, y esperamos que no se desintegre; no ha surgido una contienda civil en la Unión Soviética, y esperamos que no surja, pero los peligros existen y son reales.

Hace rato que la palabra internacionalismo no se menciona en el resto de los países del que fuera el campo socialista. La palabra revolución parece algo maldito, a no ser para confundir esa cosa grotesca que se llama contrarrevolución con revolución, porque hasta han tergiversado los conceptos, las ideas, las palabras y el sentido de las palabras.

De marxismo-leninismo ni se habla. Las estatuas de Lenin, de Marx, de Engels, son perseguidas, demolidas, destruidas; las calles reciben cambio de nombre, y se cambia no solo el nombre de los partidos, hasta el nombre de la república se cambia.

¿Qué sentido revolucionario puede haber en todo eso? ¿De qué socialismo pudiera hablarse? Todo se proyecta, en general, abiertamente hacia el capitalismo, hacia la economía de mercado y hacia la propiedad privada. Se habla de privatizar las empresas estatales y empiezan a desaparecer las empresas estatales, en muchos lugares se habla ya de transformarlas en sociedades anónimas de propiedad privada. ¿De qué socialismo o de qué campo socialista puede hablarse? Y qué trabajo cuesta que se reconozca eso. Es la conspiración de la mentira a nivel mundial.

El imperialismo dice "cambios", "reformas progresistas", como si la propiedad privada en esta era pudiera considerarse una reforma progresista. Habla de los progresistas y de los conservadores, nueva forma de mistificar, de tergiversar los conceptos y las palabras, y es que ahora los abanderados del capitalismo son para la gran prensa, para los medios masivos de información en manos del imperio, ideas revolucionarias, ideas progresistas.

De algunas de esas cosas se pueden apreciar algunos de los resultados. Ayer mismo tuvimos una prueba elocuentísima y cuando yo la veía, como esto no me sorprende, como sé lo que está pasando, como lo sabemos todos, como esto lo estábamos esperando, ya lo vimos sin sorpresa: lo ocurrido en la llamada Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas, viene a demostrar todo lo que hemos estado planteando, todo lo que hemos estado diciendo. Y en cierto momento, al conocer la noticia, les dije a los compañeros: Me alegro de que todo esto se acabe de desnudar de pies a cabeza, es que esto ahora lo comprenderá mejor todo el mundo, el gran número de confundidos que hay todavía en el mundo y los pocos que de buena fe pudieron haber en algún momento en el país, o pueden, incluso, quedar en el país —creo que deben ser muy pocos, muy pocos, muy pocos, porque los hechos son elocuentes. Yo les decía a los compañeros: Esto nos ayuda a comprender la situación.

Saben ustedes que nosotros veníamos librando batallas ahí, año tras año, frente a los intentos de Estados Unidos de lograr algún acuerdo contra nosotros, y se libraba esa batalla a pesar de las enormes presiones económicas y políticas de Estados Unidos, del apoyo unánime de los países de la OTAN y de aquellos países del Tercer mundo —unos pocos países del Tercer Mundo— que ellos manejan como títeres; a pesar de eso y de gran número de abstenciones, porque esas votaciones no son secretas. En votaciones secretas nos eligieron a nosotros, por un enorme caudal de votos, en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas; en elecciones secretas nos eligieron miembros de la Comisión de Derechos Humanos. Como hemos dicho otras veces, las elecciones públicas son muy difíciles para nosotros, porque los países tienen que encararse abiertamente a Estados Unidos y tienen que depender de Estados Unidos para un crédito del Banco Mundial, para un crédito del Banco Interamericano, del Fondo Monetario Internacional, todas esas instituciones dominadas por Estados Unidos. Entonces, un gran número de países tiene que abstenerse y algunos son obligados a votar en contra, y, por supuesto, los aliados de la OTAN siempre estarán presentes ahí junto a Estados Unidos.

¿Y qué hemos visto en estas elecciones? Cosas insólitas: Hemos visto que esa canallesco moción norteamericana, esa cínica moción muy pulida porque le fueron quitando cosas, porque siempre la gente, por una cuestión de pudor, hace alguna resistencia, y ellos a su moción le iban quitando cosas y cosas y cosas para ponerla suave, para presentarla como algo inofensivo, pero que al fin y al cabo servía a un propósito: tratar de sentar a Cuba en el banquillo de los acusados, tratar de humillar a Cuba.

Desde luego, la moción contó con el coauspicio de varios países de la OTAN, ¡coauspicio!, no de todos, sino de una parte de los países de la OTAN. Pero además contó, compañeras y compañeros, con el coauspicio de Polonia y de Checoslovaquia, que hasta hace pocos meses formaban parte del campo socialista, y bien acompañadas en este coauspicio nada menos que por el gobierno que surgió de la ocupación militar en Panamá.

Esos países hacían resistencia, actuaban con un mínimo de decoro, no le hacían el juego al imperialismo; pero esta vez Polonia y Checoslovaquia, enyugados con Panamá, coauspiciaron, junto a la OTAN, la moción yanki, no tenían ni que votar, eso lo hicieron gratis, no tenían ni que hablar, pues no son miembros de la comisión, se presentaron, sin embargo, como coauspiciadores, junto a Estados Unidos, de la moción anticubana.

Además, compañeras y compañeros, dos países que ya no son Checoslovaquia y Polonia, porque en estos países la oposición de derecha, la oposición procapitalista ha tomado en sus manos las riendas del gobierno. Todavía es más extraordinario que en dos países donde todavía hay dos supuestos partidos comunistas, o que lo fueron y ya les cambiaron el nombre, porque la primera claudicación, la primera traición comienza cuando se asustan hasta del nombre que han llevado durante decenas de años y renuncian a esa palabra: comunista. Dejan de ser partidos comunistas para ser partidos social cualquier cosa. Ya ni saben qué nombre van a buscar, pero son supuestos "partidos comunistas" con nombres cambiados. Ahora no solo se cambiaron el nombre, se cambiaron la casaca, se cambiaron la faz ante los ojos del mundo, porque dos países en que todavía hay partidos, que hasta recientemente se llamaban partidos comunistas, votaron junto a Estados Unidos contra Cuba: Hungría y Bulgaria. ¡Hungría y Bulgaria! Vean qué cambio, qué avance, qué progreso, qué reformas "revolucionarias" tan grandes han hecho, que fueron a caer en el regazo del imperio yanki y en la conspiración contra el movimiento revolucionario.

Eso es la negación de todo lo que ha habido de progresista en el mundo, eso es la negación de todo lo que ha habido de justicia en el mundo, que países que hasta ayer fueron supuestos países socialistas hagan hoy eso junto al imperio yanki, el enemigo de la humanidad, el opresor de nuestros pueblos, el interventor que un día invade en Viet Nam y asesina a millones de personas, otro día invade a Granada, otro día bombardea a Libia, otro día organiza una guerra sucia en Nicaragua, otro día organiza otra guerra sucia allá en Angola que cuesta cientos de miles de vidas, y guerras sucias por todas partes, intervenciones por todas partes, hasta la última, reciente intervención e invasión a Panamá, y las amenazas de invadir a cualquier otro.

El movimiento revolucionario se distinguió siempre por su posición de principio, por su posición valiente, por su posición firme a todo lo que fuera el colonialismo, el neocolonialismo y el imperialismo.

¿Qué queda del pudor de esos países? ¿Qué queda de socialismo? ¿Qué queda de comunidad socialista? ¿Qué puede quedar con esa repugnante conducta? Pese a todas las presiones otros países se mantuvieron firmes. Firme se mantuvo la India, firme se mantuvo México. Un número de 12 países votó contra la moción, otros 12 se abstuvieron, 24 en total; porque los yankis cuando no logran que les den el voto, entonces ruegan, exigen la abstención. Ese es el tipo de presiones, porque ellos saben que cada uno que se abstenga es un voto y que cada uno que cambie de bando son dos votos, uno menos para Cuba, uno más para ellos. Es claro que Estados Unidos logra su mayoría con los votos de la OTAN, de algunos países descoloridos, en ciertos casos muy pequeños, del Tercer Mundo, el gobierno de ocupación militar de Panamá y dos países llamados socialistas, que al parecer están arrepentidos y apresurados en borrar de su historia la página aquella en que un día se consideraron a sí mismos socialistas.

Y en estos momentos, cuando el imperialismo amenaza a otros países de América Latina; cuando amenaza con intervenir a la misma Nicaragua si las cosas no marchan bien; cuando amenaza con intervenir en cualquier parte; cuando amenaza a nuestro país, cuando trata de imponernos una estación gusana, una estación de televisión subversiva que penetre en nuestros canales, que de acuerdo con todas las leyes internacionales son nuestros y son irrenunciables, cuando amenaza con agresiones militares a nuestro país, cuando son mayores esas amenazas, Polonia y Checoslovaquia coauspician; Bulgaria y Hungría votan a favor de Estados Unidos y contra Cuba porque eran miembros de la comisión, alentando así la agresividad imperialista, el triunfalismo imperialista, la belicosidad imperialista; dándole justificaciones y pretextos al imperialismo para ser más agresivo contra nuestra pratria.

Por eso si un día el imperialismo se atreve a agredir a nuestro país, si un día se atreven a invadir a este país y hacen correr ríos de sangre, que no será solo sangre nuestra, sino será también sangre de ellos (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: "¡Fidel, seguro, a los yankis dales duro"! y "¡Fidel, aprieta, que a Cuba se respeta!").

Si un día ocurre eso, la responsabilidad de la sangre que se derrame aquí caerá también sobre esos países, sobre esos gobiernos de países que hasta ayer formaban parte del campo socialista. La sangre caerá también sobre Polonia, sobre Checoslovaquia —lo digo aquí—, tendrán ellos gran responsabilidad de cualquier crimen que se cometa contra Cuba; y caerá igualmente sobre Hungría y sobre Bulgaria. No diré sobre los pueblos confundidos, caerá sobre los dirigentes, sobre los gobiernos que han sido capaces de escribir una página tan infame en la historia.

Nosotros que tenemos idea de lo que son los principios, y de las veces que el imperio ha querido que nosotros abandonemos nuestros principios, podemos medir la magnitud de la traición. Es como si mañana estuviéramos vendiendo a los puertorriqueños, a los que hemos defendido durante 30 años en Naciones Unidas, para que los yankis nos den un crédito, nos hagan algún favor. Es como si mañana vendemos la causa del pueblo salvadoreño, como si mañana vendiéramos la causa del pueblo sandinista, o hubiésemos vendido la causa del pueblo angolano, o hubiésemos vendido a cambio de favores imperiales la causa del pueblo namibio, o la causa del pueblo palestino, o la causa del pueblo negro de Africa del Sur.

¡Jamás ni siquiera hemos jugado con un solo principio para recibir favores del imperialismo! Y en ese espíritu, en esa conciencia se ha educado nuestro pueblo, en ese espíritu de que la causa de otros pueblos no puede ser vendida, que los principios no pueden ser pisoteados, que los principios no pueden ser ultrajados. En ese espíritu se ha educado el alma pura, ¡y mil veces pura!, de nuestro pueblo revolucionario.

¡Jamás, en ninguna circunstancia, aquí se traicionó un principio, aquí se jugó con un principio! Y las veces que fuimos solidarios de los países socialistas; siempre, hasta en las olimpiadas, cuando el único vínculo que existía entre Cuba y Estados Unidos era el deporte, y no fuimos a la de Los Angeles y no fuimos a la otra de Seúl, esta vez como lealtad a la República Popular de Corea, porque nosotros no vendemos principios (APLAUSOS).

Y podemos darles las gracias. Si todavía no viéramos suficientemente bien, si todavía existiera una remota duda en un recóndito lugarcito de la mente de cualquiera, creo que ya no puede quedar ninguna. ¡Gracias, dirigentes de Polonia y Checoslovaquia, de Hungría y de Bulgaria por lo que nos han enseñado, por lo que han contribuido a esclarecer nuestra conciencia revolucionaria, por lo que han contribuido a profundizar nuestro sentido de la dignidad y del honor, por lo que han contribuido a que nos sintamos más revolucionarios si fuera posible, más socialistas si fuera posible, más marxista-leninistas si fuera posible, más martianos si fuera posible y más discípulos de Antonio Maceo, más abanderados de aquella dignidad imborrable que en Baraguá nos entregó el Titán de Bronce! (APLAUSOS PROLONGADOS Y EXCLAMACIONES DE: "¡Cuba será un eterno Baraguá!") Para sentir más repugnancia por aquellos que han suscrito en el seno del movimiento revolucionario internacional un colosal Pacto del Zanjón con el imperialismo, para sentir más repulsa y más repugnancia por la traición. ¡Gracias! Todo esto nos enseña, profundiza nuestras convicciones, nos hace más duros, nos hace más firmes.

En días recientes fuimos testigos también de otra gran lección histórica con lo ocurrido en Nicaragua. Nuestra prensa escribió sobre esto y señaló algunos elementos que explicaban el revés sufrido por el Frente Sandinista, que sorprendió, incluso, al imperialismo; no esperaba tanto, esperaba una victoria sandinista al frente de un proceso ya tan debilitado, que apenas pudiera sostener las banderas revolucionarias.

Los sandinistas tuvieron que aceptar el reto de unas elecciones en las condiciones más adversas que se pueden efectuar unas elecciones, en medio de la guerra sucia impuesta por el imperio y la amenaza de reanudar esa guerra con los millares de bandidos acuartelados en Honduras, en medio del hambre provocada por esa guerra sucia, en medio de la destrucción económica y de la crisis creada por esa guerra, a lo que se une la crisis que están padeciendo todos los países del Tercer Mundo. Se vieron obligados a efectuar esas elecciones unas cuantas semanas después del derrumbe del campo socialista.

Es cierto también que los sandinistas tuvieron que hacer muchas concesiones frente a la situación difícil en que se encontraban.

Hay que decir que entre los factores mencionados anteriormente, la guerra sucia fue uno de los que más daño produjo; una guerra que ocasionó más de 50 000 muertos, guerra de tipo interna, de tipo civil.

Recordaba en nuestra propia experiencia cómo llevamos a cabo nosotros nuestras luchas internas, lo hicimos siempre con voluntarios, ¡voluntarios! Voluntarios fueron los que lucharon en el Escambray contra los bandidos durante años, voluntarios de todo el país; de la capital de la república en una ocasión se movilizaron 40 000 obreros para combatir contra las bandas, y al final, después de larga lucha, fueron liquidadas por 10 000 obreros y campesinos, de las propias montañas del Escambray, ¡todos voluntarios!, organizados en batallones de lucha contra bandidos.

En Girón, los que combatieron contra los invasores mercenarios eran voluntarios.

En las misiones internacionalistas, en Angola y en Etiopía, y en cualquier parte, los combatientes siempre fueron todos voluntarios. A ningún soldado del servicio militar se le enviaba a combatir a Angola o a otro lugar; eran los que lo pedían y lo pedían con insistencia, y exigían que se les diera la oportunidad. Es algo diferente a la agresión militar extranjera contra la patria a la que todos tenemos el deber moral y legal de defenderla.

Los sandinistas se vieron obligados a librar una guerra interna contra las bandas organizadas por Estados Unidos con jóvenes que por ley cumplían el servicio militar. Y ese fue uno de los aspectos en que más golpeó el enemigo, con un incesante mensaje a las madres; porque esa guerra fue dura, guerra que les impuso el imperialismo, y en la cual murieron miles de esos soldados, ¡excelentes y valientes soldados!, por cierto. Pero el hecho de que fueran soldados del servicio militar los que participaban en esa guerra, sirvió de materia prima para una campaña incesante contra los sandinistas. Y en las elecciones, a las madres que tenían hijos en el servicio, o a las madres que tenían hijos que podían ir después al servicio, o a las madres cuyos hijos eran reservistas, sobre sus mentes machacaron durante toda la campaña y prometían dos cosas: que se pondría fin a la guerra, que el servicio desaparecería, y que se acabaría la crisis económica. Ofrecían las cosas que solo el imperialismo podía ofrecer: ponerle fin a la guerra, porque el imperialismo organizó y financió la guerra; ponerle fin a la crisis económica, porque el imperialismo organizó la guerra sucia que agudizó esa crisis económica, porque el imperialismo bloqueó férreamente la economía del país. Y le decían al pueblo: Se acabará la crisis económica si gana la oposición, se acabará el bloqueo, vendrán grandes cantidades de dinero. Además añadían: Los sandinistas no pueden resolver la crisis, los sandinistas no recibirán ayuda de Estados Unidos; los sandinistas no pueden continuar recibiendo la ayuda, la cooperación que recibían de un número de países socialistas, porque —decían— los amigos de ustedes se han derrumbado.

No vayan a creer que fue gran ayuda, excepto la de la URSS. Pero alguna ayuda recibieron, de algunos más que de otros, y de algunos muy poca, porque para algunos esa palabra ayuda era una especie de mala palabra. Pero hubo algunos países de Europa del este que dieron cierta ayuda, unos más que otros.

El mensaje de la oposición era: Los sandinistas no pueden jamás resolver la crisis, porque no van a recibir ayuda de Estados Unidos, y los amigos de los sandinistas se han derrumbado. Ese elemento psicológico influyó.

Se caracterizó ese proceso por un gran número de indecisos hasta el final. Al final estaban la oposición antisandinista amiga de Estados Unidos, aliada a la contrarrevolución por un lado, y el pueblo sandinista del otro lado. Los indecisos en ese momento final decidieron y la suma de estos factores produjo el fenómeno de la derrota electoral sandinista.

Ellos no tenían otra alternativa que reconocer el resultado de las urnas, puesto que se comprometieron en esa dirección; hacer otra cosa los habría aislado del mundo. Invitaron a miles de observadores y no se puede convocar a una actividad de ese tipo, entrar en ese juego, sin aceptar las reglas del juego. Por lo tanto, ellos no tenían otra alternativa que declarar lo que declararon.

Debo decir que también hubo errores de tipo subjetivo por parte de los sandinistas en este proceso; pero no somos nosotros, los amigos de los sandinistas, y menos en un momento de revés, los que podemos ponernos a señalar cuáles fueron, a nuestro juicio, los errores. La autocrítica, el examen de los errores cometidos por ellos les corresponde a ellos, no a nosotros. A nosotros nos corresponde el apoyo, a nosotros nos corresponde la amistad, nos corresponde únicamente la solidaridad (APLAUSOS)

Hay, sin embargo, una gran diferencia entre los sandinistas y aquellas fuerzas políticas que en Europa del este sufrieron reveses y la diferencia es que los sandinistas son revolucionarios (APLAUSOS). Han sufrido un revés fuerte, pero son revolucionarios y reaccionaron como revolucionarios: cumplieron su palabra, reconocieron y acataron el resultado de las urnas, pero junto a ellos estaba casi la mitad de la población, de la gente más combativa, más firme, más decidida, más consciente, que tiene más claras las ideas patrióticas, las ideas antimperialistas. Más de 550 000 nicaragüenses, aún en esas dificilísimas condiciones, votaron por ellos.

Ahora se ha creado una situación irreal y cuando el imperialismo creía ver coronadas sus conspiraciones y sus maquinaciones, se encuentran con que posiblemente han complicado más la situación del país.

¿Por qué digo una situación irreal, por qué? Porque, de un lado, están las bandas armadas y entrenadas por el imperialismo, acantonadas en Honduras con una parte de ellas en el interior del país y un número de efectivos cruzando la frontera, provocativamente, hacia el interior de Nicaragua. De otro lado estará pronto un gobierno apoyado por Estados Unidos, en una coalición donde participa un número de antiguos jefes de las bandas contrarrevolucionarias, y de otro están los revolucionarios, los sandinistas, y cientos de miles de armas en manos de los revolucionarios. Vean qué situación tan irreal.

Imagínense que 10 años después del triunfo de la Revolución Cubana nos hubieran dicho: allá, en una parte del país, o en la frontera del país, están los batistianos armados hasta los dientes; acá, en el gobierno, una coalición de partidos que recibió el apoyo de Estados Unidos y el apoyo de las bandas, es decir, gobierno de batistianos sin Batista y por otra parte pueblo armado. Vean qué situación verdaderamente irreal se ha creado en ese país como resultado de tal proceso.

No nos corresponde trazar pautas, ni pienso que los sandinistas necesitan que nadie les trace pautas. Pero los sandinistas son revolucionarios y el día 27 ya habían reaccionado, después del golpe anonadante que significó una derrota que no habían calculado.

Cosas extrañas pasaron en ese país. No hubo alegría en el pueblo, sino tristeza. El propio pueblo se sentía anonadado, como si instintivamente comprendiera la situación que se había creado; espontáneamente las masas revolucionarias salieron a la calle y el 27 los sandinistas habían declarado

una serie de puntos esenciales: que reconocerían el triunfo de la oposición, que entregarían el gobierno; pero que, ajustándose estrictamente a la constitución del país, el Ejército Popular Sandinista era intocable, el Ministerio del Interior era intocable, las leyes revolucionarias eran intocables; las tierras no podían ser devueltas a los latifundistas, las parcelas de tierras urbanas entregadas al pueblo no podían ser devueltas a los antiguos casatenientes, los trabajadores del Estado eran intocables, y así hasta siete u ocho puntos fundamentales que definían su política futura.

Es decir, el día 27 habían reaccionado ya de una forma revolucionaria, porque imagínense ustedes en esa situación el regreso de las bandas, y las bandas no tienen interés ni están dispuestas a desarmarse. ¿Quién no conoce la mentalidad de esos fascinerosos, de todos los reaccionarios? Ellos se consideran los artífices de la victoria de la oposición; ellos consideran que gracias a su esfuerzo y su sacrificio —entre comillas— la oposición obtuvo la victoria; ellos se consideran autores de la guerra sucia, la que desgastó al gobierno sandinista; ellos se consideran los responsables de la muerte de miles de jóvenes del servicio militar obligatorio; ellos se consideran responsables de la destrucción de la economía y ahora reclaman su parte en el botín. Hablan, incluso, con desprecio de los políticos de la oposición en la que unos cuantos antiguos jefes suyos formaron parte de esa coalición y van a formar parte del gobierno. Dicen que nunca se mojaron las botas ni combatieron. Cualquiera comprende cómo van a actuar y qué van a exigir, con qué ansias de venganza y de revancha regresarán armados al país. Porque es posible que si Estados Unidos les dice: "desármense", le respondan: "no nos desarmamos." ¿Acaso no son los niños mimados y se consideran los campeones olímpicos de esa contienda? Ya ustedes imaginarán con cuánto espíritu de revancha, con cuántas ambiciones y con cuántas pretensiones regresarán al país. A ello se unirán los emigrados contrarrevolucionarios, los antiguos dueños de latifundios, fábricas y propietarios urbanos afectados por la revolución, más los miembros recién liberados del antiguo ejército somocista.

Por todos estos elementos es que se está configurando allí una situación irreal, absurda, que contiene grandes riesgos de conflicto de guerra civil, lo cual va a contribuir a la desestabilización no solo de Nicaragua, sino de toda Centroamérica. De modo que allí, donde los imperialistas creyeron alcanzar una gran victoria, han configurado una situación potencialmente más violenta y revolucionaria que la que existía antes del triunfo de la oposición en las elecciones. Y se dice que uno de los "eminentes" observadores norteamericanos que estaba allí, envió un mensaje a su gobierno diciéndole: "¡Ojalá se hubiesen cumplido nuestras predicciones! ¡Ojalá no hubiesen sido derrotados los sandinistas!"

El pueblo, como dije, reaccionó con tristeza. Pero algo más —según noticias que nosotros tenemos—, muchos sandinistas que por una razón o por otra, por algún resentimiento, por alguna amargura, votaron irreflexivamente por la oposición, después a sus familiares, a los propios sandinistas, a todo el mundo les expresaban su profundo arrepentimiento por lo que habían hecho. El daño, sin embargo, estaba hecho, el mal estaba presente, y se crea la situación irreal que estamos explicando.

No crean ustedes que resulta fácil hacer estos análisis, aquí donde hablamos, para los congresistas, para todo el pueblo, para toda la opinión nacional e internacional; pero es lo que les puedo explicar, para que ustedes tengan estos elementos de juicio sobre la situación creada allí en Nicaragua y en Centroamérica.

Viene un problema importante, lo relacionado con nuestra colaboración.

En un tiempo hubo miles de compatriotas nuestros allí, incluso 2 000 maestros. En la actualidad hay alrededor de 1 000 colaboradores, entre ellos algunos colaboradores militares, pero no muchos; en un tiempo fueron más. Hay colaboradores en el campo de la educación y en casi todos los campos, si hay que ayudar a reparar una planta termoeléctrica, si hay que cooperar en la esfera de la agricultura, si hay que cooperar en la esfera del deporte. En muchos campos, en muchas ramas, hay colaboradores civiles nuestros, y están particularmente los constructores de Bluefields, que son varios cientos, y entre ellos alrededor de 50 mujeres.

Las dos ramas que tienen más personal, con casi los dos tercios de los cooperantes, son la medicina y la construcción de Bluefields.

Ahora se plantea una situación: qué hacer con nuestra colaboración.

¿Es esa nuestra única colaboración? No. Nunca hemos hablado de esto y tal vez no habríamos hablado si no se dan estas circunstancias, si no fuera necesario analizar este problema de la cooperación: durante años nuestro país suministra el norte de la costa atlántica, con raciones para 50 000 personas, que incluyen alimentos y otros artículos de uso personal; nosotros suministramos raciones para 50 000 personas todo el año. Tres o cuatro veces al año, cada trimestre, va un barco llevando los alimentos y los artículos con los que cooperamos. Nos lo pidieron los sandinistas por una vez, por un año, puesto que las comunicaciones estaban muy difíciles por tierra para llevar los suministros y se ha prolongado por años.

Nuestro país le donaba cada año 90 000 toneladas de combustible al gobierno de Nicaragua, 90 000 toneladas que nos arrancábamos del alma. Y si ustedes quieren tener una idea de lo que significan 90 000 toneladas de combustible, baste decir que todos los pedraplenes y carreteras que hay que construir para el gran desarrollo turístico que se propone el país, requerirán de una cifra aproximada a esta; es decir que con 90 000 toneladas de combustible, prácticamente, se puede construir el total de los pedraplenes y las carreteras turísticas que están en los proyectos del país. Y eso se lo dábamos cada año al gobierno de Nicaragua, al pueblo de Nicaragua.

Estábamos construyendo un pueblo de 1 000 casas para restablecer los daños del ciclón en Bluefields. Cooperamos con los nicaragüenses con otras donaciones y facilidades económicas. Esto independientemente, de los cientos de miles de ciudadanos de ese hermano país, que son atendidos por nuestros médicos. Sobre esto hay que tomar una decisión. Nosotros no podemos tomar ninguna medida que pueda parecer una represalia por lo que ha ocurrido allí.

Habrá que tomar una decisión, teniendo en cuenta, en la nueva situación, la opinión de los sandinistas y la opinión de las nuevas autoridades gubernamentales. Estas han hecho declaraciones públicas, pero oficialmente no han dicho nada, ni tenemos ningún contacto con ellas.

Desde luego, es un hecho que algunas de estas colaboraciones no podemos seguirlas brindando. Es posible que, incluso, a un gobierno sandinista triunfante y con más posibilidades económicas, le habríamos tenido que plantear que para nosotros, a partir de nuestras propias dificultades, era muy difícil seguir enviando esos suministros para el norte de la costa atlántica de Nicaragua, y habríamos tenido que plantearle que era imposible seguir enviando 90 000 toneladas de petróleo. Repito, a partir de nuestras propias dificultades; por lo tanto, nuestra colaboración no podrá mantener el mismo volumen y el mismo nivel que alcanzó.

Pero vienen otras cosas más delicadas: qué hacemos con el pueblo en construcción en Bluefields, que fue un ofrecimiento que les hicimos allí a los que perdieron sus casas con el ciclón; qué hacemos con los cientos de miles de nicaragüenses que están recibiendo nuestra ayuda médica.

Nosotros, por nuestra cuenta, no podemos retirar esa colaboración. Si el nuevo gobierno la quiere retirar, que la retire; es responsabilidad de ellos, no de nosotros. Si los sandinistas están de acuerdo —es elemental que les pidamos la opinión—, si las nuevas autoridades están de acuerdo, podríamos continuar construyendo el pueblo y podríamos continuar prestando los servicios médicos, que no son fáciles de sustituir. Desde luego, siempre que haya seguridad para nuestro personal, siempre que haya estabilidad y paz en el país, porque bajo ningún concepto, si allí la situación se agudiza, si allí se incrementan los choques entre contrarrevolucionarios y sandinistas, si allí se hace insegura la vida de nuestros colaboradores, podemos mantener la colaboración en esas condiciones (APLAUSOS).

Esto es elemental, tenemos que partir de esa premisa, pero quiero aprovechar esta ocasión para exponer cuál es nuestra posición en relación con la nueva situación que se ha creado en Nicaragua.

Desde luego, quienes tienen que definir su disposición o no de recibir la colaboración civil son las nuevas autoridades elegidas en este proceso.

Respecto a la colaboración militar, no es concebible que podamos mantenerla en presencia de un gobierno que ha manifestado ampliamente su antipatía por la Revolución Cubana. Sería absurdo mantener la colaboración militar en esas condiciones. Es nuestra opinión y, por tanto, cuando esté a punto de tomar posesión el nuevo gobierno, retiraremos nuestra colaboración militar; y es posible que incluso antes, será cuestión a decidir con los sandinistas. En una situación tan compleja y tan llena de riesgos y conflictos, no vamos a tener grupos aislados de colaboradores militares que pueden ser, incluso, acusados de cualquier tipo de problema o de enfrentamiento que allí surja.

¿Qué va a pasar allí? ¿Se van a desarmar las bandas? ¿Van a entrar desarmados? ¿A quién van a atacar las bandas ahora, a las fuerzas sandinistas o al gobierno que ellos mismos apoyaron? Es una situación bien compleja y bien absurda, en la cual, a nuestro juicio, no existen las condiciones mínimas mediante las cuales se pueda mantener la colaboración militar, aunque se trate del actual ejército revolucionario.

Así vemos la situación, de todas formas debemos seguir observando los acontecimientos.

Ya no es mucho lo que me queda por decirles, pero hay dos temas que quiero abordar y que ustedes aquí mencionaron y analizaron bastante. Ustedes hablaron mucho del programa alimentario y ustedes hablaron mucho del período especial.

El programa alimentario no es solo la siembra de lechuga, viandas, vegetales y árboles frutales; el programa alimentario es mucho más amplio y comprende una serie de aspectos.

En el programa alimentario está incluida la construcción de alrededor de 200 nuevas lecherías por año; ya se está trabajando en seis frentes: Camagüey, que es el más grande, donde se están construyendo alrededor de 60 vaquerías por año, y después están el de Ciego de Avila, el de Las Tunas, el de Granma, Sancti Spíritus y Pinar del Río. Están trabajando intensamente en ese programa, calculamos construir unas 1 000 lecherías en cinco años y, de marchar todo normalmente, en un período no mayor de seis a siete años podemos duplicar la actual producción de leche, que es una parte importante del programa alimentario.

Esto no será a base de incremento de importaciones de granos, sino a base de suministrarles la famosa saccharina, que es un alimento rico en proteínas y en carbohidratos, a partir de la caña, surgido de nuestros centros de investigaciones. Ahora lo que vamos es incrementando este alimento; este año se producirán unas 400 000 toneladas base húmeda, base seca serían menos, y ya hemos planteado para el próximo año alcanzar un millón de toneladas de saccharina base húmeda. Todo esto requiere inversiones y se está trabajando aceleradamente, de modo que en el futuro, con la misma cantidad de granos que hoy empleamos y adicionándole la saccharina, pensamos duplicar la producción de leche. Pero esto lleva tiempo para hacer las inversiones, para la construcción de las vaquerías, para el desarrollo de esa masa ganadera. Es uno de los programas que lleva más tiempo.

A la vez estamos construyendo en tres años 50 centros integrales porcinos, parte de esos centros son nuevos y parte es el equivalente en ampliaciones de otros centros; pero el propósito es duplicar, en ese período de tres años a tres años y medio, la producción de carne de cerdo sin incremento de importaciones de granos, lo que es muy importante, ¡muy importante! Los cerdos también pueden consumir un porcentaje de saccharina, no tanto como el ganado bovino, pero sí pueden consumir la miel proteica, otro producto de las investigaciones de nuestro país que sale de la caña de azúcar.

Para doblar la producción de carne de cerdo pensamos apoyarnos, fundamentalmente, en residuos de alimentos, planta de pienso líquido y, en la miel proteica. Pasaremos de 100 000 a 200 000 toneladas. En el futuro podemos pasar de esa cifra, también utilizando miel proteica. De modo que tenemos una base alimenticia segura para los cerdos.

Otra parte del programa alimenticio son alrededor de 1 800 naves avícolas en construcción durante un período de tres años para incrementar la producción de aves y de huevos; en ese período bastante breve, pensamos elevar en 700 millones la producción de huevos y en más de 40 000 toneladas la carne de ave.

Están los planes arroceros, mediante la aplicación de la técnica del riego con el sistema ingeniero, que casi duplica la producción de arroz. En este momento tenemos siete brigadas, que pueden hacer cada una 1 000 hectáreas por año. Pensamos llegar a fines de año a 15 brigadas, podemos hacer con ella unas 15 000 hectáreas por año. Y nos proponemos, en 1991, tratar de llegar a 30 brigadas de sistema ingeniero, para cumplir este programa en unos cinco o seis años.

Están los planes de viandas y vegetales —algunos se mencionaron aquí— con técnicas nuevas, por ejemplo, el riego con microjet en plátano; se están incorporando 60 000 nuevas hectáreas con regadío para la producción de viandas y vegetales, con técnicas nuevas.

Se están impulsando también programas de producción de ovejos, de conejos, de gansos para crear otras fuentes de proteína, basándonos igualmente en la saccharina.

Sobre todo, muy importante, son los planes también de incremento de la producción cañera. La caña no es solo para azúcar o solo para exportar, la caña se nos convierte en una materia prima importante de producción de alimento para el ganado bovino, para el ovino, en parte también para el avícola, y otras especies, es fibroso ese alimento, por eso solo se le puede dar hasta un 10% a las aves, un poco más al cerdo, casi un ciento por ciento al bovino. La caña se nos convierte no solo en una fuente importante de incremento de la producción de azúcar, sino también de incremento de la producción de alimentos para el país, no solo en el azúcar que se come, sino de la leche y la carne que se puede producir a partir de la caña. Eso es muy importante.

En todos estos programas se ha trabajado intensamente ya desde 1989.

Aprovecho la ocasión para explicarles que el plan alimentario es ambicioso, que el país está haciendo un esfuerzo tremendo en él.

Se ha recuperado la voluntad hidráulica; se está trabajando simultáneamente en 30 presas, y junto con las presas se están haciendo todos los canales y se están haciendo los sistemas de riego. Desgraciadamente, en cierto momento a algunas presas que estuvieron terminadas en el año 1974, 1975, 10 años después no les habían construido los canales principales.

Ahora se están haciendo planes integrales de desarrollo de la voluntad hidráulica, de la construcción de presas, con sistemas de canales y riego, de la búsqueda de nuevas fuentes de agua, de protección de las fuentes actuales, como la construcción de diques como el del suroeste de la provincia de La Habana; se va a construir otro dique similar hacia el este de la misma provincia, para evitar que se escape el agua dulce hacia el mar en período de seca, y poder tener más disponibilidades de agua. Se están haciendo trasvases de agua de Matanzas hacia la provincia de La Habana. Se están construyendo presas del otro lado de las montañas allá en el río Mayarí, se está construyendo una presa que tendrá 600 ó 700 millones de metros cúbicos. Se están estudiando los proyectos de los túneles que van a trasvasar el agua desde el río Mayarí hacia los territorios de Holguín y hasta de Las Tunas. Ya se han discutido todos esos proyectos, se están organizando las brigadas.

En el futuro pensamos utilizar agua, a través de túneles, hasta de los ríos Levisa y Sagua para llevarla al llano, a la zona agrícola, puesto que allá no hay áreas de tierra aptas para el regadío.

Se piensa trabajar en el Toa, trasvasar una parte de sus aguas y empezar a construir pronto una presa en el río Yateras, precisamente para ayudar a la zona de Guantánamo en sus planes de desarrollo, a su proceso de desalinización, etcétera.

Hay planes muy ambiciosos que se están llevando a cabo, casi todo con vistas a la agricultura.

Se seguirán desarrollando los planes de cítrico para exportación y para consumo del país.

Son planes integrales, la gente está trabajando muy duro en todos esos planes. Afortunadamente contamos con decenas de miles de técnicos, que nunca los tuvo el país; los centros de investigación están trabajando aceleradamente. Se ha creado una fábrica de máquinas de riego del tipo Fregat; el pasado año se hicieron unas 400, este año se piensan hacer alrededor de 600; la fábrica está concebida para llegar a producir 1 500 sistemas, que son suficientes para incrementar en más de 100 000 hectáreas el riego por año con ese sistema, independientemente de otros sistemas de riego.

Es decir, se está llevando a cabo un plan enorme; no se le ha dado tanta publicidad, pero se viene trabajando muy seriamente. Y las compañeras que vienen de las provincias saben lo que se está haciendo en sus provincias con relación a esto, ellas lo conocen; tal vez no conozcan lo que se está haciendo en las otras, pero sí lo que se está haciendo en su provincia.

Por eso, una vez sentado este principio, o esta idea, esta información de qué es el programa alimentario, que además incluye todo lo que propusieron aquí las compañeras, lo que están haciendo en las montañas, en el plan Turquino, en el Segundo Frente, en el Escambray, en Pinar del Río, en todas partes, desarrollando producciones de alimentos, producciones de café, sembrando árboles, producciones de miel, etcétera. Este conjunto de cosas constituye lo que hemos llamado plan alimentario. Lo explico para que no se vaya a llevar la impresión cualquier compañera, de que el plan alimentario es la siembra de viandas, vegetales, frutales, algunas de estas cosas. ¿Está claro? Quería explicarlo.

Ustedes mencionaron otra cosa que tiene una enorme importancia, que es el período especial. Hay algunas que dicen que estamos ya en período especial. No estamos en período especial, pero estamos casi casi en período especial; no obstante, tenemos esperanzas todavía, tenemos esperanzas, de que se logre evitar el período especial.

Hay dos períodos especiales: el período especial que se ha venido estudiando, analizando y preparando durante años en situación de bloqueo total del país, qué hacer si se decreta un bloqueo total del país, qué medidas tomar en esas condiciones en que del exterior no pudiera venir nada en absoluto, qué hacer si a esas medidas se unen medidas y acciones militares; tenemos estudiado los planes, incluso, de qué hacer en caso de invasión y ocupación del país, lo que pueda ser ocupado aquí, ¡lo que pueda ser ocupado! Yo quisiera saber qué puede ser ocupado aquí, por ejemplo, de esta ciudad (APLAUSOS).

Pero nuestro Partido y nuestras Fuerzas Armadas Revolucionarias han estudiado las peores variantes, cómo sería la guerra en caso de ocupación total. A partir desde luego, de algo que sabemos hace mucho rato, que en caso de agresión a nuestro país, de bloqueo total, naval y aéreo, no llega una bala al país, hemos procurado que estén desde antes todas las balas, los fusiles, las minas, las granadas, todas las armas necesarias.

Ahora estamos trayendo más hierros, los que vienen de la hermana República Popular de Angola, y fabricamos, además; porque aquí las cifras son de millones, son millones de hombres y mujeres, millones de hombres y millones de mujeres, ustedes lo saben bien (APLAUSOS). Todo el pueblo constituye nuestro ejército y llevamos casi 10 años preparándonos para eso.

Pero surgió la nueva situación, que puede traer problemas tan serios que nos obliguen a un período especial en época de paz. Tenemos que estudiar qué hacer si realmente se continúan deteriorando las relaciones económicas con esos países que fueron socialistas, y si un día surgieran problemas serios en la URSS. Escuchen bien, esto es muy importante: si un día surgieran problemas serios en la URSS. Aunque ya hemos expresado nuestra esperanza de que tales problemas no surjan, nosotros tenemos el deber elemental de analizar cuáles serían las consecuencias.

La Unión Soviética ha mantenido una postura firme en sus relaciones con Cuba. Recientemente hubo el gran escándalo yanki porque llegaron unos aviones Mig-29 que estaban programados hace como cinco años para llegar en este quinquenio y están llegando en 1990 —es un derecho elemental de Cuba, son acuerdos que fueron suscritos hace mucho tiempo— y con el pretexto de que eso pone en peligro la seguridad de Estados Unidos —figúrense qué descaro, qué desvergüenza, qué cinismo— y que Cuba es un país desestabilizador—parece que Estados Unidos es el país más estabilizador que ha habido en el mundo—, que eso es una grave preocupación.

Incluso, los imperialistas han dicho que el obstáculo más grande para la mejoría de relaciones entre la URSS y Estados Unidos, es Cuba. Aparentemente Estados Unidos aspiró a que la URSS se olvidara de Cuba, a que la URSS no cumpliera ningún tipo de compromiso con Cuba, a que la URSS abandonara a Cuba, a que la URSS se sumara al bloqueo económico de Estados Unidos contra Cuba.

Aparentemente esos son los sueños del imperio en este momento. Sabe que Cuba es una espina, ya no una espinita, sino una espina, un hueso atragantado, que ni se vende ni se rinde, saben que eso es Cuba (APLAUSOS PROLONGADOS Y EXCLAMACIONES DE: "¡Ay, Malembe, los cubanos ni se rinden ni se venden, Malembe!").

Saben que Cuba es un pueblo valiente, de tradiciones heroicas, de una hermosa historia; saben que Cuba peleó contra España ella sola, cuando contaba apenas un millón y medio de habitantes y cuando todavía aquí habían proespañoles y quintacolumnistas a montones; cuando era una minoría la población revolucionaria y cuando se combatía solo allá, durante 10 años, en Oriente y Camagüey, hasta en Las Villas. Soñaron más de una vez los patriotas con llegar hasta occidente, pero no pudieron. La famosa batalla de Las Guásimas dicen que desgastó las fuerzas, y lo vinieron a cumplir muchos años después con la famosa invasión para llevar la guerra a todo el país.

Saben las tradiciones de Cuba, saben que existió un Maceo, aquel Maceo que no dijo en vano, pues no lo haremos quedar mal, aquello de que quien intente apropiarse de Cuba, recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre, si no perece en la lucha (APLAUSOS PROLONGADOS). Eso lo dijo Maceo, y creo que lo dijo en 1895, cuando se hablaba de intervenciones yankis; era el mismo Maceo de Baraguá, el mismo Maceo de 1878, casi 20 años después mantenía la misma idea.

Saben que nosotros hemos heredado esas tradiciones; los yankis saben eso, que poseemos todos estos valores sagrados que no podemos olvidar jamas, porque son los que nos dan dignidad, nos dan seguridad, nos dan honor y nos dan confianza. Saben que eso es este pueblo y saben que las armas más sofisticadas no pueden destruir la resistencia de un pueblo decidido a luchar.

Miren, ahí tienen a los saharauitas —aquí está la representación— en aquel desierto pelado, donde no hay prácticamente un árbol, solo arena, llevan un montón de años manteniendo su guerra heroica (APLAUSOS). Los yankis han dado cientos de miles de armas y miles de millones a la potencia ocupante, todos los equipos más sofisticados y, sin embargo, no pueden contra el pueblo saharaui, que no tiene una población muy numerosa, pero tiene una valentía insuperable.

Los yankis saben eso, saben que está esta espina atravesada; que se podrá derrumbar lo que quiera derrumbarse por ahí, pero que esto no se derrumba (APLAUSOS PROLONGADOS). Pueden haberlo soñado, pero les podemos decir como decía la compañerita que habló ayer, que "desmayen eso" (RISAS). Creo que es una palabra popular; yo no la conocía bien, pero la oí ayer y me di cuenta de lo que significaba: ¡Desmayen eso! (APLAUSOS PROLONGADOS)

Una vez más subestimación; toda la vida subestimación: subestimación cuando las bandas, subestimación con su bloqueo, cuando quisieron destruirnos económicamente, subestimación en Girón, subestimación en la Crisis de Octubre. Siempre andan subestimando por arrogancia, por prepotencia que les ciega el entendimiento.

Ellos quisieran que la URSS los ayudara en eso. ¡Figúrense! Pero la URSS se resiste a toda medida que implique incumplimiento de los acuerdos con nuestro país. Y así fue un ejemplo el de los Mig-29. La URSS realiza los mayores esfuerzos por cumplir los convenios económicos, como hacemos nosotros también por nuestra parte, a pesar de las dificultades que tienen ellos; son conocidas las dificultades que se le han presentado a la URSS, y a nosotros nos consta que hacen ese esfuerzo, independientemente de que a veces se producen retrasos, problemas o dificultades para adquirir una materia prima que se obtuvo históricamente y ahora, por problemas objetivos de ellos, no se pueden obtener. Tenemos ese tipo de dificultades, pero los yankis se desesperan y se irrritan, al extremo de declarar que Cuba es el obstáculo más grande a la mejoría de relaciones entre Estados Unidos y la Unión Soviética.

Lógicamente, la Unión Soviética desea mejorar sus relaciones con Estados Unidos y desarrollar sus relaciones económicas, pero Estados Unidos dice: "A estos hay que aplastarlos, a estos del Caribe; a estos comunistas caribeños hay que aplastarlos."

Ellos se arreglan con los comunistas siberianos, si se quiere, de allá del país donde abundan las nieves, pero no quieren paz de ninguna forma con estos revolucionarios del Caribe. Piensan que estamos demasiado cerca, y piensan, además, que estamos en este hemisferio; piensan que estamos en el Tercer Mundo, que somos un ejemplo. Además, soñaron siempre con apoderarse de este país.

Ahora mismo están planeando anexarse a Puerto Rico. Y gran batalla es la que deben librar los pueblos latinoamericanos para evitar que ese crimen histórico se cometa, porque es deber de los latinoamericanos pensar más seriamente en el problema de Puerto Rico; sería un deshonor tremendo para América Latina dejar que Estados Unidos se acabe de anexar a Puerto Rico. Están con esas pretensiones.

Cuba ellos decían que era una fruta madura, pero esta fruta se les ha alejado considerablemente y se ha convertido en un ejemplo de dignidad, de resistencia, de valentía para todos los pueblos del mundo; no es posible olvidar que está el Tercer Mundo, el Tercer Mundo significa miles de millones de seres humanos y en el Tercer Mundo se van a producir los problemas más serios en los próximos tiempos por la inestabilidad tremenda que padecen estos países, por el hambre terrible que están sufriendo, por el saqueo que están soportando. Eso de soñar que se van a acabar las revoluciones, pase lo que pase, no será más que un sueño, porque los pueblos van a reaccionar contra el hambre, contra la miseria, contra una situación insufrible, y cada vez es más insufrible. Eso es una realidad, ese Tercer Mundo existe y el imperialismo ve en Cuba un ejemplo peligroso.

Ahora está envalentonado con todo lo que pasó y tiene el descaro, la desvergüenza de exigirle a la URSS que cese sus relaciones con Cuba.

Ya dije al principio cuáles son nuestros deseos, pero nosotros tenemos el deber —eso es muy claro— de prepararnos bien si ocurrieran problemas serios en la URSS, ¿está claro? Es algo que no deseamos, algo que esperamos que no ocurra, pero tenemos el deber elemental de elaborar todos nuestros planes en tales circunstancias. Ya lo dije el 26 de julio, porque nosotros debemos estar preparados para resistir aun cuando ocurrieran problemas serios en la URSS; si nosotros nos quedáramos aquí solitos, nosotros debemos estar preparados para resistir.

¿Hay realmente alguna persona con vergüenza en este país, con honor, con amor elemental a su patria que esté dispuesta a rendirse si nos quedamos solos? (EXCLAMACIONES DE: "¡No!" y "¡Cuba ni se rinde ni se vende!") Y cuando estemos solos estaremos muy acompañados, porque estaremos acompañados de la causa más justa del mundo, de las ideas más justas del mundo (APLAUSOS PROLONGADOS Y EXCLAMACIONES DE: "¡Somos socialistas pa’lante y pa’lante y al que no le guste que tome purgante!").

Defendemos las banderas más hermosas que se han enarbolado jamás sobre la Tierra, los sueños más elevados del ser humano. Defendemos el deseo del hombre de ser verdaderamente humano, de ser hombre en toda la plenitud de la palabra; somos abanderados de esos sueños y no renunciamos a ellos, y no estamos dispuestos a renunciar a ellos por nada del mundo. Esto que ustedes han hablado aquí y han mencionado, las extraordinarias cosas que ustedes explicaron aquí de lo que ha significado el socialismo para nuestro pueblo, de lo que ha significado el socialismo para la mujer, ustedes lo comprenden mejor que nadie, y cada vez lo entiende mejor todo el pueblo y lo entiende nuestra juventud.

Estuve antes de venir al congreso dos días en el Consejo Ampliado de la FEU, y es maravilloso escuchar a aquellos jóvenes, ¡qué capacidad, qué profundidad, qué espíritu revolucionario! Eso es lo que ha logrado el socialismo en nuestro país.

Por eso digo que si nos quedáramos aquí aislados, y andan algunos por ahí diciendo que Cuba está aislada o se va a quedar aislada. Cuando aquí desembarquen los yankis, somos nosotros los que combatimos. Apreciamos mucho la solidaridad internacional, desde luego, y siempre la hemos apreciado mucho; pero hay gente que habiendo sido en el pasado comunista hoy quiere hacerse perdonar el pecado de haber sido comunista criticando a Cuba y atacando a Cuba. Sí, diciendo que hagamos esto y lo otro.

Antes había un montón de gente insultándonos, porque nos decían que éramos satélites de los soviéticos, y ahora hay otro montón insultándonos porque no hacemos lo que hacen los soviéticos (RISAS). ¿Entonces cuándo podremos nosotros hacer lo que nos dé la gana? (APLAUSOS) ¿Cuándo podremos declararnos independientes? ¿Puede haber país más independiente que nosotros, un país dispuesto a enfrentarse al imperio que está al lado y al mundo entero si fuera necesario? No puede haber un país más independiente, pero independiente a costa de su piel, de su sangre, de sus huesos, de su alma, de su valor y de su talento, y eso lo sabe también el imperio.

Sabe que este es un pueblo que tiene un elevadísimo nivel de instrucción, que no hay otro país del Tercer Mundo con el nivel de instrucción nuestro. ¡Más nivel de instrucción que Estados Unidos! Allí hay mucha gente que no sabe ni dónde está México. Hasta Reagan llegó un día a Brasil y empezó a hablar de Bolivia (RISAS). Allí no saben nada de nada y, desde luego, de política no saben nada, son de una ignorancia política tremenda; pero tienen mucho chovinismo, que es el que explotan los gobiernos.

Invaden países pequeños y dicen que han obtenido una victoria colosal. Invaden a Panamá y entonces hay aplausos. Como regla en sus aventuras militares el llanto se inicia si empiezan a llegar los cadáveres, cuando empiezan a llegar los ataúdes al país, y de esos nosotros les podemos proporcionar una gran cantidad si agreden a Cuba, ¡cantidades industriales les podemos proporcionar, para que no se aburran y no dejen de llorar un solo día! (APLAUSOS Y CONSIGNAS)

Esa es la esencia, debemos estar preparados para las peores circunstancias, y nos sentimos más tranquilos, más confiados.

Nos llevaría a un período especial en época de paz si surgen problemas muy serios en la URSS y nosotros no podamos recibir los suministros que recibimos de la URSS; entre otros, los suministros energéticos, que son tan importantes, en un país donde ya el nivel de vida y desarrollo se basa en un consumo de 12 millones de toneladas de petróleo; todos nuestros programas, todo nuestro consumo se basa en eso. ¿Qué pasaría si de repente nosotros no tenemos 12 millones? Tenemos que saber qué hacemos si hay 10, si hay 8, si hay 6, si hay 5, si hay 4, tenemos que saberlo. En época de paz, no hablo ya en época de guerra; es lo que llamamos período especial en época de paz.

Mientras nosotros tengamos los suministros esenciales que vienen de la URSS, entre ellos el energético, podemos tener dificultades grandes derivadas de la situación en la Europa del este pero no una cosa excesivamente dura, no una cosa terrible; bueno, ni tan terrible, si ocurre la peor variante, ya veremos cómo nos las arreglamos si esa situación tenemos que enfrentarla en período de paz. Eso es lo que llamaríamos período especial en época de paz.

Ustedes observen mucho todo lo que ocurre en la URSS y verán entonces más o menos, si se acerca o se aleja el peligro de un período especial en época de paz. Si desgraciadamente en ese país estallan conflictos internos serios, ya estaríamos en período especial; habría que adaptar toda la vida y toda la economía del país a esa situación, de eso les hablé a los estudiantes. Ustedes estaban en el acto de la Ciudad Deportiva cuando trasmitieron algunas de las cosas que les dije a los estudiantes sobre el período especial.

En ese período especial hay una cosa esencial, el desarrollo social tendríamos que pararlo totalmente; en ese caso, construcción de escuelas, círculos, policlínicos, viviendas, todo eso que venimos construyendo en nuestro período normal. Habría que parar el desarrollo social, y a lo mejor tenemos que estar uno, dos, tres, cuatro, cinco años, sin desarrollo social; pero lo que no debemos parar es el desarrollo económico, no se podría parar.

Tendríamos que decir, bueno, el programa alimentario tiene que seguir adelante en esas circunstancias, es fundamental, es esencial.

El desarrollo de las ciencias, estas nuevas industrias de biotecnología y de la rama farmacéutica, que se están convirtiendo en un recurso importantísimo y que un día pueden ser lo que hoy es el azúcar desde el punto de vista económico, tendríamos que llevarlas adelante.

El desarrollo de las industrias para las exportaciones tendríamos que priorizarlo. El desarrollo de los planes turísticos tendría que seguir impulsándose.

En esas circunstancias, bien puede ser que nosotros en vez de 4 millones de toneladas de cemento necesitemos una y media, 1,3, un tercio del cemento, puesto que la mayor parte del cemento se va en las otras cosas que hacemos. Pero todo el programa de industrias de importancia estratégica, todo el programa de construcción de presas, canales, sistemas de riego, todo el programa de construcción de hoteles, de pedraplenes, habría que seguirlo. Entonces lo que habría que buscar prioritariamente son recursos para la exportación y empezaríamos por una situación que al principio sería muy difícil, pero después sería menos difícil.

Tenemos que pensar qué ocurriría si en vez de 30 000 viajes diarios de ómnibus fueran 10 000 los que podríamos hacer en la capital, ¿cómo hacemos? Son esas cosas en las que hay que pensar.

Lo que decía la compañera, que ellos a veces sin luz; a veces sin aire acondicionado allí o sin ventiladores, han estado manteniendo la producción, como preparación para el período especial ¿qué habría que hacer?

Sobraría una buena parte de nuestra capacidad de generación eléctrica, y a lo mejor tendríamos que usar la mitad o un tercio de la electricidad. ¿Cómo la distribuimos para que de lo que haya le toque a todo el mundo su poquito de electricidad?, ese es otro problema. Se quedarían las plantas de más eficiencia; en fin, estoy dando algunas ideas, no tenemos por qué decir todo lo que pensamos alrededor de esto. Lo que quiero es trasmitirles a ustedes que nosotros dedicamos tiempo a pensar cómo adaptar la economía y la vida del país a esas circunstancias que puedan presentarse de período especial en época de paz, porque ya en época de guerra está todo estudiado; pero no había sido estudiada esta categoría de período especial en época de paz. Y no queremos decir cuál es nuestra estrategia, tenemos muchas ideas sobre todo eso. Si estamos cinco años sin construir una vivienda, bueno, si ese es el precio de salvar la Revolución, estamos cinco años sin hacerla, sin hacer un círculo y otras cosas.

Estamos haciendo una serie de cosas en este momento que permiten concebir la idea de que el país se siga desarrollando aun en período especial. No permitiríamos que nada se deteriorara.

Los equipos nos sobrarían en esas circunstancias; equipos de construcción, montones de cosas que hoy las buscamos afanosamente por todas partes nos sobrarían; las piezas tendríamos que hacerlas casi todas aquí. Pero no quiere decir que canibalizamos un equipo, sino lo guardamos, lo conservamos; paramos industrias, pero las conservamos.

El principio general —y no voy a dar más ideas— quiero que ustedes sepan que sería, cuando menos, que lo que tengamos lo repartimos entre todos. Ni en período especial habrá pordioseros aquí (APLAUSOS), porque no habrá nadie que le falte el alimento, lo que haya sería repartido: la electricidad repartida, todo repartido. Pueden sobrarnos brazos, pero no habrá nadie en la calle. A lo mejor les damos libros para que lean, estudien, se cultiven; un tiempito para la televisión, la radio, hasta todo eso. Quizás disponga el ciudadano de mucho más tiempo, ¡maravilloso!, unas vacaciones en período especial, porque pueden llegar a sobrarnos brazos en algunas esferas y tener que reducir las jornadas de trabajo.

La agricultura seguiría desarrollándose, las zafras seguirían haciéndose, aunque tengamos que echar mano a bueyes, a mulos, a lo que sea.

Tendrían prioridad construcciones hidráulicas, todos los programas de desarrollo priorizados, la producción de alimentos, la agricultura, etcétera, e iríamos buscando ajustes para que tenga la gente que viajar menos y pueda hacer otras cosas.

Creo que con esto les digo bastante sobre lo que podría ser un período especial en tiempo de paz.

Los yankis tienen esperanzas de que estos problemas sobrevengan. Tienen dos filosofías. La filosofía de esperar, ver qué consecuencias producen, confiar en que los problemas sigan agudizándose en la URSS. Sueñan con que la URSS pueda desintegrarse, tener problemas muy serios, o que la URSS pueda ir hacia el capitalismo y alejarse de Cuba y que por lo tanto, Cuba no podría resistir. Ese es uno de sus sueños.

Otro de sus sueños es dividir, ver cómo pueden ocasionar fracturas —es lo más difícil para ellos—, ver cómo pueden abrir brechas, ver cómo pueden desunir. Esas lecciones las sabemos nosotros desde el principio de la Revolución. Ahora puede haber su gusanillo por ahí, gusanillo con sus ideas, muy solapadito. Y cada vez van a estar más solapados, porque no pueden desafiar el espíritu combativo del pueblo. Los hay por ahí agazapados, algunos a quienes, por ejemplo, les choca este espíritu heroico; les choca este espíritu porque saben que este espíritu es la gran arma; les choca esta gran unidad del pueblo, sueñan con poder dividir por aquí y por allá. Por eso las banderas de la unidad hay que levantarlas más que nunca.

Sí, la bandera del heroísmo es nuestra arma, ¡eso es lo que hace temblar a todo el mundo!, porque no se basa en habladurías ni en fantasías, no hay alardes de ninguna clase. Es nuestra historia real, corresponde a un pueblo que tiene, afortunadamente, estas cualidades. Ya que le tocó a este pueblo ejercer ese papel, está bien dotado por la historia para llevar a cabo este papel. Tiene talento, tiene la instrucción y lo tiene todo (APLAUSOS); tiene la Revolución, que es lo más importante, tiene la ideología, tiene la preparación, tiene el patriotismo, tiene el internacionalismo (APLAUSOS).

Hemos dicho que ahora la misión internacionalista hay que cumplirla aquí, porque es aquí ahora donde se está defendiendo la causa del movimiento revolucionario mundial (APLAUSOS). Digo que nuestros valerosos combatientes que estaban en Angola cumpliendo una misión internacionalista, vienen a cumplir otra misión internacionalista, solo que esta vez la van a cumplir en Cuba, aquí es donde ahora se cumple la misión internacionalista. Debemos estar conscientes de todo eso.

Y la teoría de la soledad... Nunca quien defienda una causa como la que defiende Cuba estará solo. Puede haber sus críticos de pacotilla por ahí y algunos que hasta casi nos dan el pésame en vida (RISAS). Esperen, y si quieren nos lo dan después que estemos muertos, porque al mismo tiempo, van a tener que levantar una bandera, rendirle un homenaje al pueblo que supo ser todo lo valiente que necesitaba ser en esta era y que supo defender con la fuerza y el heroísmo necesarios la causa que le ha tocado defender en esta época.

Habrá mayor o menor comprensión; habrá mas confusión, o menos confusión; pero habrá amigos. Recibí recientemente una carta preciosa de un soviético. Decía que viendo todas estas cosas, él estaba dispuesto a venir aquí junto a nosotros, a luchar junto a nosotros y morir junto a nosotros (APLAUSOS). Habrá mucha gente, mucha gente sobre todo en el Tercer Mundo y en todas partes, que sabrán, como sabemos nosotros, enarbolar las banderas revolucionarias.

Pero cuando esté desembarcando un yanki aquí los aplausos casi sobran y las críticas también, porque somos nosotros aquí los que les vamos a salir al paso a los invasores y los que vamos a combatir. Aquí no puede llegar nadie para auxiliarnos. De modo que nosotros, tales presagios sobre soledad o no soledad lo lamentamos mucho. Si alguien está equivocado, o no lo entiende, nos duele; tratamos de convencerlo, pero si no podemos convencerlo, ¿qué culpa tiene uno de que alguien esté confundido?

No vamos a estar solos, pero esa es una respuesta que les doy a aquellos que se preocupan de que si por todos estos problemas y lo que pasó allí y allá nos vamos a quedar aislados.

Sobramos aquí para cumplir las tareas que tenemos que cumplir (APLAUSOS). Y muchos que tal vez no nos den la razón hoy, nos la darán alguna vez, seguro, cualquier ciudadano honrado del mundo. No nos desanimamos por esas cosas, ¿comprenden? Estamos muy convencidos, muy seguros de todo lo que estamos haciendo.

Debo decir algo que tal vez habría sido mejor mencionarlo antes, cuando hablamos de los países que en esta batalla de Ginebra nos apoyaron, y estoy seguro de que los resultados habrían sido bien distintos si la votación hubiera sido en secreto. La votación en Naciones Unidas nos dio para el Consejo de Seguridad 145 votos —eso es en secreto. Si ahí tienen que votar delante de Estados Unidos, mucha gente se abstiene y no vota, porque se va a buscar muchos problemas si tiene que votar públicamente a favor de Cuba.

Todo el mundo sabe que lo de Ginebra es un descaro de Estados Unidos, es la politiquería de Estados Unidos, todo el mundo sabe que eso es algo impuesto por Estados Unidos.

Nosotros mismos presentamos allí algunos materialitos, porque siempre tenemos algunos materialitos de información; no siempre los publicamos, pero esta vez un materialito se publicó sobre la carta que les mandaron a todos los embajadores, y la forma en que les dijeron cómo tenían que presionar a todo el mundo, amenazar a todo el mundo y chantajear a todo el mundo.

De más está decir que esa basura que lograron en la comisión de Naciones Unidas nosotros no la acatamos, de más está decirlo; eso es producto de la presión, del soborno, del chantaje de Estados Unidos, de la cobardía y de la traición. ¡Y eso nosotros no lo acatamos, sencillamente! (APLAUSOS) Lo decimos desde ahora: ¡Ni soñar que vamos a cumplir ni una sola coma de eso! Es verdad que lo atenuaron, lo pusieron suavecito. Yo voy a ver quién es el que nos va a venir a pedir aquí informaciones.

Si creen que con eso van a estimular a la gusanera, la contrarrevolución y la división, se equivocan; se equivocan si creen que va a haber impunidad para los traidores a la patria, impunidad para los contrarrevolucionarios, ¡eso no lo habrá! Ya saldamos cuentas con el problemita, batallamos y volvimos a batallar. Pero ahora voy a ver quién nos va a pedir cuentas a nosotros.

Ahora decimos como en la Crisis de Octubre. ¿Se acuerdan de la Crisis de Octubre? Muchas no porque son muy jovencitas, pero hay algunos aquí que nos acordamos de la Crisis de Octubre y se puede revisar en la historia.

Cuando se habló de inspección en Cuba, a raíz de la Crisis de Octubre, y llegaron a acuerdos los soviéticos con los norteamericanos, aquellos prometieron la retirada con inspección in situ, y nosotros dijimos: ¡Aquí no inspecciona nadie, se acabó! (APLAUSOS) Ese fue un compromiso que se hizo sin contar con nosotros, y dijimos: No, aquí no inspecciona nadie.

En altamar creo que los soviéticos permitieron a los norteamericanos inspeccionar sus barcos. Nosotros dijimos: No, esto no lo investiga nadie, ni lo inspecciona nadie. ¿Para qué vamos a hacerlo ahora y rendir cuentas a alguien, para complacer a Estados Unidos, un país cínico, un gobierno cínico, el país que ha cometido los más grandes crímenes en esta época desde la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki, que fue innecesaria porque ya tenían ganada la guerra; pero tenían que demostrar que tenían el arma atómica y tenían que probarla, además, ver qué efecto hacía lanzada contra una población? ¿El país del expansionismo, el país que mantuvo hasta la segunda mitad del siglo pasado la esclavitud, el país que exterminó la población indígena, el país que se proclama con el derecho a intervenir en todas partes?

Han acordado, incluso, que cualquier ciudadano que quieran arrestar en cualquier parte del mundo, su policía está autorizada para hacerlo. Vean a qué nivel de desvergüenza y de falta de respeto y de ultraje a los derechos de la humanidad.

Hay que ver cómo viven allí los chicanos, los puertorriqueños, los ciudadanos negros. Todas esas minorías tienen el doble o el triple de mortalidad infantil que Cuba.

Venir a llamar la atención sobre los derechos humanos en Cuba, y quién puede ser mejor testigo que nuestro pueblo de cómo han sido las cosas en nuestro país, a qué extremo se ha llevado el respeto aquí a la persona humana; cuántas calumnias no levantaron sobre torturas y millones de cosas, cuando todo el mundo sabe cómo es nuestro país, que aquí no ha habido nunca un hombre asesinado, un hombre desaparecido, un hombre torturado.

Creo que no hay ningún país en el mundo, ninguna revolución en el mundo más humana. Teníamos nuestras leyes y las aplicábamos, pero dentro de todos los procedimientos legales y dentro de todos los principios legales.

Sin embargo, no se han cansado de repetir las más repugnantes calumnias contra la Revolución.

Nosotros hemos derramado hasta nuestra propia sangre por ayudar a la libertad de otros pueblos, hemos luchado como nadie contra el apartheid. Mientras toda esa Europa hipócrita mantenía estrechas relaciones con Sudáfrica y le suministraba armamento, le suministraba todo, estaban nuestros hombres combatiendo casi 15 años defendiendo a Angola de las agresiones del apartheid o luchando en Cuito Cuanavale y en otros lugares, derramando su sangre por el continente africano; por todo un conjunto de naciones. Por las causas más justas de América Latina han derramado sangre combatientes cubanos y, entre ellos, el más ilustre de los revolucionarios de este hemisferio, que fue el compañero Ernesto Che Guevara (APLAUSOS PROLONGADOS).

Cientos de miles de compatriotas han cumplido misiones internacionalistas como soldados, defendiendo siempre causas justas, o llevando la salud a decenas de países, o llevando la educación. No hay país que tenga más becarios per cápita en el mundo que Cuba, alrededor de 25 000 jóvenes del Tercer Mundo estudian aquí.

Y esta Revolución, solo con su programa de salud infantil, ha salvado más de 300 000 vidas en estos 30 años, en que hemos reducido la mortalidad infantil a 11,1 por cada 1 000 nacidos vivos en el primer año de vida y a cifras insignificantes entre 1 y 15 años. Una Revolución que le ha brindado al pueblo una perspectiva de vida de más de 75 años, ¡veinte años más que lo que teníamos al triunfo de la Revolución!; que ha llevado la educación a todas partes, la escuela a todas partes, la cultura a todas partes. ¿A ese es al país que quieren llamarle la atención?

Y sabemos cómo anda el mundo en materia de mortalidad infantil; 80 por 1 000, 100 por 1 000, 120 por 1 000 en muchos casos; millones y millones de analfabetos, desempleados, prostitución, niños abandonados en las calles, ancianos. Eso es lo que vemos por toda la América Latina. Hasta en los propios Estados Unidos andan los ancianos que piden los envíen a la cárcel cuando viene una ola fría.

¿Puede hablar de derechos humanos ese país, ese país que ha ocasionado tanta miseria y tanta hambre en el mundo? Y nosotros lo sabemos, no quiero mencionar países, pero tenemos las estadísticas. ¡Ah!, ¿esos son los regímenes democráticos? ¿Ese es el sistema democrático? ¿Ese es el sistema de los derechos humanos? Entonces, en castigo por haber hecho lo que ha hecho la Revolución por nuestro pueblo, hay que condenar a Cuba, hay que calumniar a Cuba, hay que aspirar a la destrucción de Cuba, aprovechando oportunistamente los errores cometidos por otros y los problemas que tienen otros.

Las ideas revolucionarias no van a morir jamás, pase lo que pase; no van a morir. Y debemos saber que esta lucha puede ser en el campo de batalla, pero puede ser en el campo de la economía, puede ser resistiendo, resistiendo y resistiendo. En la guerra resistir es la victoria; pero también en la paz y en período especial resistir es la victoria. Ahora bien, si no hay período especial seguiremos nuestros planes normales, en lo posible. Puede haber dificultades, y van a existir; con toda la buena voluntad soviética, por dificultades objetivas que tienen —ellos tienen problemas, no quiero analizar eso—, dificultades van a surgir, de todas formas, que nos van a obligar a buscar muchas soluciones, aun sin período especial.

Por poner un ejemplo, puedo decirles que el pollo que venía de Bulgaria, 12 000 toneladas, no se ha firmado. ¿Es posible esperar 12 000 toneladas de pollo de Bulgaria? (EXCLAMACIONES DE: "¡No!")

La cebada que venía de Checoslovaquia no se ha firmado, porque dicen que han tenido sequía y problemas. ¿Es posible esperar la cebada que venía de Checoslovaquia para las cervezas, las maltas y todas esas cosas?

Los húngaros declararon que cerraban la fábrica de lkarus. ¿Es posible esperar ómnibus y piezas de Hungría? Díganme la verdad (EXCLAMACIONES DE: "¡No!").

Tenemos que trabajar con las inventivas, las racionalizaciones, las producciones de piezas.

La verdad es la siguiente: somos exportadores de alimentos y materias primas. ¿Qué enviamos a todos esos países?

Azúcar, en primer lugar. No hablo de la URSS, no hablo de China, hablo de estos países, más de un millón de toneladas de azúcar.

Exportamos alimentos, mieles, cítricos, pimientos, níquel, tan necesario para todo desarrollo industrial; no exportamos basura, exportamos importantes alimentos y materias primas, y muchas veces lo que recibimos es cacharrería.

Quiero decir, entre otras, una cosa, porque ya que estamos hablando claro, vamos a hablar bien claro de una vez: hay algunos cacharros de esos que nada más que nosotros los compramos, y, sin embargo, hasta los hacemos producir, porque esa es ya nuestra especialidad en tantos años: agarrar baratijas y tratar de sacar algo útil de ellas.

Sí, porque les voy a poner un ejemplo: los montacargas búlgaros esos nada más que nosotros los compramos en el mundo; son tan porquería y tienen tantos problemas que nada más que nosotros los compramos en este comercio que se estableció, con un nivel de comprensión. Cuántos cientos y miles, incluso, de esos montacargas están parados ahí en los almacenes. ¿Qué hemos hecho? Hemos estudiado y estamos estudiando qué sirve y qué no sirve de un montacargas búlgaro, qué tornillo sirve, qué pedazo sirve, cómo es el motor, si sirve o no sirve, las cajas de velocidad, la parte eléctrica, el acumulador. Los eléctricos que vienen más nunca mandan un acumulador para ellos. Estamos comprando una fábrica de acumuladores para los montacargas, ¿por qué no los mandan? Estamos estudiando pieza por pieza para ver cuál sirve y cuál no sirve, para comprar en otro lado lo que no sirve y ponérselo, y en parte hacerlos para que el montacargas funcione.

No sé dónde lo van a vender ahora, porque hacían otras cosas: a veces exportaban a capitalista y les ponían mejores cosas, compraban algunas cosillas; pero el que nos mandaban a nosotros no era ese, téngase en cuenta.

Los ómnibus húngaros hacen seis kilómetros por galón, llenan de humo la ciudad, envenenan a todo el mundo. Pudiéramos hacer las estadísticas de cuánta gente matan los ómnibus húngaros, porque les ponen una bomba de inyección pésima a los que exportan, y vienen, además, con una caja de velocidad automática de Checoslovaquia, se lo digo.

Esa caja solo tiene dos velocidades. Hace gastar al ómnibus un 30% más de combustible. Me alegra poder hablar con esta libertad, se acabaron los escrúpulos (APLAUSOS).

El ómnibus nuestro, el que estamos haciendo y que en el futuro sustituirá estos cacharros, hace 11 kilómetros por galón. Estamos pensando dónde se puede comprar una bomba de inyección para ponerle al motor húngaro, cómo resolvemos las cajas de velocidad; pues, repito, motor húngaro con caja de velocidad checa: seis kilómetros por galón, y la ciudad llena de humo. Como hemos tenido que tragar bilis, yo diría, durante muchos años, pues nos vamos a librar de todo eso, porque el motor nuestro es mucho mejor, el ómnibus que estamos haciendo es mucho mejor; porque, bueno, el pueblo nuestro será más curioso para hacer las cosas o está más decidido a vencer, ¡es más revolucionario y se acabó, pero las cosas que estamos haciendo, las hacemos bien! (APLAUSOS)

Hemos adquirido termoeléctricas checas, no son malas, sería injusto si digo que las termoeléctricas checas son malas, son bastante buenas, ¿y quién garantiza ahora las piezas de repuesto de las termoeléctricas checas?

Vamos cayendo en una situación igual que los primeros años de la Revolución, cuando los yankis impusieron su bloqueo: no había piezas de repuesto para las maquinarias, para los equipos, para las industrias, para nada. Tenemos que enfrentarnos a esa situación, solo ya con la actitud que hay en estos países del este, que se han unido a Estados Unidos.

No sé qué les darán, ustedes verán, cualquier día aparece un crédito, segurito: del Banco Mundial, del Fondo Monetario o nación más favorecida, seguro que eso está arreglado; ellos tienen necesidad de eso, deben estar encantados porque tuvieron oportunidad de prestarle un servicio al imperio.

Pero digo lo siguiente: gran parte de lo que producen nada más que nosotros lo compramos. Habrá que revisar también las relaciones económicas con esos países, porque ellos siguen necesitando nuestros productos, o tendrán que irlos a comprar a otro lado. Así que las ventajas son relativas, lo digo, porque nosotros somos exportadores de alimentos y materias primas, y a veces comprando tarecos de estos con todos los defectos que les estoy explicando.

Esos ómnibus arruinan a cualquier país, se lo digo, lo arruinan. Con los motores nuestros podemos hacer por lo menos un 60% más de viajes con el mismo combustible y no envenenamos la ciudad.

De estas cosas es muy difícil hablar, a no ser que se produzcan las circunstancias especiales que nos liberen de todo tipo de compromisos para hablar con esta claridad (APLAUSOS).

Pero yo voy a ver, ahora van a competir, quieren ser como los países occidentales. ¿Con quién van a competir para vender las bisuterías y la cacharrería? Al menos nuestro níquel es nuestro níquel, y nuestra azúcar es nuestra azúcar, y nuestros cítricos son nuestros cítricos, y son alimentos, ¡son alimentos! (APLAUSOS)

Ahora hablo de situaciones normales, tenemos que prepararnos. ¿Podríamos llamarlo período especial? No, todavía; período de grandes dificultades, en que hacemos, a pesar de todo eso, grandes esfuerzos para mantener las cosas, quiero que lo sepan.

Recientemente tuvimos que bajar un poquito la grasa de la leche por los problemas que se nos presentaron con el pienso en el ganado, que afectaron la producción en el primer trimestre; hay que traer un poco más de leche en polvo, hace falta un poco más de grasa, pues entonces esas 4 décimas de punto ayudan a reunir unas 3 000 toneladas de grasa y nos permiten reconstruir la leche trayendo más leche en polvo.

Les puedo asegurar que el país no deja de hacer ni el más mínimo esfuerzo por mantener los niveles de vida de la población y lo seguirá haciendo, lo seguirá haciendo: sus niveles, su desarrollo, los círculos, las escuelas, las escuelas especiales, las escuelas de oficio, las viviendas; seguimos con nuestros planes de vivienda y solo en la capital estamos tratando de llevar adelante un plan de 15 000 viviendas y reparar 10 000.

Son esfuerzos, les digo a ustedes, colosales, sin que muchas veces se sepa cuánto nos desvelamos en todo eso, no trasmitiendo todos los días los problemas, pero cómo se trabaja, y cómo ahora se trabaja todavía más y con una mayor exigencia, y será creciente la exigencia, y tiene que serlo, y espero que se logre la mayor cooperación de todos.

Mientras no venga un período especial, seguiremos nuestros planes y cuando haya problemas se lo diremos a la población, se lo explicaremos: hay esto, lo otro. Tratamos de evitarlos, tratamos de prevenirlos, nos rompemos la cabeza, y el país está haciendo un esfuerzo tremendo; lo está haciendo en las construcciones, en todos los campos, en las investigaciones.

Han surgido productos nuevos que empiezan a presentar a nuestro país como una potencia médica, no solo por los éxitos que estamos logrando en el campo médico, de los que habló ayer la compañera Hilda Molina, el neurotrasplante y la rehabilitación nerviosa por ejemplo, en lo cual estamos en el primer lugar del mundo. De eso no hablan los imperialistas, de las investigaciones que estamos haciendo para salvar a alguien que tenga, por ejemplo, el mal de Parkinson, la corea de Huntington, o que tenga la médula espinal seccionada, o haya tenido un accidente cerebral; los esfuerzos que estamos haciendo, que son una esperanza para el mundo.

¿La meningocócica cuántas vidas va a salvar? ¡Ah!, ¿nos van a llamar la atención en los derechos humanos por este servicio a los niños del mundo, o porque estamos produciendo Factor de Crecimiento Epidérmico, que sirve para salvar vidas, curar las quemadas; o vacunas contra la hepatitis, en fin, por todos los productos nuevos que estamos creando que van a ser de beneficio, desde luego, para nuestro país, pero también para la humanidad?

Se está haciendo un esfuerzo enorme en el campo de la ciencia. Y, como explicábamos ayer, a veces no tardamos ni 24 horas desde que hay una noticia de algo nuevo y empezamos a trabajar en esa dirección, inmediatamente, cambiando cualquier plan, ningún plan es sagrado. Hay que tener los planes, es muy importante y es un privilegio, pero hay que saber cambiarlos, o saber encontrar respuestas rápidas para problemas nuevos.

Ayer hice una crítica, a mi juicio, justificada, porque venían los equipos para las mamografías y no están los ómnibus que tenían que estar; nosotros exigimos más, y a todo el mundo le exigimos más, y ahora más que nunca que se trabaje rápido, que se dé respuesta rápida.

Vean los programas en muchos campos que estamos llevando a cabo, seguiremos adelante con ellos. Aquí no se paran ni los Panamericanos, excepto que caigamos en período especial; no se paran las construcciones en Santiago de Cuba, excepto que caigamos en período especial y si hay período especial habrá congreso, ¡y buen congreso, no le quepa duda a nadie! (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: "¡Santiago de Cuba es un eterno Baraguá, con teatro y sin teatro el IV Congreso va!") Va, el IV Congreso va.

Hay una cosa que no quiero terminar sin señalarla. Cuando estuve hablando de las actitudes soviéticas, debí haber dicho que los soviéticos votaron a favor de Cuba en Ginebra (APLAUSOS). Hay dos votos; además del voto de la URSS, el voto de Ucrania.

No quiero hablar ahora de las colaboraciones que estamos haciendo en Ucrania, relacionadas con el desastre de Chernobil y otras cosas importantes. Es que no nos gusta hablar de lo que hacemos, porque no hacemos las cosas ni siquiera para que se conozcan; pero nos produjo mucha satisfacción ver que Ucrania —parte de la Unión Soviética, pero que tiene su derecho a votar en la Comisión— también votó por nosotros.

La República Popular China votó igualmente a favor de Cuba (APLAUSOS). Votó la India a favor de Cuba (APLAUSOS). Ya ustedes ven, China y la India tienen casi 2 000 millones de habitantes; cualquiera de ellos tiene más habitantes que todos los que votaron contra nosotros (RISAS). Yugoslavia votó también a favor de Cuba (APLAUSOS), ya lo saben. Mencioné a México. Mencioné, y tenemos que mencionar y agradecer a esos países que tuvieron una digna actitud en esa votación pública.

Me faltó ese elemento, no me parece que debía concluir sin señalar ese punto que está relacionado con la forma en que se ha comportado la URSS, que es muy distinta del comportamiento de los otros.

Creo que no tengo mucho más que añadir; no voy a sumar más cosas a las muchas que ustedes saben. He hablado de las cuestiones más importantes, tal vez un poco más de lo que calculaba.

Sí permítanme decirles, al final, que estamos viviendo un momento excepcional de la historia de nuestra patria. Creo que el que más y el que menos alguna vez sintió envidia de otra época; todos nosotros cuando éramos muchachos y leíamos la historia de la Guerra de los Diez Años por nuestra independencia decíamos: "¡Qué lástima haberse perdido todo eso!", o la guerra de 1895. Muchos desearon haber vivido y participado en nuestra propia lucha revolucionaria pero no habían nacido. Hay muchos que han nacido en estos años, han tenido el privilegio de nacer no en la época de Cristóbal Colón, ni en la época de los siglos de la conquista y del coloniaje, ni en el siglo pasado, ni en la Guerra de Independencia; no pudieron vivir a distancia la Revolución Bolchevique, que fue un acontecimiento histórico, extraordinario.

Estamos en una época histórica excepcional y, dentro de lo excepcional, más excepcional para nuestro país. Es un privilegio para nuestro país que le hayan correspondido estas responsabilidades que no pretendíamos, cayeron sobre nosotros sin esperarlas. Estas banderas no las estábamos reclamando, pero las tomamos firmemente en nuestras manos.

Para esta generación de cubanos, los que tienen un poco más de edad o menos, aquí se homenajeó a la que tenía más años y a la que tenía menos, pero para todos sin excepción, para Vicentina la mayor y para la jovencita de 15 años que vino de delegada a este congreso, es un enorme privilegio ser testigo de esta época, ser protagonista de este momento de la historia de nuestra patria. Les aseguro a ustedes que este momento es más importante que cualquiera que haya vivido nuestro país en cualquier época anterior (APLAUSOS). Haya o no guerra, haya o no período especial, este momento es el más importante de la historia de nuestro país y uno de los más importantes del mundo, en que se decide si todas las banderas revolucionarias se pliegan y si una gigantesca ola contrarrevolucionaria se apodera del mundo por un período prolongado de tiempo, o se lucha, se resiste, y se da el ejemplo y hacemos lo que hay que hacer. Y nosotros podemos sostener esas banderas, podemos defenderlas, en cualquier circunstancia, con guerra o sin guerra, con período especial o sin período especial.

Pero no se olviden ustedes de una cosa, que si no hay guerra ello obedecerá, fundamentalmente, al espíritu de nuestro pueblo y al respeto que es capaz de inspirar a su principal enemigo, en la medida que seamos fuertes, que estemos preparados, en la medida que sepa que no hay grieta posible y que no hay victoria posible contra nuestro pueblo.

Y que no haya período especial, ya no dependerá tanto de los hombres o de la voluntad de nadie; puede depender, incluso, de acontecimientos que se escapan de las manos de los hombres. Pero si hay período especial sabremos resistirlo.

El hecho de que nos preparemos y de que estemos dispuestos a vivirlo y a hacer lo que se corresponda en ese momento, es lo que nos hace sentir seguros y tranquilos, y es lo que nos da la convicción de que saldremos adelante, aunque pueda venir un período de ese tipo, como tenemos también la convicción de que saldremos victoriosos.

Decía recientemente que no tenemos interés en reeducar a los imperialistas, que tuvieran que agredirnos para que aprendieran, ya que eso nos costaría caro; pero estamos seguros de que si se produce, sin exageración de ninguna clase, saldremos victoriosos.

Una compañera ayer recordaba lo de Juanito, recordaba lo que había dicho en la Asamblea Nacional. Yo le había dicho que era optimista y decía: Vendrán otros, o vendrá el pueblo que es inmortal.

De modo que volveríamos a reunirnos, volveríamos a discutir, seguiríamos trabajando antes y después; si no somos nosotros, ¡vendrían otros!, pero siempre con el espíritu heroico e invencible de la patria.

¡Socialismo o Muerte!

¡Patria o Muerte!

¡Venceremos!

(OVACION)

(EL COMANDANTE REGRESA A LOS MICROFONOS)

Les iba a decir que cuidaran la ropa para el período especial, porque a lo mejor en el período especial también tenemos que reducir considerablemente esos artículos, produciríamos solo para los muchachos, para los que nacen, para los que crecen; pero con la ropa que ustedes tienen, bonita y elegante, a lo mejor tienen ropa para el período especial y no necesitan ni un metro de tela en dos años, tres, cuatro o cinco. Estoy seguro de que pasan cinco años en un período especial y nos reunimos, y ustedes vienen tan elegantes y tan bellas como han venido esta noche (RISAS Y APLAUSOS).