DISCURSO PRONUNCIADO POR FIDEL CASTRO RUZ, PRESIDENTE DE LA REPUBLICA DE CUBA, EN LA CEREMONIA CENTRAL POR EL XXX ANIVERSARIO DE LA CAIDA EN COMBATE DEL GUERRILLERO HEROICO Y SUS COMPAÑEROS Y LA INHUMACION DE SUS RESTOS, EN EL MONUMENTO DE LA CIUDAD DE SANTA CLARA, VILLA CLARA, EL 17 DE OCTUBRE DE 1997.

Familiares de los compañeros caídos en combate;

Invitados;

Villaclareños;

Compatriotas (APLAUSOS):

Con emoción profunda vivimos uno de esos instantes que no suelen repetirse.

No venimos a despedir al Che y sus heroicos compañeros. Venimos a recibirlos.

Veo al Che y a sus hombres como un refuerzo, como un destacamento de combatientes invencibles, que esta vez incluye no solo cubanos sino también latinoamericanos que llegan a luchar junto a nosotros y a escribir nuevas páginas de historia y de gloria.

Veo además al Che como un gigante moral que crece cada día, cuya imagen, cuya fuerza, cuya influencia se han multiplicado por toda la tierra.

¿Cómo podría caber bajo una lápida?

¿Cómo podría caber en esta plaza?

¿Cómo podría caber únicamente en nuestra querida pero pequeña isla?

Solo en el mundo con el cual soñó, para el cual vivió y por el cual luchó hay espacio suficiente para él.

Más grande será su figura cuanta más injusticia, más explotación, más desigualdad, más desempleo, más pobreza, hambre y miseria imperen en la sociedad humana.

Más se elevarán los valores que defendió cuanto más crezca el poder del imperialismo, el hegemonismo, la dominación y el intervencionismo, en detrimento de los derechos más sagrados de los pueblos, especialmente los pueblos débiles, atrasados y pobres que durante siglos fueron colonias de Occidente y fuentes de trabajo esclavo.

Más resaltará su profundo sentido humanista cuantos más abusos, más egoísmo, más enajenación; más discriminación de indios, minorías étnicas, mujeres, inmigrantes; cuantos más niños sean objeto de comercio sexual u obligados a trabajar en cifras que ascienden a cientos de millones; cuanta más ignorancia, más insalubridad, más inseguridad, más desamparo.

Más descollará su ejemplo de hombre puro, revolucionario y consecuente mientras más políticos corrompidos, demagogos e hipócritas existan en cualquier parte.

Más se admirará su valentía personal e integridad revolucionaria mientras más cobardes, oportunistas y traidores pueda haber sobre la tierra; más su voluntad de acero mientras más débiles sean otros para cumplir el deber; más su sentido del honor y la dignidad mientras más personas carezcan de un mínimo de pundonor humano; más su fe en el hombre mientras más escépticos; más su optimismo mientras más pesimistas; más su audacia mientras más vacilantes; más su austeridad, su espíritu de estudio y de trabajo, mientras más holgazanes despilfarren en lujos y ocios el producto del trabajo de los demás.

Che fue un verdadero comunista y hoy es ejemplo y paradigma de revolucionario y de comunista.

Che fue maestro y forjador de hombres como él. Consecuente con sus actos, nunca dejó de hacer lo que predicaba, ni de exigirse a sí mismo más de lo que exigía a los demás.

Siempre que fue necesario un voluntario para una misión difícil, se ofrecía el primero, tanto en la guerra como en la paz. Sus grandes sueños los supeditó siempre a la disposición de entregar generosamente la vida. Nada para él era imposible, y lo imposible era capaz de hacerlo posible.

La invasión desde la Sierra Maestra a través de inmensos y desprotegidos llanos, y la toma de la ciudad de Santa Clara con unos pocos hombres, dan testimonio entre otras acciones de las proezas de que era capaz.

Sus ideas acerca de la revolución en su tierra de origen y en el resto de Suramérica, pese a enormes dificultades, eran posibles. De haberlas alcanzado, tal vez el mundo de hoy habría sido diferente. Viet Nam demostró que podía lucharse contra las fuerzas intervencionistas del imperialismo y vencerlas. Los sandinistas vencieron contra uno de los más poderosos títeres de Estados Unidos. Los revolucionarios salvadoreños estuvieron a punto de alcanzar la victoria. En Africa el apartheid, a pesar de que poseía armas nucleares, fue derrotado. China, gracias a la lucha heroica de sus obreros y campesinos, es hoy uno de los países con más perspectivas en el mundo. Hong Kong tuvo que ser devuelto después de 150 años de ocupación, que se llevó a cabo para imponer a un inmenso país el comercio de drogas.

No todas las épocas ni todas las circunstancias requieren de los mismos métodos y las mismas tácticas. Pero nada podrá detener el curso de la historia, sus leyes objetivas tienen perenne validez. El Che se apoyó en esas leyes y tuvo una fe absoluta en el hombre. Muchas veces los grandes transformadores y revolucionarios de la humanidad no tuvieron el privilegio de ver realizados sus sueños tan pronto como lo esperaban o lo deseaban, pero más tarde o más temprano triunfaron.

Un combatiente puede morir, pero no sus ideas. ¿Qué hacía un hombre del gobierno de Estados Unidos allí donde estaba herido y prisionero el Che? ¿Por qué creyeron que matándolo dejaba de existir como combatiente? Ahora no está en La Higuera, pero está en todas partes, dondequiera que haya una causa justa que defender. Los interesados en eliminarlo y desaparecerlo no eran capaces de comprender que su huella imborrable estaba ya en la historia y su mirada luminosa de profeta se convertiría en un símbolo para todos los pobres de este mundo, que son miles de millones. Jóvenes, niños, ancianos, hombres y mujeres que supieron de él, las personas honestas de toda la tierra, independientemente de su origen social, lo admiran.

Che está librando y ganando más batallas que nunca.

¡Gracias, Che, por tu historia, tu vida y tu ejemplo!

¡Gracias por venir a reforzarnos en esta difícil lucha que estamos librando hoy para salvar las ideas por las cuales tanto luchaste, para salvar la Revolución, la patria y las conquistas del socialismo, que es parte realizada de los grandes sueños que albergaste! (APLAUSOS.)

Para llevar a cabo esta enorme proeza, para derrotar los planes imperialistas contra Cuba, para resistir el bloqueo, para alcanzar la victoria, contamos contigo (APLAUSOS).

Como ves, esta tierra que es tu tierra, este pueblo que es tu pueblo, esta revolución que es tu revolución, siguen enarbolando con honor y orgullo las banderas del socialismo (APLAUSOS).

¡Bienvenidos, compañeros heroicos del destacamento de refuerzo! ¡Las trincheras de ideas y de justicia que ustedes defenderán junto a nuestro pueblo, el enemigo no podrá conquistarlas jamás! ¡Y juntos seguiremos luchando por un mundo mejor!

¡Hasta la victoria siempre! (EXCLAMACIONES.)

(OVACION)