Discurso pronunciado por el Presidente de la República de Cuba, Fidel Castro Ruz, en la clausura del V Congreso de los Comités de Defensa de la Revolución, efectuada en el Palacio de las Convenciones, el día 28 de septiembre de 1998.

(Versiones Taquigráficas - Consejo de Estado)

Estimados invitados;

Queridos delegadas y delegados al V Congreso de los CDR, por la unidad

que defendemos (Aplausos):

Pienso que acabamos de obtener la segunda victoria, que fue el excelente desarrollo y los resultados de este congreso, con huracán o sin huracán; incluso, bajo el huracán, o perseguido por el huracán (Risas), que llegó hasta aquí detrás de nosotros, aunque sin vientos muy fuertes, pero lluvias suficientes como para mojar bien el teatro "Carlos Marx", donde hoy tendríamos de 4 000 a 5 000 invitados, si no se hubiesen producido penetraciones del agua que afectaron los servicios eléctricos, y aunque nuestra gente era capaz de restablecer eso en 24 horas, no se podía excluir cierto peligro, ya que estaba relacionado con la electricidad, y preferimos por eso, tal y como habíamos previsto, que si no podíamos utilizar el teatro "Carlos Marx", clausuráramos el congreso aquí mismo donde hemos trabajado.

Esperamos que los que íbamos a invitar para estar presentes aquí tengan la oportunidad de verlo por la televisión, porque este acto se está trasmitiendo en vivo y en directo.

Espero que Marquitos haya reservado lo más posible la electricidad para los habaneros y para el resto también, porque sabemos que han restablecido en casi todas las provincias el 90% del servicio. En Guantánamo hace como dos días ya tenían el 75%. ¿Cómo estamos ahora, Marquitos? (Marcos expresa que ya estamos por arriba del 90% en todo el país, prácticamente.)

Por encima del 90% en todo el país, prácticamente, ¿no? ¿Entonces los cederistas nos están escuchando, hay electricidad? (Le dice que sí.) Bien, después les puede llegar el periódico o alguna otra noticia, pero nos alegramos mucho de que en tan breve tiempo se hayan restablecido la electricidad y las comunicaciones en general; todos los caminos también permiten ya la comunicación.

Del congreso hemos hablado, no es necesario que nos extendamos mucho. Parte de lo que hemos hablado y discutido se ha trasmitido por la radio, la televisión y otros medios.

Tenemos además el informe completo, con las pequeñas modificaciones que se le hicieron para hacerlo más estricto. No aparecen ahora ciertas cosas, como si fuesen habituales o normales, y ya ustedes se lo llevan, más los que vamos a imprimir, para que llegue por lo menos una copia a cada comité de defensa —ustedes saben que son más de 100 000—, y un poco más para que otras organizaciones de masa reciban copia del informe, que —como ya les dije—, a nuestro juicio, había quedado muy bien hecho, y realmente refleja el extraordinario esfuerzo realizado por ustedes, extraordinario y creciente, tan necesario, y que se puede medir por datos. Ahí están todos (Muestra documentos). Algunos ni los traje, pero recordamos muchos de ellos y no voy a repetirlo tampoco, baste señalar que se ha roto un récord impresionante en este duro año, con 570 000 donaciones, y casi todos los índices indican mejoría. Espero que no sea solo porque se haya tratado del año del congreso y que, por el contrario, como fruto del congreso, sigan mejorando los índices. Algunos son muy difíciles ya de superar.

Digamos, ese 91% de participación de la población en los CDR es un índice realmente alto y estimulante, que convierte, indiscutiblemente, a esta organización en la más amplia de todo el país, con más de 7 millones de ciudadanos, sin incluir los niños, que también se van organizando en ellos, aparte de su organización de pioneros. Es una bonita idea la de los CDR infantiles, como una educación, como una motivación para ellos.

Esa participación les permite a ustedes un mayor trabajo dentro de la organización, puesto que ustedes se han planteado hacer un trabajo cada vez de más calidad y ejercer una influencia cada vez mayor sobre la comunidad. Después de todo lo que hemos visto, no tengo la menor duda de que lo alcanzarán.

Ustedes tenían viejas tareas y ahora tienen nuevas tareas, y las nuevas son estratégicas. Las cuestiones planteadas sobre el desarrollo de los valores patrióticos y revolucionarios y la batalla ideológica tienen enorme trascendencia; la lucha contra el delito y la lucha contra las ilegalidades; la participación activa de ustedes en cooperación con las demás fuerzas del país y en cooperación con el Ministerio del Interior y la Policía Nacional Revolucionaria.

Discutimos bastante sobre ese tema ayer y acordamos que teníamos que seguir discutiendo con la más firme decisión de afrontar esas dificultades y darles una fuerte batalla, usando la organización, la inteligencia, los métodos más adecuados de control, presión, persuasión e influencia social, lo que hablamos aquí sobre esto que no es necesario repetir. Estoy seguro de que todos los compañeros de ustedes en todo el país, los millones de miembros de los CDR, que constituyen la inmensa mayoría del pueblo, y el resto también, y hasta incluso algunos delincuentes se van a alegrar, porque a ellos no les gusta que les roben. Se van a alegrar si hay menos robos, porque ellos deben ser víctimas también de sus propios robos. Va a tener más tranquilidad todo el mundo. Este es uno de los puntos que más afectan a todos los ciudadanos.

La lucha contra las ilegalidades es vital, la batalla por la supervivencia de la Revolución y la defensa de la Revolución, muy asociada a la batalla ideológica, porque el enemigo —como ya se dijo— usa todos los medios posibles, hoy concentrados contra Cuba en este terreno.

Ya les conté cómo en un cable de ayer vimos la sorprendente noticia de que en 1964 Estados Unidos estuvo a punto de llevar a cabo un ataque nuclear contra China. Digo sorprendente, porque a pesar de lo acostumbrados que estamos a las cosas increíbles que hacen nuestros vecinos del Norte, no deja de sorprendernos semejante información. No estoy inventando esto, lo dice uno de los periódicos de más circulación en Estados Unidos, a partir de documentos desclasificados del Departamento de Estado.

Muchas veces hemos denunciado hechos, y hay que esperar después años a que aparezcan los famosos documentos desclasificados de cualquier tipo: documentos de la CIA sobre planes y acciones contra Cuba, documentos del Pentágono donde, por ejemplo, hacen constar cómo recibieron instrucciones de preparar el pretexto para una invasión militar directa a Cuba después de la invasión mercenaria y la derrota de Girón, propósitos que fueron conocidos desde entonces y que dieron origen a las medidas adoptadas por Cuba y la URSS, que ocasionaron la Crisis de Octubre de 1962.

Constantemente aparecen documentos y nuevos documentos; los hay que no han sido publicados, desde luego, y algunos que a lo mejor publican, qué sé yo, dentro de 200 años. Ellos tienen bien reglamentado todo eso.

Es decir, siempre nos sorprenden con planes como aquellos que les mencionaba hoy. En la actualidad, desde luego, las relaciones entre Estados Unidos y China son normales, marchan bastante bien. Estados Unidos ha comprendido lo que es China, el enorme poder real y, sobre todo, potencial de ese país, en muchos campos: científico, económico, militar y otros. Han actuado con más realismo en relación con China; además, es un gigantesco y creciente mercado de cientos de miles de millones de dólares.

Algunos de sus voceros han dicho con todo el mayor cinismo del mundo que con China vale la pena cambiar de política de confrontación y comerciar, aunque se trate de un país socialista, porque es un enorme mercado para exportaciones, un enorme campo de inversiones, con una fuerza de trabajo calificada, disciplinada y barata. Saben que no pueden prescindir de eso en el terreno económico; pero saben, además, que no pueden prescindir de China en el terreno político.

En este mismo momento, un momento de grave crisis económica internacional, de la cual hablaré después, los chinos están haciendo una importante contribución para evitar la debacle por la vía de no devaluar el yuan, su moneda, que es convertible solo en parte, solo limitadamente, por lo cual no ha podido golpearla apenas la crisis asiática, pero una moneda cuya devaluación produciría consecuencias tremendas, y posiblemente ya un desenlace catastrófico de la crisis económica, porque agravaría la situación de todos los países del sudeste asiático y agravaría la situación del yen, es decir, la moneda de Japón, que constituye la segunda economía mundial y que hoy está atravesando un momento muy difícil de recesión.

Todo eso influye tremendamente en la situación económica mundial e incrementa seriamente los riesgos de que la crisis se generalice ya inevitablemente.

Es decir que en este momento la República Popular China, a un costo de decenas de miles de millones de dólares, está manteniendo el valor del yuan. Devaluarlo significaría la mejor condición para competir con las mercancías del sudeste asiático, que ahora se venden mucho más baratas después de la dramática devaluación de sus monedas, y China, naturalmente, pierde ventas, pierde mercados, no solo las ventas que pierde por el golpe que ha sufrido la economía de esos países, sino también por la vía de la competencia que le hacen en las actuales circunstancias esos productos.

Ya veremos a América Latina y a otros muchos países inundados de mercancías de los llamados tigres en un tiempo, y que ahora tratan, desesperadamente, de incrementar las exportaciones. Es decir, China no solo constituye un enorme mercado, un enorme campo de inversiones; China también posee ya un peso importante en la economía mundial, y ha resistido a pie firme la necesidad de devaluar su moneda, lo cual ha constituido una contribución importante a la economía internacional. Aunque nadie, desde luego, podría afirmar si ese sacrificio grande que hacen ahora, más allá de una prueba de su responsabilidad y de su preocupación por los asuntos mundiales, tendrá, al fin y al cabo, resultado alguno. Si acaso dilatar un poco la crisis, evitar un desenlace rápido y general, pero que, según todos los indicios, más tarde o más temprano, se va a producir inevitablemente.

Bien, ya no hay aquella hostilidad, aquel bloqueo, aquella guerra económica contra China, todo lo contrario, se producen inversiones cuantiosas, considerables intercambios comerciales —creo que los chinos exportan mucho más de 50 000 millones a Estados Unidos, si no me equivoco, a pesar del yuan sin devaluar y de la competencia de los otros—, visita del Presidente de Estados Unidos a ese país, se reúne con los líderes, habla al pueblo. Los chinos le abrieron las puertas, lo recibieron casi como se recibe a un Papa, es decir, pusieron, como nosotros, a su alcance los medios nacionales de comunicación, habló a todos los chinos. Creyó realmente que les habló, porque, a decir verdad, se le ocurrió llevar a unos traductores de chino, y ustedes saben que si a veces cuando alguien de lengua materna inglesa habla español lo hace muy enredado, ya se imaginarán ustedes a alguien de lengua materna inglesa hablando en chino, cuando, además, el chino que se habla en Pekín no se entiende en Cantón, ni en Shangai, ni en otros muchos lugares.

Como les decía, creía estarle hablando a 1 200 millones de chinos y la inmensa mayoría de los chinos, por lo que sabemos nosotros, estaban bastante irritados, porque no entendían a los traductores aquellos. Después estuvo en la Universidad de Pekín y también con los mismos traductores, pronunció allí su discurso, habló; muy bien, muy contento, muy feliz.

Recuerdo esto para señalar cómo son las relaciones: el campo socialista no existe, excelentes relaciones con muchos de sus fragmentos, invitados algunos de ellos a ingresar en la OTAN, han aceptado. Y con Rusia asustados, pero no por el armamento nuclear, no por las confrontaciones, sino asustados por la tremendísima crisis económica que ha estado atravesando Rusia y que amenaza también en la economía globalizada con extenderse rápidamente a otras partes. Están bien asustados con eso y tratan de ver qué hacen, pero virtualmente están confesando ya su impotencia. Más adelante algunos daticos les brindaré sobre eso.

Es decir, ya no tienen donde concentrar sus ataques, su hostilidad. Saquear es otra cosa, invertir lo suyo y lo que no es suyo otra cosa también, pero no es la guerra económica, no es la hostilidad. Queda algún otro país todavía, por ejemplo, la República Democrática de Corea; allí los coreanos estaban construyendo un reactor nuclear, y por temor, para convencerlos de que no hicieran ese reactor nuclear, argumentando la necesidad de una tecnología segura, van a suministrar los recursos entre Estados Unidos, Japón y Corea del Sur para la construcción de dos reactores nucleares, e, incluso, le están suministrando mientras tanto unas 500 000 toneladas de combustible para las plantas termoeléctricas. Es decir, aunque se mantiene un fuerte nivel de confrontación con ese país, es una situación diferente, llegan incluso a eso.

Con relación a Cuba todo es diferente. Bueno, le tienen prohibido a Rusia continuar la construcción de la planta nuclear de Cienfuegos. En teoría, los rusos se han comprometido a seguirla construyendo, pero eso tarda, lleva tiempo, mucho tiempo; si acaso se mantiene allí la cooperación y algunos suministros para mantenimiento de lo construido, pero sería iluso contar con eso por ahora, por largo tiempo, y más aún teniendo en cuenta la terrible situación de ese país. Mientras tanto hacen campaña contra todo lo que se parezca a una planta nuclear en Cuba y dicen que eso es un peligro para Estados Unidos. Ellos pueden construir cien en su territorio, nosotros ninguna, es un escándalo mundial, aunque esté autorizada por la Organización Internacional de Energía Atómica y tenga todas las garantías. Por eso es que tenemos que buscar otras fuentes de energía.

Con Viet Nam tienen unas relaciones similares a las de China: inversiones. Nos alegramos de que los vietnamitas que han luchado tanto, que perdieron cuatro millones de vidas, sin contar inválidos y otros daños y sufrimientos humanos, tengan ahora su oportunidad de vivir en paz, comerciar y desarrollarse, sin renunciar a los principios, a las ideas del socialismo.

Les digo esto para demostrar cómo todo, todo, todo es contra Cuba, su vecino más próximo, la manzana madura que nunca cayó ni caerá de la mata y que ellos esperaban recoger, como dijeron hace mucho, mucho tiempo. Porque casi desde que se fundó ese país, sus primeros dirigentes políticos plantearon la cuestión de la ocupación de Cuba, estaba entre sus planes; nuestros antecesores lo impidieron y nosotros tenemos el deber de hacerlo imposible, hasta ahora lo hemos hecho y lo seguiremos haciendo. Pero todos los recursos de propaganda, todas las campañas, todas las maniobras, todas sus mentiras y su guerra ideológica se encaminan fundamentalmente hacia Cuba.

Esto no quiere decir que no hagan guerra ideológica contra China, que no traten de ejercer la influencia de otro modo, si es posible no atacarla verbalmente, pero divulgar mucho la cultura de Estados Unidos, penetrar en todas partes con la influencia cultural, hábitos de consumo y otras formas de penetración; quisieran introducir en China el estilo y las concepciones de la sociedad de consumo, algo que sería una colosal locura. Pero ellos no pueden actuar de acuerdo con otros principios, porque estos son los principios que rigen una economía capitalista, y eso llevarlo a cabo en competencia con otras economías capitalistas también poderosas. Llevan el modelo del consumo que, como hemos expresado otras veces, es insostenible por completo, inconcebible para miles de millones de habitantes de la Tierra.

Ellos seguirán tratando también de subvertir el orden en China. Ellos tratarán por métodos más sutiles de imponerles a esos países criterios, conceptos, ideas y formas de las sociedades occidentales. Y a los vietnamitas también, no van a renunciar a usar sus medidas.

La hostilidad con nosotros es derrocar a la Revolución, su idea, destruir la Revolución, aplastar la Revolución. Y, como decíamos anteriormente, hoy se concentran fundamentalmente en los programas anunciados, requeteanunciados, de la guerra ideológica, a través del famoso Carril II, y en la guerra económica; dos cosas: guerra ideológica y guerra económica, para asfixiar al país económicamente, tratar de ahogarlo, debilitarlo, crear las condiciones óptimas para que sus podridas ideas puedan penetrar o puedan engañar con ilusiones a mucha gente que no conocen, como conoce ese joven que nos habló hoy, de las realidades del mundo y del sistema dominante. Por eso hay que seguir explicando constantemente por qué tienen lo que tienen y sobre la base de qué tienen lo que tienen. Se puede llegar a preguntar también cuánto tiempo puede perdurar el orden económico que han impuesto al mundo.

Ellos podrían estar mejor, también allí las riquezas podrían estar mejor distribuidas, más justamente, han acumulado tecnologías, ciencia, industrias, todos los recursos suficientes para producir en abundancia.

El tipo de sociedad que han desarrollado es ruinoso para la naturaleza y es ruinoso para el mundo, ya que ellos consumen el 25% de la energía mundial cada año, y son los que más han contaminado la atmósfera y los mares, los que más están contribuyendo al cambio de clima, y son los que más se resisten a tomar medidas. Están en mejor disposición los europeos, los japoneses y todos los demás países de tomar medidas relacionadas con el medio ambiente; los gobernantes de Estados Unidos son los que más resistencia hacen, son los que menos se preocupan por eso. Tampoco pueden preocuparse, porque el sistema no les permite preocuparse en serio por la tragedia, ya que allí se trabaja para el capital, para las ganancias, mediante leyes anárquicas que no se pueden ocupar de nada, ni del medio ambiente ni del hombre, es lo que resulte del desarrollo caótico que engendran.

Pero ese es un país donde no debiera haber 43 millones de personas sin servicios médicos asegurados; un país donde no debiera haber las desigualdades que existen, las diferencias enormes, fabulosas, de fortuna, al extremo de que algunos tengan más de 50 000 millones de dólares de riqueza y otros tengan que dormir bajo los puentes. Eso no tiene sentido, no tiene pies ni cabeza, con tantos recursos técnicos y materiales de que disponen, la productividad del trabajo alcanzada en la producción y los servicios. El trabajo agrícola manual de recoger tomates y vegetales eso es tarea de inmigrantes mexicanos, haitianos y de otros países, eso no es ya trabajo de norteamericanos. Es trabajo de inmigrantes extranjeros, todo lo demás se realiza con máquinas.

Bien, para que no engañen a la gente es preciso conocer todas esas realidades. No hay que olvidarse del imperialismo, del sistema imperialista, su origen en el sistema capitalista desarrollado y a dónde conduce al mundo. Sobre este tema hay que poner el acento necesario porque conduce, inevitablemente, a grandes catástrofes.

Todo eso forma parte de la batalla ideológica y metiéndole a todo el mundo en la cabeza la ilusión imposible del automóvil personal. Como he dicho otras veces, trato de imaginarme a China con un automóvil en cada casa de familia, los100 millones de hectáreas que tienen los chinos para producir alimentos no alcanzarían ni para garajes y parqueos, carreteras y autopistas; no quedaría tierra cultivable allí. Esperamos de la proverbial sabiduría china que mediten sobre todas estas cosas.

Y la India, por el estilo; Africa, por el estilo, y América Latina, por el estilo; entre las grandes tragedias que tienen, esa es una de ellas. En ciudades como México, la cantidad de automóviles es tremenda, la contaminación que junto al humo de las industrias originan es físicamente insoportable; entonces han establecido algunas regulaciones, que la chapa impar no camina tal día y la chapa par no camina el otro. ¿Qué han hecho los que tienen dinero?, comprar otro automóvil, uno para cada día, esos no tienen problema, excepto interminables congestiones de tránsito y la misma atmósfera envenenada.

Las dificultades en el tráfico que tienen muchas ciudades grandes, incluso en el propio Tokio, son terribles, se tardan las personas tres horas en llegar de un lugar a otro, no pueden muchas veces usar los vehículos; se salvan por el metro, que es costoso pero rápido. Hay ciudades que han crecido de una manera desproporcionada y no toleran ya ese sistema de vida; existe un agotamiento de recursos tremendo, de todas clases, que pudieran estar mejor destinados al servicio de la humanidad y no a un verdadero despilfarro. Esas costumbres las han introducido en los países latinoamericanos, los tienen invadidos. Espero, por tanto, que los chinos no vayan a renunciar a la bicicleta, a la que tanto deben.

Nosotros, de los ómnibus, de los 30 000 viajes diarios, tuvimos que retroceder a la modesta bicicleta. De esas compramos millones y estamos fabricando, tuvimos que acudir a los famosos "camellos" y soportar los esfuerzos de una situación difícil con el transporte de pasajeros.

Hay países desarrollados como Holanda, por ejemplo, en que todo el mundo tiene una bicicleta, se ha creado una cultura de la bicicleta, quizás por una mayor conciencia relativa al medio ambiente, la salud física y el ejercicio, las usan masivamente, aunque tengan un automóvil; creo que tienen 17 millones de bicicletas los holandeses. Y me han contado que, incluso, allí hay a quien le roban la bicicleta, no sé si será ya por puro vicio de robar o por entretenimiento.

Los imperialistas hablan de derechos humanos, pero nunca hablan de los problemas verdaderamente humanos, del hombre en la propia potencia hegemónica y en el resto del mundo. Nosotros, en cambio, hablamos siempre y hablamos mucho de cosas humanas y hacemos cosas humanas mil veces más humanas que las que aquellos dominadores del mundo hacen por el hombre.

Ellos dicen que la ley del mercado es la que resuelve los problemas del hombre, del enfermo, el desempleo, la pobreza, el hambre, el anciano solitario, el niño abandonado, y todos los demás, acompañada en su loca concepción por el egoísmo terrible que engendran esas sociedades. Son temas en los que hay que seguir profundizando y están relacionados con la batalla ideológica tan importante, decíamos, fundamental, porque esas son las armas con las que más nos atacan ahora. Ellos tienen de reserva las fuerzas militares; pero, bueno, no sabemos qué harán con ellas, porque el mundo no se puede gobernar con armas nucleares, es imposible.

Han tenido hasta problemas serios en un país tan pequeñito como Somalia. Metiendo las narices por todas partes sufrieron un revés allí, una compañía fue casi aniquilada, y eso creó tales problemas en Estados Unidos que rápidamente tuvieron la sabiduría de retirar las tropas de allí.

Ellos ponen sus mayores esperanzas en el gran dominio que tienen sobre los medios de divulgación masiva. Tienen grandes esperanzas en eso y para ello disponen de enormes recursos económicos y técnicos. Ya de eso hablamos también en este congreso.

Son temas sobre los que hay que pensar, y deben pensar los jóvenes seriamente. No se puede ser irresponsable en esta época, porque a la vuelta de la esquina vienen grandes problemas para la humanidad.

Citaría simplemente la idea de que dentro de 50 años la humanidad tendrá 10 000 millones de habitantes, y no puede con los 6 000 que tiene ahora. De esos 6 000 millones, 5 000 viven en el mundo subdesarrollado y pobre, y solo alrededor de 1 000 millones viven en países desarrollados. Y no todos los que viven en los países desarrollados hoy reciben los beneficios del desarrollo. No, hay grandes desigualdades de riquezas en esos países desarrollados, y millones, decenas de millones de desempleados también. Hay problemas de todas clases, pero son solo 1 000 millones los que viven allí.

También en los países subdesarrollados hay ricos, esos no tienen problemas. Hay un porcentaje que vive como si viviera en Europa, de ahí para abajo es donde está la tragedia. Es decir, las clases ricas en los países subdesarrollados pueden tener los niveles promedio de consumo que tienen en Europa.

Entre los subdesarrollados los hay con más nivel de desarrollo y otros con mucho menos nivel. De ahí la enorme importancia de esa batalla, y parte de esa batalla en nuestro país es la lucha contra todas las ilegalidades, repito, y todo tipo de actividades delictivas.

Crea malestar, irrita, corrompe y trae la secuela de problemas que ustedes conocen, contra los cuales han luchado, luchan y se proponen luchar cada vez más, con métodos cada vez más eficientes y que incluyen, en una parte muy importante, como ya dije, el trabajo educativo, persuasivo, preventivo, en una lucha general que una a todas las fuerzas, la importantísima fuerza que ha creado la Revolución para librar esa lucha en estos momentos. Creo que todos esos conceptos han quedado muy claros.

Hemos estado aquí presentes en las dos sesiones plenarias, pero conocemos las discusiones de las comisiones, donde —como se nos dijo— participaron alrededor de 120 delegados —tiene que haber sido muy rica esa discusión— , y aquí, en el plenario, un número de 36 hicieron uso de la palabra. Alrededor de 160 han podido hablar, de modo que creo que la organización está bien informada y va a sacar mucho provecho de este congreso, no para la organización, sino para el país.

Hay que divulgar todo esto lo más posible, en todos los comités y entre todos los cederistas del país. Es muy importante que ellos vayan tomando conciencia, tengan información plena de lo que ha sido el congreso y sus resultados.

No creo que deba hablar más de este punto, tenemos el otro: el huracán.

Algo se dijo de eso ya el día de la inauguración; incluso tuvimos oportunidad de hablarles brevemente de la historia de los comités, eso me ahorra la necesidad de hacerlo aquí, y el problema nuestro no es tanto ahora hablar de la historia como garantizar la historia. No es tanto el pasado, aunque muy importante, importantísimo, pues en él están nuestras raíces, como la lucha futura que debemos librar.

Algo dije también sobre el huracán, lo que significa moralmente y como satisfacción el hecho de que hayamos podido librar simultáneamente dos batallas tan importantes en estos dos frentes. Claro que ahora estamos en la fase de recuperación de las consecuencias del huracán.

A grandes rasgos debo decir, con todos los datos, cuando ya se pudo saber, que el número de víctimas fatales, que cuando hace tres días hablé con ustedes eran solamente cuatro las comprobadas, se elevó a seis. Aquí están los nombres, las causas:

Una señora que tuvo necesidad de salir al patio de la casa y fallece porque hace contacto con un cable eléctrico; ni siquiera se puede hablar de imprudencia.

Otro que fallece al cruzar en moto por una carretera —trabajando contra el huracán, era combatiente—, y un cable que los vientos habían lanzado sobre la carretera… El va a cumplir una tarea, no está paseando —como les dije—, fallece.

Hay otro que muere al intentar empatar un cable eléctrico junto a su casa, la corriente lo sorprende, no lo electrocuta, pero cae al río Simborrio, y se ahoga, en el municipio de Yara. Este compatriota murió en ese esfuerzo, alguna necesidad tendría, y es en ese tipo de accidente que fallece.

Hay otro fallecido, en este caso en el municipio Tercer Frente, Santiago de Cuba. Fue encontrado ahogado en paso Salto del Chivo, en el propio municipio, el 25 de septiembre de 1998. No se ha podido precisar cómo sucedió el hecho.

Está el otro caso que ya había mencionado el primer día, que muere en una presa, donde había estado trabajando; era un trabajador hidráulico, estaba por allí. En este caso dije que murió mientras realizaba el trabajo, y realmente parece que cometió una imprudencia cruzando, iba a la casa. Yo lo había mencionado como combatiente contra el huracán; según nos informan, trató de cruzar al otro lado de la presa y en la cortina de la presa se produjo el accidente. Al parecer no se percató de que la presa estaba vertiendo y el agua lo arrastra. Ese es el quinto caso.

El sexto, en el municipio de Buey Arriba, provincia Granma, falleció ahogado al intentar cruzar a caballo el río Buey, ya crecido, en Yara, el 26 de septiembre de 1998. Este caso se informó en la noche de ayer.

Son seis cuyos nombres voy a mencionar, para enviarles a las familias el pésame, en nombre de todos ustedes y de todos nosotros. Son: Elvia Matos Reyes, de 61 años de edad; Amaury Reyes Mojena, 60 años de edad —este es el que muere en la moto, es un excombatiente de la Revolución—; Jorge Vega Guillén, de 42 años; Rafael Mojena Arteaga, de 60 años; Israel González Chacón, 58 años, y Lorenzo Fiss Ramírez, de 33 años.

Son las víctimas que tenemos que lamentar hasta ahora, no se excluye la posibilidad de que pueda todavía aparecer algún caso más, aunque veo menos probable con los datos que ya tenemos, todas las comunicaciones establecidas y todos los lugares recorridos que se incremente más.

No hay ningún niño, y digamos que el más joven es de 33 años; ningún niño, ningún adolescente, ningún joven de menos de 30 años ha fallecido con motivo del huracán.

Las afectaciones principales fueron en la agricultura, ciertamente. Los cultivos fueron sensiblemente afectados por el huracán, en su recorrido por las 13 provincias referidas, de las 14 con que cuenta el país, por donde pasó el huracán, incluida la provincia de La Habana y la ciudad capital, aunque sobre estas en menor escala realmente, las lluvias más que los vientos.

Estas provincias producían el 95% del plátano del país. Esas plantaciones ocupan el 94% del área total del cultivo de ese producto en la nación, pero, afortunadamente, fue menor el daño en las plantaciones de la provincia de La Habana, suministradora de esta ciudad de más de 2 millones de habitantes.

Sobre todo sufrieron las mejores plantaciones, que son las que estaban establecidas con el sistema de riego por microjet, las de más inversión y producción afectadas seriamente, en distintas proporciones, siendo las más altas de todas las de Guantánamo.

El café y el cacao se afectaron también bastante, en primer lugar, Guantánamo, Santiago de Cuba, Granma y Holguín que son las principales productoras.

Afectaciones importantes en los caminos, de los que se reportan 344 kilómetros afectados en Guantánamo y 162 en Granma; se cuantifican todavía en el resto del territorio.

Otras viandas y hortalizas. Mucha yuca bajo el agua —excepto Guantánamo y Holguín, todas las provincias reportan plantaciones de yuca bajo el agua—, se trabaja para desaguar y recuperar lo posible. Una parte importante de esta producción se verá afectada para el consumo humano.

También las plantaciones de col temprana, aunque afortunadamente no estábamos en plena siembra.

Se han perdido semilleros de hortalizas, existen las semillas para reponerlos.

El arroz sufrió bastante, no el que estaba cosechado en silos y almacenes. Las afectaciones están dadas por los arroces maduros que no pueden cosecharse por la situación de inundación y humedad en que se encuentran los campos. En Pinar del Río hay 105 000 quintales pendientes de cosecha, allí no fue tanta la lluvia, hay un número menor de caballerías inundadas.

La arrocera de más afectación es la de Granma, que tiene unos 200 000 quintales de arroz entre espigado y maduro pendientes de cosecha.

Tabaco. No hay afectaciones en el tabaco cosechado y almacenado de la pasada campaña. Fue oportunamente protegido. Las afectaciones son en semilleros, prácticamente en todas las provincias —hay tabaco, como ustedes saben, en Sancti Spíritus, en Villa Clara y en otras partes—, pero los mismos son recuperables y no constituyen un problema a destacar en cuanto al tabaco en general.

Los cítricos sufrieron no como cuando el Lili. En la empresa Victoria de Girón, de Jagüey Grande, en Matanzas, no existen afectaciones importantes; en Ciego de Avila reportan pérdidas de toronjas del orden de algunos miles de toneladas; se calculan 2 500 toneladas de cítricos en Ceballos y 1 000 en Morón.

Se afectan 796 toneladas de naranjas, 400 toneladas de limón y una cantidad similar de mandarinas.

En Camagüey también se afectaron 2 095 toneladas de toronjas de las plantaciones de Sola.

En la rama forestal se considera alto el número de árboles derribados por los vientos sobre el café, e importante incluso en caminos y carreteras de montañas, en todas las provincias afectadas. Las cifras de metros cúbicos de madera perdida no se conocen aún.

Se considera que el potencial melífero está afectado en un 80% aproximadamente, principalmente por el paso del huracán en la época de las flores del bejuco leñatero, las cuales se han deteriorado sensiblemente; es otro renglón de exportación.

Esto en lo que se refiere a la agricultura en general. Los datos que se relacionan con las plantaciones cañeras no han sido compilados todavía con precisión.

En la ganadería vacuna no hay afectaciones importantes sobre pérdidas de animales.

No se perdieron tampoco depósitos de pienso. Hubo daños en techos de instalaciones, que inmediatamente se subsanaron. Se protegieron las materias primas del pienso, no existen afectaciones. Ha estado paralizada la producción por falta de fluido eléctrico.

No hay dificultades con los medicamentos, existiendo reservas en todos los territorios para enfrentar cualquier contingencia.

No se reportan afectaciones importantes en la ganadería porcina.

No se reportan pérdidas de plaguicidas, materias primas para pienso, materias primas para el fertilizante y semillas almacenadas.

Aquí están las medidas tomadas. De eso no voy a hablar.

Esfuerzos, y otras afectaciones y pérdidas originadas por el huracán Georges, según informaciones preliminares enviadas por las provincias, son las siguientes: Se evacuaron 494 124 personas, de ellas fueron albergadas 202 513, y se evacuaron 237 991 estudiantes.

Si suman ambas cifras, arrojan alrededor de 700 000 personas evacuadas. No hay un solo caso de niño, adolescente o joven que sufriese daño.

Se trasladaron a lugares seguros 705 600 animales de diferentes especies.

Se afectaron 40 079 viviendas; de ellas, 2 100 totalmente.

Cerca de 400 objetivos económicos se afectaron parcialmente, de ellos, 144 son instalaciones agropecuarias.

Ciento trece escuelas resultaron afectadas.

Se movilizaron 104 935 personas para el cumplimiento de las medidas de protección y 8 676 medios de transporte.

Los fallecidos, aunque los mencionan aquí, ya me referí a ellos, en primer lugar.

Los datos de afectaciones en puentes y carreteras se están precisando por los territorios. Hay algunos datos que están siendo todavía precisados; pero esperamos que sea un problema soluble.

Las comunicaciones, en general, van restableciéndose. El puente del ferrocarril Santiago-Guantánamo, de acero y hormigón, el más importante, fue arrancado y arrastrado por el río. Eso va a tener a Guantánamo incomunicado por esa vía. Hay que reconstruir el puente rápidamente, pero lleva tiempo, y por allí transita el 60% de las mercancías que van a Guantánamo. Esto significa un gasto en transporte por otros medios más costosos mientras reconstruyen el puente.

El problema de este ciclón, en lo que se refiere al campo, a la producción agrícola, es que vino asociado al final de la más grande sequía que ha conocido la Revolución y que no ha conocido nadie hasta ahora en Cuba: la mayor sequía de todos los tiempos. Hizo daño en todas partes, digamos: hizo daño en las producciones de arroz, por supuesto; las presas —como ustedes vieron— estaban vacías, casi todas; el agua tuvo que ser suministrada en pipa a muchas ciudades a un alto costo, y a esta sequía que hizo daño en las producciones agrícolas en todas partes del país se sumó el huracán con estos daños que he explicado, pero principalmente en el plátano y en otros cultivos alimenticios a los cuales está habituada nuestra población, en la ciudad y en el campo.

Una prueba de cómo afectó la sequía la producción de frijoles es que en el mercado agropecuario de la capital, donde hace algún tiempo valía seis pesos la libra de frijoles, ahora vale 12, 13, 14. Eso es como consecuencia de la sequía, y como consecuencia de la sequía se afectaron también producciones de viandas en las distintas provincias. Pero donde afectó tremendamente fue en Las Tunas y en Holguín, y en tres municipios de Guantánamo. Fue muy seria la sequía. Ha afectado la agricultura y la caña. Cuando afecta la caña, el daño siempre es importante porque es un producto de exportación, una industria donde se hacen todos los años importantes inversiones y gastos para garantizar una determinada cosecha.

Desde luego, el huracán rebaja la producción, priva al país de equis cantidades de azúcar, no se puede decir todavía. Hay que cuantificarlo bien, ver además cómo se porta el tiempo, si nuevas lluvias se producen, si las siembras se pueden realizar. Ya las siembras que se hacen ahora es con vistas a la zafra 1999-2000. Eso es importante, no podemos detenernos... Ahora hay que esperar que los campos permitan ir a sembrar esa caña. Hay agua, hay humedad, pero demasiada.

Esas son afectaciones por otra vía, ¿no?, aunque también la caña significa miel para la producción de rones. Claro, estarán priorizados los rones; significa también miel para la producción de alcohol, miel para alimento del ganado y otros usos. Esa es una afectación indirecta pero importante.

La zafra no la he mencionado aquí. Sí quiero explicar bien algunas cosas. Esto trae una situación complicada.

Ya les expliqué que veníamos haciendo un esfuerzo con motivo de la sequía. Sí, no se vaciló en cuanto se pudo apreciar realmente la situación en que estaban Holguín, Las Tunas y algunos otros lugares, pero principalmente buscamos los lugares que estaban más críticos, y se tomó la decisión de hacer un gasto, para nosotros relativamente elevado, de buscar un suplemento alimenticio a esas dos provincias completas, es decir, una cuota suplementaria a las dos provincias completas y a los tres municipios más críticos de Guantánamo.

Voy a dar los datos. Se acordó, por ejemplo, duplicarles la ración de pan; eso implica el empleo de cantidades de harina que hacen falta inmediatamente. Ya se empezó a aplicar en el propio mes de septiembre. Se incluyó el pan, a pesar de que es más complicado el pan porque implica todo el proceso industrial, el transporte y el reparto; pero como está organizada en las ciudades y en el campo la producción, se les duplicó la ración y se adquirió lo necesario para hacerlo durante cuatro meses.

No había huracán, ya sabíamos que se venía realizando la siembra de frijoles y otros cultivos de otoño, no había huracán de por medio, y se decidió —les voy a señalar incluso, no es una cantidad muy grande, pero creo que significa algo— lo del pan, que se les duplicó; la entrega de un kilogramo adicional de arroz, un kilogramo adicional de chícharo —y de eso voy a hablar también, explicarles algo—, media libra de aceite, aproximadamente un cuarto de litro per cápita mensual, adquirido ya para eso. Cuando se hicieron los gastos con ese objetivo, no se estaba contando con el huracán.

Ahora, sobre la sequía vino el huracán. Teníamos la esperanza de que los holguineros, tuneros y guantanameros con alguna lluvia que les cayera ahora podrían recuperarse. Ya había caído un poquito de agua antes del huracán en esas provincias, había unas marquitas rojas de más de 30 milímetros en algunos lugares; pero al plátano con microjet, que tenía riego, su producción más segura, a ese lo liquidó, tuvo afectaciones considerables; no podemos decir que sufrió una liquidación total, siempre se aprovecha algo, pero afectan mucho, mucho los fuertes vientos. Lo conocemos por experiencia aquí en la capital, el tiempo que tarda en recuperarse una mata de esas, porque hasta a la planta que no cae le deja las hojas muy destruidas.

Holguín es la provincia del plátano, su vianda principal. Ellos habían desarrollado estos cultivos con microjet que rinden diez, doce o catorce veces más que los otros. Pero ellos tienen tradicionalmente muchas caballerías de plátano sin regadío, todo el mundo tiene plátano allí. También en Las Tunas, en Camagüey, en todas partes hay plátano con riego y sin riego, y en todas partes el plátano fue golpeado, además de las otras cosas que les señalé.

Había que buscar alguna rápida respuesta alimentaria con motivo del huracán; en este caso, desde luego, es más cara que la que les mencioné relacionada con la ayuda de solo 1 600 000 personas, ni un dato más ni un dato menos, exacto, riguroso.

Los recursos nuestros son escasos, pero no se vaciló. Nos reunimos, como les expliqué a ustedes, el viernes. Cuando terminé la reunión de inauguración con ustedes, fui para el Palacio y nos reunimos allí a analizar en detalle dos cosas: primero, los daños en viviendas, instalaciones, todo; afectaciones. Allí se conoció de 40 000 viviendas afectadas, no destruidas; 2 100 destruidas totalmente en lugares diversos y distantes. Segundo, analizar todo, cuántos materiales tenemos en la reserva —porque siempre preservamos algunas reservas, esas sí las tenemos a mano—, tejas de zinc, de asbesto, canalones, todo; de qué cantidad de madera disponemos, de puntillas cuántas toneladas, las cosas de pintura, todo lo que pueda necesitarse para reparar o construir una vivienda en casos de emergencia; incluso, si alguno perdió un refrigerador, cuántos tenemos en la reserva, donde siempre se ha guardado un número para estas ocasiones; si algún televisor se puede haber perdido, algunas de esas cosas; colchones, por ejemplo, algo que es importante.

Puedo citar, por ejemplo, que nos llegó hoy la noticia de que en San Nicolás de Bari, provincia La Habana, se produjo el viernes algo parecido a lo de Mayarí, habían caído 300 milímetros de lluvia, en un pueblo donde nunca se habían producido inundaciones y no estaba evacuado nadie; se produjo un golpe de agua tremendo, la gente estaba en el techo de las casas, solo unas pocas viviendas no se habían inundado. No sé cuántos habitantes tendrá el pueblito de San Nicolás de Bari, alguno de ustedes debe saberlo (Le dicen que 21 000). Veintiún mil; no son pocos, ¿eh? Y allí inmediatamente fueron todas las fuerzas organizadas y evacuaron a todo el que había que evacuar en aquellas condiciones, ni un accidente, ni un ahogado, y el agua estaba por el techo de la mayor parte del pueblo, y fue de repente, un arroyo, un pequeño río al que le cayeron en sus fuentes los 300 milímetros en un muy breve tiempo: el caso de Mayarí, pero esta vez en San Nicolás de Bari. Sabemos que perdieron 300 colchones. Desde ayer mismo está la compañera Ministra de Comercio Interior allí, que es la que administra determinados suministros, para organizar la inmediata entrega de los 300 colchones irreparables que se perdieron y la reparación de todos los demás afectados.

Estos productos se venden a los damnificados, pero se venden a precios reducidos, normales, mínimos, a los precios históricos, muchas veces subsidiados. Y si no disponen de dinero suficiente se les brindan todas las facilidades necesarias para adquirirlos.

¿Cuántos se perdieron en Mayarí? ¿Cuántos se perdieron en Sagua? ¿Cuántos se perdieron en otros lugares? En la provincia de La Habana no fue San Nicolás el único lugar, hay otro pueblo en la misma provincia: Aguacate. ¿Cuántas cosas quedaron bajo el agua allí? (Le dicen que quedaron unas 110 casas, pero que bajó más rápido el agua y fue menor la afectación.) ¿Cuántos colchones y colchonetas se perdieron allí? (Le contestan que allí no.) Tenemos que aprender a ser muy honrados todos al señalar lo perdido. En casi todas las provincias hubo pérdidas de ese tipo. No se sabe todavía con absoluta precisión. Pero sabemos las que tenemos y la materia prima de que disponemos para hacer unos colchones que, realmente, algunas veces no los prefieren, pero son los mejores, los más cómodos y duraderos, los de poliespuma, son los que tenemos; los otros son de guata y otros materiales y no hay las capacidades de producción similares. Sabemos las capacidades que tenemos para producir colchones y otros artículos esenciales.

Miren, existe una empresa mixta casualmente para producir este renglón, gente que trajeron la tecnología y algunos equipos, son los que suministran también y envían rápidamente la materia prima, somos socios, y para estos casos está conveniado que es a precio de costo cuando se produce alguna situación de este tipo. Pero, claro, es un gasto, y lo que se gaste de la reserva de materiales hay que reponerlo. Se analizó todo lo que existe de cada cosa y se está repartiendo rápidamente para las provincias.

Ya hoy salieron dos comisiones a evaluar con exactitud los daños, pero dijimos: No esperar por las comisiones, las comisiones van porque es imprescindible recorrer y precisar el daño en las zonas afectadas; pero no se espera a que las comisiones regresen, se empieza a enviar los recursos que puedan utilizarse inmediatamente, no se espera un día. Las comisiones son para evaluar el total y tener la seguridad —comisiones de ministros y viceministros presididas por un cuadro de experiencia, a los distintos lugares—, para evaluar con exactitud. No se trata de resolver viejos problemas, que hay muchos, sino los nuevos creados, los que creó el huracán. Esos productos están disponibles, inmediatos, como se hizo en Cienfuegos, en Villa Clara y en todos esos lugares cuando el Lili nos azotó hace dos años.

Debemos tener en cuenta, además, que estamos a mediados de la temporada ciclónica, nadie puede asegurar aquí que no venga otro ciclón; así que donde se esté gastando una cantidad de algo, hay que estar por otro lado adquiriendo para reponer. Mantener la reserva, por lo menos, en los niveles que tenemos en este momento, de todos estos materiales, son gastos en efectivo y en divisas. De lo que les estoy hablando, compañeras y compañeros, es de gastos en efectivo y en divisas. Es decir que en primer lugar los materiales a mano, después, ¡no habrá problemas para que lleguen rápido a todas partes!

Todas las brigadas de la construcción están organizadas y trabajando ya, desde que dejó de llover empezaron a trabajar. Eso es lo que vale estar organizado, eso es lo que vale también la propiedad nacional o el control y la cooperación estrecha de los medios fundamentales de producción, los transportes, los trenes y las fábricas, para una inmediata respuesta a cualquier situación crítica.

Por ejemplo, las tejas de zinc estaban allá en Las Tunas, está una cantidad de la materia prima lista, conociéndose con precisión la capacidad de producción, porque ya las producidas como reserva antes del huracán le ocupaban casi todo el espacio, así que ahora hay materia prima y rápidamente a producir las tejas canalizadas. La producción y los suministros van por delante del tiempo que tienen para utilizarlos. En esas cosas no tienen que esperar ni un minuto para empezar a hacer las reparaciones y construcciones. Eso es en lo que se refiere a afectaciones de tipo material, las medidas tomadas.

De las necesidades alimenticias de emergencia, ya les expliqué las originadas con la sequía, ahora vienen las originadas por el huracán, que se dio el lujo de recorrer 900 kilómetros, desde Maisí hasta donde salió al mar, incluyendo el influjo de fuertes lluvias y vientos sobre Varadero.

¿Cuánto hay de Punta de Maisí a Punta Hicacos? Fue de punta en punta, una gran parte por el territorio. Soplaron vientos de más de 100 kilómetros en Varadero, y aquí en la capital soplaron algunos de cierta fuerza. Cayeron fuertes lluvias en algunas zonas de las provincias habaneras, pero como zonas de influencia directa alrededor de 900 kilómetros, donde soplaron vientos fuertes o cayeron lluvias abundantes durante tres días prácticamente.

Fueron menores, por suerte, las afectaciones en el área del Malecón, que siempre son costosas; fue relativamente poca el agua de mar que penetró, poco el daño, porque aunque pasó el muro y penetró algunas cuadras, en algunos lugares, vinieron después vientos del sur y frenaron el mar de leva. Hemos tenido suerte de que la penetración fue relativamente leve en el norte de la ciudad y los vientos no liquidaron los platanales de La Habana. Deben haber estado entre el 5% y el 10% las afectaciones, pero no liquidó los de dicha provincia.

Entonces habría ahora que tomar medidas, ¿qué hacer?, considerando lo ocurrido en todo el país por la sequía, porque aquellas medidas relacionadas con la sequía se tomaron en lugares más críticos y sin huracanes, y puesto que estaba lloviendo ya en el resto del país, y la gente preparándose para sembrar cultivos, viandas, frijoles y todo eso antes del huracán.

Ahora analizamos bien qué debíamos hacer en esta situación y las decisiones fueron las siguientes:

Mantener, por supuesto, el plan de Las Tunas, Holguín y los tres municipios de Guantánamo, lo que se les entrega y en la cantidad que se les entrega, en el programa previsto para cuatro meses.

Ahora, aparte de eso, en todas las provincias, desde Matanzas hasta Maisí, se dispuso algo común a todas, no nos pusimos a medir quién sufrió más o menos, en cada hectárea de tierra. Sancti Spíritus, por ejemplo, sufrió un poco menos, pero no se va a aplicar un programa y dejar fuera a Sancti Spíritus; sería muy enredado ahora ponerse a hacer un cálculo matemático, si a uno le da una libra, libra y media, y a otro dos libras. Hicimos un cálculo para el suplemento inmediato a todos.

Un kilogramo adicional de granos por persona —chícharo en este caso— a todos los ciudadanos. Significa que si en un núcleo hay seis o siete, son seis o siete kilogramos mensuales adicionales durante tres meses, octubre, noviembre y diciembre, desde Matanzas hasta Guantánamo, y se añade a la cuota que están recibiendo Holguín, Las Tunas y los tres municipios aquellos. Eso es por encima, lo que se da no se toca (Risas), si se da algo más es teniendo en cuenta que ellos estuvieron más afectados que nunca en la sequía, bastante afectados además con el huracán, las lluvias y todo eso.

Vean ustedes, no son cifras grandes, tampoco va a ser lo único. A toda la población de esas provincias, desde Matanzas hasta Guantánamo, un kilogramo mensual por persona durante tres meses, significa alrededor de 22 000 toneladas; ya están ahí de modo inmediato. Pero se va a hacer otra cosa, ya esto con sentido selectivo y en todo el país. Se analizaron cuántos niños hay en el país de 0 hasta 14 años, es un poco selectiva esta distribución, pero nuestro pueblo lo entenderá perfectamente bien. Todos los niños hasta 14 años. Claro, aquí no se pueden hacer excepciones de ninguna clase, tiene que ser a todos. Hay núcleos que tienen más recursos y pueden ir a comprar, casi a cualquier precio, en el mercado agropecuario o en algunas tiendas, algunas cosas; pero aquí no se puede hacer distinción de ninguna clase, al niño es al niño, y no puede haber distinción. ¡A todos los niños del país y a todas las personas de sesenta años en adelante se les brindará un suministro adicional! ¿Saben cuántas hay en este país con más de 60 años? Alrededor —ahora no tengo la cifra exacta— de 1 300 000. Los frutos de los programas de salud, de la elevación de las perspectivas de vida. ¡Alrededor de un millón trescientos mil!

José Luis, ¿podrías decirlo tú con exactitud, tú que estabas allí? (José Luis le responde que son 1 460 000.) Bueno, es más, me alegro muchísimo. Sorprende, ¿verdad? Bueno, ya ustedes saben. Hay, incluso, gente que tiene ingresos y no se acuerda de la viejita, si pueden la mandan para un asilo. Y no está mal, en el asilo están bastante bien; pero, bueno, algunas de esas cosas ocurren.

A todas durante 10 meses; es decir, hasta que se recupere más la agricultura, fue el cálculo que hicimos, 10 meses. Es decir, todos los niños hasta 14 años y todas las personas de 60 años y más van a recibir durante 10 meses una cuota adicional.

¿En qué consiste? En un kilogramo de arroz —algo es algo—, un kilogramo de chícharo —vuelvo a repetir el chícharo, y dije que de eso íbamos a hablar—, excepto las orientales de esas edades que recibirán por esta vía adicional un kilogramo y medio por haber sido las más afectadas por la sequía y el huracán. Así que estas personas en aquella zona recibirán de granos dos kilogramos y medio adicionales, es decir, en todas las provincias orientales. Repito: un kilogramo de arroz, un kilogramo de chícharo —se puede hacer el arroz con chícharo, el potaje con un poco de arroz— y un cuarto de litro de grasa durante 10 meses. Y son algo más de 3 900 000 personas, unos 4 millones de personas: niños hasta 14 y adultos desde 60 años.

¿Se puede hacer algo más equitativo, más justo?, si los recursos no nos alcanzan. Bueno, todas las familias tienen algún niño, algún nieto, alguna abuela. Claro, lo que hacen las abuelas, por lo general, es proteger al niño; las menos protegidas son las personas de más edad. Más bien por psicología y por costumbre hay cierta lógica de proteger a los menores. Esa entrega se va a hacer, repito, durante 10 meses. ¿Está claro todo? A los precios subsidiados de la libreta.

Si se cobrara al cambio libre de dólar por peso, el precio tendría que ser por lo menos veinte veces más elevado. No, no, no es equiparando los precios al precio que tiene el dólar en las casas de cambio que es de 20 a 1. Los precios a que me refiero son en moneda nacional, a los precios normales subsidiados de la libreta. ¡Eso se llama Revolución! (Aplausos.) Sí.

Quiero seguir razonando sobre este punto. Desde luego, tendremos que trabajar duro en la recuperación agrícola.

Ahora, huracán y sequía suman 146 000 toneladas de granos y aproximadamente 10 000 toneladas de grasa.

Cada uno de estos productos tienen sus precios y, realmente, uno de los más costosos en este momento es el arroz, tiene unos precios bastante disparados hacia arriba el arroz. No obstante, se analizó no solo granos, sino unas cantidades de arroz, como se hizo con lo de la sequía allá.

Son 156 000 toneladas aproximadamente de alimentos —incluyendo la grasa—, de las cuales 146 000 son de granos, e incluyo la harina del pan que se está dando en Holguín, en Las Tunas, y en aquellos municipios de Guantánamo. Suman eso. Y algunos precios están elevados, otros no tan elevados. El que está más elevado es el arroz, y con riesgos de incremento de los precios.

Esto es en el período de los próximos tres meses. La cuota adicional para los niños y mayores de 60 años durará 10 meses.

Hay dos características: ninguna cosa que se añade suprime nada de lo anterior. Todos deben hacer sus cálculos de acuerdo con lo explicado. Holguineros, tuneros y demás seguirán recibiendo lo que estaban recibiendo, su pan y sus cosas, más el kilogramo adicional, que se dará desde Matanzas hasta Guantánamo durante tres meses, y encima de eso, niños y mayores, su cuota adicional de 10 meses que se dará en todo el país (Aplausos).

Ahora estamos haciendo un esfuerzo en el país a ver cómo se aumentan las cantidades de yogur. Al yogur de soya se han habituado perfectamente bien los muchachos.

Vamos a ver, tenemos que estudiar todo eso, pero estas eran las cosas que de inmediato había que hablar hoy y había que tener a mano los recursos.

Cada provincia debe hacer sus cálculos. Cada holguinero, por ejemplo, tiene que hacer los suyos. Tenemos esperanza de que en Velasco y todos aquellos lugares similares, en todo el país, estén recogiendo sus frijolitos y otras cosas para el mes de enero, si no vienen más ciclones, ¿no? Si vienen más ciclones habrá que seguir inventando.

Ya se están moviendo estos recursos que les mencioné, no es para luego. Desde el mismo viernes se dieron instrucciones de ir moviendo lo que teníamos a mano, para empezar, y también adquiriendo, y algunos incluso, previendo, se contrataron antes del huracán; pero es una inversión en moneda convertible de unas cuantas decenas de millones de dólares, incluido todo: huracán, sequía, materiales de reparación y otras cosas. Lo que tengamos hoy a mano hay que reponerlo inmediatamente, y algunas cosas que puedan añadirse.

Como les dije a ustedes, no hubo la menor vacilación, aunque esto pueda significar dejar de hacer determinadas inversiones para el desarrollo del país que son importantes, desde luego, las cuales se priorizan unas con relación a otras.

De todas maneras ustedes saben que, por ejemplo, un hotel produce divisas, empleo y alguna otra cosa; pero, bueno, vemos fórmulas y vamos a buscar más eficiencia. No vamos a parar tampoco los planes de desarrollo.

Pero no podíamos ponernos a esperar por la ayuda exterior, ya tenemos experiencia. Hicimos solicitudes de crédito para productos alimenticios a determinados países con abundantes recursos en los días del ciclón Lili y no hubo cooperación alguna, salvo modestas donaciones. Y como les decía el otro día, hay muchos desastres en el mundo. Pésames, telegramas de solidaridad, a montones. Claro, muchos de los que envían sinceros mensajes son aquellos que no tienen recursos para ayudar. No podré olvidar jamás que un país con tan escasos recursos como Jamaica, nos envió 50 000 dólares cuando el ciclón Lili, algo realmente conmovedor. Nosotros agradecemos cada mensaje de solidaridad que recibimos, venga de donde venga. Algunos países con más recursos envían donativos; espontáneamente, sin que se les solicite, se producen algunos ofrecimientos, pero son cantidades que no se comparan con el enorme esfuerzo, los sacrificios y gastos que el país realiza en situaciones semejantes, y Cuba, económicamente bloqueada hace casi 40 años, no ha recibido jamás un solo centavo de los organismos financieros internacionales, Estados Unidos lo prohíbe. Hemos aprendido a luchar solos contra las catástrofes.

Cuando el huracán Lili nos golpeó fuertemente, ocasionando considerables pérdidas y gran daño a las exportaciones adicionalmente, el grueso de los recursos los aportó el país en moneda convertible y otros valiosos recursos. Sin discusión, en esta excepcional circunstancia de dos desastres naturales: sequía y huracán, era mucho más importante que se le llevara de inmediato a la gente, que se ha portado tan bien, que ha librado su batalla ejemplarmente, la ayuda indispensable y posible, como constancia al menos del esfuerzo que el país es capaz de hacer aun en estas condiciones de período especial, con recursos que se extraen de las entrañas de nuestra propia economía.

Tenemos algunas amargas experiencias de cómo son las cosas. Ya les conté —lo conté allá por la televisión, creo que desde el Instituto de Meteorología— la experiencia que tuvimos con ayudas que determinadas organizaciones no gubernamentales y algunas personas amistosas ofrecieron enviar desde la Florida, y que únicamente aceptamos por caballerosidad, por no hacer desaires a nadie; la mafia contrarrevolucionaria se entrometió en el asunto y saboteó los envíos, mezclando las mercancías con el veneno de la sucia propaganda anexionista y antipatriótica. Claro que esa no es la actitud de muchos ciudadanos norteamericanos o de origen cubano. Gente como Lucius Walker y otras instituciones de los propios Estados Unidos envían ayudas que por sinceras, valientes y nobles son altamente apreciadas por nuestro pueblo.

Claro, no es para que cosas tan desvergonzadas se les ocurran a algunos voceros de Estados Unidos. Cuando Robertico habló en Naciones Unidas, al otro día se apareció con una réplica un representante de Estados Unidos en esa organización; inmediatamente la contrarréplica de Robertico, muy bien, breve. Aquella réplica norteamericana duraría, no sé, entre 5 y 10 minutos, y la de Robertico unos seis minutos. Dijo allí unas cuantas verdades adicionales. Volvió a replicar el representante de Estados Unidos —eso no se veía en Naciones Unidas hace tiempo— y volvió Robertico a contrarreplicar unos cuatro o cinco minutos. Muy bien, por cierto, aunque no tiene la misma trascendencia, desde luego, que lo más importante: el discurso pronunciado allí en nombre de Cuba, de efecto, de impacto.

Pero, ¿saben una de las cosas que dijo el representante de la delegación de Estados Unidos? Que ciudadanos norteamericanos habían enviado en los últimos años alrededor de 2 000 millones de dólares de ayuda humanitaria a Cuba. Su declaración textual fue la siguiente: "Más de 2 000 millones en ayuda humanitaria privada han sido autorizados de Estados Unidos hacia Cuba desde 1992." Caballeros, ¿será posible? Hasta las donaciones de Lucius Walker deben haberlas incluido, esas que paraban allí, que lo obligó a huelgas de hambre y heroicas batallas. ¿Y qué creen ustedes de los supuestos permisos que públicamente declaró el gobierno que iban a dar y licencias para importar algunos medicamentos, entre ellos algunos que mencionó Robertico en Naciones Unidas? No, todavía no ha llegado ninguno. Pero incluso voy a rectificar, si estoy equivocado, que me rectifique el ministro Dotres (Dotres, Ministro de Salud, dice que no ha llegado ninguno). No ha llegado ninguno. ¿Y cuánto tiempo hace que hicieron las declaraciones aquellas, cuando yo, si mal no recuerdo, estaba en Ginebra? (Dotres dice que hace como tres meses a 10 firmas les mandamos el pedido.) Hicimos pedidos a 10 firmas y no ha llegado ninguno (Dotres dice que algunas han dicho ya que no).

Enseguida que hicieron la declaración los pusimos a prueba, dijimos: A ver, Dotres, cuáles son las cosas fundamentales, claves ahí, de las que tenemos que conseguir por otras vías, o algunas que no se consiguen por ninguna vía. Hace tres meses, y no nos ha llegado ni una pastilla a este país. Es para que vean la falta de pundonor. Y dicen que ciudadanos norteamericanos han contribuido con 2 000 millones de ayuda humanitaria. Que lo digan, que saquen la cuenta para saber por cuánto multiplicaron.

A ver, Dotres, tú que estás en ese campo, ¿tienes alguna idea de la ayuda humanitaria recibida en cuestiones de medicina de ese país? (Dotres le responde que algunas ayudas por organizaciones no gubernamentales que ni siquiera llegan a la centésima parte de eso, no llegan ni a 20 millones. Es decir, no llegan ni a 20 millones, ¿es así? ¿Por qué no lo apuntamos ahí bien, la cuenta completa? Cómo van a contar como ayuda humanitaria autorizada lo que han estado prohibiendo y que haya una huelga de hambre no se sabe cuántos días para traer los medicamentos, y que ahora se paren en la ONU a decir que ciudadanos norteamericanos han enviado alrededor de 2 000 millones de dólares como ayuda humanitaria.

¡Dos mil millones de dólares! Aquí está nuestro Ministro que puede sacar las listas de todo lo que ha llegado, y vaya usted a saber, poniéndolo al precio normal, comercial, incluso, fíjate. Han exagerado en cien veces, han multiplicado por cien. ¿Qué les parece? Y allá lo han dicho en las Naciones Unidas. Incluso hasta las remesas familiares estuvieron prohibidas durante gran parte de esos años. Millones de ciudadanos en todo el mundo envían remesas familiares, desde Estados Unidos, desde Europa, desde los países petroleros, desde Sudáfrica, desde Malasia, desde cualquier país donde trabajan inmigrantes extranjeros, y jamás, en ninguna parte del mundo, han sido calificadas como ayuda humanitaria; sería una ofensa para los que las envían y para las esposas, los hijos, los padres, los hermanos que las reciben. Y prácticamente todos los países del Tercer Mundo reciben remesas enviadas a los familiares por trabajadores inmigrantes que laboran en países más desarrollados. También se producen remesas familiares entre países desarrollados. Si a eso pretenden referirse, es una desvergüenza. No se puede cambiar así el diccionario.

Habrá que mandar un mensajito para allá, por favor, con la cuenta, y mandárselo a todos los delegados de las Naciones Unidas, porque Robertico no tendría los datos esos allí, no están; pero respecto a ese párrafo hay que mandar un mensaje y enviarlo a la Oficina Panamericana de la Salud, a la OPS, a la OMS y a todos los embajadores en las Naciones Unidas, la lista, el desmentido. Vale la pena, no podemos quedarnos cruzados de brazos, hay que desenmascararlos; aparte de que engañaron al mundo, cuando declararon que iban a autorizar la exportación de medicamentos a Cuba hace más de tres meses.

Sin embargo, agradecemos muchísimo a aquellos norteamericanos u organizaciones norteamericanas que de buena fe y honradamente han enviado medicamentos a Cuba. Nosotros no medimos los gestos por el volumen de lo que se nos envíe; los medimos por la buena voluntad con que se hace, por el espíritu solidario con que se hace. Es así como los medimos nosotros. Y les damos las gracias, aprovecho la oportunidad para darles las gracias (Aplausos), ojalá se equivoque Dotres y sean 15 millones, 20 millones, en los años de período especial, ¡ojalá! Ya una vez yo le había pedido al Ministro sacar la cuenta, porque ya había leído algunas declaraciones parecidas. Eso no nos sorprende totalmente.

Y hay ayudas, ¿no?, ayudas de distintos países. Pero, ¿cuándo llega? ¿Mucho después que a nuestra gente se le acaben los plátanos que recogieron ya derribados por los vientos? Bueno, peor sería no recibir nada absolutamente; claro, no sería mucho, pero es algo, especialmente un noble gesto de buena voluntad.

Sí, una institución de Naciones Unidas nos ofreció apoyo con motivo de la sequía, el Programa Mundial de Alimentos, que está presidido precisamente por una norteamericana que no hace mucho nos visitó. Ha mostrado interés como funcionaria de las Naciones Unidas en buscar algún tipo de ayuda, pero había un inconveniente: una parte de la ayuda tendría que venir nominada como donación del gobierno de Estados Unidos. Respondimos que esa parte no la aceptaríamos. Como ustedes saben, a raíz de la visita del Papa, que criticó el bloqueo económico en el discurso de despedida, los señores Helms y Burton —ya aquel me tomó la palabra, pero para este acto más solemne le devuelvo la t y la n al otro, o Burton, no sé, depende de como se pronuncie; no utilizo el otro calificativo, que es el que se le puede aplicar a esa ley con toda razón y con todo derecho—, autores de la famosa ley genocida, maniobraron inmediatamente para sabotear una proposición en la Cámara de Representantes y en el Senado para levantar el bloqueo en lo que se refiere a la exportación de alimentos y medicinas. Estaban, desesperadamente, inventando una supuesta ayuda humanitaria, y, además, condicionada, manteniendo a la vez con todo rigor el bloqueo económico.

Nosotros declaramos inmediatamente que esa indigna y deshonrosa ayuda no la recibiríamos ni aun sin condiciones. Lo que nosotros exigimos es que cese el bloqueo, y si cesa el bloqueo no necesitaremos ayudas humanitarias (Aplausos) del gobierno que nos ha bloqueado durante casi 40 años y nos hace la guerra económica, y concentra en esa guerra toda su influencia en el mundo, influencia que es mayor que nunca, con un poder también mayor que nunca. ¡Ah!, ¿van por un lado a estar clavándonos el puñal y por otro haciendo el papel de un gobierno humanitario, enviando algunas cantidades de alimentos, que no se sabe cuáles son? Pero fueran las que fueran, ¿y el bloqueo encima? Entonces, ¿qué? ¿Y el honor y la moral de este país, y la larga batalla que libra contra ese criminal bloqueo, que gana terreno, gana apoyo, gana simpatizantes, lo que vemos todos los días cada vez más hasta en hombres de empresa norteamericanos?

Ahora nos querían visitar más de 100 empresarios norteamericanos. Algunos organizaron la visita. Iban a estar 24 horas aquí. ¡Ah!, porque les dijeron que no podían gastar un centavo. Bueno, nosotros estábamos dispuestos a albergarlos en un buen hotel para que no gastaran ni un centavo, ya que ellos no tenían la culpa. ¡Ah!, no, no, que no, si acaso venir e irse ese mismo día, venir de Cancún; pero después les dijeron que no, sencillamente, y les prohibieron venir. Tuvieron que ir algunos compañeros —Alarcón que iba de viaje a una reunión en Centroamérica y otro compañero— a hablarles allí a los hombres de negocios norteamericanos, que quieren comerciar con Cuba, y por cierto de algunas empresas muy importantes. No les dieron permiso para venir.

Y a propósito de esto, ahora, de una universidad que suele organizar viajes de sus estudiantes al exterior, solicitaron recibiéramos la visita de algunos cientos de ellos. Respuesta: "Sí". Son estudiantes. No tienen derecho a privarles, sencillamente, de conocer un país. Es una universidad prestigiosa, seria, y curiosamente les han dado permiso. No sé, Otto, si creen que viniendo nos van a reblandecer o si van a adoctrinar a los estudiantes y a la juventud cubana.

No sé qué factor habrá determinado que a los hombres de negocios no les den permiso, las medicinas las multipliquen por cien o doscientos y, en cambio, autoricen, según nos informaron, a los estudiantes de la universidad, una universidad que es seria. No estoy cuestionando la actitud de los estudiantes norteamericanos ni mucho menos; nuestros estudiantes han mantenido contactos con estudiantes norteamericanos, y hay muchos temas de qué hablar con esa juventud estudiantil. Creo que son 700, no sé qué tiempo será, si un día o dos, no sé; les dijimos: Sí, que vengan los estudiantes.

¿Se han vuelto buenos de repente en el Departamento de Estado?, ¿no tienen temor? No sé cuál será el criterio prevaleciente, si acaso creen que eso está dentro del Carril II. Bueno, que vengan los estudiantes y conozcan a este país. Sí, que vengan. ¿Y qué, se acabó el mundo cuando vinieron aquí a raíz de la visita del Papa 3 000 periodistas? Y hurgaron por todas partes, esos sí recogieron de todo, esos saben casi tanto como ustedes, porque muchas cosas estaban hasta organizadas por algunos aquí, para llevar reporteros de televisión, de radio, de prensa, de todo. Nada, no se acabó el mundo.

¡Encantados!, ¡bienvenidos los setecientos estudiantes! A esos estudiantes espero que ustedes los reciban, les organicen el programa, qué les interesa y les puede interesar, desde el monumento a las víctimas del Maine hasta los barcos de la escuadra de Cervera, que están encallados por allá por la costa de Santiago de Cuba, si les interesa eso; me imagino que les interesen diversos temas. Pero estoy seguro de que cuando ustedes hablen con ellos cuenten con un arsenal enorme de temas sobre los cuales hablar con los estudiantes norteamericanos con todo respeto, con toda caballerosidad, sin insultar a su país ni mucho menos.

Interés importante de nuestra parte: Análisis de importantes problemas actuales, con empleo de argumentos, y nuestros argumentos son tan sólidos que resultan irrebatibles, en dos palabras. Y entre esos jóvenes tiene que haber muchos con cualidades, de buena fe, que no tienen otra información que las que les llegan por una vía o por otra, pocas veces confiables.

También nos propusieron una futura reunión de importantes órganos de prensa. Les dijimos: Sí, también, que vengan. Muchos de esos órganos han criticado la política del bloqueo —muchos, no todos—; algunos se muestran hostiles, pero no tememos. Así que, por nuestra parte, no hay ningún inconveniente.

Pero a los hombres de negocios no los dejaron venir.

Es decir, emplean contra nosotros todos los medios, todos los recursos, una implacable guerra política, ideológica y económica, mentiras de toda índole como las que les conté, para que ustedes estén bien informados y estén bien informados el resto del pueblo y los compatriotas que allá por Guantánamo y demás lugares tienen electricidad esta noche y la posibilidad de ver por la televisión este acto.

Faltaría decir que las medidas tomadas constituyen un sacrificio fuerte para los planes que estamos desarrollando con el fin de superar nuestras actuales dificultades. Pero en este momento lo prioritario es atender a la población.

Decía sobre las ayudas, bueno, hay promesas, hablé de esto cuando mencionaba que es la constructiva acción de la norteamericana que preside el Programa Mundial de Alimentos. Ella estaba buscando 20 millones de dólares, cifra que muestra un sincero esfuerzo de cooperación por parte de una institución que se enfrenta a un gran número de solicitudes —es la idea que tenía—, 20 millones de dólares para ayudar al país con motivo de la sequía. Pero, como les conté y expliqué con cierta amplitud, estaba el inconveniente de que el gobierno de Estados Unidos, a través del PMA, ofrece parte de esa ayuda, pero haciendo constar su procedencia como donación de Estados Unidos. Y nosotros dijimos: No, por favor, que esta institución de las Naciones Unidas haga el esfuerzo que pueda, reúna lo que pueda, busque los fondos de donde desee buscarlos, pero no aceptamos ningún tipo de ayuda nominal de Estados Unidos.

Esas organizaciones de Naciones Unidas recogen fondos de distintas procedencias, pero, claro, dijimos que no; que la parte de esa ayuda procedente del gobierno de Estados Unidos como donación a Cuba no la aceptábamos en ese programa de 20 millones. Siguen trabajando ellos, siguen esforzándose por reunir recursos y ayudar a Cuba.

La FAO es otra institución de Naciones Unidas que a lo largo de los años ha realizado nobles y generosos aportes alimentarios a Cuba.

Otros países han hablado de determinada ayuda. Espontáneamente tengo entendido que España ofreció un millón de dólares; hay otros países que nos han ofrecido algunas ayudas, 100 000 dólares, por ejemplo, y puede haber más que nos ofrezcan determinada cooperación. Pero nosotros sabemos que en este momento las consecuencias del daño cuantioso ocasionado por sequía intensa y prolongada, más un huracán que recorrió al país, tenemos que resolverlas fundamentalmente con nuestros recursos, como dijimos aquel día. Le buscaremos soluciones, sea cual sea la fuerza y el daño de ese huracán lo enfrentaremos con nuestras propias fuerzas y sacrificando lo que haya que sacrificar. Toda ayuda que recibamos del exterior la distribuiremos gratuitamente en adición a las que hemos decidido adquirir por nuestra cuenta, modestas pero no sin sacrificio.

Hasta incluso hemos dicho: Preferimos que les den prioridad a la República Dominicana y a Haití, países hermanos gravemente afectados. Sobre esto tengo algo que decir.

A República Dominicana la golpeó tremendamente el huracán, porque llegó allí con toda la fuerza de sus vientos de 200 kilómetros por hora y la atravesó por la mitad, la masa descomunal de agua, los ríos desbordados, un daño tremendo. Hasta hace dos días solo la capital tenía electricidad, el resto del país estaba sin electricidad. Según nos informaron, ellos tardaban por lo menos 10 ó 12 días en restablecerla, fue bastante grande la destrucción en las redes eléctricas, redes de comunicaciones, en las carreteras, en las viviendas, en la agricultura. Fueron vientos sostenidos de 200 kilómetros por hora, el daño tiene que haber sido devastador, un número de víctimas, no recuerdo ya, contabilizadas eran 200, un número de personas desaparecidas —no menos de 100— y es muy probable que a medida que restauren las comunicaciones descubran el daño en vidas humanas más elevado todavía. Ellos calculan el daño económico en 1 200 millones de dólares.

De Haití ni noticias hay. No se ha podido establecer comunicación con Haití; incluso ellos, los dominicanos, el gobierno dominicano no ha podido establecer comunicación tampoco, lo digo porque conversé hace dos días con el Presidente de República Dominicana. Conversamos, se interesó por nuestra situación, le explicamos cómo había sido todo; por su parte, nos explicó con amplitud todos los daños sufridos, situación que tenían.

No voy a explicar aquí la conversación, que fue bastante interesante, a mi juicio, aunque esa la tienen grabada allá los vecinos, eso es seguro. No hay llamada telefónica que llegue de aquí que ellos no la tengan captada, en eso gastan muchos miles de millones cada año; pero, bueno, debo guardar discreción sobre lo que conversamos, cosas normales en una situación como esta.

Ellos se habían dirigido a nosotros pidiéndonos alguna colaboración; pero, bueno, antes quería terminar la idea, hizo mucho daño allí el huracán. Incalculable el daño que tiene que haber hecho también en Haití; lo que ha aparecido hasta ahora es que hubo alrededor de 100 víctimas y unos 60 desaparecidos. Seguramente será mucho más elevado, cuando haya comunicaciones y se sepa lo que pasó en Haití.

En Haití tiene que haber caído mucha agua. Con esa masa de humedad que traía el ciclón y después de pasar sobre las montañas lo que cae es mucha agua, quizás no han tenido allí tan fuertes vientos; pero no puedo decir porque no tenemos datos, aunque tenemos relaciones no ha sido posible comunicarse con Haití, ni los dominicanos que están más cerca, el Presidente de la República Dominicana no había podido comunicarse, como dije, con Haití, así que no se sabe lo que pasó allí.

Hizo daño también fuerte en Puerto Rico, nosotros le enviamos un telegrama de solidaridad al pueblo; pero hizo daño también en otras islitas que están al este: Guadalupe, San Martín, Antigua y Barbuda, Saint Kitts y Nevis, Dominica; en estos tres últimos casos estoy mencionando países independientes del Caribe, y son miembros del CARICOM. Guadalupe es un departamento de ultramar francés y San Martín creo que está dividido en una parte que tienen los franceses y otra parte que tienen los holandeses. Está Monserrat, ahí están los ingleses, es una colonia inglesa.

Aprovecho la ocasión también para trasmitirles, en nombre de ustedes, en nombre del pueblo de Cuba, a los ciudadanos de todos esos países: Puerto Rico, San Martín, Guadalupe, Monserrat, Antigua y Barbuda, Saint Kitts y Nevis y Dominica nuestros sentimientos de solidaridad; que lamentamos muchísimo lo que ha ocurrido y, si en algo podemos colaborar, estamos dispuestos a colaborar (Aplausos).

Bien, dentro de esto hay una diferencia. Puerto Rico, como ustedes saben, es una colonia de Estados Unidos con la que este país tiene determinadas obligaciones morales y ya, por supuesto, lo ha declarado zona de desastre, y es de suponer que los puertorriqueños cuenten con los recursos necesarios para la reconstrucción del país. El huracán hizo grandes daños en viviendas, en muchas cosas. Guadalupe, como departamento francés, es de suponer que disponga de abundantes recursos de parte de Francia para su reconstrucción, y lo mismo San Martín y Monserrat, de Francia, Holanda y Gran Bretaña.

Ahora vienen los que no tienen esos recursos. Yo diría que en primerísimo lugar Haití, el nivel de pobreza allí es terrible, es un espacio de tierra bastante pequeño donde viven más de 7 millones de personas. Las islas caribeñas, países independientes como Antigua y Barbuda, tienen solo la cooperación que les brinden los demás países del Caribe. Saint Kitts y Nevis, cuyo Presidente nos visitó no hace mucho, y Dominica, todos esos países tienen excelentes relaciones con nosotros; pero, ¿quién los garantiza a ellos?

Es cierto que tienen posibilidades, incluidos República Dominicana y Haití, que no tenemos nosotros, de algún crédito blando, que nosotros les sugerimos soliciten al Banco Mundial o al Banco Interamericano de Desarrollo, a 15 ó 20 años, con mínimo de interés y un número de años de gracia. Eso lo pueden hacer perfectamente esas y otras instituciones con estos países; crédito con bajo interés, largo plazo y un período de gracia, entonces pueden reconstruir viviendas, reconstruir todo; y las más pequeñas islas tienen hoteles, viven del turismo, no sé qué daños les habrá hecho. Esos hoteles en general son propiedad de empresas extranjeras, muchas de ellas no pagan impuesto siquiera, durante un tiempo, y solo les dejan el empleo, que para ellos es mejor que no tener nada; les queda solo empleo, no tienen en realidad muchos recursos esos países. Por eso quiero expresar públicamente nuestra opinión de que pueden ser ayudados por los organismos internacionales de crédito, y deben ser ayudados porque han sufrido un destrozo muy grande.

Los países independientes que mencioné anteriormente tienen fuente de suministros más cercanas para la adquisición de alimentos. Estados Unidos está más cerca, dispone de excedentes de algunos granos de estos y diversos materiales, si ellos van a comprar. Nosotros tenemos que salir siempre a comprar más lejos, surgen problemas de transporte, mayor distancia y no aparece siempre todo.

Ahora bien, nosotros nos comunicamos con los dominicanos porque ellos el viernes, el mismo día que nos reunimos para inaugurar el congreso, enviaron un mensaje a distintos países, se dirigieron explicando que estaba el país en estado de calamidad y pidiendo cooperación, también nos lo enviaron a nosotros. En realidad nosotros no tenemos muchos recursos, la situación la comprenden ustedes, y ellos también la comprenden, todo el mundo la comprende, porque acabamos de pasar sequía y huracán. Pero nosotros dijimos: No podemos cruzarnos simplemente de brazos, decirles que nuestra situación es muy dura, si nosotros tenemos alguna forma, a pesar de todo, de cooperar, cierta forma, y les dimos una respuesta inmediata, el sábado se les dijo que estábamos dispuestos a enviar una brigada médica para que la ubicaran en el lugar más apartado y más difícil, y procurando, desde luego, que no se produjera ningún tipo de celo profesional, que estoy seguro de que no se producirá allí; no vamos a hacerle competencia a nadie, sino que en una situación de emergencia estos médicos pueden ir a cualquier lugar a prestar un servicio útil en estos momentos. Pero es, sobre todo, un gesto de buena voluntad, de respuesta.

Llamaron el viernes, se comunicaron por la Cancillería el viernes. Se les responde el sábado lo que estábamos dispuestos a enviar. Vino inmediatamente la aceptación de ellos, y ayer domingo, a las 9:00 de la mañana, salió un IL-18, uno de los primeros aviones que va a aterrizar allí, desde luego, llevando el equipo médico, integrado por 13 especialistas; dos casas de campaña, que sirven para hacer una especie de hospitalito de campaña, con algunos instrumentos, un número de camas —fueron 10 camas—, los catres para nuestro personal, algunos equipos, y los recursos necesarios para atender a los pacientes en aquel hospitalito. Fue una cantidad de recursos: plasmas, algunos medicamentos; lo necesario para que el hospitalito de campaña funcione allí y atienda a los damnificados . Es un gasto no muy elevado, realmente. El costo de los medicamentos enviados puede ser alrededor de 40 000 dólares. Lo digo francamente, no les voy a ocultar nada.

Habrá quienes critiquen, aquellos que no pueden entender lo que es el sentido elemental de la solidaridad (Aplausos), aquellos que no entiendan lo que es tener la moral alta; los que no entiendan lo que significa el ejemplo de que un país que acaba de ser afectado seriamente por ese huracán, que estuvo aquí más tiempo que en ninguna parte, y una gran sequía, invierta el equivalente… Serán esos los costos, Dotres, ¿verdad? (Dotres le responde que son entre 40 000 y 50 000). Vamos a suponer que sean 50 000, aunque se trate de una parte de lo que nos envíen a nosotros.

Nosotros estamos bloqueados, no tenemos el recurso de ir a comprar una mercancía rápido en la Florida, algunos granos, algunas cosas, con un mínimo de transporte, ni vamos a tener crédito de ningún banco, de ninguno de esos organismos internacionales. Nosotros nos tenemos en cambio a nosotros mismos: pueblo curtido, pueblo veterano, pueblo aguerrido, pueblo organizado, pueblo protegido. Ahí están los datos, nombre y municipio de las personas que han muerto. ¡Ni un niño, ni un adolescente, ni un joven! Enviamos, a pesar de nuestras dificultades y escaseces, la ayuda mencionada a la República Dominicana bajo la responsabilidad de la Revolución y con el apoyo de ustedes (Aplausos). Eso es lo importante.

Hemos invertido la gasolina del avión, algunos equipitos que permiten hacer hasta cirugías menores, atender allí a la gente una cantidad de tiempo; pero muy conscientes de lo que significa moralmente que Cuba haga eso. Ellos no lo van a medir por el volumen, sino por el gesto. Y si nosotros estamos dispuestos a ayudar a un país que ha sufrido una destrucción mayor que la nuestra, creo que no estamos predicando simplemente con palabras, sino con el ejemplo.

¡Confianza en la calidad de los especialistas que fueron, y ojalá que puedan salvar vidas!

Pero el problema fundamental de ellos es material. Esto es una cosa prácticamente simbólica, a la que hay que añadir estos gastos de combustible, lo del avión, las cosas que van ahí, el hospitalito de campaña.

Quiero que sepan que salió de La Habana a las 9:00 de la mañana del domingo y hoy lunes debe estar instalado en el lugar asignado, en Barahona, no muy lejos de aquel pueblo de Baní donde nació Máximo Gómez. Y qué hermoso que podamos retribuir un poco de nuestra sangre, de las donaciones que ustedes promueven, un poco de nuestro plasma a nuestros hermanos dominicanos, al país donde nació Máximo Gómez (Aplausos).

Por cierto, el Presidente dominicano me dijo: "Te voy a dar, en medio de todo, una buena noticia: Tu pueblo de Baní sufrió un mínimo de daños." Alguna montaña tiene que haberlo protegido de la fuerza de esos vientos. En cambio, Barahona —adonde sé que van—, viajando por la costa, yendo de Baní hacia allá, cerca de la frontera con Haití, que es el lugar escogido por las autoridades dominicanas, sufrió tremendamente con los embates del huracán. Algo más, en el aeropuerto fue a esperar la Ministra de Salud a nuestra brigada. Encargaron a un viceministro para que atendiera la brigada, y espero que hagan un buen trabajo, cuyo valor es —lo repito— fundamentalmente moral, y que le da autoridad a nuestro país para hablar de este tema.

Y voy a añadir algo más. Queda Haití. Bien, se está hablando de un número de víctimas, alrededor de 100 muertos. Se habla de un número de desaparecidos; quizás muchos de ellos vayan para la lista de los muertos. Han reportado 100 muertos con motivo del huracán. ¿Por qué no se ayuda a ese país? Se lo pregunto a la comunidad internacional. ¿Cuándo van a ayudar a ese país, en dos palabras? ¿Y quiere saber la comunidad internacional cuántas vidas pueden salvarse? Aprovecho esta ocasión dramática del huracán para plantearlo.

Los ciclones dramatizan, pero sobre este país hay un permanente huracán, como este o peor, que mata todos los días casi a tanta gente como la que el huracán mata en un día, y parto de datos precisos y exactos.

Le pregunto a la comunidad internacional: ¿Quieren ayudar a ese país, invadido e intervenido militarmente no hace mucho tiempo? ¿Quieren salvar vidas? ¿Quieren dar una prueba de espíritu humanitario? Hablemos ahora del espíritu humanitario y hablemos de los derechos del ser humano.

Nosotros les decimos: Sabemos cómo se pueden salvar 15 000 vidas todos los años, o en dos palabras: cómo se pueden salvar alrededor de 25 000 vidas en Haití todos los años. Se conoce que cada año mueren 135 niños de 0 a 5 años por cada 1 000 nacidos vivos. Repito: 135 niños de 0 a 5 años por cada 1 000 nacidos vivos.

Un programa de salud --esto lo hemos hablado nosotros con algunos dirigentes políticos que han visitado nuestro país-- podría salvar a 15 000 de esos niños, y, en un cálculo muy conservador, otras 10 000 vidas más de niños entre 5 y 15 años y de jóvenes y adultos pueden salvarse sin grandes gastos.

¿Por qué a partir de esta amarga experiencia, de este daño que sufre ese país, que nos viene a recordar la larga tragedia de ese pueblo, no se le ayuda en ese campo?

Partiendo de la premisa de que el gobierno y el pueblo de Haití aceptarían gustosos una importante y vital ayuda en ese campo, proponemos que si un país como Canadá, que tiene estrechas relaciones con Haití, o un país como Francia, que tiene estrechas relaciones históricas y culturales con Haití, o los países de la Comunidad Económica Europea, que están integrándose y ya tienen el euro, o Japón, ponen los medicamentos, nosotros estamos dispuestos a poner los médicos para ese programa (Aplausos), todos los médicos que hagan falta, aunque haya que enviar una graduación completa o el equivalente.

Este país, que cuenta con más de 60 000 médicos y que puede decir con orgullo que tiene el más alto per cápita de médicos del mundo; que formó médicos calculando incluso necesidades del Tercer Mundo donde hemos enviado a muchos de nuestros profesionales de la salud, que han creado incluso facultades universitarias en varios de ellos, dispone de los médicos necesarios para el programa que proponemos.

Nos reunimos con los que están allá en Sudáfrica, una prueba elocuente de que la cuestión del idioma no es una dificultad. Nuestros médicos que fueron a Sudáfrica tuvieron que estudiar inglés y pasar un duro examen. Hay alrededor de 400, están como profesores, incluso, varios de ellos. Sabemos el aprecio que les tienen, todas las aldeas están pidiendo médicos cubanos. Cuando ellos llegaron a las aldeas, allí no se hablaba inglés —las aldeas de los sudafricanos donde están nuestros médicos no hablan inglés— y en un tiempo brevísimo nuestros médicos se adaptaron a aquella situación, aprendieron el dialecto de las aldeas y prestan excelente servicio. Así, el francés o el patois que se habla en Haití, con un mínimo técnico, con unos libritos, por el camino aprenden la terminología necesaria para entenderse con los pacientes, ese no es un problema; es más complicado el inglés.

Pero, además, hay un ejemplo: decenas y decenas de miles de haitianos a principios de este siglo, en las primeras décadas viajaron a Cuba a cortar caña y a trabajar como semiesclavos, y eso no fue un obstáculo para que cortaran toda la caña que necesitaban las transnacionales norteamericanas y los que empleaban a aquellos haitianos. Para explotarlos no hacía falta conocer su idioma, como tampoco estos países de habla inglesa o de habla española necesitaban conocer el idioma de las aldeas de Africa para traer a trabajar a millones y millones de africanos que fueron esclavizados y crearon incalculables fortunas a sus dueños.

Para prestar salud a un enfermo y salvar vidas no hace falta conocer previamente el idioma de la aldea. La historia lo ha demostrado, aparte de nuestra experiencia reciente.

En estos programas lo más difícil es obtener el personal humano y nosotros tenemos el personal humano. Estoy seguro de que no faltarán voluntarios entre nuestros jóvenes médicos, estoy absolutamente seguro (Aplausos prolongados), y son médicos que van a las montañas, van a los campos y van a donde sea. Están allá en las aldeas de Sudáfrica (Uno del público le dice: "¡Y sangre, si hace falta!") (Aplausos.)

Aprovecho esta ocasión, este momento, cuando todavía viven esos pueblos bajo el trauma de lo ocurrido, para proponer este programa para ser dirigido por una institución de Naciones Unidas, la Organización Mundial de la Salud.

Haití no necesita soldados, no necesita invasiones de soldados; lo que necesita Haití son invasiones de médicos para empezar, lo que necesita Haití, además, son invasiones de millones de dólares para su desarrollo. Eso no lo tenemos nosotros, pero lo tienen de sobra los organismos internacionales: lo tiene el Banco Mundial, lo tienen las otras instituciones y lo tiene Occidente, con capacidad suficiente para dar un ejemplo de humanidad. Ese es el país que se encuentra entre los más pobres del mundo y es el más pobre de América Latina, sin discusión: poco espacio, tierra erosionada, montañas deforestadas, zonas pesqueras agotadas. Ha motivado acuerdos de Naciones Unidas, invasiones militares autorizadas por Naciones Unidas y ejecutadas por brigadas aerotransportadas de Estados Unidos.

Ese país no necesita brigadas aerotransportadas, lo que necesita desesperadamente son brigadas de médicos. Los médicos podemos suministrárselos; otros que envíen maestros y otros que envíen los recursos indispensables para la escuela, infraestructura de hospitales y para el desarrollo de ese país. ¿Para cuándo lo van a dejar?

Que no nos digan que vamos allí a adoctrinar a los haitianos, porque nuestros médicos no han adoctrinado a nadie en las aldeas de Sudáfrica, ni en las decenas y decenas de países donde han trabajado, empezando por Argelia desde muy temprano. Allá fueron los médicos. Los primeros médicos que salieron de aquí, realmente fueron para Argelia, muy al principio de la independencia. Y cuando nada más teníamos unos 3 000 médicos, porque nos habían llevado a los demás, la Revolución les abrió las puertas de Estados Unidos que quería dejar a nuestro pueblo sin médicos. Sin la Revolución no les habrían dado ninguna visa a los que estaban aquí sin empleo el día del triunfo, sin posibilidades, siquiera, de ir a cualquier lugar.

En Argelia se realizó la primera misión internacionalista que hicieron nuestros médicos. Alrededor de 25 000 médicos y personal de la salud han pasado por decenas y decenas de países de todo el mundo. Y queda hecho el planteamiento, lo sometemos a la consideración de los países o grupos de países que he mencionado, independientemente de la apelación que hacemos a que ayuden a Santo Domingo y a las demás islas que he mencionado antes.

El caso crítico, crítico, crítico es realmente el de Haití, un clarísimo caso donde con un programa de salud relativamente modesto se podrían salvar 15 000 niños menores de cinco años reduciendo la mortalidad infantil de cero a cinco años a 35 por cada 1 000 nacidos. Nosotros tenemos 9,4, casi cuatro veces menos. Ya para reducir esa cifra a menos de 20 se requiere una medicina más sofisticada; pero reducir esa mortalidad hasta 35 ó 30 es relativamente fácil.

¿Cuántas madres podrían salvarse de las que mueren en el parto, y cuántas personas de cualquier edad que mueren de enfermedades infecciosas, que son típicas de estos países tan pobres, o de otras enfermedades, perfectamente prevenibles o curables? Hago un cálculo muy conservador, y le ofrezco hoy a la comunidad internacional la cooperación para que se salven todos los años no menos de 25 000 vidas, y la inmensa mayoría niños. Si no se hace eso en el mundo, ¿cuál será su destino?

Nosotros tenemos ese personal humano. No es un costo económico, es un costo humano. Tenemos a los hombres y mujeres capaces de llevar a cabo ese programa. Si se dignan a considerar estas palabras, esta proposición, que se comuniquen con nosotros cuando lo deseen, para que inmediatamente se pueda hacer un estudio de qué hace falta en ese país para salvarlo, y hace falta, desde luego, médicos y medicamentos.

Espero que comprendan que no deseamos protagonismo alguno, pues todo estaría subordinado a la OMS y que no vamos a adoctrinar absolutamente a nadie, porque es difícil adoctrinar a un niñito de seis meses, de un año, dos, tres, cuatro, cinco, seis y siete en cuestiones de marxismo-leninismo, o en teorías sobre comunismo, o en subversión política. Eso no lo han hecho jamás nuestros médicos en las decenas de países del Tercer Mundo donde han estado y salvado incontables vidas.

Bien, si me dan un poquito de tiempo más, ya finalizadas muchas cosas que deseaba decirles hoy, quiero explicarles que hay una situación internacional desde el punto de vista económico seria, grave. Ahí está presente, y de eso no le podrán echar la culpa al comunismo, ni al socialismo, se la tienen que echar, de cabo a rabo, al capitalismo y a sus famosísimas economías de mercado, al orden mundial que han impuesto.

Es por eso que traje algunos materiales, de los que quiero utilizar algunos párrafos, sobre la situación económica; pero primero —si me lo permiten—, les voy a leer dos párrafos recordando nuestro discurso ante la OMC allá en Ginebra —aquel joven que habló aquí, Rainer, seguro se lo sabe—, esto fue el 19 de mayo de este año. Me di cuenta de la situación, la euforia que había allí, las cosas que se estaban cocinando —si a alguno le interesa, esto salió publicado en Granma; si no tienen un Granma por ahí, a lo mejor en una biblioteca pueden encontrarlo. Un párrafo, el primero que les voy a leer, decía: "Estados Unidos posee, además, el singular privilegio de emitir la moneda en la cual se mantiene la mayor parte de las reservas en divisas de los bancos centrales y de los depósitos de los bancos comerciales de todo el mundo. Siendo la nación cuyos ciudadanos menos ahorran, sus empresas transnacionales compran las riquezas del mundo con el dinero que ahorran los de otras naciones y con los billetes que imprimen sin el respaldo en oro acordado en Bretton Woods, unilateralmente eliminado en 1971."

Y finalizo aquel pronunciamiento, presten atención:

"En medio de tanta euforia nadie puede asegurar hasta cuándo el sistema económico de Estados Unidos, regido por las ciegas leyes de la economía de mercado, puede impedir que el globo financiero estalle. No hay milagros económicos. Está demostrado. Los precios, inflados hasta el absurdo, de las acciones en las Bolsas de Valores de esa economía, aunque es sin duda la más fuerte del mundo, no pueden sostenerse. En situaciones semejantes la historia no ha conocido excepciones. Solo que ahora una gran crisis sería también global y tendría consecuencias impensables. Ni aun los que somos adversarios del sistema imperante podemos desearla", dije allí. Entonces añadí:

"Valdría la pena que la OMC valorara estos riesgos y entre sus llamados ‘nuevos temas’ incluyera otro: ‘Crisis Económica Globalizada. ¿Qué hacer?’"

Eso fue el 19 de mayo, los acontecimientos se han ido produciendo y precipitando.

Tres meses y 10 días después, el 29 de agosto de 1998, una revista inglesa de bastante prestigio, The Economist, conservadora, tradicional, defensora del sistema y de todas esas teorías que están muy en boga, en un artículo que lleva el título de "Peor, ¿imposible?", después de afirmar en una línea introductoria: "En dependencia de su definición, una recesión global puede haber empezado." Entre otras cosas dice:

"La economía mundial se asemeja a un aeroplano que ha perdido dos de sus cuatro motores, con un tercero que comienza a fallar (...). El rublo ruso desciende vertiginosamente. América Latina puede ser la próxima región con problemas. Por último, pero no por ello menos importante, Wall Street sigue tambaleándose..."

Un poco más adelante:

"Si Wall Street se estrella —llevándose consigo la economía mundial—, sin dudas la culpa recaerá en las inversiones irresponsables en Asia. Sin embargo, la fragilidad actual de la bolsa de Estados Unidos también tiene mucho que ver con la negligencia en el país. A pesar de sus recientes descensos, las cifras en Wall Street se mantienen elevadas de acuerdo con los valores históricos, como si los inversionistas pensaran que el capital social está más seguro ahora de lo que ha estado durante años, lo que evidentemente no es así."

El problema es que esas bolsas han multiplicado su valor geométricamente en cantidades fabulosas, igualito, igualito, igualito que en los meses previos a la crisis de 1929. Sobre eso les habíamos pedido a los compañeros del Instituto de la Economía Mundial que reunieran toda la información e hicieran un análisis, y no hay nada más parecido a los meses previos a la famosa crisis de 1929, que produjo una recesión que duró más de 10 años, que lo que está pasando ahora en las bolsas de Estados Unidos. Parece copiado, solo que entonces una crisis tenía repercusiones muy serias; pero la de ahora, en un mundo globalizado, sería mucho más grave.

Después vienen otros artículos, este también de la misma revista, tradicional, conservadora. Nosotros incluso quisiéramos que enviaran a alguien a la reunión de economistas que vamos a tener en enero, para discutir en profundidad estos temas. Este se llama: "¿Camino al descalabro?" Es del 5 de septiembre y afirma cosas como las siguientes:

"La crisis económica mundial sigue empeorando. El último horror, el colapso de Rusia, pudiera parecer insignificante a juzgar por la poca influencia de esa economía en el mundo pero, con todo y eso, marcó un punto de viraje: La crisis que comenzó en Asia se esparce todavía, cobrando víctimas en otros países."

Y luego, bajo el subtítulo de: "Suerte y juicio crítico":

"Por primera vez desde principios de los años 80, la recesión global es un resultado previsible (...). En efecto, el peligro en cierta forma es mayor en estos momentos que entonces" —no está hablando todavía de la de 1929; habla de una anterior bastante seria, pero que no llegó a tener las consecuencias calamitosas de la de 1929. "Gran parte del mundo se encuentra inmerso en una profunda recesión" —sigue diciendo el artículo—; "la realidad es que lo peor no ha sucedido aún en muchas de las grandes economías de mercado emergentes (…), por no mencionar algunos de los países ricos productores de productos básicos, cuyos ingresos por concepto de exportaciones se han derrumbado." Ese es un fenómeno presente en este momento que también precedió otras crisis y precedió la de 1929, el derrumbe de los precios de los productos básicos. Esto significa, entre otros muchos, café, cacao, minerales, aluminio, cobre, zinc, níquel --esa partecita nos toca--; el níquel está a la mitad del precio que tenía hace algunos años, a duras penas recuperando los costos en la planta. Desde luego, el precio del petróleo, otro de los productos básicos de muchos países, ha caído también bastante. Sus productores realizan desesperadas maniobras para tratar de levantarlo.

"…A mediados de semana" —continúa el artículo—, "Wall Street mantuvo un 15% por debajo de su pico en julio. Aun con estos precios las acciones ordinarias estadounidenses están caras." Ese es el problema: superelevadas. "Si el mercado descendiera otro 20% el impacto para los consumidores estadounidenses sería el suficiente para poner fin a la gran expansión económica del país. Junto a esto se iría toda esperanza de que los Estados Unidos pudieran sacar al mundo de sus problemas."

He leído solo algunos párrafos.

Ese mismo día aparece otro artículo en la misma revista: "Al borde", se titula. Dice: "Aumentan los riesgos de una profunda recesión global." Luego añade: "…La economía mundial ha llegado a un punto mucho más peligroso, incluso, durante el mes pasado, sin mencionar el año pasado. En la reunión anual del Banco Federal de Reserva de la ciudad de Kansas, en Jackson Hole, Wyoming, celebrada el fin de semana, algunos banqueros centrales admitían en privado, que esta era la peor situación económica mundial que han presenciado en su vida."

Continúa y dice: "…Japón y la mayor parte del resto de Asia oriental atraviesan una profunda recesión. Se prevé que el PIB disminuya hasta el 15% en Indonesia este año y al 6% y 7% en Corea del Sur y Tailandia. De hecho, el gobierno de Rusia ha incumplido con su deuda; su situación económica empeora a diario. Aun puede que China responda a su desaceleración económica devaluando su tipo de cambio, y el dólar de Hong Kong está sometido a una fuerte presión. América Latina continúa tambaleándose.

"Incluso algunas economías desarrolladas como las de Gran Bretaña y Canadá, se están desacelerando. Por otra parte, Wall Street ha descendido marcadamente de su nivel máximo. De hecho, la baja repentina de los precios de las acciones ha eliminado casi 4 millones de millones de dólares de la riqueza financiera mundial durante los dos últimos meses, el equivalente al PIB de Japón." Es decir, en solo dos meses la riqueza financiera mundial por la baja del valor de las acciones ha disminuido casi 4 millones de millones. Tal riqueza, medida en el valor de las acciones, tiene altibajos; pero es la tendencia que se está manifestando fuertemente: ha perdido ya 4 millones de millones de dólares, lo que en español se diría 4 billones, pero para que se entienda con claridad en cualquier idioma digo 4 millones de millones de dólares. ¿En qué tiempo? Dos meses.

¿Cuándo planteamos nosotros esta perspectiva? El 19 de mayo; ya veníamos planteándolo desde antes, pero no en un organismo internacional, allí donde estaban los ministros de economía o de comercio de todos los países que son miembros de la OMC; claro que entonces reinaba la euforia. Ahora no se trata simplemente de palabras mías pronunciadas en aquella ocasión. Lo expresan los más prestigiosos defensores del sistema.

The Economist continúa afirmando en el artículo que veníamos comentando: "La producción mundial aumentó a un promedio de 4% en 1996 y 1997, pero, J. P. Morgan, un banco americano, ahora pronostica un crecimiento de tan solo un 1,5% este año y de 1,7% para el próximo." Y continúa: "Ahora bien, si resultan correctos, este sería el mismo crecimiento durante los dos años como sucedió en 1981-1982, la peor ‘recesión’ de la economía mundial desde los años treinta." Esa fue la peor, desde los años treinta.

Dice más adelante: "La implosión de Rusia ha desencadenado una nueva fase en la incipiente crisis del mercado. Su economía representa tan solo el 2% del producto mundial, de suerte que su repercusión directa en el comercio y producción mundial es insignificante. Sin embargo, los efectos indirectos —mediante los mercados de productos básicos, la confianza de los inversionistas, el costo del capital—, demuestran ser mucho más importantes. Además de otros problemas financieros, la difícil situación de Rusia pudiera ser la gota que rebose la copa.

"El mal se ha extendido por todas partes: a Europa oriental, Sudáfrica y América Latina. Puede que pronto Venezuela se vea obligada a devaluar su moneda. La economía de Brasil no está en tan malas condiciones como la de Rusia, pero acusa algunas similitudes espantosas, sin mencionar un gran déficit presupuestario (7% del PIB). Brasil ha sufrido una seria fuga de capital en las últimas semanas."

"…Los precios de los productos básicos industriales se encuentran ahora a su nivel más bajo en términos reales desde los años treinta." Estos productos básicos que más de una vez se mencionan son los productos fundamentales de exportación de los países del Tercer Mundo, aunque algunos de ellos, como determinados minerales, son exportados también a algunos países desarrollados. "Ello ha afectado seriamente a los productores de productos básicos no solo de América Latina y Africa, sino también en Australia y Canadá." Es decir, están dadas las condiciones.

"La burbuja revienta."

"Quizás el suceso más alarmante del más reciente caos de Rusia ha sido el desplome de Wall Street y de otros mercados desarrollados. Pese a su recuperación de mediados de semana, el promedio industrial del índice Dow Jones" —es un índice que tienen para medir cómo anda la bolsa de Nueva York— "ha mantenido su bajo nivel del 17% a partir de su punto máximo, opacando así todas las ganancias obtenidas este año..."

"No obstante, el mayor riesgo a que está expuesta la economía estadounidense no es una disminución de las exportaciones, sino un ulterior desplome significativo de su bolsa."

Dice también:

"…es improbable que se caiga en una depresión al estilo de la de los años treinta, cuando el PIB de Estados Unidos descendió al 30% durante tres años. Existen muchas similitudes entre el presente y los finales de los años veinte, como por ejemplo, baja de los precios de los productos básicos y una bolsa sobrevalorada." Después explican algunos argumentos, algunas diferencias entre ambas épocas. Dice, por ejemplo, en primer lugar, que los países utilizaban el patrón oro y resultaba más difícil flexibilizar la política monetaria. Argumento que exponen no por cuenta de ellos, sino invocando a un conocido economista.

Expresan textualmente:

"…Esto limitó su capacidad para flexibilizar la política monetaria mientras las economías entraban en una recesión después de la ruina de Wall Street en 1929. Segundo, los gobiernos agravaron su error en la restricción monetaria con las políticas fiscales estrictas, incluso en plena depresión." Añade otros argumentos: "En vez de permitir que los impuestos disminuyeran automáticamente a medida que los ingresos descendían, los estadounidenses aumentaron los impuestos."

Añade:

"…No solo los gobiernos tienen en la actualidad una mejor comprensión de la macroeconomía, pero ahora que el gasto público asume una parte mucho mayor del PIB, su capacidad para estabilizar la demanda es mayor.

"La tercera diferencia entre el presente y los años treinta es que no existían organizaciones mundiales como el Grupo de los Siete o el FMI para fiscalizar la economía mundial. El FMI se estableció en 1944 a instancias de los estadounidenses, a fin de atajar cualquier colapso económico mundial y prestar asistencia financiera provisional a países con problemas en la balanza de pagos."

En realidad hoy está todo el mundo prácticamente sublevado contra el Fondo Monetario Internacional, lo empiezan a culpar de todos los desastres que están ocurriendo. Hay que ver la cantidad de artículos que se van publicando, en todas estas revistas especializadas, de los analistas. Estas revistas constituyen casi la última palabra en cuestiones relacionadas con la economía, y de lo que está pasando allí. Otras que no son de la misma línea, son más críticas todavía.

He estado leyendo párrafos de una revista, que sería la última en decir cosas que puedan insinuar una idea anticapitalista, en el último argumento señalado enumera algunas supuestas ventajas en la actualidad con relación a 1929; nosotros vemos a los líderes del sistema inventando cosas para evitar lo peor. Como les hemos expresado a algunos amigos nuestros, están horrorizados con que ya de Rusia pase la crisis a Brasil y de Brasil al resto de América Latina.

Ellos analizan las condiciones de Brasil, con un déficit presupuestario alto, alto déficit igualmente en la cuenta corriente, moneda sobrevaluada, según afirman.

Nosotros tuvimos oportunidad de visitar a Brasil, conversar largas horas con el Presidente de ese enorme país sobre todos estos temas, fue muy interesante el intercambio de impresiones. No cometo indiscreción alguna si les digo que hemos visto a Brasil realizando grandes esfuerzos por atajar la crisis, adoptando medidas drásticas para tratar de prevenir y evitar un desenlace económico desfavorable.

¿Qué han hecho ellos para que no se escapen repentinamente los capitales, evitar la devaluación de su moneda y preservar sus reservas? Aumentar considerablemente la tasa de interés. En este momento está alrededor del 50%. Así que el que tiene depositado dinero allí calcula: Bueno, mejor, con este 50% de interés en vez de llevármelo lo mantengo en el país obteniendo elevadas ganancias. Un 50% de interés al año significa un beneficio considerable para inversionistas, pero a la vez un costo elevado para la economía, el capital de operaciones y las inversiones nacionales.

El Presidente me explicó cómo incluso en la agricultura la tasa de interés es diferenciada, estaba alrededor de 8% ó 9%, la mantenían más baja protegiéndola en cierta forma. Protegían igualmente en lo posible las industrias de exportación, porque con esa tasa de interés tan elevada, cuyo objetivo es proteger el país de los asaltos de los especuladores, no hay industria que compita en ninguna parte del mundo. Cómo en cambio mantenían las tasas elevadas con relación a las producciones no indispensables, o más bien suntuarias. Largamente nos explicaron bastantes cosas sobre sus puntos de vista que pudimos conocer y a la vez intercambiar opiniones. Ellos han realizado esfuerzos adicionales en días recientes, medidas duras para reducir el déficit presupuestario, en vísperas de unas elecciones que van a celebrarse dentro de unos días.

Claro, Estados Unidos está muy preocupado de que la crisis se extienda a Brasil. Es una ventaja para los brasileños y para los suramericanos en general, porque Estados Unidos ve allí casi la última trinchera, todas las demás trincheras han ido cayendo, y una crisis en Brasil tendría graves consecuencias para toda América Latina.

¿Qué pasaría entonces en la bolsa de Nueva York? Le llegaría su hora, su turno. Es de suponer que estratégicamente ellos se traten de defender en Suramérica y busquen algún dinero para apoyar sus finanzas. Claro que el Fondo Monetario Internacional no tiene fondos.

Tiene todavía los problemas el sudeste asiático. Lo de Rusia nadie sabe a estas horas cómo se va a resolver. Bueno, yo calculo que Rusia necesitaría 100 000 millones, y en Estados Unidos hasta el Congreso se ha opuesto en cierta forma, le hace resistencia a la entrega de unos fondos por 22 000 millones de dólares. Miren, 22 000 millones en Rusia es una gota de agua en el desierto. Es probable que ellos se atrincheren en Suramérica, por sus intereses, no por Suramérica, porque de lo contrario la recurva de la crisis llegaría de nuevo hasta México, y ya las bolsas de valores latinoamericanas, todas, están al 50% de los valores que habían alcanzado. Creo que no ejerce un efecto tan catastrófico en la región, porque son bolsas más pequeñas, no tienen el tremendo peso de las bolsas de Estados Unidos.

En Estados Unidos es infinita la cantidad de dinero que valen esas acciones, el valor que tienen o que tenían, ya han bajado, aquí dice 17% del valor máximo alcanzado. Claro, ellos dicen que un 15% o un 20% de baja adicional tendría consecuencias tremendas.

Ahora, vean que en las bolsas norteamericanas los dueños de acciones han ganado en cuatro años 9 millones de millones. ¿Se imaginan la cifra? Es lo que se ha incrementado las riquezas de los dueños de acciones; pero en 1929 solo el 5% de los norteamericanos tenían acciones, si es que no era menos, no más del 5%. Hoy todas las cajas de seguro, todas las cajas de seguridad social, todos los ahorros de las capas medias, incluso de muchos trabajadores que han depositado el dinero en las cajas de seguro, acumulan enormes sumas de dinero, que en gran parte ha sido invertido en estas acciones.

Todo eso incrementó el gasto: mientras más riqueza disponían —consecuencia del aumento del valor de las acciones—, más gastaban. Era un círculo que ellos llamaban virtuoso, pero que comienza a convertirse en círculo vicioso. ¿Virtuoso por qué? Aquellos, multiplicando artificialmente sus riquezas y a la vez sus gastos, comprando más y más dentro y fuera de Estados Unidos, realizando inversiones de todo tipo y en todas partes, impulsaban la producción y los servicios, y con ello disminuían el desempleo e incrementaban el Producto Interno Bruto. Tienen otros mecanismos, no voy a intentar detallar.

En esencia: al tener más dinero, compran como endemoniados. Todo el que tiene un carro lo cambia, lo suelta y compra uno nuevo, y si valía 15 000 dólares adquiere uno de 20 000, y se compra un yate, lo otro. Gastan de todo en cosas habidas y por haber. Al disponer de un mercado interno de 270 millones de personas, el peso que tiene un 50% de poseedores de acciones en las bolsas influye mucho en la demanda de productos y servicios.

Problemas en la balanza de pagos, eso no es problema para ellos, eso lo pagan con bonos del Tesoro. El único país del mundo que puede darse el lujo de tener 100 000 y 200 000 millones de dólares de déficit comercial y puede comprar toda la materia prima, todo lo que quiera, ¡el único en el mundo!, entre otras cosas, porque ya no existe patrón oro, y los billetes de ese país y sus bonos del Tesoro se han convertido en las monedas y valores de reserva.

Cuando había patrón oro, cualquiera que tuviera dólares, billetes, podía buscar el oro que valía ese dólar, y algunos lo estaban sacando; pero cuando la guerra de Viet Nam perdieron las dos terceras partes del oro que tenían acumulado después de la Segunda Guerra Mundial, y entonces suspendieron el patrón oro; es decir, el derecho a que alguien que tuviera un billete norteamericano reclamara el oro. Se quedaban, de lo contrario, sin una onza de oro. Pero siguió el mundo, no le quedó más remedio que seguir utilizando aquel papel como instrumento de cambio universal y moneda de reserva.

Además, muchos depositan su dinero en bancos norteamericanos. Los japoneses son de los que más han depositado dinero o adquirido bonos del Tesoro, que mantienen una tasa determinada de interés. Cuando se asustan los accionistas y el pánico cunde, venden las acciones y ya no compran oro, compran bonos del Tesoro norteamericanos que tradicionalmente han mantenido sus valores; se las han arreglado para hacerlo, partiendo de las grandes ventajas adquiridas con las dos guerras mundiales de este siglo, salieron de ellas tremendamente enriquecidos, participaron al final de ambas, no sufrieron ninguna afectación material, acumularon enormes riquezas y adquirieron un considerable desarrollo económico.

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, era el único país industrializado que estaba intacto; Japón ni existía, URSS destruida, Inglaterra, Francia, Alemania, todos los demás países arruinados, no había nada más que un país industrializado y rico, y si acaso Suecia, porque hasta en Noruega hubo destructiva guerra. Todo el oro del mundo lo tenían prácticamente acaparado; los billetes que imprimían circulaban universalmente por su valor en oro. Pero podían imprimir billetes mientras tuvieran oro. Suspendieron unilateralmente su conversión en oro, fue una trampa, un robo que le hicieron al mundo, ciertamente.

Después el oro subió muchísimo, inmediatamente. Ellos lo mantenían ficticiamente a bajo precio: cuando iba a bajar el precio, compraban; cuando iba a subir, vendían oro de sus enormes reservas y mantenían más o menos a 35 dólares la onza de oro. Después suprimieron la conversión y vino la explosión del precio del petróleo, la onza alcanzó un valor de más de 400 dólares. A ellos les quedaban unos 10 000 millones en oro, ese oro entonces aumentó de valor, qué sé yo, más de diez veces por lo menos; después ya no había patrón oro, ya no había límite; lo que hacían era imprimir bonos del Tesoro con un interés determinado a tantos años, y conservar la tradición de que esos bonos constituían el valor más seguro en el mercado. Es el lugar donde se refugian los inversionistas que venden sus acciones en épocas de incertidumbre y pánico: venden, pero no compran acciones en otro lado, sino bonos del Tesoro. De modo que ellos tienen todo el dinero que necesiten para sufragar cualquier déficit presupuestario o en la balanza de pagos.

Ahora no; ahora, con avances que alcanzaron de este modo en la economía, han logrado más o menos equilibrar el presupuesto, no la balanza comercial cuyo déficit crece. Ellos tienen que entregar enormes sumas para pagar lo que importan, por encima de lo que exportan. Ese es el mecanismo.

Así han ganado los poseedores de acciones 9 millones de millones y han gastado conforme han ganado, viendo subir el precio de las mismas, porque si usted tiene 100 000 dólares y casi de repente sus acciones valen 200 000, dice: ¡Ah!, no importa, para qué ahorrar: a comprar todo lo que le venga en gana, terminan comprando un yate o hasta un avión. Todo eso impulsaba, como dije, los crecimientos de la economía, impulsó el empleo, todo a las mil maravillas, beneficio exclusivo, privilegio exclusivo de ellos. Por eso han comprado ni se sabe, ¡el mundo lo han comprado casi!

Por eso los europeos quieren integrarse para sobrevivir, quieren tener una moneda fuerte para que no les hagan estas trampas, para que una parte de la reserva de los bancos centrales esté conformada por euros. Y es bueno para el mundo que haya otra moneda, y ojalá surjan otras, dos, tres más, fuertes, porque hoy hay la dependencia del dólar en todo el mundo. Es la principal y casi única moneda de reserva. Ellos imprimen papeles, compran cosas, y aquellos papeles, una parte importante, los guardan en sus reservas otros países.

Es decir que han tenido una situación de privilegio tremenda, las acciones multiplicaron su valor con todo el apoyo de una economía que crecía a un ritmo sostenido durante un período relativamente prolongado; un desempleo que disminuía; la inflación —que es el otro enemigo al que temen como al diablo— no subía sino, por el contrario, los productos de Japón, de Malasia, de Corea del Sur, de Tailandia y de todos esos países han bajado de precio al devaluarse sus monedas, contribuían a mantenerla reducida. Pero ya la lámpara de Aladino va perdiendo su mágico poder de hacer prodigios.

La gran discusión sobre las tasas de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos –ya les hablé de lo que significaba para Brasil—, refleja profundas contradicciones: si suben las tasas de interés, agravan la situación de todas las monedas debilitadas y las economías del sudeste asiático, de Japón, de Rusia y los riesgos de Brasil, Suramérica y demás países.

¿Qué les está demandando todo el mundo ahora? "Oigan, bajen, por favor, las tasas de interés, bájenlas." Ellos tratan de administrarse bien, porque si las bajan mucho, entonces todo el mundo empieza a pedir préstamos para comprar y gastar, y préstamos para invertir; se puede producir un exceso de circulante que inmediatamente se convierta en inflación.

Yo les decía lo que hacían los brasileños con la tasa de interés para evitar la fuga de capitales y preservar sus reservas. Pero ellos no pueden mantener un 50% mucho tiempo, a pesar de las excepciones mencionadas para la agricultura y las ramas exportadoras, porque todo el capital de trabajo de las demás industrias y servicios tiene que pagar un 50% de interés anual, ¿y qué industria puede tener ganancias para pagar un 50% de interés? Es decir, paraliza la economía. Los préstamos cuestan mucho más caro. De momento aguantan un pánico, una fuga de dinero, que todo el mundo vaya a cambiar la moneda nacional en dólares, porque el cambio es libre, pueden cambiarlo y sacarlo del país, pero ese mecanismo, por otro lado, es un arma de doble filo tremenda, paraliza el desarrollo y crea una situación insostenible. No lo pueden mantener mucho. Con esos mecanismos se han estado defendiendo para evitar perder hasta la última divisa de reserva.

En el mes de agosto Brasil perdió miles, no recuerdo si entre 10 000 y 15 000 millones de sus reservas, solo en el mes de agosto y los primeros días de septiembre. Habían logrado acumular esas reservas y las habían logrado, no sin sacrificios y, en parte, privatizando empresas. Hubo una empresa telefónica que privatizaron ingresando 18 000 millones. Fue un ingreso importante, pero se perdió en unos días defendiendo la moneda nacional de las especulaciones, y han tenido que tomar nuevas y duras medidas. Están luchando, están defendiendo su moneda los brasileños, pero, sin duda que van a necesitar un ingreso exterior. ¿De cuánto será? Bueno, no se sabe bien.

A México le ofrecieron —ser vecino inmediato de Estados Unidos era una ventaja en este caso— hasta 50 000 millones. Ya cuando la crisis llegó al sudeste asiático y llegó a Corea, se quedaron sin fondos sus organismos financieros predilectos y están aterrorizados con ese fuego que se extiende.

Yo creo que harán un esfuerzo. Se ve claro que una buena trinchera donde defenderse es América Latina para que no les llegue la candela a sus propios predios.

Al revés de las bolsas de América Latina, las de Estados Unidos tienen un enorme peso económico, porque en ellas hay invertidos colosales fondos. Ya les dije que en los últimos cuatro años habían ganado 9 millones de millones, aunque tienen que empezar a descontar.

Ya les informé del artículo donde se afirma que sumadas todas las bolsas, el mundo había perdido casi cuatro millones de millones en solo dos meses; es decir, no solo Estados Unidos, una parte de esa pérdida corresponde a ellos, al bajar el valor de las acciones de sus bolsas de su punto máximo —según decía el último de los artículos referidos— un 17%. ¿Se entiende?

Perdónenme que yo vaya a los detalles así, porque estoy tratando de que se comprendan estos mecanismos y cómo puede producirse el colapso.

Entonces ellos están apagando fuego ahora. El de Rusia... Yo creo que han renunciado a apagar el fuego de Rusia, lo cual es serio y grave por las implicaciones que tiene, incluso políticas. Pienso que se van a tratar de atrincherar, van a tratar de atrincherarse en que no se produzca un desastre como el del sudeste asiático en Brasil y en Suramérica. Entonces la candela sí les llegaría inexorablemente a ellos y puede pasar lo de 1982, o peor aún, lo de 1929, o peor que lo de 1929, a pesar de su Fondo Monetario, su Banco Mundial y todos los trucos que han estado inventando.

A decir verdad, desde la gran experiencia de la crisis de 1929 y la recesión que duró 10 años, en que el Producto Interno del país se redujo al 30%, el desempleo ascendió a cifras fabulosas; parecía que incluso se acababa el capitalismo en esa época. Vino Roosevelt, vino otra fórmula y a duras penas en 10 años lo salvaron. Pero puede ser ahora peor, porque este mundo está globalizado.

Ellos tienen que pensar bien qué consecuencias tendría dentro de Estados Unidos para ese 50% de norteamericanos que tiene su dinero de seguridad social y sus ahorros invertidos en esas acciones, si las acciones se cayeran a la mitad de su valor o a la tercera parte de su valor.

Eso nunca había ocurrido. Cuando la gran crisis de 1929, era muy reducido el número de ciudadanos que poseían acciones. Su efecto, sin embargo, fue desastroso. ¿Qué sería ahora cuando la mitad de ese país y los de más recursos tienen su riqueza invertida en acciones de la bolsa? El que vive bajo el puente no tiene ninguna acción en la bolsa (Risas). Son las grandes transnacionales, los grandes industriales, capas medias, muchos profesionales, obreros de más altos ingresos. Todo el que tiene algo, que ve que eso ha ido creciendo como la espuma —y ahí es donde está el peligro—, invierte allí, y se topa con estos problemas que son típicos de la sociedad capitalista, típicos de la economía de mercado. Eso no lo rige nadie.

Ya hay un montón de gente planteando la conveniencia de que el Estado regule de alguna manera esto, o regule las operaciones, los capitales que llegan a corto plazo y se van, eso está contra el neoliberalismo, contra todo lo que vienen haciendo y predicando, y, no obstante, se comienza a plantear con creciente fuerza que no se permitan las acciones libres de esos capitales a corto plazo y otras formas de regulación a la absoluta libertad de que hoy goza el capital financiero.

Ahí está el Primer Ministro de Malasia que también nos visitó. Viene hace mucho tiempo preocupado por todo eso, acaba de suprimir el libre cambio, tomó una serie de medidas y está atrincherado defendiendo la economía de su país, aunque esta se ha reducido por el golpe demoledor que recibieron. Me dijo que el trabajo y la riqueza acumulada de 40 años se podían perder en dos semanas.

A eso están expuestos todos los países. No hay ninguno que escape. Por eso se une Europa. Ningún país europeo solo escapa a ese poder enorme acumulado por Estados Unidos. Los europeos buscan su mercado de cientos de millones de personas. Estados Unidos posee un mercado interno de no menos de 270 millones, un mercado grande; un país pequeño puede contar con un mercado de 10 millones por muy industrializado que esté. Todos se juntan en Europa, los 15 de la Unión, para sumar entre todos unos trescientos y tantos, o cuatrocientos millones. Aspiran a incorporar más países en un futuro para salvarse frente al monstruo, pero el monstruo está, casi puede decirse, herido de muerte. Es un sistema insostenible que se está acercando a esa crisis, como les he explicado aquí.

Ellos tienen esperanza todavía, capacidad de maniobra, y han estado inventando fórmulas desde la crisis de 1929, para evitar que algo semejante pueda repetirse. Se produjo una no tan seria en 1982, pero la que viene ahora, a partir de las premisas señaladas, podría ser mucho peor. Además, han estado desunidos dentro del propio Estados Unidos. El gobierno tiene asesores y actúa con un poquito más de habilidad defendiendo los intereses económicos del imperio; pero los otros están en guerra con él, apoyándose en la mayoría que ostentan en el Senado y la Cámara, y no le han aprobado el fast-track para los acuerdos con los que quiere amarrar a los países de América Latina y del Caribe a los intereses del imperio. Le hacen gran resistencia para aumentar un poco los fondos del Fondo Monetario, pero aunque le dieran los 15 000 millones, ó 18 000 que están planteando —ya creo que habían dado 3 000— para el Fondo Monetario, es un buchito de agua que no podría ni siquiera suponerse que traten de salvar a Rusia, sino atrincherarse en la última trinchera que les queda: Suramérica. Pero puede ser que aun atrincherado sigan acumulándose los problemas y sigan agravándose, porque se trata de un mal congénito del sistema.

No he terminado, me falta un poquitico. Si ustedes tienen la paciencia… Sí, llevo un tiempito, pero vale la pena. ¿Quieren saber cómo está nuestra amiga Rusia? ¿Les interesa? (Exclamaciones de: "¡Sí!") Muy bien, les voy a leer algunos párrafos de artículos de la misma prensa capitalista especializada en cuestiones económicas. En este caso, son también de la revista inglesa mencionada.

Este se titula: "Rusia devaluada". Recuerden que son los mismos analistas que aplaudían y requeteaplaudían, desde la perestroika hasta el neoliberalismo, las privatizaciones y la economía de mercado como el gran milagro para mejorar la economía y la vida en aquel país, donde, como ustedes saben, y lo saben mejor todavía los que estudiaron allí, con un rublo se desayunaba, se almorzaba, se comía y quedaba todavía algo, ¡con un rublo!; después fueron 6 000 rublos por dólar. Ahora para manejar mejor las cifras le habían quitado tres ceros, y establecieron un nuevo rublo equivalente a 6 por dólar. Una vez más se volvió a devaluar y, en vez de 6, se tasa ahora, aproximadamente a 18 por dólar. Algo que cambia, además, por día. Dos veces ha perdido la gente su dinero. Cuando aquella primera gran devaluación, todo el que tenía dinero ahorrado, fíjense, ¡todo el que guardó su dinero en el banco o en cualquier parte lo perdió!, porque si tenía una cantidad de rublos y el rublo se devalúa de repente o poco a poco en seis mil veces, el que tenía, por ejemplo, 6 000 rublos, equivalente cada uno a un dólar más o menos, en capacidad de compra, se le convierten aquellos 6 000 rublos en un dólar.

Miren qué diferente a lo que se hizo en Cuba: cuando hubo el cambio de moneda a principios de la Revolución no se tocó en ningún caso el dinero de los bancos, y ahora, cuando tomamos todas las medidas para reducir el exceso de circulante, no se tocó tampoco el dinero de los bancos. A todo el que tuvo confianza en el banco y guardó su dinero allí —unos un poquito, otros más y otros muchísimo; algunos, incluso, con su cuenta repartida, por si acaso, a partir de experiencias anteriores—, se le respetó su dinero. Quedaron con su dinero, incluso esos que acumulan bastante. Claro que hay entre ellos gente honrada y seria; conozco campesinos muy trabajadores, muy serios, que sin mercado agropecuario ni nada parecido acumulan 300 000, 400 000 ó 500 000 pesos, por los precios de la papa y otros productos, porque tenían rendimientos muy altos; bueno, 10 000 quintales de papa son 40 000 ó 50 000 pesos al año, y los guardaban. Hay quienes tienen su dinero ganado ahí. Otros lo ganaron, como ustedes saben, o vendiendo muy caro, o por hache o por be.

Pero, ¿qué pasó en Cuba con tanto dinero en circulación, después de iniciarse el período especial? Discutimos en la Asamblea Nacional, discutimos en todas partes, pero no tocamos el dinero de los bancos, no hubo cambio de moneda. Los que tenían ese dinero, para las cosas que compran de su cuota, aunque hoy, desgraciadamente, en cantidades más reducidas, como he explicado, podían hacerlo con pesos cubanos a precios históricos e incluso subsidiados. A un cine se va con dinero cubano y en muchos lugares de recreación se paga con pesos cubanos. Los medicamentos, los materiales de construcción, la electricidad, los teléfonos, el alquiler, las actividades deportivas y lo que le corresponda en muchas otras actividades, productos y servicios, se pagan en pesos cubanos. Hay importantes y vitales servicios que no necesitan ni el peso, son absolutamente gratuitos. Las medidas se tomaron para el pueblo y, desde luego, su moneda nacional con relación a eso siguió teniendo el mismo valor.

Con relación al dólar, aquellos que se dedicaban a cambiar llegaron a obtener hasta 150 pesos por un dólar, y gracias a las medidas tomadas por la Revolución en todo sentido, todas las medidas de que hemos hablado, algunas de las cuales nos han traído los problemas que hemos analizado, y además con alguna recuperación de la economía que no es mucho, todavía no hemos alcanzado el nivel de 1989, y pasará tiempo para lograrlo, el hecho es que sin combustible, sin acero, sin madera, sin materias primas, sin todos los recursos, que tan abundantemente posee Rusia, no tocamos el peso y se mantuvo toda la confianza en el banco, que es donde más seguro está el dinero. Pero lo más increíble: de 150 pesos por dólar se produjo una revaluación del peso con relación al dólar, de 150 a 19, 20, 21, 22 ó 23, en las casitas de cambio.

De modo que nuestro peso, y todos los pesos de quienes tenían dinero en el banco o en otra parte, sencillamente se revaluó. Un poquito de dinero ganan las casitas de cambio, controlan, rigen, si sube mucho la demanda de dólares elevan el precio del dólar; siempre tienen asegurado algún ingreso, pero ese era el que antes ganaban los especuladores que andaban en esos negocios, cambiando pesos y dólares. Y es algo lo que se ingresa, no es mucho, no crean ustedes que es mucho; pero resuelven problemas y algunas necesidades. ¿Saben a qué se dedican las ganancias esas que se obtienen en las casas de cambio? Se le entregan por completo a Comercio Interior, para unos u otros productos, o materias primas para fabricarlos, incluso muchos de los que se venden en mercados paralelos. Bueno, son caros, sí, lo sabemos; lo tienen ellos para resolver algunas necesidades, y, a la vez, recoger circulante para mantener el mayor equilibrio posible entre precios y salarios, entre pesos y dólares. Es decir que esas casas de cambio dejan un beneficio adicional al país. Se puede afirmar en este caso aquello de que el banco nunca pierde.

Pero si empezamos a soltar dinero para la calle entonces vuelve la desgracia. Al devaluar el peso devaluamos los salarios, porque aunque haya quien gane 200 pesos, digamos, si quiere aunque sea un día un dólar para gastarlo en una de esas tiendas, tiene la oportunidad de buscar ese dólar, le cuesta 20 pesos; si el cambio se pone a 50 ó 100 por dólar, no. Fíjense que este país ha revalorizado el peso, la moneda nacional, eso no ha pasado en ninguna parte, únicamente con las medidas aplicadas y gracias a nuestro sistema socialista, bajo riguroso bloqueo y en condiciones de período especial.

Pero allá, en Rusia, el que tenía 6 000 rublos se quedó con un dólar. Ahora, con el nuevo rublo, el que tenía 10 000 —allí hay algunos que los ganan en medio minuto— o digamos 6 000, equivalía a tener 1 000 dólares; cuando se pone a 12 equivale a tener 500, cuando se pone a 18 equivale a tener trescientos y tantos dólares, y cuando se pone a 20, como ha estado, y hasta a más, lo que le queda son 300 dólares o menos. En cuestión de días el trabajador pierde lo que ahorre de su salario, si es que se lo pagan. Los nuevos ricos, desde luego, no sufren absolutamente nada; tienen su dinero a buen recaudo en el extranjero, convertido en dólares y en grandes y lujosas residencias.

Con esta crisis rusa de que se habla —fíjense que yo estaba leyendo un párrafo escrito a finales de agosto—, se dice que a partir de la reciente crisis financiera rusa es que se produce el viraje en la crisis global que hoy amenaza seriamente la economía mundial. Es la tesis que se plantea. En Rusia el Estado fue confiscado por aquellos señores que tenían toda la confianza de Occidente, por aquellos que aplicaban las recetas de Occidente, privatizaban todo, y era "¡feliz Occidente!", "¡qué maravilla!", "¡cómo se va a desarrollar ese país!", "¡cuán jugosas inversiones vamos a hacer allí!", y le dieron préstamos por decenas y decenas de miles de millones de dólares.

Mas la baja de la producción en Rusia dio lugar a que todo el níquel que tenían por allí acumulado lo lanzaran al mercado —bien sabemos nosotros lo que eso nos costó—, estaban los muelles de Rotterdam llenos de níquel, y todo el cobre, todos los minerales posibles, y eso tiene mucho que ver con los llamados productos básicos. Por eso el artículo decía que lo de Rusia, aunque su peso en la economía es el 2%, como es gran productora de níquel y materias primas de todo tipo, esos productos, al no poder utilizarlos porque su producción bajó más del 50% con relación a lo que producían en el año 1989 y 1990, todo eso lo lanzaron al mercado internacional.

Ellos decían que una catástrofe económica mayor daría lugar a que todo lo que les quede lo lancen al mercado de productos básicos y reduzcan más todavía el precio de los productos básicos, uno de los factores que consideran aumenta los peligros de una gran recesión. Ellos mencionaron dos en ese artículo que yo leí: la baja de precio de los productos básicos y la sobrevaloración de las acciones en las bolsas de Estados Unidos. Eso lo repito.

Por ello dicen que a pesar de que Rusia solo aporte el 2% de la economía mundial influye mucho —esto sin entrar a analizar otros peligros más preocupantes, más graves, simplemente los económicos. Pero, bueno, ha surgido esa catástrofe y ahora no tienen dinero, las reservas se agotaron, porque corrió todo el mundo, que es lo que pasa, a cambiar los rublos por dólares, y tuvieron inevitablemente que suspender el cambio de rublos por dólares. Ya eso constituyó una violación sacrílega de todas las reglas del Fondo Monetario; ya habían negociado un préstamo de alrededor de 22 000 millones de dólares con esta institución, con el apoyo de Occidente, de Estados Unidos, de todo el mundo, pero bajo reglas y condiciones estrictas.

¿Qué es eso de suspender el libre cambio? Es un sacrilegio, ya no tienen el libre cambio. Suspendieron el pago de deuda, otro grave sacrilegio. Cómo puede aceptar eso el Fondo Monetario, ni el Banco Mundial, ni Estados Unidos, que es el dueño de todo eso; ese negocio lo maneja Estados Unidos, tiene el 17% de las acciones del Fondo Monetario y similar participación en el Banco Mundial. Poder de veto: con un 15% puede vetar cualquier acuerdo. Ellos son los que deciden todo lo que aprueba el Fondo Monetario y todo lo que aprueba el Banco Mundial. Se reúne la Reserva Federal, Tesorería de Estados Unidos, Banco Mundial, Fondo Monetario, y acuerdan qué van a hacer. Bueno, asustados por lo de Rusia, a la que le habían ofrecido 22 000 millones; pero aquello estaba muy mal, ya que suspendieron pago de deuda, libre cambio y hablaron incluso de imprimir moneda para pagar salarios.

Comenzaron a vaciarse las tiendas. Antes de eso, corrió todo el mundo hacia los bancos para cambiar sus rublos por dólares; la reserva que no era muy alta, 14 000 ó15 000 millones, estaba desapareciendo. Pararon, suspendieron el cambio libre.

Es decir, cuando todo el mundo va a cambiar los rublos por dólares se suspende ese tipo de operación; se suspende igualmente el pago de las deudas con el exterior. No había divisas para ello y no podían agotar las pocas que quedaban. Todo lo que han hecho está en contradicción con las condiciones y las normas de dichas instituciones, que deciden parar la entrega de los 22 000 millones. Y son tan brutos los de Occidente que son capaces de no entregárselos; las consecuencias serían mucho peores, y no se trataría de consecuencias únicamente económicas, serían políticas y de seguridad. Pero pareciera, ya les dije, que hubiesen renunciado a salvar eso, así estarán de apurados; apretando y apretando, que no, que ellos dan dinero si aplican estrictamente todos los métodos esos: conversión libre, pago de deuda, cobro de impuestos, etcétera, etcétera, etcétera.

Allí más de la mitad de los impuestos no se pagan, y las grandes empresas de los multimillonarios que confiscaron el Estado con apoyo de Occidente, no pagan impuestos; compraron los principales medios de divulgación masiva, las principales cadenas de radio y televisión.

¡Vean qué gran libertad de prensa ha obtenido Occidente!, y cuál es la libertad que defiende. El pueblo perdió los medios masivos, hoy los tienen los grandes grupos de multimillonarios que confiscaron el Estado. Se apoderaron de las grandes empresas de petróleo, de gas, de cuantas cosas se exportaban; se apoderaron de las industrias fundamentales; compraron los medios de divulgación más poderosos, tal grupo tiene tales cadenas, tales los otros —por ahí están todos los nombres. Cualquiera puede hacer un artículo para explicar esto mejor, con más tiempo y más detalles—, muchos medios de los más importantes están en manos de ellos. Ellos sí mandan, y se acabó; ahí se publica lo que ellos dicen que se publique y nada más, son propietarios de las ramas principales de la industria, propietarios de los medios masivos y propietarios, además, de los bancos.

Fíjense si el negocio de los bancos fue tal que llegaron a crear 4 000 bancos. ¿Qué hicieron muchos de esos bancos? A ellos llegaron noblemente los rusos a guardar su dinerito y muchos de ellos se declararon en quiebra y les robaron el dinero a los depositantes, tranquila e impunemente; lo cambiaron por dólares y se lo llevaron. Es decir que muchos rusos han sido estafados por muchos de esos bancos que están en manos de la mafia. La más pura economía de mercado.

Hay algo que se llama mafia, fruto de todas esas reformas que tanto enaltecen, que tanto defienden y tanto glorifican los occidentales, y ahora no quiere invertir nadie; las mafias se han apoderado de todo. Espero que no les pase eso a ustedes en los comités, que nosotros no hagamos los disparates que faciliten semejante cosa; estamos luchando contra los que roban en las casas o en las tiendas. ¡Muy bien! Allí se robaron la riqueza del Estado socialista, inventaron distintos mecanismos —no lo voy a explicar— para hacerlo; hasta unos bonos repartieron, los bonos se devaluaron de inmediato, después compraron los bonos y se quedaron con las empresas. Fue muy democrático, repartieron una parte de los bonos, sí, a los trabajadores, pero pronto aquellos bonos no valían ni un centavo; se devaluaron, vinieron estos, los compraron y ya, son dueños de grandes bancos, grandes empresas, de todo eso. No pagan impuestos.

¿Qué han hecho con el dinero? Y de eso no hablan los occidentales, ¡ah, no!, casi no hablan, o no lo mencionan. Ahora de vez en cuando les da pudor y en algún parrafillo cuentan algo de esto; pero desde que establecieron el modelito, de Rusia se han fugado entre 200 000 y 500 000 millones de dólares, es algo que debe saberse. Con el libre cambio todo el que pudo cambió; inseguro ante la situación, cambió, y para los países nórdicos, para toda Europa, enviaron el dinero. Solo en España los ricos rusos tenían 60 000 residencias, y las tienen en el sur de Francia, en Austria ni se sabe lo que tienen, en toda Europa, en los países nórdicos. En Chipre, un pequeño país, tienen un montón de bancos y de cosas, expertos en confiscar los bienes del Estado, expertos en sacar el dinero del país.

Fíjense que digo esta cifra, un mínimo de 200 000 y un máximo de 500 000 millones. Considérese 250 000 ó 300 000. ¿Quién resiste eso? ¿Cómo se les puede pagar al maestro, al médico, a los científicos, a los trabajadores, al ejército, a los operadores de la cohetería, a los pilotos? Hasta los que están en el cosmos dando vueltas se han quedado sin presupuesto, sin el presupuesto de la nave que tiene que ir a buscarlos.

Los operadores de los cohetes estratégicos que están allá en Krasnoyarsk llevaban cinco meses sin cobrar, al extremo que un general de los de Afganistán, cuyo pensamiento no se conoce todavía, es un misterio, pero sí se ve claramente que aspira a ser presidente, que ganó las elecciones allá en Krasnoyarsk, porque está la gente desesperada —es el que había hecho la paz por allá por Chechenia—, a los pocos días de tomar posesión como gobernador le escribió al Primer Ministro anterior, al que habían puesto, una carta pidiéndole que pasara a su jurisdicción la cohetería estratégica que estaba en Krasnoyarsk, porque ellos podían, por lo menos, darles ropa y alimento a esa gente.

Fíjense qué nivel de orden, qué nivel de disciplina va quedando, que el Gobernador de Krasnoyarsk escribe pidiendo que se pongan bajo su jurisdicción los cohetes estratégicos de la región: una región convertida en gran potencia nuclear. Y los operadores allí sin sueldo. Es lo último que puede hacer un gobierno, dejar de pagarles a los operadores de los cohetes estratégicos, algo sumamente peligroso. Pero da idea de la situación que hay.

El ejército un montón de meses sin cobrar, solo una división élite del Ministerio del Interior, con muy buenos salarios, que allí la tiene de reserva el gobierno. En este caso hay que decir la presidencia, una reserva, una división élite. Al ejército no le pagaban. El nuevo Primer Ministro, que era Ministro de Relaciones Exteriores, lo primero que hizo fue reunirse con todos los militares y ordenar que le pagaran al ejército.

Pero, bueno, ¿con qué dinero? Dijeron: "Vamos a imprimir." Allá se armó la tercera gran bronca con todos estos organismos internacionales. ¿Imprimir? "No, eso es de locos, absurdo, ¡cómo van a imprimir!, por esto, por esto y por lo otro."

Entonces le exigen que bajen el presupuesto. Ya ese presupuesto no se puede bajar más. ¿Qué es lo que quieren, que no cobren en un año los que operan los cohetes estratégicos, que no cobre nadie nada durante un año? ¿Hasta cuándo? ¿Y los mineros del carbón y los otros hasta cuándo?, si están paralizando los trenes que atraviesan el ferrocarril siberiano. ¿Cómo?

El nuevo gobierno tiene una tarea muy difícil. Es, sin duda, un hombre serio, un hombre capaz, pero está ante un problema casi imposible.

Algunos han hablado de racionar, algunos han hablado de renunciar a todos esos fondos, promesas que no van a resolver nada. Ha creado una situación de miedo, temor por todas partes, porque nadie sabe lo que puede pasar en ese país en esas condiciones. Pero no pueden cumplir las condiciones que les exige el Fondo Monetario para darles los 22 000 millones. No pueden, es imposible.

A todo el que le quede un rublo allí va corriendo para el banco y lo cambia, se lo lleva. Pero —como les contaba— Occidente no habló nada, ni habla nada. Usted en estos artículos no ve eso, los cientos de miles de millones que se fugaron de ese país mediante esos mecanismos que han destruido el país. Está descendiendo la población de Rusia, la situación es catastrófica, ya no funciona ni el dinero, hay pueblos enteros que viven del trueque exclusivamente: los que producen carbón les cambian a los otros carbón para el invierno —ahora viene el invierno, además— a cambio de productos del campo. Lo que está funcionando es el trueque de mercancías más que el dinero hoy en Rusia.

¿Cómo puede el nuevo gobierno, independientemente de la capacidad, la seriedad, buscar en esa situación una salida? Este hombre era Ministro de Relaciones Exteriores, una vez estuvo de visita en Cuba; es un hombre muy respetado allí por todo el mundo, ¿pero qué hace ahora? ¿Acepta las condiciones del Fondo? ¿A quién le van a cobrar los impuestos, cómo van a pagar, cómo van a recortar los presupuestos que ya son ínfimos? ¿Cómo? ¿Cómo le van a pagar a toda la gente? Bueno, ¿se hace un racionamiento? Desde luego, sería lo más lógico y lo más justo que podrían hacer. Se harían más fuertes, desde luego. No les estoy recomendando nada, no nos metemos en eso, simplemente analizamos la situación.

¡Ah!, por la carretera que viene de Europa Occidental, la carretera de Smolensk, una interminable hilera de camiones llevando mercancía de Occidente, mientras la industria ligera y alimentaria se paralizaban totalmente, y ahora, de repente, no hay dinero y se acabó la caravana de Occidente, ya no entran productos de Occidente.

Bien, cuando les contaba que la gente salió corriendo a cambiar sus rublos por dólares, cuando cortaron ese cambio libre, salió corriendo para las tiendas a comprar cuanta cosa había, sin límite allí, mientras había. Los que tenían los timbiriches esos deben haber ganado dinero, porque deben haber subido los precios, porque se cortó la caravana, se cortó el intercambio de rublos por dólares, salió todo el que tenía un papel de esos para las tiendas a comprar lo que había y empezaron a vaciarse las tiendas. ¿Cómo se resuelve una situación de esas? ¿Podrán escapar al racionamiento aun dándole el dinero? ¡Ah!, pero si le dan el dinero no pueden, ni pueden imprimir billetes, ni pueden hacer nada de eso, y tienen que pagar las deudas y tienen que reducir los presupuestos.

Han puesto al gobierno en un momento muy difícil, en una situación sumamente difícil. Esa es la situación en este momento en Rusia y están entre la espada y la pared. ¡Ojalá que la espada pase por un lado y corte la chaqueta, no hiera el corazón!; pero están entre la espada y la pared en este momento. Sobre esa situación nosotros leemos todos los días.

¿Inventé yo esto? No, permítanme, por lo menos, demostrar que no lo he inventado. El artículo que mencioné al inicio de este tema dice entre otras cosas:

"La semana no ha sido buena para Rusia. El paquete de medidas, presentado el lunes a los lobos de las finanzas, da al traste, al menos, por el momento, con todas las perspectivas de mayores reformas económicas" —todavía están hablando de más reformas económicas, de ese veneno una dosis mayor como remedio. "Ello también pudiera marcar el inicio de una degeneración política en medio de la cual el país se deslice hacia el nacionalismo, la autocracia o algo más peligroso. Ello lanza al basurero el último acto de jactancia de los estropeados reformistas del gobierno, referido a que sus políticas al menos lograron estabilizar la moneda y precios firmes."

"…Cabe recordar que las medidas se impusieron sólo una semana después de que el FMI y otros prestamistas foráneos acordaron un préstamo de apoyo de 23 mil millones de dólares para la economía rusa, y sólo tres días después de las promesas de Eltsin de que no habría devaluación y de sus ministros de que se pagarían todas las deudas. ¿Qué salió mal?

"Una respuesta breve consiste en que gran parte del préstamo no se ha destinado a garantizar los depósitos de los ahorristas que lo merecen y ni siquiera a pagar las pensiones de los ancianos empobrecidos, o los salarios pendientes de los mineros."

"El peligro radica en que la pérdida de confianza continuará. De suceder así, el rublo —liberado en teoría para flotar, pero en realidad para hundirse— podría simplemente descender burbujeando hacia el fondo, los bancos podrían ser asediados por depositantes grandes y pequeños y, si no llegan más créditos del extranjero, el gobierno podría sentirse tentado a recurrir a las impresoras de dinero para satisfacer sus demandas. Ese camino conduce a la hiperinflación que los rusos experimentaron en 1992 (cuando en diciembre la inflación de un año a otro alcanzó el 2 500 por ciento), antes de lo cual sus ahorros ya se habían evaporado." Dos veces han perdido su dinero en este período.

"...Los rusos tienen una montaña de quejas: un gobierno tan incompetente para la recaudación de impuestos, que puede garantizar pocos servicios; un sistema de pagos tan restringidos, que soldados, mineros, maestros y toda una serie de trabajadores de otras ramas no reciben sus salarios; niveles de vida deprimentes, incluso, para los que trabajan; hospitales mal equipados, prisiones superpobladas..."

"Si los préstamos se reanudan ahora, deben efectuarse solamente en los términos más severos" —lo están recomendando ellos, en este caso es la misma revista. "Ello debe significar condiciones explícitas respecto del uso que se dará al dinero, por ejemplo, para garantizar depósitos pequeños en los bancos comerciales. También debe significar un control estricto sobre el modo como se gasta, preferentemente mediante la designación de extranjeros para que dirijan los bancos en cuestión" —es decir, la intervención de los bancos para que los manejen extranjeros. "Una supervisión similar habrá de imponerse sobre los servicios de recaudación de impuestos y de aduanas, si se va a apoyar de algún modo la balanza de pagos." El método aplicado por Estados Unidos en Santo Domingo y en Haití en la segunda década de este siglo para cobrar los impuestos: la intervención de las aduanas.

Vean eso: "Una supervisión similar habrá de imponerse sobre los servicios de recaudación de impuestos y de aduanas, si se va a apoyar de algún modo la balanza de pagos.

"¿Y si los rusos dicen que no? ¿O, como es probable, dicen que sí, pero significa que no? Entonces Occidente debe decir no. Occidente está interesado en promover la democracia y la economía de mercado en Rusia, aunque ello entraña perder mucho menos que los rusos si estos conceptos no se arraigan." Dice que los rusos perderían más.

"También está interesado en ver un país infestado aun de armas nucleares convertido en una nación pacífica y no beligerante. Pero sería errado asumir que Occidente es capaz de lograr todos estos objetivos, con toda seguridad no solo mediante la asistencia económica. La triste verdad es que Rusia está condenada por su propia historia y su propio pueblo a vivir un período de profunda infelicidad. Todas las familias felices se parecen, pero la familia rusa es infeliz a su manera, pudo haber escrito Tolstoi", dice. "A la larga serán los rusos, y no los extranjeros, los que pondrán fin a este período de miseria."

Vean el tratamiento occidental en este momento de supercrisis, están a punto de cometer la locura.

Yo sí creo que los rusos pueden salvarse, yo sí creo, estoy seguro de que pueden salvarse; pero no digo ni una palabra de eso, nadie me ha pedido opiniones, ni queremos asumir ninguna responsabilidad.

Siguen artículos, pero solo mencionaré breves frases.

Otro más, este también de la misma revista: "La pesadilla de Rusia".

"Ninguna de las medidas tomadas esta semana para solucionar el desorden financiero ofrece confianza sobre el futuro del país."

Otro más: "¿Un desvío o un descarrilamiento?"

"Es posible que el fracaso de la devaluación y el incumplimiento de las garantías dejen a la economía rusa, que lucha por salir a flote, en condiciones mucho peores."

El otro se titula: "Derrumbe en Rusia." Ya son un poco insultantes las cosas que dicen para el Presidente del país, y mi intención no es insultar a nadie, ni ofender a nadie, sino informar y reflexionar un poco sobre estos problemas.

Y uno más, esta vez del New York Times. Título: "Moscú destruye las ilusiones estadounidenses." Subtítulo: "Ya se hace la pregunta de quién perdió a Rusia."

Me parecía bien, aun abusando de las energías de ustedes, exponer estas ideas. Les advertí: "Vengan bien dormidos" (Risas y aplausos).

Si yo fuera la compañera aquella que nos cantó tan bellamente ayer, y tuviera buena voz y aunque sea un poco de entonación, cantaría la parodia de una canción que escuché hace años, que comenzaba con una frase: "Qué lejos han quedado aquellos sueños"; la canción decía "aquellos tiempos". Sí, los sueños de los que se hicieron tantas ilusiones, de los que recomendaron estas recetas neoliberales, de los que destruyeron aquel Estado, cualesquiera que fuesen sus limitaciones y errores; Estado que había que arreglar, superar, mejorar, pero no destruir jamás (Aplausos).

Ahora Occidente se ha apoderado de todo, del petróleo del Caspio, se ha introducido en todas las repúblicas de la fragmentada URSS, por Kazajstán, por Uzbekistán, por Azerbaiyán, por todos esos países periféricos; ha dejado al ejército de Rusia sin armas, prácticamente; aviones modernísimos que desarrollaron los técnicos, no han podido suministrarle al ejército ni 20 de ellos, ¡veinte aviones!; la OTAN por acá, ingreso de Polonia. Se suponía que cuando se hicieron los acuerdos aquellos, la retirada de tropas soviéticas de Europa Oriental, no habría expansión de la OTAN ni cosas por el estilo; pero inmediatamente la expansión de la OTAN en Polonia, expansión de la OTAN en la República Checa, expansión de la OTAN en Hungría, y amenazan con expandir la OTAN a Lituania, Estonia y Letonia, y si pueden hasta a Ucrania, aunque pienso que en estos momentos difíciles, como la situación de Ucrania se agrava parejamente con la rusa, se produzca un mejor entendimiento entre Ucrania y Rusia; pero la OTAN a ese paso llegará hasta las murallas del Kremlin.

Se ha aplicado una política de absoluta mala fe y totalmente expansionista hacia el este. Qué necesidad había de eso. Avanzando con el aparato militar, donde existió un ejército que estaba a la par estratégicamente —digo solo estratégicamente—, superioridad naval y en otras armas, en unidades de superficie, bases por todas partes del mundo, favorecían a quien fuera su adversario durante la guerra fría; pero la paridad estratégica nuclear con Estados Unidos, que era decisiva, había sido alcanzada por la URSS, ¿y ahora no puede siquiera Rusia incorporar 20 aviones a la fuerza aérea del país, aunque tengan todas las fábricas para construirlos en masa? Dura será la historia al juzgar a los culpables de la catástrofe, las humillaciones, el desprecio y los gravísimos peligros que hoy acechan a ese pueblo y con él al mundo.

Entonces, ¿qué va a pasar en ese país? ¿Y si se produce una yugoslavización de Rusia, llena de armas nucleares? Se calculan unas 20 000 armas de ese tipo. ¿Sería o no una tragedia para el mundo que se yugoslavizara, que se disolviera ese país? ¿Es concebible semejante cosa? ¿Qué consecuencias tendría?

A nosotros, desde el punto de vista económico, nada nos puede hacer perder el sueño. ¿Quién está mejor preparado que Cuba para cualquier crisis económica global? Nos afectaría, desde luego. Si hay que parar las plantas de níquel, se paran las plantas de níquel; si baja más el precio del azúcar, soportaremos los bajos precios. Los venimos soportando hace ya rato; veremos si lo compensan en algo otras cosas que bajen de precio. Nuestras tierras están en manos del pueblo y no permanecerán ociosas. ¿Qué país está mejor organizado y preparado que este? No deseamos esa crisis; ciertamente nos parece una desgracia, nos parece una tragedia, va a traer enormes sufrimientos para el mundo; es decir, puede ser catastrófico. Y los efectos, ellos debieran estar pensando en Estados Unidos, y pensándolo bien, bien, bien, qué pasará dentro de Estados Unidos y cómo serán las próximas elecciones, las otras, no estas que vienen dentro de unos días, si las bolsas estallan y enormes sumas se pierden para la mitad de los norteamericanos que poseen acciones en esas bolsas.

Leyendo el trabajo sobre la crisis de 1929 puede apreciarse, los suicidios se sucedían uno tras otro entre los corredores de bolsas, y muchos millonarios hasta con 100 millones se suicidaban porque nada más les quedaban 100 millones; pero eran a diario los suicidios cuando ocurrió el colapso del año 1929. Y, como dije, solo un 5% de la población de Estados Unidos tenía entonces acciones, eran propiedad de las compañías fundamentalmente.

Bueno, esas cosas van a ocurrir inevitablemente por el camino que vamos, desde luego. La crisis económica es una cosa; una yugoslavización de Rusia es otra; una guerra civil en ese país realmente es algo muy, muy, muy serio. Y si fuera a aconsejar a mis enemigos, les diría: "Ayuden a Rusia. Vean de dónde sacan el dinero, no sé si incluso vendiendo bonos de esos que emite el Tesoro o imprimiendo billetes. Salven a ese país, eviten que se desintegre." Se lo estaría recomendando realmente, y no les cobro ni medio centavo por la recomendación. No lo hago por los intereses norteamericanos, lo hago por el mundo, y les diría también: "Atrinchérense, además, en Suramérica para evitar que la crisis se extienda; ayuden a los suramericanos, ayúdenlos, porque de lo contrario la candela pronto llegará hasta la economía de Estados Unidos. Entiendan." Y tienen que entenderlo, no pueden ser tan miopes, o no pueden ser tan soberbios, no pueden estar apretando a los demás hasta el final. No pueden ni estrangular a Rusia ni permitir que la crisis se extienda a Brasil.

Digo algo más: aunque lo hagan, lo más que lograrían es posponer la crisis un tiempo; se volverá a repetir y se volverá a agravar con más fuerza todavía. Tendría que volar el Fondo Monetario completo, todo el sistema financiero que se ha establecido; tendría que volar en pedazos el orden económico mundial que han impuesto, inventar algo que salve si se quiere lo más posible del capitalismo; pero lo actual no puede sostenerse, tiene que cambiar. Por lo pronto hay que ir bastante más lejos si quieren evitar una catástrofe inminente. Ya lo está reclamando bastante gente, cada vez más gente. No se pueden seguir exigiendo las reglas, las normas, las barbaridades que se están exigiendo a los gobiernos y a los pueblos; son inviables económica y políticamente, e insoportables desde el punto de vista humano. El mundo capitalista desarrollado tiene que pagar inevitablemente un precio, resignarse a distribuir un poco de las riquezas que ha acumulado a lo largo de siglos y de la técnica que ha desarrollado. Un poco menos de despilfarro de recursos naturales, de insultante y descabellado lujo; un poco más de racionalidad, un poco menos de egoísmo.

Y no he hablado nada, quiero decir que he tocado nada más que dos o tres puntos; no he mencionado siquiera otros muchos problemas que agobian y amenazan a nuestro mundo, ¿para qué?, si ahora de inmediato hay que enfrentar la catástrofe económica que se nos viene encima. Habrá soluciones. No me pregunten cuáles. No soy profeta, como dije en el Parlamento de Sudáfrica. Solo digo y repito una cosa con la más absoluta y profunda convicción: De las grandes crisis, han surgido siempre las grandes soluciones.

Más tarde o más temprano tendrá que cambiar todo. No buscamos mezquinos y estrechos intereses nacionales. Hace rato que estamos soportando lo peor. Hemos aprendido a defendernos, a luchar, a lograr muchas cosas aun en condiciones muy difíciles.

Esperamos que el mundo se salve; al mundo no le queda otra alternativa que salvarse, y salvar la naturaleza de la cual tendremos que vivir los 10 000 millones de seres humanos que pronto seremos. Y sé cómo piensan ya muchos políticos en este mundo, en Europa y en todas partes, y muchos tienen más deseos que nosotros de volar el orden económico mundial que se nos ha impuesto, aunque no nuestra libertad para plantearlo.

Hemos dedicado tiempo unos cuantos de nosotros a profundizar sobre esto, y vamos a tener la reunión en enero: 600 economistas; están invitados incluso los de la revista inglesa varias veces mencionada y de otras de reconocido prestigio, los defensores del neoliberalismo y los que se le oponen. Pero qué es lo que va a pasar de aquí a enero no lo sabe nadie. De todas formas hay que ir recogiendo información, seguir los acontecimientos; allí habrá debates, ponencias y debates, y mucha gente interesada en el tema.

También, como les dije en el congreso, Cuba ha sido designada como sede para la reunión del Grupo de los 77 que integran ya más de 120 países. Van a discutir todo esto, cuestiones de vida o muerte para nuestros pueblos, pero podemos también preguntarnos qué va a pasar de aquí al 2000. ¡Muchas cosas pueden pasar! Pero hay que prepararse bien primero para la reunión de enero: Cinco días, van a ser cinco días trabajando intensamente como nosotros aquí en este congreso de los CDR, con una diferencia, que van a ser tres sesiones diarias: mañana, tarde y noche. Y en esta misma sala. Van a estar hasta un poco más cómodos que ustedes, porque nada más queremos que vengan 600, para que estén en los asientos esos más cómodos, que nadie tenga que estar detrás y puedan escuchar, meditar y tomar notas todos los economistas y personalidades invitadas.

No queremos que sean muchos, porque no puede ser una reunión como aquellas que tuvimos cuando la deuda externa, en las que incontables personalidades y sectores de nuestro continente participaron, gran batalla librada y que no fue inútil, porque ayudó a crear conciencia y a aliviar un poco la dramática situación de los endeudados.

La situación económica de hoy constituye un gran problema, es mucho más seria y mucho más grave, realmente trascendental. Nuestra reunión de enero cobra enorme importancia, desde el punto de vista teórico y práctico.

Nuestros economistas están muy contentos y satisfechos; ellos, junto con la Asociación de Economistas Latinoamericanos, fueron los que convocaron la reunión. Nosotros les ofrecimos todo el apoyo y todas las facilidades. Será un tipo de reunión amplia, un debate profundo y libre entre todas las escuelas, los defensores de unas teorías y los que piensan diferente, ahí sí que podrá discutirse a fondo, ponencias de personas eminentes y después de cada exposición, preguntas y planteamientos. Va a ser tremenda escuela para nuestros economistas y de gran interés para políticos y economistas de muchos países.

Esto fue convocado meses antes de la actual situación, viendo venir estos problemas: Vamos a profundizar, dijimos. Ahora con más razón, a partir de lo que está ocurriendo, la gente está cada vez más interesada, y la verdad es que no queremos una multitud. Si a todo el que desea venir le decimos que sí, necesitaríamos la Plaza de la Revolución. Es enorme y creciente el interés por un tema tan vital y decisivo.

Estaremos bien preparados, lo más posible; todos los días aquí hay que estudiar y aprender.

Vienen trabajando duro nuestros economistas, también los compañeros que están en los sectores de la economía, todos ellos, los del Ministerio de Economía, los de Finanzas, los del Banco, los profesores universitarios, todo el mundo. Se ha creado también una familia de investigadores, se puede decir, y de analistas de la situación.

Para la reunión del Grupo de los 77 vamos a estar mucho más preparados, porque para eso hay que seguir muy de cerca los acontecimientos, aunque algunas de estas incógnitas de ahora se van a despejar por sí solas. Por ahora, a ustedes que les gustan, como a todo el mundo, siempre las películas interesantes o los seriales interesantes, sigan este serial. Ojalá nuestra prensa los pueda acompañar a ustedes y, a partir de estos temas planteados, pueda ofrecer alguna información que les llegue a ustedes; y si nuestra prensa no puede, Contino, vamos a ver si los economistas o algunos periodistas ayudan y tú se lo envías a los de los comités y les facilitas materiales para que estén informados (Aplausos), para que conozcan bien dentro de qué cuadro estratégico se va a desarrollar la lucha de ustedes en los próximos meses y en los próximos años.

Y nada más. Solo pedirles perdón por todo el tiempo que llevan ahí (Exclamaciones de: "¡No!" y aplausos), y darles las gracias porque no todos se han dormido (Exclamaciones); sí, sí, alguno que otro dio su pestañazo, hasta yo solté uno en alguna sesión, pero estaba despabilado. ¡Aunque no es imposible! (Risas.) Así que no critico a nadie por eso. Y digo lo que debemos decir hoy con más seguridad que nunca:

¡Socialismo o Muerte!

¡Patria o Muerte!

¡Venceremos!

(Ovación)