Intervención en la Sesión Plenaria de la 105ª Conferencia de la Unión Interparlamentaria efectuada en el Palacio de las Convenciones. La Habana, 5 de abril del 2001.

En aras del tiempo, publicamos el siguiente texto como fue elaborado, sin incluir las interesantes reflexiones, acotaciones y comentarios realizados durante esta intervención.

Señora Presidenta y demás miembros de la Presidencia;

Distinguidos parlamentarios:

Cuando en 1981 hablé en la 68ª Conferencia Interparlamentaria, después de mencionar índices y datos que mostraban el creciente abismo que separaba al mundo desarrollado y opulento de los países que fueron sus colonias y dominios, víctimas de ininterrumpido saqueo durante siglos, pronuncié una frase que pudo parecer excesiva: "Si el presente es trágico, el futuro se avizora tenebroso."

Nadie trate de engañarnos y confundirnos con las nuevas terminologías salidas de la propaganda hipócrita de los especialistas en engaños y mentiras, al servicio de los que han impuesto a la humanidad un orden económico y político cada vez más desigual e injusto, que no tiene absolutamente nada de solidario o democrático y ni siquiera un ápice de respeto por los más mínimos derechos a que son acreedores los seres humanos.

No exageré cuando pronuncié aquella frase.

La deuda externa del Tercer Mundo, que ascendía en 1981 a 500 mil millones de dólares, se elevó en el año 2000 a 2,1 millones de millones de dólares. La parte correspondiente a América Latina sumaba entonces 255 mil 188 millones de dólares; esta se elevó en el año 2000 a 750 mil 855 millones.

El servicio de la deuda del Tercer Mundo en el año 1981 fue de 44 mil 200 millones; el servicio de la deuda en el 2000 era ya de 347 mil 400 millones.

El Producto Nacional Bruto (PNB) per cápita en los países desarrollados era 8 mil 70 dólares en 1978; veinte años después, en 1998, el PNB per cápita de esos países ascendió a 25 mil 870 dólares, mientras el PNB per cápita de los países de más bajos ingresos, que era en 1978 de 200 dólares, había subido sólo en 1998 a 530. La diferencia abismal se había profundizado.

El número de personas subalimentadas, casi la totalidad pertenecientes a los países del Tercer Mundo, era en 1981 de 570 millones, en el año 2000 son 800 millones.

La cantidad de desocupados era 1.103 millones en 1981, y en el 2000 son 1.600 millones.

En la actualidad, el 20 por ciento más rico de la población mundial realiza el 86 por ciento del total de los gastos en consumo privado, mientras el 20 por ciento más pobre realiza el 1,3 por ciento del total de gastos en consumo privado.

En los países ricos, el consumo per cápita de electricidad es diez veces mayor que el del conjunto de los países pobres.

Según datos de las Naciones Unidas, en 1960 el 20 por ciento de la población mundial que vivía en los países más ricos tenía 30 veces el ingreso de las naciones más pobres. En 1997 esta relación era ya 74 veces mayor.

Según estudios realizados por la FAO entre 1987 y 1998, 2 de cada 5 niños en el mundo subdesarrollado sufren retraso del crecimiento y uno de cada 3 está por debajo del peso correspondiente a su edad.

Hay 1.300 millones de pobres en el Tercer Mundo, es decir, uno de cada 3 habitantes vive en la pobreza. El Banco Mundial, en el último informe sobre la pobreza, pronostica que podría alcanzarse la cifra de 1.500 millones de personas en la más absoluta pobreza a la entrada del Nuevo Milenio.

El 25 por ciento de la población mundial más rica consume el 45 por ciento de las carnes y el pescado; el 25 por ciento más pobre sólo consume el 5 por ciento.

En el África Subsahariana la tasa de mortalidad es de 107 por mil nacidos vivos en el primer año y 173 por mil antes de cumplir los 5 años; en Asia Meridional es de 76 y 114 respectivamente. En el caso de América Latina, según la UNICEF, la mortalidad de menores de 5 años es de 39.

Más de 800 millones de adultos continúan siendo analfabetos.

Más de 130 millones de escolares crecen sin tener acceso a la educación básica.

Lo real, lo inocultable, es que en la actualidad más de 800 millones de personas sufren hambre crónica y carecen a la vez de acceso a servicios de salud, por lo que se estima que en el Tercer Mundo 507 millones de personas no sobrevivirán a los 40 años de edad. Al sur del Sahara, casi el 30 por ciento de la población morirá antes de los 40 años.

En 1981 apenas se mencionaba el cambio de clima y la palabra SIDA muy pocos la habían escuchado por primera vez. Dos temibles amenazas que se unen a las calamidades ya mencionadas.

En 1981 la población mundial ascendía ya a 4 mil millones de habitantes; de ellos, el 75 por ciento en los países del Tercer Mundo. En el 2001 somos ya más de 6 mil 100 millones los habitantes del planeta. En sólo 20 años la población mundial creció en mil 700 millones de habitantes, más que lo que había crecido durante todo el tiempo que media desde el surgimiento de la especie humana hasta el inicio del siglo XX.

Para resumir, de tal forma ha retrocedido la proporción del ingreso mundial de los países que hoy constituyen el Tercer Mundo, que hace un siglo y medio era del 56 por ciento y hoy es sólo de un 15 por ciento, lo cual constituye una forma realmente peculiar de expresar lo que en realidad ha significado, para el Tercer Mundo y para la inmensa mayoría de la humanidad, el colonialismo, el capitalismo y el imperialismo con sus crisis, sus caos, su anarquía en el terreno económico y su sistema de valores egoístas e inhumanos.

Nuestro país, una nación pobre, después de 4 siglos de coloniaje español y 57 años como colonia de Estados Unidos, fue sometido a un brutal bloqueo económico desde el instante mismo en que adquirimos por vez primera en la historia nuestra doble libertad, pues nos libramos a la vez de la tiranía y del imperio.

Este pequeño y bloqueado país del Tercer Mundo, contra el cual fueron empleados todos los recursos de Estados Unidos en materia de subversión, desestabilización, sabotajes, ataques piratas, cientos de planes de asesinato contra los líderes de la Revolución, guerra sucia, guerra económica, guerra biológica, invasión militar con empleo de personal reclutado, pagado, suministrado, escoltado por unidades navales norteamericanas y dirigido por el gobierno de Estados Unidos, por último conducido al riesgo de exterminio en una guerra nuclear, supo resistir con honor todos los embates de la mayor superpotencia de la historia, una Roma multiplicada por mil dado su poderío político, económico, militar y tecnológico.

Cuarenta y dos años ha durado ya la despiadada guerra económica y el bloqueo. En adición a esto, hemos soportado diez años de período especial, cuando, al derrumbarse el campo socialista y desintegrarse la Unión Soviética, nos quedamos sin mercados ni fuentes donde adquirir suministros, en circunstancias en que Estados Unidos arreció el bloqueo con las leyes Torricelli y Helms-Burton. Ningún país ha pasado jamás por semejante prueba.

Muchos creían que éramos vulgares satélites de una gran potencia. Se esperaba el fin de la Revolución en cuestión de semanas o meses como máximo. Pero el satélite demostró su luz propia y su extraordinaria fuerza como un pequeño Sol de verdadera libertad, soberanía, patriotismo, justicia social, igualdad real de oportunidades, solidaridad dentro y fuera de sus fronteras, inconmovibles principios éticos y humanos.

¿El poder, el enorme prestigio, la fuerza y la unidad del pueblo, alcanzados por la Revolución, acaso servirían para satisfacer vanidades, ambiciones de poder o de bienes materiales? No, servirían para resistir heroicamente la arremetida del imperio en uno de los momentos más peligrosos y difíciles de la historia de nuestra Patria.

Nadie pretenda enseñarnos lecciones de historia o de política tratando a los dirigentes cubanos como a niños de preescolar. Es posible incluso que los preescolares cubanos sepan de esta materia más que algunos connotados políticos.

Bajo terribles circunstancias, hay una obra social realizada que es aplastante, irrefutable, insuperable. En un año fue erradicado el analfabetismo, que alcanzaba casi un tercio de la población entre 15 y 60 años; simultáneamente, miles de aulas fueron creadas en los lugares apartados y regiones casi inaccesibles; servicios médicos fueron igualmente creados en campos y ciudades, a pesar de que Estados Unidos nos redujo, con visas y promesas de mejor vida material, a la mitad la cifra de los 6 mil médicos con que contábamos y a más de la mitad la de los profesores de Medicina. Se construyeron por miles las escuelas y se prepararon profesores para el nivel básico y medio superior; escuelas preuniversitarias, institutos politécnicos, centros de formación de maestros y profesores, de música, danza, arte, educación física y deportes y otras. Se multiplicaron por decenas los centros de enseñanza superior en todo el país, que eran tres, entre ellos 21 Facultades de Medicina, 22 con la Escuela Latinoamericana de Ciencias Médicas, y 15 Institutos Superiores Pedagógicos.

En menos de treinta años, Cuba pasó a ser el primer país de América Latina y del Tercer Mundo en bajar la mortalidad infantil de 10 por cada mil nacidos vivos en el primer año de vida, alcanzando en pleno período especial el índice de 6,4 y una expectativa de vida de 75 años; extendió los servicios médicos gratuitamente a todos los ciudadanos; elevó la escolaridad promedio a 9 grados, graduó más de 700 mil profesionales universitarios; desarrolló un poderoso movimiento artístico y cultural; ocupó uno de los diez primeros lugares en las competencias olímpicas y obtiene en ellas más medallas de oro per cápita que ningún otro país. En competencias regionales y eventos internacionales ha obtenido miles de medallas, ocupando el segundo puesto en este hemisferio, detrás de Estados Unidos. Sus niños logran lugares cimeros en competencias de Matemáticas y otras de carácter científico.

Según investigaciones de la UNESCO, los conocimientos de nuestros alumnos de primaria casi duplican el promedio de los del resto de los países de América Latina. Hoy nuestro pueblo ocupa el primer lugar entre todos los países del mundo, desarrollados o no, en el per cápita de profesores y maestros, médicos e instructores de alto nivel en educación física y deportes, tres ramas que son decisivas para el bienestar y el desarrollo social y económico de cualquier país.

Ello se resume en más de 250 mil educadores, 67 mil 500 médicos y 34 mil profesores y técnicos de educación física y deportes.

Hoy compartimos con otros países hermanos del Tercer Mundo ese inmenso capital humano sin cobrar un solo centavo. (Aplausos.) Nuestros colaboradores no sólo poseen una profunda capacidad técnica y científica, sino lo más importante: una extraordinaria solidaridad humana y un insuperable espíritu de sacrificio.

Cientos de miles de compatriotas cumplieron misiones internacionalistas en muchos países del Tercer Mundo, particularmente en África, como personal técnico y especialmente como combatientes contra el colonialismo y el apartheid, racista y fascista.

Ustedes podrán preguntarse por qué me detengo en enumerar estos hechos.

Primero: Porque me pregunto si es por esto que se nos quiere condenar todos los años en Ginebra.

Segundo: Si es por esto que se nos hostiga, se nos bloquea y se nos hace una guerra económica que dura ya 42 años.

Tercero: Si es por esto que se quiere destruir a la Revolución Cubana.

Debo añadir algo más: en 42 años de Revolución, jamás se ha lanzado en Cuba un gas lacrimógeno contra el pueblo, ni se conoce el espectáculo de policías con escafandras, caballos, o carros antimotines reprimiendo al pueblo, cosas muy frecuentes en Europa y Estados Unidos. En nuestro país no han existido jamás Escuadrones de la Muerte, ni un solo desaparecido, ni un solo asesinato político, ni un solo torturado, pese a las miles de infames calumnias divulgadas por un frustrado e inescrupuloso imperio que desea barrer de la faz de la Tierra la imagen y el ejemplo de Cuba.

Recórrase el país, pregúntesele al pueblo, búsquese una sola prueba, demuestre alguien que el Gobierno Revolucionario haya ordenado o tolerado un hecho de este carácter y no volvería yo a ocupar una tribuna pública.

Bien tontos son los que creen que este pueblo se puede gobernar por la fuerza o por otra forma que no sea el consenso que emana de la obra realizada, la elevada cultura política de nuestros ciudadanos y la envidiable relación de la Dirección con las masas. En las elecciones del Poder Popular participan de forma consciente y entusiasta más del 95 por ciento de los electores.

Bien diferente es la ética y la política del imperialismo.

Cuando los cubanos luchaban en el sur de Angola y en el año 1988 se libraba la batalla decisiva de Cuito Cuanavale contra las tropas sudafricanas, y en el sudoeste de ese país 40 mil soldados cubanos y 30 mil angolanos avanzaban hacia la frontera de Namibia, los racistas poseían siete armas nucleares similares a las que fueron lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki. La OTAN lo conocía, Estados Unidos lo conocía, y no dijeron una sola palabra, en la esperanza de que fuesen lanzadas contra las fuerzas cubano-angolanas.

Durante los 15 largos años que estuvimos en el África Austral montando guardia contra las fuerzas del apartheid o luchando contra ellas, los principales países capitalistas tenían importantes inversiones e intercambiaban miles de millones de dólares cada año comerciando con el régimen racista. Las inversiones de Estados Unidos en Sudáfrica por aquellos días ascendían a 3 mil millones de dólares; su comercio anual, a 6 mil millones; y los créditos bancarios concedidos a ese país alcanzaban otros 3 mil millones de dólares.

Es bien conocido que Estados Unidos fue aliado militar de Sudáfrica - ¿puede acaso olvidarse?- , y suministraba a través de ella a la UNITA cuantiosas sumas en armamentos, que incluían misiles antiaéreos portátiles y millones de minas antipersonales, que las sembró en todas partes del territorio angolano. Esa organización arrasaba aldeas enteras y mató a cientos de miles de civiles, incluyendo mujeres y niños. No exagero en lo más mínimo.

Concluida con honor la misión internacionalista cubana, después de alcanzado un acuerdo que dio lugar a la aplicación de la Resolución #435 de la ONU y a la independencia de Namibia, ateniéndonos rigurosamente a los compromisos contraídos entre los países participantes, nuestras fuerzas se retiraron sin llevarse otra cosa del África que los restos de sus compañeros caídos, no poseían allí un metro cuadrado de tierra —como dije hace unos días— ni el tornillo de alguna fábrica. Ningún país de Occidente había derramado allí una sola gota de sangre. Uno solo, pequeño y distante, situado a 10 mil kilómetros de África, lo había hecho: Cuba. (Aplausos.)

A todo lo que expresé al iniciar mis palabras sobre la dramática situación económica y social de los pueblos del Tercer Mundo, se unen los pasos arrogantes de la nueva administración de Estados Unidos en la esfera internacional, que pueden crear complicaciones serias en un momento en que la economía internacional, y en primer lugar la economía norteamericana, corren graves riesgos de estancamiento, recesión e incluso crisis, cuyos efectos se comienzan ya a sentir en todas partes, en caídas del volumen de las exportaciones, de los precios de los productos básicos, bajas en las bolsas de valores, grandes despidos y anuncios de nuevos despidos por todas partes.

Los hechos más graves ocurridos en unas pocas semanas:

Primero: la decisión de crear un escudo nuclear, que rompe unilateralmente los compromisos contraídos en virtud del acuerdo ABM, lo que conducirá inexorablemente a una carrera armamentista.

Segundo: la decisión de vetar el proyecto de resolución que proponía el establecimiento de una fuerza observadora para la protección del pueblo palestino (Aplausos), que fue apoyada por China, Rusia y otros 7 miembros del Consejo de Seguridad, y 4 abstenciones, entre ellas otros dos miembros permanentes del Consejo de Seguridad.

Desde mayo de 1990, los Estados Unidos han ejercido el veto en 5 ocasiones, en 4 de ellas sobre el conflicto palestino-israelí. El último veto de los Estados Unidos había sido el 21 de marzo de 1997 —en apoyo de los intereses de Israel y detrimento de los palestinos—, en una resolución demandando a Israel que detuviera la construcción de un asentamiento en Jerusalén Oriental.

Desde el año 1972, Estados Unidos ha vetado en 23 ocasiones resoluciones sobre iniciativas para la solución del problema palestino.

La complicada situación del Medio Oriente se agrava con el último veto de Estados Unidos, cuando un gobierno de extrema derecha acaba de asumir el poder en Israel.

Tercero: la decisión igualmente unilateral de romper las obligaciones asumidas en la Tercera Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, celebrada en Kyoto a fines de 1997, y en la que se acordó por 34 países industrializados reducir un 5,2 por ciento para el año 2012 las emanaciones de gases con efecto de invernadero, algo que necesita desesperadamente la humanidad. Estados Unidos se había comprometido a reducir un 7 por ciento los gases de invernadero. Fue un duro golpe para la opinión pública mundial, y en especial para los países de Europa, que hicieron los mayores aportes en esa Convención para la reducción de tales gases.

Cuarto: declaraciones groseras y humillantes para Rusia y China, utilizando lenguaje típico de la guerra fría, expresión de la mentalidad que puede apreciarse claramente en muchos miembros del equipo que rodea y asesora al actual Presidente de Estados Unidos.

Quinto: desprecio palpable, que no puede disimularse, hacia América Latina, al proponer la nueva administración como Subsecretario Asistente de Estado para Asuntos Latinoamericanos a un personaje sórdido, de mentalidad fascista, conocido por su participación junto a Oliver North como consejero especial para la diplomacia pública del Secretario de Estado durante la administración Reagan en el escándalo de la venta de armas para obtener fondos con que llevar a cabo la guerra sucia contra el gobierno sandinista en Nicaragua, algo que estaba en aquellos momentos prohibido por acuerdos del propio Congreso de Estados Unidos. Publicó documentos y declaraciones suscritos por él utilizando el nombre de cabecillas contrarrevolucionarios nicaragüenses - algunos de los cuales no sabían ni leer ni escribir- ; violó leyes y demostró total falta de ética. No pocos órganos de prensa norteamericanos han hecho duras críticas y muchos gobernantes latinoamericanos no están nada felices.

De todos modos estos pasos van perfilando con toda claridad los rasgos y la personalidad del nuevo ocupante del trono presidencial de Estados Unidos.

A Cuba nada le extraña, conociendo los estrechos vínculos y compromisos del señor Bush con la Fundación Cubano-Americana, una mafia terrorista - repito, mafia terrorista- que financió la colocación de bombas en hoteles de La Habana, varias de las cuales estallaron, con el objetivo de liquidar la industria turística en Cuba. Esa Fundación organizó el plan de atentado contra el que les habla en la Cumbre de la Isla Margarita, cuyos ejecutores fueron capturados incidentalmente por un guardacostas norteamericano - tal vez creyendo que llevaban drogas- cuando viajaban frente a Puerto Rico rumbo a su objetivo. Los propios detenidos revelaron sus propósitos y quiénes organizaron el plan. Pese a elementos de juicio y pruebas irrefutables, fueron absueltos.

La última gran fechoría de la Fundación fue el intento de atentado contra mi modesta persona organizado a raíz de la Cumbre Iberoamericana celebrada en Panamá el pasado mes de noviembre, para lo cual usaron al más conocido terrorista del hemisferio, autor de la voladura de un avión cubano en pleno vuelo el 6 de octubre de 1976, en el que murieron 73 personas, entre ellos todo el equipo completo de esgrima juvenil que viajaba desde Venezuela, donde acababan de ganar todas las medallas de oro. Esta vez, introdujo desde El Salvador potentes explosivos para hacerlos detonar en la Universidad de Panamá, donde me reuniría con mil estudiantes. La denuncia oportuna de tal plan dio lugar al arresto del cabecilla y de otros tres terroristas de origen cubano con una sangrienta historia al servicio de los órganos especiales de Estados Unidos, miembros de la mafia de Miami. Las autoridades de Estados Unidos y el gobierno de ese país conocen con toda exactitud la veracidad de lo que estoy afirmando.

Ya el pasado 3 de enero fue presentado por el Representante Bob Barr, al Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, un Proyecto de Ley cuyo objetivo es anular una orden ejecutiva emitida por la Administración Ford el 18 de febrero de 1976 referida a las actividades de inteligencia exterior de Estados Unidos. En la misma, en la sección 5, inciso g), se expresa que ningún empleado del gobierno de los Estados Unidos participará o conspirará para participar en asesinatos políticos.

¿Quién es Bob Barr? Un Representante republicano por el Estado de Georgia. Trabajó con la CIA y en 1986 fue nombrado Fiscal estadounidense para el Distrito Norte de Georgia por el presidente Reagan. Es miembro vitalicio de la Asociación Nacional del Rifle y forma parte de su junta de directores. Ha sido honrado como Líder del Congreso del Año por el Consejo Estadounidense de Deportes de Tiro; Legislador del Año por los Derechos Armamentistas, por la Comisión de los Ciudadanos por el Derecho de Conservar y Portar Armas (de esas que sirven para que los niños se maten unos a otros en la escuela, aparte de la inspiración sobre violencia que constantemente reciben a través de los medios masivos); además, declarado Legislador Novel del Año por la Comisión de Acción Política Conservadora.

Febrilmente trabaja la mafia terrorista de Miami y la extrema derecha de Estados Unidos, elaborando planes, proyectos de leyes y medidas agresivas contra Cuba. Entre esos proyectos figuran, abiertamente, relaciones directas con la llamada oposición y la aprobación de sumas millonarias para la subversión y la desestabilización de nuestro país. Nadie se llame a engaño. Cuba tomará las medidas pertinentes de respuesta.

Las manos sucias del gobierno de Estados Unidos no han dejado de hacer todo lo posible por provocar, deslucir e incluso utilizar la realización de esta Conferencia para sus pérfidos planes.

Las embajadas de Estados Unidos enviaron cartas a un número no precisado de parlamentarios que participarían en la misma. Manos amigas las hicieron llegar a nuestras autoridades.

Una de ellas dice textualmente:

"Su visita a Cuba para la reunión de la Unión Interparlamentaria (UIP) brinda una oportunidad única de que demuestre su solidaridad con la democracia y los activistas de derechos humanos de Cuba.

"Como usted sabe, su colega checo, el parlamentario Ivan Pilip, fue arrestado y detenido durante tres semanas por la policía secreta cubana en febrero por el ‘delito’ de reunirse con activistas democráticos.

"Tras la intervención de Syg Johnsson (UIP) y el Presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la UIP, Letelier, los cubanos decidieron liberar a Pilip y a su colega Jan Bubenik.

"La UIP está, por tanto, directamente relacionada con la situación de los derechos humanos en la Isla, y tiene ahora la oportunidad de enviar un mensaje claro y de principios que refleje el apoyo que la UIP y el Parlamento al que usted pertenece ofrecen a los derechos humanos y a Cuba, reuniéndose con los activistas.

"Durante la Cumbre Iberoamericana de 1999, celebrada en La Habana, varios dirigentes latinoamericanos se comunicaron igualmente con los activistas cubanos. Esta actividad envió una clara señal y sirvió de impulso a los activistas.

"Sabemos que activistas internacionalmente respetados de gran calidad están deseosos de reunirse con parlamentarios extranjeros para manifestar sus opiniones sobre las perspectivas de una apertura democrática y económica."

Otra de las comunicaciones enviadas expresa, entre otras cosas:

"Aunque muchos tenían la esperanza de que la situación de los derechos humanos mejorara en Cuba después de la visita que hizo el Papa en enero de 1998, en realidad la situación ha empeorado.

"Este empeoramiento ha aumentado durante los últimos seis meses, cientos de activistas han sido detenidos sólo desde diciembre."

[...]

"Cientos permanecen encarcelados, la mayoría por actos inocuos, como pasarse ejemplares de la Declaración Universal de Derechos Humanos.

"Cuba recientemente canceló la visita del Viceministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Volmer, porque se atrevió a sugerir que abordaría las cuestiones de los derechos humanos en su viaje."

"Cuba atacó duramente a la Argentina, en febrero, después que un periódico argentino afirmó que la Argentina apoyaría una resolución de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (UNCHR) sobre Cuba.

"A principios de este año, un miembro del Parlamento checo, Ivan Pilip, y el ex miembro del Parlamento, Jan Bubenik, fueron detenidos durante más de tres semanas, en enero, simplemente por reunirse con activistas cubanos y periodistas independientes.

"Ningún congresista estadounidense ha participado en una reunión de la UIP en el lapso de diez años.

"En 1998, el Congreso de los Estados Unidos decidió dejar de ser miembro de la UIP si no se reducía la contribución de los Estados Unidos a esa Organización.

"La contribución no se redujo, así que en octubre de 2000, el Secretario General de la UIP fue informado oficialmente de la intención de los Estados Unidos de retirarse de la UIP, lo que se hizo efectivo de inmediato."

Leyendo estos documentos, a nadie le puede que dar dudas sobre quién conspira, quién organiza, quién miente, quién intriga, quién paga y quién manda. (Aplausos.)

No hace falta un especial esfuerzo para comprender hasta qué punto la prepotencia, la frustración y los interminables fracasos llevan al gobierno de Estados Unidos al irrespeto hacia las instituciones, a la provocación e injerencia en las organizaciones internacionales y en las cuestiones internas de cualquier país.

Llevan cuatro décadas reclutando mercenarios. Hoy nuestro pueblo está más unido y la Revolución es más fuerte que nunca. Contra ella se estrellarán todas las conjuras, planes, conspiraciones y crímenes que cometan contra nuestra Patria. Desenmascararemos sus maniobras, denunciaremos su perfidia y sus mentiras. No vacilaremos tampoco en acusar y desenmascarar a sus cómplices. Ninguno quedará fuera de la más justa y demoledora crítica, por encumbrado que sea; ningún interés económico o amenaza de represalia frenará la dignidad y el valor de nuestro pueblo. Por ello, no vacilamos en afirmar que es repugnantemente cínica la conducta de los que esgrimen o se acogen a la ingenua y ridícula maniobra de utilizar como hojita de parra la condena al bloqueo, con el propósito hipócrita de compensar la infamia de acusar a Cuba por supuestas violaciones de los derechos humanos.

Nada podrá justificar jamás la cobardía y la mentira.

Cuba desprecia a los que así actúan, y no nos interesan los votos contra el bloqueo de aquellos que cínicamente apoyan los argumentos con los que el imperio pretende justificar sus crímenes.

Nada pudo ni podrá vencer jamás la dignidad, la ética y el heroísmo de un pueblo que ha escrito ya una página imborrable en la historia de esta época. (Aplausos.)

Agradezco la noble compañía de tantos y tan dignos parlamentarios que nos honraron con su presencia y nos alentaron con su solidaridad.

Les ruego me perdonen por el tiempo utilizado.

Eternamente, gracias.

Le deseo a esta excelente Conferencia todo el éxito que merece.

¡Hasta la victoria siempre!

¡Muchas gracias!

(Ovación.)