Declaración de su Excelencia Fidel Castro Ruz, Presidente del Consejo de Estado y de Ministros de la República de Cuba, a su llegada a Kuala Lumpur, Malasia, 10 de mayo del 2001.

 

Agradezco profundamente la invitación para realizar esta visita oficial a Malasia, extendida por Su Majestad Sultán Salehuddin Abdul Aziz Shah Alhaj, y por mi estimado amigo el Primer Ministro Mahathir bin Mohammad, pues ella me permite satisfacer mi viejo anhelo de conocer este país y su pueblo, de cultura ancestral, larga tradición de lucha, hermosa naturaleza y fecunda obra creadora en la esfera del desarrollo económico y social.

Las relaciones entre Cuba y Malasia, que en el plano diplomático datan de 1975, se han venido desarrollando de manera satisfactoria. A ello han contribuido decisivamente las visitas a nuestro país del Primer Ministro Mahathir en 1997 y posteriormente en el 2000 para participar en la Cumbre Sur. Estoy seguro de que la presencia ahora de nuestra delegación en Kuala Lumpur contribuirá a elevar esas relaciones y la colaboración entre nuestros dos países a un plano superior y mutuamente beneficioso para ambas partes.

A pesar de la distancia y las diferencias culturales, no son pocos los puntos de contacto entre Cuba y Malasia. Nos une la historia compartida de un pasado colonial, la común condición de países subdesarrollados que se han propuesto alcanzar el desarrollo de sus pueblos, la clara percepción de los graves peligros que amenazan hoy al Tercer Mundo, la misma decisión de resistir al sacrificio de nuestra identidad y autodeterminación en aras de una globalización de signo injusto y peligroso.

En Cuba admiramos en particular cómo Malasia y su Gobierno fueron capaces de enfrentar con valentía, y sin renunciar a la defensa de su soberanía, su moneda y, en última instancia, su independencia, los desastrosos efectos que a partir de 1997 tuvo para el país la arbitraria manipulación de los mercados financieros internacionales por especuladores sin escrúpulos, que provocó una severa crisis de la economía malasia y la pérdida abrupta de muchos de los logros alcanzados en años de esfuerzo tesonero del pueblo malasio. Los cubanos, víctimas de una feroz guerra económica que dura ya más de cuarenta años, no podemos menos que sentirnos solidarios con Malasia, que ha sufrido en carne propia las negativas consecuencias del injusto orden económico mundial actual.

Al pisar por vez primera esta tierra, saludo al pueblo malasio y le trasmito los votos del pueblo de Cuba por su bienestar, paz y prosperidad, y por la ampliación de los lazos recíprocos de amistad y cooperación.

 

Fidel Castro Ruz

Kuala Lumpur, 10 de mayo del 2001