DECLARACIÓN DEL GOBIERNO DE CUBA





El 5 de marzo el Secretario General de la OTAN, Javier Solana, dijo que la presencia de tropas de la Alianza en Kosovo era necesaria para que el acuerdo político sobre esa provincia yugoslava "no se convierta en letra muerta".

El 14 de marzo declaró que la reanudación en París de las conversaciones de paz sobre Kosovo son "la última oportunidad" para los serbios si quieren evitar los ataques aéreos de la OTAN.

El 16 de marzo declara que "estamos en un momento muy crítico" y que las negociaciones se desarrollan "de forma muy difícil". Advierte que "la OTAN hará lo que deba hacer en el caso de que la situación no evolucione por la dirección correcta", y añade que "las conversaciones [de París] no se van a prolongar eternamente".

El 18 de marzo el Departamento de Defensa norteamericano declaró que los aviones de la OTAN y los buques de guerra equipados con misiles de crucero Tomahawk están "en su lugar y preparados" para atacar posiciones serbias si se adopta tal decisión.

El portavoz del Pentágono Kenneth Bacon dijo: "Estas fuerzas están en su lugar y preparadas" para entrar en acción, y añadió que "se trata de una fuerza importante y, si recibiera la orden de actuar del secretario general de la OTAN [Javier Solana], podría hacerlo muy rápidamente."

El 22 de marzo el Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan, dijo sobre la situación en Kosovo: "Nunca es demasiado tarde para resolver las disputas o conflictos por la vía diplomática."

Después de tantos y tan contundentes y nada diplomáticos ultimátums, el Secretario General de la OTAN el 23 de marzo afirmó: "Ha fracasado el último esfuerzo diplomático." Y añadió: "No queda otra alternativa que la acción militar."

Ese mismo día anunció paladinamente, y en tono inusualmente belicoso para un ex ministro de Cultura europeo, único antecedente de su experiencia en cuestiones de guerra: "Acabo de dar la orden al Comandante Supremo de las Fuerzas Aliadas en Europa, el general norteamericano Wesley Clark, para lanzar operaciones aéreas en la República Federal de Yugoslavia."

Desde aquella orden de su Secretario General, los ataques de la OTAN no han cesado un solo día. Esa primera noche participaron 371 aviones que partieron de bases terrestres. Desde el Adriático las naves de guerra lanzaron los misiles Crucero. Importantes y dolorosos hechos se producen de inmediato durante 70 días hasta hoy.

Nos limitaremos a señalar un número de ellos indispensables para demostrar cómo y contra quiénes se realiza esa guerra y los peligros que puede entrañar.

25 de marzo
El presidente Boris Yeltsin declara las acciones militares como una agresión abierta y llama de regreso a su enviado militar en la OTAN. Rusia suspende la cooperación con esa organización.

Solana declara que: "La operación durará varios días más".

26 de marzo
Seis barcos de guerra y 400 aviones lanzan misiles y bombas sobre Yugoslavia.

29 de marzo
Cinco días después de iniciados los bombardeos, 15 mil albano-kosovares han cruzado las fronteras. Se había iniciado el éxodo masivo.

2 de abril
Aviones de la OTAN destruyen un puente sobre el Danubio en Novi Sad, bloqueando la ruta fundamental de carga al Mar Negro.

7 de abril
La capital, Belgrado, es atacada por primera vez. Los Ministerios del Interior de Serbia y Yugoslavia son destruidos, las viviendas y todos sus alrededores seriamente afectados, y un cuerpo de guardia de un hospital materno, donde habían nacido ese día 74 niños, sufre las consecuencias de un impacto directo y queda fuera de servicio.

La Organización de Naciones Unidas estima que 310 885 refugiados y desplazados han entrado en Albania, Macedonia, Montenegro, Croacia, Bosnia y Turquía. El éxodo masivo estaba ya en plena marcha.

Depósitos de combustible, carreteras y puentes son atacados en toda Yugoslavia. Un misil hace blanco directamente en el poblado de Aleksinac, causando decenas de civiles muertos y heridos.

Para esa fecha han sido destruidos 190 edificios dedicados a la educación, la mayoría escuelas primarias y secundarias así como universidades y residencias estudiantiles, y los parques naturales de Fruška Gora, Kopaonik y Tara.

10 de abril
La Organización de Naciones Unidas informa que más de 600 mil personas han abandonado Kosovo desde el inicio del ataque de la OTAN.

11 de abril
Estados Unidos envía 82 aviones a Europa para elevar la cifra de sus naves de combate a casi 500, con las cuales garantizar el incremento de los ataques.

12 de abril
Un tren de pasajeros civiles que cruzaba un puente al sur de Belgrado, es impactado por dos misiles que causaron la muerte de 55 personas y decenas de heridos.

Solana reitera que la OTAN es la organización que deberá liderear la presencia militar internacional en Kosovo, cuando la situación lo permita. Declara que las "acciones militares de la OTAN" contra objetivos serbios "seguirán hasta que Milosevic acceda a las demandas de la comunidad internacional". Es evidente para Solana que la comunidad internacional y la OTAN son la misma cosa.

13 de abril
La OTAN ordena el inicio de la fase 2. Se eleva la intensificación de los bombardeos y el número y diversidad de objetivos a destruir.

14 de abril
Un convoy de refugiados albaneses en Kosovo fue blanco del ataque aéreo pereciendo 85 de ellos, sin contar los heridos. Dos refinerías y un barrio residencial de Belgrado son destruidos en Serbia; 300 aviones adicionales son añadidos a las fuerzas de la OTAN.

Solana asegura que "la OTAN está preparada para una guerra larga".

15 de abril
Hasta esa fecha una docena de transmisoras de televisión han sido destruidas.

16 de abril
Se incrementan los bombardeos sobre transmisoras de televisión y puentes; la OTAN reconoce haber bombardeado un vehículo civil en el sur de Kosovo 48 horas antes. Se produjo el ataque general más fuerte en dos semanas.

17 de abril
Las autoridades yugoslavas informan que habían muerto ya 500 civiles y 4 mil habían sido heridos.

Las Naciones Unidas estiman que el éxodo de albaneses-kosovares alcanzó ya la cifra de 671 mil.

Entre la tarde del sábado 17 y la mañana del domingo 18 aviones de la OTAN realizaron 500 acciones de ataque bombardeando refinerías, puentes, fábricas y docenas de otros blancos civiles, en lo que se calificó por la propia OTAN como las 24 horas más activas de la guerra.

18 de abril
Refinerías de petróleo y plantas químicas son atacadas y destruidas en Belgrado y Novi Sad, y la carretera que une a Belgrado con Podgorica, la capital de Montenegro, fue inutilizada.

Se conoce que dos días antes los atacantes habían comenzado a utilizar las bombas GBU-27 conocidas como "sísmicas", las que se introducen en el hormigón armado, y producen un fuerte temblor que provoca que el edificio se derrumbe y muchos otros cercanos son afectados.

19 de abril
Edificaciones civiles de Belgrado y Novi Sad y las poblaciones de Paracin, Kraligevo y Sremska Mitrovica son atacadas. La OTAN admite que puede haberse debido a errores de su parte.

21 de abril
La OTAN ataca la residencia privada del Presidente de Yugoslavia, el edificio del Partido Socialista, tres estaciones de televisión y 20 empresas del centro comercial Usche.

22 de abril
Dos misiles de la OTAN destruyen el último puente sobre el Danubio en Novi Sad, cortando el tráfico por carretera y tren, y 8 estaciones de transmisiones.

En esos momentos se conoce que los hospitales sólo atendían ya casos de urgencia y decenas de niños y jóvenes entre dos y 19 años en Belgrado estaban a punto de morir por falta de recursos para realizar las diálisis.

Solana declara que había autorizado a los militares a revisar sus planes para incluir una posible intervención terrestre.

23 de abril
La central de televisión serbia en el centro de Belgrado fue totalmente destruida; en el ataque perecieron 16 personas, resultaron heridas otras 19, entre ellas numerosos periodistas, y otras 20 se encontraban atrapadas entre los escombros.

La OTAN anuncia que estaban enfocando los ataques contra las comunicaciones, la radio y la televisión.

De esta forma siniestra, los días 23 y 24 la OTAN celebraba en Washington, con ostentoso lujo y espíritu festivo, el 50 aniversario de su nacimiento, y eufóricamente proclamaba un nuevo concepto estratégico: su intención de convertirse por su propia cuenta, y a espaldas de las Naciones Unidas y del derecho internacional, en interventores en cualquier parte del mundo donde lo considerasen conveniente.

Ese día, el "ilustre" Secretario General de la OTAN, Javier Solana, declara que el documento es una "carta que nos ayudará a navegar a través de los desafíos que nos esperan en el próximo siglo".

"También marca la transición de una alianza preocupada principalmente por la defensa colectiva a una que será una garantía de seguridad en Europa y defenderá los valores democráticos tanto dentro como fuera de nuestras fronteras."

Defendiendo esos "valores democráticos", la OTAN entre el 24 y el 30 de abril continúa intensificando los ataques contra instalaciones civiles. Crecen cada día las misiones de vuelos de combate hasta alcanzar la cifra de 600 el día 30. Con anterioridad, los días 26, 27, 28 y 29, son atacados la central de televisión serbia por segunda vez y una fábrica en Lucani; se destruye otro transmisor de televisión en la capital, una aldea campesina al sur de Serbia donde perecen 16 personas, un barrio residencial de Surdulica donde pierden la vida no menos de 20 personas, para citar sólo algunos casos que no tenían absolutamente nada que ver con objetivos militares.

Las aguas del Danubio están ya contaminadas con una mancha de petróleo de 15 kilómetros de longitud, y comenzaron a caer las lluvias ácidas en los Balcanes.

1º de mayo
47 civiles perecen al norte de Pristina, al ser impactado por dos misiles el autobús en que viajaban. Un corresponsal de la AFP que visitó el lugar después del ataque dijo ver cadáveres destrozados de niños, mujeres y hombres, quemados y mutilados por los impactos. Otro "error" reconocido por la OTAN, de los que constantemente ocurren, la que a su vez anuncia un número récord en la intensidad de los ataques desde que comenzaron los bombardeos.

2 de mayo
Los atacantes comienzan a utilizar novedosas bombas de grafito, que inutilizan mediante corto circuito las redes eléctricas de Yugoslavia.

3 de mayo
La aviación de la OTAN alcanzó ya la cifra acumulada de 14 mil misiones de combate, incluidos vuelos de observación y otros objetivos de apoyo a los golpes aéreos. Es atacada la principal hidroeléctrica, lo que priva de energía eléctrica a Belgrado y otras partes de Serbia. Otro autobús en Montenegro es bombardeado, causando la muerte a 17 personas e hiriendo a 40.

Un hospital del barrio residencial de la ciudad de Baljevo recibe el impacto de 4 cohetes que ocasiona importantes daños en tres salones de operaciones y en el resto del edificio.

4 de mayo
La agencia EFE desde Novi Sad asegura que sus 400 mil habitantes sobreviven sin puentes, con casi ausencia total de electricidad, agua y hasta de pan. Ese mismo día un convoy griego de la organización Médicos del Mundo con ayuda para desplazados kosovares fue alcanzado por un cohete entre Pristina y Vlac. El neurocirujano responsable del convoy declaró a la televisión griega: "Los aviones aliados nos atacaron deliberadamente. Sabían dónde estábamos y nos bombardearon. No había nadie más en las inmediaciones. Nosotros éramos su objetivo". El Estado Mayor griego declaró que la OTAN había sido informada sobre el convoy.

6 de mayo
Solana repite con obsesivo empecinamiento la necesidad de que haya una fuerza militar y que sea la OTAN "la que esté en su núcleo".

7 de mayo
La Embajada China, ubicada en un barrio residencial de Belgrado, es bombardeada por aviones de la OTAN. Mueren tres periodistas y no menos de 20 personas resultan heridas. Un hecho grave, sin ninguna explicación creíble, que agravó la crisis. Dieciocho sedes diplomáticas fueron dañadas por las bombas inteligentes de la OTAN en los días subsiguientes.

8 de mayo
Bombas de racimo hacen blanco en un complejo hospitalario y en el mercado principal de la ciudad de Nis, la tercera en población en Yugoslavia, matando a 15 personas e hiriendo a 70. Una mortífera variedad de bomba de efectos particularmente crueles e internacionalmente prohibida comenzaba a ser utilizada.

13 de mayo
Bombas de la OTAN matan en el poblado de Korisa a 87 civiles albano-kosovares, mientras Solana afirma que la crisis de Kosovo está "aproximándose a su final", aunque "habrá que mantener toda la tenacidad posible".

Un reportero de la agencia REUTERS que se hizo allí presente describió los cuerpos despedazados, muchos quemados y todavía humeantes, dispersos por el suelo. El corresponsal de la agencia EFE informó que los heridos casi todos han sido clasificados con el síndrome de Blast (quemaduras graves y roturas de hueso o columna vertebral).

14 de mayo
Un nuevo récord de la OTAN: 679 misiones de combate son reportadas. Las bombas de grafito lanzadas sobre las redes eléctricas de Serbia dejan sin energía a Belgrado, Nis y Novi Sad. En esa misma fecha se informaba que las bajas civiles ascendían a 1 200 muertos y más de 5 mil heridos.

La ONU calcula en 781 mil el número de refugiados desde el inicio de los bombardeos.

16 de mayo
La campaña de bombardeos de la OTAN contra Yugoslavia continuará hasta que se hayan logrado los objetivos, declaró Solana.

Solana justificó que las acciones de la OTAN son "una campaña moral".

18 de mayo
Las autoridades yugoslavas acusan a la OTAN de usar, además de las bombas de racimo, proyectiles de uranio no enriquecido, igualmente prohibidos internacionalmente por sus efectos radiactivos.

Además del número elevado de bajas civiles, las pérdidas económicas ascendían a más de 100 mil millones de dólares.

19 de mayo
Las lluvias ácidas llegan hasta Rumania.

20 de mayo
Durante el ataque más fuerte de la OTAN en dos semanas al área de Belgrado, otro hospital fue severamente dañado. Tres pacientes de neurología mueren y varias mujeres embarazadas en el área materno-infantil fueron heridas.

Las sedes diplomáticas de Suecia, España, Suiza, Angola, Perú y Cuba sufrieron impactos.

21 de mayo
La prisión Istok en Kosovo es bombardeada. Mueren 84 prisioneros.

23 de mayo
El número de bombas utilizadas alcanza la cifra de 14 mil, de ellas 10 mil fueron misiles y bombas inteligentes. Veinticinco mil vuelos de combate habían atacado más de dos mil blancos, entre ellos cientos de los principales objetivos civiles que constituyen la estructura básica de la economía y la vida del pueblo yugoslavo.

24 de mayo
Los ataques aéreos dejan sin electricidad al 70 por ciento de Serbia. La reserva de agua baja a solo el 8 por ciento, y el 30 por ciento de la población de Belgrado queda sin suministro alguno.

La OTAN afirma que ha destruido la mayoría de las principales carreteras de Kosovo y a través del Danubio las principales vías de ferrocarril.

25 de mayo
Solana afirma que los ataques de los aviones aliados contra las instalaciones de energía eléctrica serbias se deben "a que tienen un contenido militar clarísimo".

26 de mayo
Se informa desde Yugoslavia que la mortalidad de prematuros había aumentado el 8 por ciento, y que cien pacientes de cáncer aguardaban por cirugía urgente, 200 por resonancia magnética, 500 por tomografías, 600 por radioterapia, 12 mil por Rayos X y 30 mil por análisis de laboratorio, debido a la falta de electricidad.

La Ministra de Salud de Serbia informaba, por otro lado, que, de continuar la falta de fluido eléctrico y agua en el país, corría peligro inminente la vida de 9 500 personas que son tratadas en salas de cuidados intensivos.

Setecientos ochenta y tres aviones de Estados Unidos y 281 del resto de la OTAN estaban participando ya en los ataques.

Se habían realizado hasta ese momento 27.110 misiones.

27 de mayo
Se rompe un nuevo récord: 792 misiones de combate en un solo día.

30 de mayo
Aviones de la OTAN destruyen el puente de Varvari, a 150 km al sur de Belgrado: 11 civiles murieron y más de 10 fueron heridos. En el momento del ataque un gran número de civiles se encontraban sobre el puente.

Ese mismo día es atacado en Serdulica un sanatorio, una residencia de jubilados y un pabellón de refugiados: 20 muertos habían sido ya reportados, y aún se buscaban las víctimas bajo los escombros.

Ya entonces el número de misiones combativas, desde que se iniciaran el 24 de marzo, ascendía a 29.979.

Miles de ciudadanos inocentes han resultado muertos o heridos. Millones de personas viven hoy sin electricidad, sin comunicación y sin agua. Escasean los medicamentos y los alimentos. Los hospitales no pueden garantizar el tratamiento y la vida de decenas de miles de seres humanos porque no funcionan sus equipos y sistemas. Puentes, viviendas, iglesias y sedes diplomáticas han sido destruidos o dañados.

Todo un pueblo, incluidos ancianos, mujeres embarazadas y niños, viven hoy bajo el terror de las bombas, pendientes cada minuto del ruido de las sirenas para correr a los refugios con una criatura en brazos o auxiliando a un inválido.

Millones de niños nunca más podrán borrar de sus recuerdos el infierno de estos 70 días de guerra. Quedarán traumatizados para toda la vida.

Las víctimas son personas de distintas nacionalidades y credos.

El drama del pueblo de Kosovo se ha multiplicado hasta el infinito bajo el efecto de esa irresponsable, unilateral y aventurera guerra. Más del 90 por ciento de los kosovares refugiados, que se han visto forzados a salir de su país, lo han hecho después del 24 de marzo, y cuando puedan volver a su tierra encontrarán sus viviendas y bienes destruidos, ruinas y desolación por todas partes.

La destrucción de refinerías y plantas químicas, así como la utilización de uranio no enriquecido contenido en muchos proyectiles de los usados por los atacantes, han creado ya un daño ecológico de proporciones incalculables.

El aire de los Balcanes se envenena de dióxido de azufre y amoníaco; el suelo se colma con la muerte progresiva de animales, plantas y personas; el Danubio, las aguas fluviales y marítimas, se inundan de productos tóxicos.

Derroche y alarde de tecnología caracterizan esta guerra.

Yugoslavia se ha convertido en un polígono de pruebas. Aviones que despegan en los Estados Unidos dejan caer su carga mortífera sobre el pueblo serbio, regresando a sus bases sin hacer escala, reabastecidos desde el aire; misiles lanzados en vuelos a distancia fuera del alcance de las antiaéreas; naves sin tripulantes que bombardean hospitales con enfermos, viviendas con habitantes, puentes con transeúntes y ómnibus con pasajeros.

En el tercer mes de una cruenta guerra contra la vida, la obra y la cultura de todo un pueblo, lejos de avanzarse en una solución política negociada que le devuelva la estabilidad a los Balcanes, se opta por el recrudecimiento de los bombardeos, y Javier Solana, desconcertado por sus triunfalistas previsiones de una victoria en tres o cuatro días, aboga incluso por recurrir a la invasión terrestre, con el peligro de extender el conflicto más allá de las actuales fronteras yugoslavas, y enfrentarse en sangrienta guerra a un pueblo que durante la segunda guerra mundial fue capaz de resistir el empuje de 40 divisiones nazis.

Ha comenzado ya la tercera fase del programa de ataques aéreos.

Luego de matar a miles de civiles, destruir los medios de vida económicos y sociales de un país, y contaminar el medio ambiente, aterroriza pensar que el plan elaborado conciba aún destrucción y crimen mayor.

En la vida presente y futura del pueblo yugoslavo quedarán traumas, lesiones psicológicas y espirituales que ninguna estadística podría expresar.

Europa quedará marcada para siempre por este crimen contra la Humanidad, del cual ha sido cómplice y víctima.

Ni siquiera los ataques de la aviación hitleriana contra aldeas, pueblos y ciudades polacas en las primeras semanas de la Segunda Guerra Mundial, fueron tan brutales y generalizados como los que hoy la OTAN lleva a cabo contra la actual Yugoslavia. Así no se logrará jamás una solución justa y duradera de los derechos de todas las nacionalidades, etnias, religiones y culturas de lo que queda de la Yugoslavia que creara Tito, la que pese a diferencias étnicas, culturales y religiosas y enconos centenarios, fue capaz de vivir en paz más de 40 años, después de la colosal guerra concluida en Europa el 9 de mayo de 1945.

El gobierno de Cuba:

Condena con toda energía el monstruoso crimen contra el pueblo serbio, a la vez que apoya el derecho de los albaneses-kosovares a que se les garantice plenamente su identidad nacional, cultural y religiosa y el disfrute de la más amplia autonomía e incluso la independencia si, alcanzada la paz mediante justa y pacífica solución política, un día tanto los ciudadanos yugoslavos de origen serbio como de origen albanés en la actual Yugoslavia llegaran a esa decisión, que no puede ser impuesta jamás mediante una cruel y despiadada guerra que sólo serviría para multiplicar por cientos de años los odios desatados.

Llama la atención sobre el gravísimo precedente de desconocimiento y desacato a los principios del derecho internacional, como la igualdad soberana y la integridad territorial de un Estado multinacional que fue en gran parte desmembrado.

Observa con indignación que la Organización de Naciones Unidas está siendo también políticamente bombardeada, y el Consejo de Seguridad completamente ignorado. Las más elementales normas de civilización y convivencia han sido desconocidas. Es como si se tratara de imponer a la comunidad internacional la ley de la selva.

Reconoce la admirable y heroica resistencia del pueblo serbio y su capacidad de lucha, sustentada en la defensa de su identidad como nación y sus tradiciones patrióticas.

Ratifica su disposición, comunicada a la Comunidad de San Egidio el 5 de abril, a sólo 12 días de iniciado el ataque aéreo y el éxodo masivo desde Kosovo, de cooperar con el envío de mil médicos cubanos de forma absolutamente gratuita para la atención a los cientos de miles de refugiados kosovares, hoy, que viven hacinados en improvisados campamentos y también mañana cuando puedan regresar a su patria, así como a todos los ciudadanos de origen serbio y de otras nacionalidades que viven en Kosovo.

Demanda que la comunidad internacional y de modo especial el inmensamente industrializado y rico grupo de países de la OTAN que desataron esa destructiva guerra y participan directamente en ella, aporte los medios que Yugoslavia requerirá para su reconstrucción.

Declara que la guerra contra Yugoslavia constituye ya un verdadero genocidio y el genocidio debe ser castigado ejemplarmente, si se quiere hacer prevalecer en el mundo el sentido de la justicia.

Considera y exhorta por tanto a la comunidad internacional a que exija que Javier Solana, quien ha asumido como Secretario General la responsabilidad de ordenar el ataque de la OTAN el 24 de marzo de 1999, que ha sostenido, alentado y justificado durante 70 días ese genocidio, sea juzgado, en representación de todos los culpables, como criminal de guerra, en un tribunal internacional.

¡Cesen los bombardeos! ¡Cese el genocidio! ¡Cese la guerra! ¡Búsquese a toda costa la solución política! ¡Impóngase la paz!
 
 

La Habana, 1º de junio de 1999