Mesa redonda con la participación de calificados psicólogos y psiquiatras, quienes abundaron en los daños ya producidos en la personalidad del niño cubano Elián González, secuestrado en Miami, trasmitida por la Televisión Cubana y las emisoras Radio Rebelde y Radio Habana Cuba, el 3 de febrero del 2000, "Año del 40 aniversario de la decisión de Patria o Muerte".

(Versiones Taquigráficas – Consejo de Estado)





Yamila de Armas (Médico de la familia).- Buenas tardes. Nuevamente estamos, como en dos ocasiones anteriores, un grupo importante de prestigiosos profesionales del campo de la psicología y la psiquiatría, en disposición de abundar y acompañar el razonamiento que todo nuestro pueblo ha venido haciendo del caso de nuestro niño Elián González, y, como lo hicimos en una primera ocasión el día 16 de diciembre, en aquella ocasión —repito— con el encargo especial de caracterizar a un niño de seis años, caracterizar su escuela, caracterizar su familia, caracterizarlo y pronosticar desde aquel momento qué podría ocurrirle si se mantenía un grupo de riesgos y un grupo de elementos que podrían hacerle daño.

Luego, un mes después, nos volvimos a ver para evolutivamente poder acompañar el razonamiento, la profundización en este sentido, tomando las mejores evidencias de materiales cablegráficos, de aportes de las televisoras extranjeras, etcétera.

En este momento muy concretamente nos volvemos a encontrar, y nos volvemos a encontrar para aportarle a todo el pueblo de Cuba, a la familia grande de Elián, cuando todavía tenemos muy frescas en nuestras mentes los testimonios de las abuelas de Elián y hacer en este caso valoraciones y juicios que permitan sacar de aquellos testimonios las mejores evidencias, los mejores elementos que nos permitan abundar y ubicar nuevamente al televidente cubano, en general al pueblo de Cuba, de estas situaciones.

Lamentablemente, muchas de aquellas aseveraciones de los primeros momentos están hoy un poco más tangibles en señales, en sucesos, en daños ya implantados. Repito, lamentablemente para nosotros y, sobre todo, para el niño. Este será nuestro encargo de hoy.

Nos acompañan en esta mesa y también en la sala importantes personalidades, un grupo de ellas ya familiares para nuestros televidentes, por cuanto han seguido estas propias temáticas en momentos anteriores.

La doctora María de la Concepción Galiano Ramírez, especialista de segundo grado de psiquiatría infanto-juvenil y profesora de la Universidad Médica de La Habana; la doctora Aurora García Moré, jefa del Departamento de Formación Básica de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana; la doctora Patricia Arés Murzio, jefa del Departamento de Investigaciones y Estudio de la Familia de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana; el profesor Cristóbal Martínez Gómez, jefe del Grupo de Psiquiatría Infanto-Juvenil y profesor titular de la Universidad Médica de La Habana; la máster Elsa Núñez, investigadora del Instituto Central de Ciencias Pedagógicas; la licenciada Yohanca Valdés Jiménez, psicóloga e investigadora del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas del Departamento de Estudios sobre Familia. En la sala nos acompañan también nuestro ministro de Salud Pública, el doctor Carlos Dotres Martínez; el ministro de Educación Superior, Fernando Vecino Alegret, y un grupo de importantes personalidades que han venido siguiéndonos en estas valoraciones en este tema.

Luego de hacer estas presentaciones y hacer la invitación inicial a nuestros televidentes y a nosotros todos a debatir y a compartir los criterios y opiniones que nos asisten para decir qué situación tiene nuestro niño en el día de hoy, creo que es ya momento de entrar en el tema concretamente, y yo quería pedirle a la doctora María de la Concepción —para nosotros ya familiarmente Conchita— introducirnos, Conchita, en aquel grupo de señales, de elementos muy importantes que a la sazón de la última información que hemos tenido de los testimonios de las abuelas, del medio que en el día de hoy estamos viviendo, nos apuntan a señales muy importantes para la valoración de la situación del niño Elián González.

María de la C. Galiano.- Bueno, como todos podemos recordar, en la mesa anterior nosotros abordamos una serie de señales o síntomas que estaban argumentadas en las evidencias que teníamos de los videos a los cuales tuvimos acceso a través de la televisión, a través de los videos que estudiamos aquí en el grupo de trabajo, y eso nos dio la posibilidad de inferir algunas señales; o sea, que eran señales un poquito cogidas, ¿verdad?, por lo que nos daban los medios estos de comunicación.

Hoy la situación que nos ocupa es bien diferente con relación a la mesa redonda anterior. Hoy contamos con muchos más elementos para identificar síntomas o señales que evidencian, efectivamente, un daño psicológico ya establecido en el tiempo en este niño, cuyas pruebas más fehacientes son los testimonios de las propias abuelas y las fotografías que ellas nos han hecho llegar.

Nos vamos a circunscribir a las señales que observamos en estos materiales, atendiendo al análisis de la conducta y al análisis de la afectividad, que para nosotros son de gran importancia, porque generalmente el niño de esta edad no dice lo que siente, no puede interpretar nada. Por lo tanto, para nosotros es obligado en el examen psiquiátrico, pues abordar todo lo concerniente a la afectividad, que quiere decir emociones, y la conducta.

Para esto, quiero apoyarme un poco de los videos que tenemos a nuestra disposición. Por favor, video (Ruedan video).

Periodista.- Las dos mujeres de regreso en Washington, nuevamente le pidieron al Congreso que le entregaran a su nieto.

Agregaron que el encuentro de anoche fue interrumpido y concluido demasiado rápido.

¿Qué fue lo primero que le dijo cuando lo vio?

Raquel Rodríguez.- Lo primero que hicimos fue abrazarlo, lloramos, que estaba bonito, que había crecido y que regresara y nos abrazara; pero nos pareció que ya no es el mismo.

Mariela Quintana.- Yo lo cargué, lo abracé, lo besé.

Periodista.- ¿Cómo se sintieron?

Mariela Quintana.- Muy triste, imagínese.

Periodista.- ¿Qué fue lo más triste?

Mariela Quintana.- Imagínese, yo no quería estar con él por solo una hora, por tan poco tiempo. Queríamos tenerlo con nosotros para siempre.

María de la C. Galiano.- O sea que yo creo que no hay frase más elocuente que el escuchar a estas abuelas que digan: "Me han cambiado al niño."

Evidentemente vemos a un niño con una infinidad de síntomas que vamos a ir describiendo —si pudiéramos poner algunas fotografías de las que tenemos seleccionadas para ir mostrándolas.

Aquí tenemos a un niño (Muestra foto) que, cuando entra a la habitación, no busca el contacto con las abuelas; son las abuelas las que van a buscarlo. El no busca los brazos de las abuelas como muchos años atrás, como todo el tiempo hizo; son las abuelas las que lo cargan, son las abuelas las que le prodigan cariño.

Miren también la faz de ese niño, su carita. Es una cara poco expresiva, es una cara muy consternada, muy perpleja, ¿verdad?, como en una fase de desconcierto. Miren ustedes ahí qué elocuente está esta imagen (Muestra foto).

Aquí ya hay un poquito más de flojedad en toda la conducta de él (Muestra foto), claro, después que las abuelas han desplegado toda una serie de estrategias afectivas para que pueda entrar en condiciones de contacto con ellas.

Miren aquí (Muestra foto), es muy muy elocuente este niño con esta mirada de asombro —como yo decía anteriormente—, de desconcierto, algo desconocido, con figuras con las que vivió y creció.

Miren, este es un detalle muy interesante, porque es una de las pocas muestras afectivas que tuvo el niño con las abuelas y es coger el dedito pulgar de la abuela (Se muestra detalle).

Entonces, vamos a ver que por lo general nos encontramos a un niño que es un niño desapegado, indiferente, que parece indiferente. A nosotros no nos parece que por dentro esté indiferente, pero la conducta que da, la apariencia que da es de indiferencia: un niño que no habla, y cuando lo hace, lo hace en un tono particularmente bajo, confidencial, con cierta complicidad, como si lo que él les dijera a las abuelas no pudiera ser escuchado por las personas que ya nosotros sabemos que están detrás de la puerta; apenas se mueve, tiene una posición bastante rígida, cosa que es muy poco frecuente en los niños, y en él particularmente, porque ya tenemos una serie de antecedentes que conocemos de la primera mesa redonda; es poco expresivo, se conduce de una manera muy poco cariñosa, muy frío, o muestra mucha frialdad afectiva.

Muestra una obediencia y docilidad extrema para un niño de esta edad y de las características de él. Esta fase también denota inseguridad, temores, está asustado. Pero esto también está un poco contradictorio con algo que nos dijo la abuela, y era con relación a que mostró un gran acceso de inquietud y de ansiedad; hasta se le vio desesperado —según la frase que ella utilizó— al manejar un atractivo juguete electrónico que estaba encima de una mesa de la habitación, o sea de esa postura bastante inexpresiva, pues él, con mucha ansiedad, cogía este juguete para manejarlo de una manera incesante e intranquila.

Hay que plantear también que solamente en la despedida el niño mostró un poco de esta afectividad que tanto lo caracterizó cuando vivía con su núcleo familiar consanguíneo y cuidador.

Hay otras cosas que podemos señalar como síntomas, que están fuera del contexto de los testimonios de las abuelas y de los testimonios que nos dan las fotografías. Por ejemplo, yo he leído un artículo extranjero donde plantea que el niño está muy inquieto, muy inquieto —eso también lo habíamos planteado en la mesa anterior. El niño se está negando a ir a la escuela; eso también forma parte del abanico sintomático que está presentando él. Además, les dijo a las abuelas: "Estoy haciendo muchas, muchas tareas." Yo me pregunto: ¿Es que se siente sobrecargado por estas tareas? O sea, eso también daría lugar a una serie de interpretaciones desde el punto de vista sintomático con relación a la escuela.

Su tío Delfín dice que tiene pesadillas. También habíamos hablado de los trastornos del sueño que él probablemente presentara, porque los trastornos de los hábitos son de los primeros en hablar de los desórdenes internos de un niño. Está irritable, recuerden que ya grita a los periodistas que lo dejen tranquilo, y por ahí tenemos una imagen que todos la hemos visto en el noticiero, donde él se vira y dice: "¡Ya!, déjenme tranquilo", de una manera muy disfórica. También hay agresividad, pues fue capaz de darle un batazo al tío abuelo cuando este intentó quitarle un juguete que le habían regalado.

Yo creo que con estas pruebas es más que suficiente para plantear que el niño realmente tiene un daño psicológico. Ya no hacemos un diagnóstico presuntivo, sino que hacemos un diagnóstico positivo sobre la base de los testimonios que tenemos a nuestro alcance.

Nosotros queríamos agregar algo aquí, y es con relación a un artículo que escribe la señora O’Laughlin. Ella escribió un artículo y lo termina con lo que voy a leer, y cito:

Se necesita un tribunal que tenga experiencia en buscar lo que es mejor para el niño, el que debe ocuparse del reto decisivo de encontrar la mejor forma de contribuir a que Elián se cure y sea debidamente atendido.

Fíjense, esta terminación yo creo que es bien elocuente, con esto acepta que está enfermo. No hay dudas, está enfermo. Pero, además, algo que se ha dicho de manera reiterada es que este enfermo no está siendo adecuadamente atendido, lo cual también abordamos desde el punto de vista ético en la mesa anterior.

Como vemos, esto no es solo la respuesta psicológica del niño, como ya hemos señalado ampliamente; habría que analizar también algunas variables ambientales dignas de discusión, que yo creo que otro compañero puede abordar.

Yamila de Armas.- Exactamente, yo creo que Conchita nos ha hecho una descripción que nos ubica realmente en la sintomatología que el niño en estos momentos está presentando, y nos deja las condiciones perfectamente preparadas. Creo que en la cita de la O’Laughlin es perfectamente evidente que, incluso, ellos reconocen ya el daño implantado. Y las señales o estas cosas supuestamente casuales no solamente vienen del niño. Por eso quisiera pedirle a la licenciada Yohanca que se refiriera a un grupo de otras señales que hemos extraído de los testimonios de las abuelas en relación con aquel entorno, con aquel medio donde se montó la farsa del encuentro de las abuelas.

Yohanca Valdés.- Ciertamente valorábamos que existe intencionalidad en la decoración del ambiente que rodeó el encuentro de las abuelas con el niño. Hemos pensado en todo momento que ha habido un asesoramiento por parte de especialistas acerca de la ubicación de los objetos materiales, de la distribución espacial de los mismos, y esto nos hace pensar que tenían objetivos muy concretos, como impedir el desarrollo adecuado del encuentro y, por lo tanto, que se estableciera un contacto emocional adecuado y verdadero entre las abuelas y el niño.

Quisiéramos hacer referencia a condiciones ambientales que nos ayudan a explicar el comportamiento del niño, a lo que hacía referencia Conchita; es decir, al hecho de sentirse temeroso, desapegado, a no tener contacto afectivo directo con las abuelas en el momento inicial.

Por esto pensamos que sería bueno apoyarnos en las fotos del encuentro que muestran la distribución espacial de la casa.

(Muestran fotos)

En primer lugar, si tenemos en cuenta el testimonio de las abuelas, vemos que se trata de una habitación amplia, con ventanas amplias —dicen las abuelas—, con dos butacas separadas físicamente, es decir que mantienen una distancia física, lo cual pudiera estar reflejando también una intención de distancia psicológica; es decir, hasta qué punto vamos a mediar para que exista una distancia psicológica que impida el contacto físico con las abuelas y, por lo tanto, el contacto emocional.

También la habitación tenía una silla (La muestran en pantalla), que tiene la cajita con las cosas que le llevaron las abuelas para intercambiar con Elián.

También en la habitación hay una decoración para llamar la atención visual del niño a través de artículos llamativos, colores, que en todo momento están reclamando la atención de él y, por lo tanto, están provocando que haya una falta de concentración en el intercambio del niño.

Tenemos que tener además en cuenta que, aunque no se ve en la foto, hay un colchón en el piso que tiene juguetes de peluche, de muy buena calidad, que también vuelve a llamar la atención del niño. En la literatura científica se ha descrito por diferentes autores que el muñeco de peluche es un muñeco que va a propiciar el contacto afectivo del niño, es decir, es un juguete que va a facilitar que el niño entre en contacto con el juguete.

A esto debemos agregar que la habitación no tenía privacidad, es decir, no había una puerta entre la habitación y el espacio que quedaba afuera.

También tenemos que señalar eventos que van a suceder y que van a atentar contra la privacidad del encuentro. En un primer momento el niño es llevado por la prima Marileysis, que esto no está contenido en el acuerdo inicial; es decir, se viola lo acordado con las abuelas y las condiciones bajo las cuales se va a desarrollar la entrevista.

Un segundo momento, y un evento que es muy significativo y que va a desestructurar el ambiente que las abuelas intentan crear, es el arrebato de los teléfonos con los que se había acordado con la familia aquí en Cuba el establecimiento de una relación comunicativa que por primera vez en 67 días no iba a estar mediada por la presencia de los secuestradores o de los parientes no legales.

Por otra parte, existe una tercera interrupción, y perdónenme si estoy reiterando, pero quiero que el televidente se dé cuenta de hasta qué punto es el costo de estas interrupciones para los intentos de las abuelas de establecer en todo momento un intercambio afectivo y un contacto emocional directo con el niño. En este tercer momento se interrumpe para dar un recado a la abuela materna de parte de unos parientes. Vuelve a interrumpirse nuevamente para traerle merienda al niño, chucherías, confituras —todas muy llamativas, con colores muy llamativos— nuevamente, como elemento distractor que va a afectar la atención del niño. Vuelve a interrumpirse nuevamente para plantearle a la abuela materna un recado de los parientes —ya, si vamos contando, es la quinta vez—; nuevamente se interrumpe para traerles café, brindarles café, todos estos elementos que las abuelas no están pidiendo; es decir que son todos planeados previamente, con una planificación y una organización previa.

Posteriormente, entra una monja y les plantea a las abuelas la posibilidad de tirarles fotos; las abuelas acceden. Pero ya las fotos finales se conducen hacia una mesa que tiene juguetes electrónicos de mucha calidad y que van a llamar la atención del niño por sus colores y por lo que el niño logra con su manipulación (Muestran imagen).

Ante todo este clima, para el cual las abuelas no estaban preparadas, todos estos estímulos externos que van a atentar no solo contra la estabilidad psicológica del niño, sino también contra las abuelas, ya las abuelas están en un momento de incertidumbre en que se preguntan: Bueno, ¿qué va a pasar? Lo que pasó finalmente es que entra ya la monja para decirles que el tiempo había terminado, y que se había previsto inicialmente como un tiempo mínimo de dos horas.

Todos estos factores van a provocar que se afecte el vínculo afectivo del niño con las abuelas, y de ahí que nosotros estamos aseverando que se ha tratado de una manipulación y de una intencionalidad muy bien asesorada, muy bien tratada, para distraer la atención del niño y que se dificulte el vínculo afectivo con las abuelas, vínculo afectivo muy deseado por las abuelas, muy pensado y muy deseado por la familia de Cuba.

Eso es lo que quería apuntar en ese sentido.

Yamila de Armas.- Yo creo que tanto la profesora Conchita como la licenciada Yohanca nos han dado la respuesta, quizás, de alguna pregunta que nos hicimos en algún momento. ¿Hasta dónde es ingenuo, hasta dónde es azar, hasta dónde es casual que se sumen todas estas coincidencias en un lugar?, lugar que, por demás, fue previamente cambiado, fue muy buscado. Pudieron —después de tantas irregularidades antes, que ya también conocemos— haberse obviado algunas de estas agresiones que tuvieron las abuelas en la relación con su niño, lo que nos hace aseverar que no hay ni tanta ingenuidad, ni tanto azar, ni tanta casualidad.

Aquí, entonces, hemos sellado un poco el capítulo de la incidencia de estas señales. Creo que estamos en un momento oportuno, por cuanto ya hemos hablado de daño, de caer exactamente en el daño ya implantado, y creo que la persona más indicada para referirse a este tema es la doctora Patricia, que ha venido evolucionando este mismo tema en las dos ocasiones anteriores, y nos puede dar, a punto de partida de los testimonios de las abuelas, un grupo de nuevas evidencias que nos permiten aseverar lo que estamos diciendo.

Patricia Arés.- Muy bien, como estaba diciendo Conchita, ya tenemos una serie de testimonios a partir de las últimas imágenes y a partir del testimonio de las abuelas del encuentro, donde se han ido cumpliendo los pronósticos que habíamos estado desarrollando en las otras mesas.

En este momento existe un daño en el niño y, lamentablemente, el niño ha empeorado desde la primera situación que nosotros analizamos, postraumática, hasta las circunstancias actuales, donde llevamos dos meses y unos días en esta situación.

Pienso que sería necesario hacer una distinción entre lo que hemos denominado daño primario, que son todas las reacciones iniciales provocadas por el evento traumático que vivió el niño, del cual ya hemos hablado, y este daño primario produjo una reacción inmediata en el niño, donde, evidentemente, las imágenes nos mostraban (Muestran video) una reacción de choque emocional, una reacción de embotamiento y aplanamiento afectivo que, posteriormente, fue evolutivamente cambiando en sus signos de expresión.

En ese sentido estamos diciendo que a este daño primario, al cual se le asocia toda esta experiencia traumática inicial, se le han ido adicionando una serie de circunstancias, para lo cual podemos plantear que estamos en presencia de un daño secundario.

Este daño secundario tiene mucho que ver con la intensidad, con la duración del evento, con la interferencia de una serie de hechos traumáticos que se han venido sucediendo, de alguna manera también con todo el tema del mal manejo, o las circunstancias de cuidado que ha tenido este niño, que estamos diciendo que estamos casi ante una situación de abandono y abuso emocional, y, de existir una atención psicológica, de la inefectividad que ha tenido esta intervención en el caso.

Es decir que si en un principio estábamos hablando de una reacción situacional, estamos en el tiempo límite para decir que ya estamos en la presencia de una fase evolutiva de lo que denominamos el síndrome de la ansiedad de separación.

Esto es muy interesante en tanto que, evidentemente, una herida en el cuerpo, una herida física, es muy visible; o sea, el daño corporal es muy visible, las personas lo pueden ver. Sin embargo, las heridas emocionales son muy silenciosas, a veces mucho más difíciles de sanar, y si las heridas no son sanadas de inmediato, evidentemente se pueden infectar. Y en este sentido estamos hablando de este daño secundario, donde la ansiedad de separación ha ido evolucionando hacia una fase no tan visible, sino es la fase que nosotros denominamos, y aparece en la literatura, como la fase del desapego.

Las abuelas expresaban en su testimonio toda una serie de indicadores, o síntomas —que Conchita ya ha expresado—, de frialdad, de desconexión emocional, una serie de indicadores que muestran una reacción de desapego.

Este desapego, que también ha sido denominado síndrome del ángel caído, o la neurosis de carencia, o síndrome de abandono, este síndrome tiene fundamentalmente la característica de que el niño da una imagen de felicidad engañosa, da una imagen de docilidad extrema, da una imagen de obediencia, da una imagen de adaptación; sin embargo, las características de este momento no son evidentemente visibles.

La tríada del desapego tiene fundamentalmente tres síntomas: en primer lugar, la cierta desconexión emocional, o cierta frialdad afectiva, que sería lo que estamos de alguna manera viendo (Muestra video), lo que estamos de alguna manera constatando, lo que constataron las abuelas.

Tiene otro síntoma, que es la expresión de agresividad, que es la expresión esta de hostilidad manifiesta en algunas circunstancias, que ya hay algunas imágenes que han ido poniendo en evidencia algunas expresiones de hostilidad.

Evidentemente este es un niño que supuestamente ha tenido de todo lo que otros niños desde el punto de vista material tienen; sin embargo, le ha faltado lo que muchos niños tienen, que es afecto, que es una madre, que es un padre, y esto puede generar en el niño, en la medida en que se vaya dando cuenta, una reacción de hostilidad, una reacción de agresividad al medio.

El tercer síntoma es distorsiones severas en su autoestima, en su autoimagen, dudas sobre sí mismo, quién soy. Ya él ha expresado algunas evidencias donde dice: ¿Soy yo tan importante, soy una persona tan valiosa?, en tanto está todo el tiempo perseguido por los medios de prensa.

¿Qué ha hecho esta familia ante este daño, qué han hecho estas personas que se han vinculado a esta situación, que han palpado, evidentemente, algunos de estos indicadores? Pues este grupo o esta unidad de convivencia —hemos estado tratando de evitar, aunque se ha manipulado mucho en la prensa el término familia— ha ido sobreañadiendo eventos traumáticos a este niño.

En tres cosas yo quiero hacer énfasis, que tienen que ver con hechos muy traumáticos, que incluso es denunciado como lo que se hace en una situación de secuestro.

En primer lugar, un borramiento de su historia, de sus vínculos, un vaciamiento de su identidad. Este es un hecho verdaderamente traumático, se ha tratado, de alguna manera, de suplantar su vida, suplantar su historia, crearle una prótesis de madre, como se ha tratado de trabajar en el caso de las imágenes con esta prima. O sea que este es uno de los hechos más dramáticos.

Por otra parte, este niño está tremendamente atiborrado constantemente de estimulaciones, de información, de acoso, que hace que no tenga el estado mental en una situación de vulnerabilidad psicológica tan elevada para elaborar su verdadera situación dramática, su verdadera historia. Es decir, aquí vemos cómo se ha trabajado muy siniestramente el tema del duelo, donde hay un borramiento, un silenciamiento, donde no se le ha hablado nada en relación con la problemática de su mamá, y, sin embargo, se le presenta a la entrada de la casa un mural donde aparece él con la madre, dando la idea de que él ya ha encontrado otra madre. Esta es una imagen verdaderamente cruel, verdaderamente terrorífica; además de que no se le ha permitido expresar abiertamente este hecho.

Es decir, tenemos evidencias de que el duelo no ha sido elaborado y tampoco puede ser elaborado, porque no son las circunstancias de las personas que han vivido estas pérdidas.

Por último, quiero decir que uno de los hechos más traumáticos es la situación de ambigüedad que vive el niño, que es algo verdaderamente enajenante y verdaderamente enloquecedor; es decir, este es un niño que vive, bajo una aparente situación de amor, situaciones terroríficas. Es un niño que vive un cuidado amoroso, entre comillas, donde realmente es un niño que ha sido desterrado de sus recuerdos, de sus vivencias. Entonces esta situación de ambigüedad es una situación muy confusa para un niño en una situación postraumática, en una situación donde él ha estado sometido a tanta carga de daño emocional.

Estos tres hechos, además de todos los que hemos venido ya denunciando, son los que nos ponen en la evidencia de que estamos en una situación prácticamente de un secuestro psicológico, de una anulación, de un robo; se ha utilizado el término de lavado de cerebro, entre comillas, evidentemente que está mostrando un daño secundario en este niño.

Quiero decir por último que estos grupos de personas que están alrededor del niño han demostrado su incompetencia y su irresponsabilidad para recuperar a este niño, para tratar de contener o protegerlo de este daño y que si existiese algún profesional que está atendiendo esta situación, también ha demostrado que no ha existido el tratamiento adecuado para su recuperación. Por eso estamos ante un daño no irreversible, porque siempre hay que pensar que en la medida que las condiciones mejoren, que nos retornen a nuestro niño, este daño pueda ser reversible; pero estamos ante un daño ya palpado, ya tocado con las manos a través de las abuelas y visto en todas las últimas imágenes.

Yamila de Armas.- Efectivamente, Patricia ha hecho una definición que marca una pauta en el desarrollo de las reflexiones del día de hoy, porque ha definido exactamente el daño que en estos momentos tenemos delante. Y también ha hecho, de alguna manera, un puente con algo que nos parece muy interesante a los ojos del mundo, por las imágenes que hemos visto, volvernos sobre aquel grupo de personas, que se ha llamado de múltiples maneras y que hemos, como dijo Patricia, evitado por todos los medios, decirle familia o, por lo menos, familia para Elián.

Aquella unidad de convivencia, o aquellos custodios, etcétera, aquellas personas también tienen un grupo de nuevos elementos que, además de la incompetencia que Patricia muy bien describió y de algunas cosas más que incompetencia, diríamos también de irresponsabilidad, y también hablando de los supuestos profesionales –creo que más adelante vamos a poder profundizar en ese tema–; pero hablando puntualmente de aquel grupo de personas, hay un grupo de elementos nuevos y creo que es importante que nos refiramos a ese grupo de elementos nuevos que en estos momentos se encuentran en una también nueva etapa para las acciones por tratar de quedarse con el niño.

Entonces le quiero pedir a la licenciada Laritza Turtos Carbonell, licenciada en psicología e investigadora del Centro de Estudios Sociopolíticos, que se acerque, por favor, a estos elementos, para describirnos un poco nuevas cosas, y también algunas retomadas, por supuesto, de aquellas personas.

Laritza Turtos (Licenciada en Psicología e Investigadora del Centro de Estudios Sociopolíticos).- Creo que es importante todo lo que habló la doctora Patricia acerca de esta unidad de convivencia, estos custodios, este grupo de personas a las que no se les puede llamar familia, precisamente porque no cumplen toda una serie de aspectos que podemos retomar de la primera mesa redonda con psicólogos y psiquiatras, necesarios para que una familia, para que unos padres puedan llevar a cabo el desarrollo armónico, el desarrollo adecuado de la crianza de un niño; entre estos podemos mencionar el vínculo afectivo necesario para este desarrollo, el conocimiento de las características de desarrollo de un niño de esta edad. Y eso no es suficiente, también las características personales, la historia de estos "padres" podrían influir en desarrollar pautas de crianza no adecuadas.

Por tanto debemos retomar esta idea de no llamarle familia a este grupo de personas. ¿Por qué no podemos llamarle familia? Porque evidentemente no pueden cumplir con el vínculo afectivo necesario para este niño, no hay una persona que pueda contener las necesidades, ni dar satisfacción a las necesidades básicas de un niño de esta edad: las necesidades de aceptación, de apoyo, de seguridad. Pero tampoco puede cumplir la necesaria función socializadora y educativa que debe cumplir una familia supuestamente funcional, ya que desestima valores importantes en nuestra sociedad, como son la sencillez, al colmarlo de regalos materiales, de vínculos no emocionales; la fidelidad a su bandera, a sus principios que están tratando de eliminarle, el amor a la familia, la unidad, y se ponen como modelos de estos valores que se quieren formar al tío abuelo Delfín y a los primos de Elián, que sabemos que tienen antecedentes penales serios en esa sociedad.

Por tanto, después de retomar estas características de la familia, queremos hacer énfasis en nuevos aspectos que se han dado a la luz pública y que nos demuestran el carácter y los intereses de este grupo de personas. Entre estos podemos mencionar el tratamiento que se le está dando a la imagen de la prima Marisleysis, como un franco reemplazo de la figura materna. En este caso se está tratando ya no solo de desacreditar a la familia en Cuba en su imagen pública, sino desacreditarla frente al niño emocionalmente. Es lo que decía la doctora Patricia, alejarlo de sus vivencias, de sus emociones y vaciarlo en sus recuerdos históricos. Aquí tenemos la imagen con el vínculo fuerte que están tratando de desarrollar con la prima (La muestran en pantalla).

También podemos hacer referencia a todo una serie de rituales que se le están imponiendo al niño. Hemos tenido la oportunidad de tener acceso a un documento donde se explica un día normal de Elián en esta ciudad supuestamente libre. Se habla mucho en este documento de la vida de Elián desde que se levanta a las 7:00 de la mañana; o sea, se le han establecido actividades fijas durante todo el día, lo que trata de garantizar una actividad conductual extrema que lo aleja de su desarrollo emocional y garantiza una inercia emocional y un sometimiento posterior.

También podemos hacer referencia al excesivo control que se está tratando de tener sobre Elián, y como ejemplo de esto podemos hablar de una declaración de Delfín González en este mismo documento acerca de las conversaciones que Elián ha tenido con su padre —estoy hablando del documento que salió en el Daily News el 30 de enero— el cual plantea que todas las conversaciones con el padre están grabadas para —según Delfín—, en un posible futuro, demostrar que el niño se quiere quedar en Miami; pero ese excesivo control se contradice con el hecho de que en un momento determinado, para hacer propaganda, para cubrir los intereses de esta familia, Lázaro y la prima Marisleysis, que es la que lo tiene a su cuidado, se van para Washington a entrevistarse con algunos congresistas y Elián se queda —aquí lo vemos en estas imágenes— en la casa con Delfín y con los primos, que ya dijimos los antecedentes que tenía esta familia.

También podemos hacer referencia a la solicitud que la familia ha hecho a algunos especialistas, lo que también nos muestra el carácter, los principios, los intereses que tiene esta familia, al no estar las condiciones creadas para que se dé este tratamiento psicológico, de lo cual habló la doctora Patricia, pero que nos lleva a preguntarnos con qué fines se hace esto, y la respuesta nos apunta a una acelerada carrera por lograr mantener una posición de autoridad, una posición de poder, que se le va desmembrando, pues los recursos que está teniendo esta familia se van agotando, se van aniquilando.

Con respecto a esto, quería leer una carta que nos llegó de una madre, sobre su valoración del tío abuelo Lázaro. O sea, este aniquilamiento de recursos que va teniendo la unidad de convivencia para enfrentar esta situación, y para manejar a Elián se hace evidente no solo a especialistas y psicólogos, sino al pueblo en general.

Dice la madre:

Todos los días sigo las noticias y hoy miércoles, 3 de febrero, en el noticiero de las 12:30 pusieron una imagen del niño fajado con el tío Lázaro a las espadas. El señor Lázaro estaba tranquilo. Lo noté con el rostro marchitado y me preguntaba varias cosas. ¿Tendría el deseo, como lo hacen los seres más queridos siempre, de jugar con el niño? ¿Qué le puede trasmitir en el juego, como en la vida cotidiana, este hombre a ese niño que necesita de tanta ternura y una alegría, pero que venga de adentro.

Se ve a la luz que hace un esfuerzo sobrenatural, y en esa forma, cuando las cosas no vienen de adentro, el intento de querer dar cariño es un fracaso, porque al que tiene que recibirlo no le llega ese mensaje.

O sea, nos damos cuenta de que ya la unidad de convivencia está utilizando otras vías, está agrediendo, está mostrándose diferente, y el hecho más cercano que tenemos es la negación a entrevistarse con las abuelas, la revisión anterior del local, lo que nos muestra una agresión no solo a la estabilidad emocional y psicológica de las abuelas y del niño, sino una agresión a la familia, no solo a la familia de Elián, sino a la familia como ente, como institución que puede marcar un sistema de referencia negativo para el próximo desarrollo del niño.

Yamila de Armas.- Yo creo que es importante que aprovechemos también en este espacio de la definición ya, tanto del daño como de la consecutividad del daño por la calidad de esas personas que rodean al niño, y pedirle a la licenciada, a la profesora Aurora que se refiera a un grupo de otras aristas que pueden adornar y profundizar este daño del que ya empezó hablando Patricia.

Aurora García.- Gracias, Yamila.

Vamos a retomar el tema de la problemática psicológica del niño. Hemos hablado de la situación actual, hemos hablado de la familia, y queríamos insistir en los procesos psicológicos básicos que están afectados en este momento y que son objeto y van a ser objeto de análisis en la noche de hoy.

Como procesos psicológicos básicos les pedimos a los televidentes que se fijen en tres aspectos básicos: la razón o lo que en términos más psicológicos son los procesos cognitivos —o sea, los procesos de aprendizaje—, y cómo el niño es la tarea básica, es importantísimo, porque precisamente tiene seis años y está en la edad escolar; los procesos emocionales que ya han sido en parte mencionados, y, por último, la conducta. O sea, vamos a trabajar, básicamente, con esos tres procesos.

A los seis años lo más importante es el aprendizaje, es el inicio en la escuela, es el paso de un pensamiento concreto a un pensamiento abstracto, como hemos venido diciendo en las mesas anteriores, y aparentemente quedan en un segundo plano los procesos emocionales; pero esto sucede en un terreno normal, o sea, en un caso de un niño que no está sometido a la problemática y a las tensiones que está sometido nuestro niño. En este caso, lo que se supone que era una situación más o menos resuelta y que podía pasar a un segundo plano, porque lo que está priorizado y jerarquizado es el aprendizaje, resulta que las carencias básicas de este niño están precisamente en el terreno de las emociones, por lo que en muchas ocasiones —y esta es una semana de receso escolar aquí en Cuba, y, por supuesto, han estado viendo los niños constantemente las imágenes y hemos estado trabajando— hemos observado determinadas conductas en Elián que a veces no se entienden.

Elián tiene grandes cambios. Elián pasa de la alegría a la tristeza, a la agresividad, una cosa que en término psicológico se llama disforia, y ahí lo tenemos agrediendo a un niño que no sabemos quién es (Muestran video), que está en el patio. Aquí está con el bate, se supone que juega con los perros, corre. Es un juego aparentemente sano; pero es un juego desorganizado, un juego que no está vinculado con niños de su edad. Es un juego básicamente con objetos y con animales, y, por lo tanto, desvinculado de los elementos básicos de los procesos emocionales fundamentales en el nivel de edad correspondiente.

Ahí tenemos nuevamente a Elián, bate en mano (Lo muestran), por cierto, con cambios en una mano y en la obra, cosa que también es interesante a los efectos de la conducta, y vemos cómo el niño pasa a agredir y a defenderse en cierta forma, porque la conducta con los perros ha sido muy ambivalente.

Fíjense en esta imagen, que está yendo un poquito más lenta, cómo él tiene una conducta defensiva, ¿verdad?, con el bate hacia esos perros, que han sido perros también sustitutos, porque él aquí en Cuba tiene una perrita, que le dicen La Niña, que lo acompañó antes de suceder este lamentable incidente, y, por supuesto, entre las muchas cosas que han tratado de sustituir está esa.

Patricia hablaba del vaciado; pero lo terrible es que no es solamente que sea vaciado, es que han comenzado a tratar de llenar ese vacío. Es decir, se ha producido un vaciamiento, un intento de despersonalización, y, además de la despersonalización, vean ahí cómo comienzan a sustituirse por conductas automáticas y entrenamientos conductuales.

Nosotros no queremos aquí hablar de escuelas psicológicas, no queremos hablar ni hipotetizar de lo que está pasando; pero es muy significativo —miren esa imagen (La muestra)—, el niño ahí viene del encuentro con las abuelas, y cuando llega del encuentro con las abuelas tiene un auto automático que es la V —o sea, el saludo en forma de victoria—, e inmediatamente esta dama, la jovencita, la prótesis madre esta que yo creo que calificó muy bien Patricia —a mí me ha encantado el nombre ese de prótesis materna—, corre a darle un beso. Ese beso se llama, en términos psicológicos, reforzamiento positivo.

Vemos nuevamente la imagen (La muestra). El niño saluda en V, viene la prótesis y le da un beso, un beso despersonalizado, un beso que no nace del corazón, que no nace de un vínculo afectivo y que está tratando de llenar el vacío que han producido, y que intenta y que frena el que de nuevo pueda ser recuperado este niño para su evolución y su tratamiento.

Pero eso no es todo. Estos estímulos y este condicionamiento no es solamente un condicionamiento positivo, porque si fuera todo positivo, pues diríamos que, al menos, están tratando de llenar el vacío. Pero es que, lamentablemente, como el niño también tiene resistencia y el niño tiene formas de tratar de defenderse —entrecomillas— con esos cambios, alegría, tristeza, depresión, que en los niños se manifiestan de las formas más diversas, resulta que también tiene reforzamientos negativos.

Aquí ya se ha mencionado el artículo del Daily News. En ese artículo del Daily News, en la parte que este ser, este personaje que pertenece a esta unión de convivencia de custodia ilegal —porque, además, no solamente es custodia, sino es unidad de convivencia de custodia ilegal, porque fue hasta declarado ilegal por ellos—, en este caso, se queja porque el niño recibe un juguete, como tantos que le han dado, porque lo han atiborrado de juguetes, han creado una relación totalmente objetal, han tratado de sustituir el amor por cosas.

Lamentablemente, bueno, lamentablemente no sé si decirlo de esa manera, quizás unos días atrás vieron una imagen de otra de los seres estos alrededor del niño, que no ha llegado a ser prótesis materna, pero que en momentos también ha hecho declaraciones, donde dice con la mayor naturalidad: "El niño en Cuba nada más que puede tener amor", como si el amor fuera algo posible de ser sustituido, como si el amor se pudiera comprar en la farmacia y pudiera darse como pastillas. Yo creo que eso es algo muy importante.

Pero este tío, o este pariente que se las da de tío, regaña al niño porque trata de quitarle un juguete y cuando trata de quitarle el juguete el niño ejerce su derecho sobre lo que se le ha dado: "No, no te lo doy, porque ese juguete es mío." Y cuando el niño reclama el derecho del juguete que se le ha dado y el tío trata de quitárselo, el niño lo agrede con un bate. El tío ahí lo regaña, le dice que cómo es posible y comienza una relación de chantaje: cómo es posible que él agreda a las personas, a la autoridad, y empieza a establecer una relación culposa con el niño: Te hemos dado atención, te hemos rescatado de las aguas —no ha dicho todo esto, pero es el mensaje que queda debajo—, te hemos dado todas las atenciones, cómo vas a responder así a la autoridad. ¿Cuál es la respuesta también? El castigo va a ser que si tú no respondes y no respetas la autoridad, todas esas personas que están allá afuera, todas esas personas que te quieren tanto, se van a ir y te vas a quedar solo.

¿Qué cosa es la soledad para Elián González? La soledad puede perfectamente ser estar en el mar de nuevo, estar en la oscuridad, estar días solo, estar sin saber qué va a pasar, estar sin los que no está que son los más importantes para él; pero, además, lo han estado condicionando a una despersonalización y a una identidad falsa.

En la primera mesa hablábamos de identidad y precisamente, dentro de un momentico, vamos a ver algunas imágenes de la nueva sustitución que están intentando hacer de Elián.

Yo creo que este ejemplo último que yo dije de decir que se acabó, que se ha terminado... Fíjense ahí (Muestra foto), ahí hay algunos elementos importantes. Dentro de toda esta situación actual y de todo este problema, el niño con la única persona que ha logrado algunos elementos de reacción es acá (Muestra foto), cuando él es capaz de tener un agarre más cercano, o en otra foto —que no hemos visto hoy, pero que ustedes seguro tuvieron oportunidad de ver en días pasados—, cuando el niño agarra el borde de la blusa de la abuela con los deditos, de una manera tímida. Fíjense ahí todavía cómo está (Muestra), como la manito es una manito que descansa, que agarra el dedo de la abuela. Nunca se había visto una foto así.

O sea, dentro de la situación actual terrible de condicionamientos y de entrenamientos conductuales, con reforzamientos positivos y con reforzamientos negativos, como es la pérdida de lo único que tiene, que es el público y el show, Elián es incluso castigado. Esto nos hace pensar que hay determinadas personas que tienen el nombre de especialistas, pero que nosotros lo dudamos, que están detrás de todo esto.

Efectivamente, ahora estamos en una imagen (La muestra) que creo que habla por sí sola. Es la nueva imagen que están brindándole a Elián; o sea, el vaciado están llenándolo con esta imagen que ustedes van a ver en pantalla. No es la única, casi no se reconoce: el niño con unos espejuelos muy grandes, con pulóveres muy agresivos, con unas formas que no se corresponden con las formas que él tenía con anterioridad. Aquí también está con objetos, o sea, la relación objetal. En otros momentos se ha visto también la foto de Batman, el niño disfrazado de Batman.

Hay otras fotos donde el niño aparece con un pulóver de policía y gorra de policía; incluso le ponen esposas, que es una cosa monstruosa en un niño.

Vamos a detenernos de nuevo, creo que es muy importante esta imagen (Muestra imagen). Vean cómo aquí va avanzando, fíjense toda la parafernalia, todos los objetos y toda la pacotilla —como dice nuestro pueblo— que tiene arriba Elián y que es parte de la nueva imagen que están tratando de implantar en sustitución de lo que no se puede dar.

Yamila de Armas.- En ese propio artículo al que la doctora ha hecho referencia, y que es quizás una primera versión de una secuencia del relato por dentro de qué es un día de Elián en aquel lugar, quiero referirme a algo que antecede exactamente en el artículo a algo de lo que la profesora decía, y dice aquí:

Tratamos de hacer que la vida de Elián sea lo más normal posible, dijo Delfín González —normal, fíjense de qué normalidad estamos hablando. Un día serán las cámaras y tenemos que prepararlo —subrayo ahí prepararlo— para eso. ¿Con qué recursos contará este grupo de personas para poder enfrentar el seguimiento de este asunto? ¿Con qué recursos absolutamente agotables por superfluos y por insostenibles?

Pero al final, le dice exactamente el relato que la profesora hacía, dice: Lo regañé y le dije que tenía que respetar a las personas mayores. Le dije: ¿Ves a toda esa gente que está allá afuera? No te van a querer más si se enteran de que tú no respetas a las personas mayores. ¿Y la respuesta de Elián cuál fue? Elián se tranquilizó y bajó la cabeza después de oír eso. A ver si esa no es la secuencia que hemos visto ya en un grupo de imágenes.

Esto no lo hemos dicho nosotros, esto evidentemente es algo publicado y el título de este artículo es "La pesadilla flotante de Elián". Fíjense qué ilustrativo, además, es el título de este artículo, que nadie podrá decir que lo escribimos nosotros, nadie podrá cuestionar que se hizo en Cuba, y esa es la reflexión a la cual ellos llegan.

Hemos ido dando los matices evolutivos del problema y yo quiero volver nuevamente y preguntarle a la doctora Aurora, porque ella ya introdujo un poco el tema de la evolución de este caso, y a mí me gustaría pedirle que exactamente clasificara, categorizara la evolución, en este momento, de este caso.

Fíjense bien, hemos hablado de señales, luego hemos hablado de daños y hemos ido introduciéndonos evolutivamente en cómo va la circunstancia. Por eso hago otra parada importante para la conceptualización de las personas que nos ven y nos escuchan, la evolución y la clasificación de esta evolución; porque luego, a renglón seguido, hablaremos de riesgos, hablaremos de pronósticos, y entonces esto nos va a permitir hablar de dos conceptos muy importantes. No todo está perdido, es reversible, pero muy urgente, y de esta reflexión es que quiero pedirle a la doctora Aurora, que introdujo el tema, retome el asunto y lo clasifique para que nos quede bien fijo este concepto, para poder seguir avanzando.

Aurora García.- No nos gusta ser el mensajero del rey que da las malas noticias, ¿no?, pero si nos piden una calificación, no nos queda más remedio que decir que estamos ante un caso de una evolución no favorable.

En la primera mesa del día 16 de diciembre creo que incluso yo me referí al tiempo, y habíamos mencionado que estábamos contra reloj para salvar a Elián. Ya estamos en un punto en que la evolución es no favorable, no es ni siquiera que está estable, no es ni siquiera el estado crítico; es el estado crítico más el sobreañadir determinadas situaciones, como muy bien explicó Patricia, no tengo que profundizar en eso, y estamos en un estado de no favorable.

¿Por qué no favorable? Simplemente no favorable porque se está produciendo un fenómeno muy severo, muy grave de disociación. ¿Qué quiero decir con disociación? El niño está viviendo y está en dos mundos superpuestos. Está en un mundo en que constantemente está recibiendo señales contrarias: son las personas que lo secuestran y son a la vez las personas que lo mantienen; son las personas que le dicen: "Tu papá no ha venido, tu familia está allá, tú estás aquí, nosotros te tenemos", pero a la vez son los que impiden que él pueda reunirse con su familia, son los que le impiden tener una vida normal, no entrecomillas, como habla el Daily News, sino esa vida normal de un niño, de jugar, de salir a la calle, la que tenía en Cárdenas cuando se escapaba de la casa y jugaba en la calle con los amiguitos, en los charcos de agua, que es lo que hace cualquier niño cubano y cualquier niño sano en el juego.

Esa disociación hace que se vaya produciendo una situación muy grave en cuanto a las normas y valores morales, pero también en cuanto a la adecuación de los afectos. Por eso es que a veces Elián, para sorpresa de algunas personas —personas que no están habituadas a afrontar este tipo de caso, ya desde el punto de vista clínico, desde el punto de vista psicológico—, Elián no corrió cuando vio a sus abuelas; pero Elián no puede correr, porque Elián está en una situación de bloqueo y disociación severos. Por eso hablamos de un daño severo con una evolución no favorable, porque no podemos pedir lo que él no puede ser capaz de hacer, y él en estos momentos requiere de un tratamiento en su tierra, en su país, con su familia.

Cuando hablamos de tratamiento es, en primer lugar, el regreso a sus condiciones naturales, a su familia, a su barrio, a su escuela.

Dentro de eso también hay problemas muy graves, como es la agresividad que él está manifestando. Grave porque es una evolución dentro del proceso también de las diferentes etapas de la ansiedad de separación; pero también no tan grave en el sentido de que al menos es una respuesta emocional, una respuesta emocional incongruente, cambiante, disfórica, pero al menos responde. O sea, él no ha evolucionado hacia un cuadro autista, hacia un cuadro psicótico, no es eso. O sea, no es que no sea reversible, es reversible; pero si hablábamos al mes de que el tiempo se nos acortaba, ya estamos en el día 74. El día 74 quiere decir que nos estamos acercando al plazo en que deja de ser reactiva la situación de Elián y pasa a ser un trastorno estable, estructurado del desarrollo de la personalidad y, por lo tanto, mucho más difícil de trabajar y mucho más difícil de tener resultados óptimos.

Es lo que quisiéramos nosotros poder mostrar en algún momento. Ojalá que no tengamos nunca que reunirnos aquí y decir: "Miren este es Elián." No va a ser eso, sino que Elián va a estar en su casa, en su barrio y nos van a llegar los comentarios y a todo el mundo le va a llegar los comentarios: "Menos mal, como ha mejorado, y está encantado de la vida." Pero para que eso se produzca tenemos la necesidad urgente de poder tener un trabajo con él.

También son importantes los problemas de la identidad. Ya él está dando manifestaciones de problemas de identidad cuando se trata de que él pregunta si se está haciendo un serial con él; se habla de una película. Se habla de hacer una película con Elián, por lo tanto Elián debe ser algo muy importante. El se preguntará: Hasta el otro día yo era un niño y ahora resulta que me veo...

El ser este que le ha tratado de trabajar la mística de los delfines, etcétera, con su nombre, con el perro, con el anillo y con todo lo que le rodea, incluso utilizó uno de los pulóveres de nuestro país y se lo mostró. Creo que fue la primera sonrisa que mostró Elián, pero no era con el pariente o con el ser este, fue porque descubrió su imagen en el otro.

Es algo muy difícil, porque se está desbaratando su identidad y se está sustituyendo por determinados elementos que no tienen nada que ver con nuestra idiosincrasia, ni con nuestras costumbres, ni con nuestro país, ni con lo que han sido sus valores hasta el momento.

Afortunadamente, él tiene todavía muchos elementos de fuerza sobre los que vamos a trabajar, y por eso siempre hablamos de que pensamos que aún es reversible; quiere decir que aunque el daño es severo, el daño es grave —ya estamos hablando de un daño estructurado, ya estamos hablando de una evolución no favorable—, pensamos que hay determinados elementos que nos van a ayudar.

Creo que sería muy bueno si Elsa nos ayudara a profundizar en los elementos relacionados con lo que sería y no es la actividad básica de Elián, que es precisamente la escuela.

Yamila de Armas.- Efectivamente, esta arista del desarrollo psicopedagógico de Elián también tiene valoraciones anteriores en las mesas, y sería muy bueno que la profesora Elsa nos acercara a cómo está esta situación en el día de hoy; porque también tenemos nuevas señales que apuntan a nuevas cosas en este asunto y que permiten redondear y cerrar este bloque en que hasta ahora hemos ido hablando aquí del daño, del daño implantado, sistematizado y que tiene todas las aristas y los ángulos que hemos visto.

Creo que así dejamos una imagen clara, con una puerta abierta para hacer cosas cuando regrese, porque seguimos pensando que va a regresar, porque seguimos, además, luchando porque regrese. Entonces ese otro ángulo es precisamente la profesora Elsa quien puede darnos estos matices.

Elsa Núñez.- De la vida escolar de Elián no se sabe tanto como de la vida familiar, y esa es una información de interés, ese es un indicador interesante de analizar: qué pasa que las cámaras no entran a esa escuela, qué pasa con ese señor Demetrio Pérez —que en la mesa de los pedagogos se profundizó bastante en ese proyecto de las escuelas "Lincoln-Martí", por eso yo no voy a tratar eso en el día de hoy—, qué pasa que los paparazzi allí no penetran como sí han penetrado en la vida familiar y nos han permitido hacer toda una serie de seguimientos y de inferencias en este sentido. Pero aún así, sí podemos hacer toda una serie de análisis en el caso de Elián.

Evidentemente, se confirma lo que habíamos planteado en los primeros momentos: la vida familiar y la vida escolar de Elián no están actuando para nada como factores de protección en la vida de este niño, y para nada tampoco como fuentes para cubrir necesidades básicas, como constituyen —como planteábamos al principio—, en estas primeras edades, la familia y la escuela en los niños.

Eso también lo hemos demostrado sistemáticamente: la familia está aquí, él sigue separado de su familia natural, de su familia de origen; está con un grupo de personas que actúan como una unidad de convivencia —me gustó muchísimo el criterio que tú diste en la mesa de los psiquiatras y de los psicólogos, de ese grupo de personas que estaban actuando como una empresa; me gusta también mucho la unidad de convivencia que decíamos hoy, esos custodios ilegales—, o sea, que esas personas no están cubriendo para nada esas expectativas que siempre cubre una familia en un niño, y menos ahora con esta madre prótesis, quien se estrena como madre con un niño de 6 años, con toda una historia vaciada anterior. Y la vida escolar continúa —como dijimos desde el inicio— supeditada a un proyecto político-financiero donde Elián es un medio para obtener determinadas cosas. El desarrollo de la inteligencia de ese niño y su vida escolar no es un fin en sí mismo. Sencillamente es así.

Elián estaba empezando un primer grado cuando ocurrió este suceso (Muestran video). Yo quisiera retomar al final esa imagen, porque esa imagen le ha llamado mucho la atención a los niños, y yo quisiera, al final, que me la rodaran de nuevo.

Quería referirme al primer grado de la vida de cualquier niño. El primer grado es un escalón importantísimo porque se dan las bases del desarrollo del pensamiento, y fundamentalmente es en este momento en que coexisten algunos —y por eso le llamábamos en la mesa anterior una etapa de tránsito de la vida prescolar a la vida escolar— intereses externos por la vía de la escuela, pero ya también se dan las bases del desarrollo de un interés real por el estudio, y esto demandaría en cualquier niño una vida familiar estable, demandaría de cualquier familia una disposición positiva hacia el estudio, un ambiente de tranquilidad, una familia que estuviese en condiciones de apoyar todos los requisitos de la vida escolar. Tanto es así que en nuestro país es muy frecuente escuchar a los padres jóvenes decir, cuando tienen a sus hijos en primer grado: "Estoy de nuevo pasando el primer grado", porque saben todo el apoyo que el niño necesita, tanto desde el punto de vista del desarrollo de estas habilidades intelectuales...

Señores, en el primer grado el niño tiene que aprender a leer, a escribir y las operaciones matemáticas fundamentales: sumar y restar. O sea que Elián está en estos momentos en una etapa crucial de su vida escolar.

Ahora, ¿cuál es el contexto en el que ese niño se encuentra? En primer lugar, su vida emocional y afectiva, que es un componente importantísimo para todo este proceso de aprendizaje, está distorsionada y está fracturada.

Un indicador importantísimo para cualquier docente es un niño que se le duerma en el aula. Un niño que se duerma en el aula es un niño que tuvo broncas familiares por la noche, que hay un alcoholismo en la casa, o algo así. Bueno, pues aunque las cámaras no han entrado a la escuela, es posible que Elián se esté durmiendo; sencillamente, Elián tiene pesadillas recurrentes con el naufragio, y eso lo ha dicho el tío abuelo aquel —con el perdón de los fantásticos tíos abuelos que hay en todo el mundo, pero aquel señor ha declarado que tiene pesadillas recurrentes. Recurrentes quiere decir que son sistemáticas, repetidas, con naufragios.

Pero, aparte de eso, miren lo que plantea el New Herald el 1º de febrero del 2000, o sea, del otro día; no lo decimos nosotros.

Dice:

Además, el constante asedio de la prensa nacional e internacional también está afectando a Elián, quien desde las 5:00 de la mañana ve penetrar por las ventanas de su cuarto el fuerte resplandor de luz originado por los potentes reflectores de las cadenas de televisión estacionadas delante de la casa en la Pequeña Habana, las cuales empiezan sus trasmisiones a esa hora temprana y duran hasta cerca de la medianoche.

¿Cuántas horas estará durmiendo Elián? Entre esa interferencia al normal sueño de un niño de esa edad y esas pesadillas y todas esas alteraciones, no dudo que Elián se esté durmiendo en el aula, ¡no lo dudo!

Por otra parte, los manejos familiares, los manejos de esas personas que lo rodean, tampoco tenemos ninguna garantía de que sean los adecuados, y el niño está dejando de ir a clases por esos malos manejos familiares. Y aquí tenemos otra prueba también, dicho también por ellos mismos en el New Herald del mismo día.

Fíjense lo que dice:

Según fuentes próximas a la familia, desde que se hizo real la perspectiva de que el niño iba a encontrarse con sus dos abuelas, como sucedió la semana pasada, el menor entró en un estado de tensión que lo ha apartado de la escuela en estos días.

Si es verdad que dejó de ir a la escuela en esos días por el encuentro con las abuelas, ha habido un manejo familiar nefasto. Señores, las figuras de los abuelos son figuras especiales, son figuras queridísimas, líndísimas para cualquier niño. A un niño le dicen: "Vas a ver a tus dos abuelas", que hace dos meses que no las ha visto, y corre loco a encontrarse con ellas. Ahí, evidentemente, hay un mal manejo familiar de este problema de la separación.

Por otra parte, la comunicación son su familia de origen está constantemente manipulada e interferida, y él intuye, él tiene que darse cuenta de todas esas cosas.

Falta a clases también cuando hace falta exhibirlo dentro de este proyecto político-financiero. El niño también falta a clases para exhibirlo y para mostrarlo con todos estos personajes públicos.

Otra cuestión también muy importante en esta etapa, digamos, es que como parte de todo el ejercicio intelectual que representa la vida diaria, está el juego, y también en algo que ustedes van a leer por ahí después —también dicho por ellos mismos—, nos enteramos, tristemente, de que Elián, que era un niño que se metía en los charcos en su casa —como han dicho las dos abuelas— y que era un niño normal, tiene por la mañana 15 minutos dedicados al juego, y por la noche, si no está muy cansado, otra vez tiene derecho a 15 minutos de juego. Y digo "derecho" porque se le está privando de un derecho fundamental.

Otra cuestión que yo he analizado mucho: Un niño sometido a todas estas tensiones, a todo este estrés, a toda esta distorsión de su vida cotidiana, pienso que en el aula, cuando está sentado en su pupitre —que es cuando todos los niños nuestros dejan de ser el ombligo del mundo que nosotros les hacemos sentirse, y es uno más en el aula, para bien de todos nuestros niños—, cuando él es uno más en el aula quizás sea el único momento que tenga para encontrarse a solas consigo mismo y pensar, reflexionar, recordar cosas positivas y negativas, y todos esos deseos reprimidos que quizás él tenga convertirlos en fantasía, y esa cabecita, en muchos momentos del día en esa aula, evidentemente, salga a volar.

Por eso yo pienso que la mente de ese niño no está en las condiciones que debía estar, que podía estar, por ejemplo, sentado en su aula ahí en Cárdenas. Esa mente no está en condiciones como, digamos, para desarrollar la atención y la concentración necesarias para todos estos retos que le plantea el primer grado a cualquier niño. Ahí yo veo ya un primer daño.

Es decir, las exigencias del primer grado y de los procesos necesarios para desarrollar las habilidades del pensamiento necesarias en esa edad, que —como decía anteriormente— es un poco el tránsito hacia el pensamiento abstracto, que es lo que nos caracteriza como seres humanos, eso está dañado, eso puede estar quién sabe en qué estado. Quién sabe, porque, lamentablemente, no tenemos tampoco esa...; pero, evidentemente, lo tiene que estar.

Hablando del desarrollo del pensamiento, yo quisiera referirme a algo sobre lo que se nos han acercado muchas personas, muchos maestros nos han preguntado: el problema del desarrollo del pensamiento y el bilingüismo.

La doctora Lidia Turner cuando habló del proyecto "Lincoln-Martí" dijo que eran escuelas bilingües, y muchas personas nos han preguntado: "Bueno, ¿eso es bueno? ¿Eso es malo?" Sobre todo muchos maestros nos han preguntado, porque todos saben la relación tan estrecha que existe entre el pensamiento y el lenguaje.

Hay muchos niños que se educan en escuelas bilingües, y esta es la edad, incluso, en que se plantea que este tipo de aprendizaje puede ser muy bueno, sin ningún tipo de problema.

Ahora, ¿qué pasa?, que el bilingüismo como tal no es, digamos, el único factor que está asociado a la vida escolar de Elián en estos momentos. El bilingüismo y su vida escolar están asociados a una serie de factores, están asociados a una serie de elementos negativos —que las compañeras que me han precedido han aportado, que yo no tengo que profundizar en eso—, y entonces sí se puede convertir el bilingüismo en una dificultad, sobre todo teniendo en cuenta lo que planteaba la maestra Yamilín, que él tenía un problema fonético, que aquí se le hizo una escuela de padres y se hizo todo un tratamiento, pero que no sabemos si siguió allá.

Quiero recordar que una de las causas de la tartamudez en los niños de edades tempranas puede ser el que estén sometidos a fuertes estrés, y, unido a esto, a la influencia de varios idiomas a la vez, así que por ahí también puede estar produciéndose algún tipo de daño.

Otra cosa que queríamos apuntar es la vida de relación de Elián dentro de su grupo. La situación que ocupa un niño en su grupo escolar es un factor que puede influir muchísimo en el desarrollo de su autoestima, de su autovaloración, y Elián estaba ya aquí en Cuba adaptándose a su grupo escolar con un proceso positivo, tanto es así que una de las fotos que le llevan las abuelas allá es su grupo de primer grado en Cárdenas, y él fue capaz de reconocer a los que venían con él desde prescolar y a los que no; reconoció también sus cuadernos escolares. Ese proceso se quebró, se fracturó y de nuevo está Elián adaptándose a un nuevo grupo, pero a un nuevo grupo con toda esta serie de distorsiones; y en este nuevo grupo él es el último que llegó, esa es la situación que nos encontramos en ese grupo.

Pero, además de ser el último, ¿será Elián el niño raro del aula? ¿Y será Elián el niño extraño? ¿Y le dirán "el balserito" en el aula, como le llaman allá constantemente las personas que lo rodean? Por ahí también podemos encontrar una situación difícil.

Muchos niños están asociando esta imagen donde se ve a esta madre prótesis (Muestran imagen), cómo lo lleva de la mano y lo arrastra tremendamente. Aquí tenemos también a Elián (Muestran imagen)arrastrando una mochila con la que prácticamente no puede.

Ahora, esa primera imagen, los niños cubanos la están asociando con un spot que aparece en la televisión del Programa para la Vida, donde a las madres se les advierte que eso no se debe hacer, ahí sale Yolandita Ruiz apurando a una niña chiquitica para ir para la escuela. Y los niños nos han dicho: "¿Y allá no se le puede también enseñar a esa mujer que no lo puede arrastrar?", como diciendo: "Allá no habrá spot también que enseñe", y tendríamos que explicarles a nuestros niños, que ellos lo saben bien, el concepto de sociedad educadora, donde los medios de comunicación social también comparten estos intentos educativos con la escuela, con el sector de la salud y con toda esta concepción intersectorial que tenemos de educación en nuestra sociedad.

Esta última imagen de la mochila para mí, sinceramente, es todo un símbolo. Esa mochila arrastrada por Elián es como una carga pesada para él; baja la cabecita porque no puede (Muestran imagen), y se ve como si llevara dentro de esa mochila la carga pesada en que se ha convertido la vida actual de él.

Para terminar, digo que las abuelas confirman todo esto, lamentablemente, cuando plantean que el niño se queja: "Tengo muchas tareas, tengo muchos libros; voy a la escuela para no ser un burro", dicen que dijo así: "Voy a la escuela para no ser un burro"; o sea, no porque disfrute la escuela, ni porque voy a encontrarme con mis amiguitos, con Hanser; no, no, para no ser un burro, lo que demuestra que es un niño bastante inteligente.

Yamila de Armas.- ¿Qué imagen le están haciendo a nuestro niño de escuela, de formarse, de prepararse? ¿Qué tiene que ver eso con los valores que hemos dicho que forman parte de ese cimiento, de esa fortaleza?, en un niño que ya se ha reconocido un niño inteligente; o sea, no podemos decir que estos son problemas de la inteligencia. ¿Será que nuestro niño está dando síntomas ya de esa carga pesada que nos decía Elsa? ¿Nos está dando un agotamiento en el sentido de su rendimiento pedagógico? Imaginen entonces cómo al redondear toda esta etapa del daño nos queda claro que nuestro niño está dañado.

Ahora sentimos la necesidad de abrir una puerta para que las personas que nos escuchan sepan cuánto optimismo hemos encontrado y la explicación de ese optimismo. Y esta dosis de optimismo está en algunas fortalezas que hemos encontrado en toda la concepción y en todo lo que hemos visto en el desarrollo de este niño.

Voy a pedirle a la licenciada Yohanca, que nos ha estado insistiendo en que estos elementos nos llevan a esa fortaleza.

Yohanca Valdés.- Como bien tú decías, creo que ha llegado el momento en que los televidentes se preguntarán cómo Elián ha podido ajustarse a un medio tan hostil, a situaciones tan adversas, ¿qué recursos tiene el niño para poder compensar todas estas dificultades?

Quiero subrayar una cosa para que quede bien clara y, ojo con esto: No se trata de un niño que se ha adaptado a la realidad, porque esto comienza a convertirse ya en un argumento que del otro lado empiezan a manipular como el que niño se está adaptando a aquella realidad; no, no, no, para nosotros no existen evidencias de adaptación.

Sí quisiera enumerar brevemente cuáles son aquellos recursos o mecanismos de compensación que le han permitido al niño sobrevivir en estas condiciones tan adversas, y lo voy a decir claramente para que los televidentes y los radioyentes puedan comprender de lo que estamos hablando.

Tenemos un elemento a favor, y es precisamente la edad del niño, el período evolutivo que atraviesa el niño en la actualidad. El niño está comenzando a descubrir su mundo interno; es decir, es un niño que puede incorporar nuevos eventos sin que a nuestros ojos se muestre una desestructuración de su personalidad. En el niño hay una prevalencia de elementos racionales que le permiten ir incorporando los diferentes cambios que están teniendo lugar en su realidad, sin que esto implique una adaptación a la misma, como yo decía.

Otro de los recursos con que cuenta el niño es precisamente toda una vida en la familia (Muestran imagen), que refuerza la existencia de fuertes vínculos afectivos, vínculos afectivos estables con los padres, con las abuelas y que nos hace pensar —y creo que ha quedado claro en las otras mesas redondas que se han realizado— en un ambiente familiar de seguridad, de apoyo, de protección, en el cual en todo momento el niño está mostrando evidencias de identificación con estas figuras.

Otro de los puntos de contacto con la realidad actual que el niño está viviendo, es que se trata de un niño que ha tenido cuidados múltiples; es decir, no ha estado solamente cuidado por una sola persona, sino que tiene diferentes familiares o patrones de referencia que le permiten ajustarse a una realidad en la que constantemente están cambiando las personas: está la figura de la prima, de los tíos abuelos, lo cual no quiere decir –vuelvo a subrayar, porque pienso que es importante– adaptarse a esta situación.

Como decía, existe toda una memoria histórica que resume la subjetividad del niño que es irrepetible, una memoria histórica que refleja los vínculos afectivos con la familia, los vínculos con los compañeros del aula, con la figura de la maestra, toda una memoria histórica que, aunque la han querido vaciar, todavía no lo han logrado. Y tenemos evidencias en los testimonios de las abuelas, testimonios muy fehacientes.

Quisiera señalar aquí que el niño logra reconocer en el álbum que le llevan las abuelas quiénes son sus amiguitos, reconoce sus cuadernos, pregunta por su escuela. Es decir que todavía el niño hace referencia a hechos concretos que nos hacen pensar que todavía su memoria se activa cuando recuerda todos estos fenómenos.

Pienso que también esto se hace evidente en los momentos de animación que el niño tiene durante el encuentro con las abuelas. Es un niño que, aunque se mantiene temeroso, habla bajito, sí tiene momentos de reanimación, sobre todo cuando se hace referencia a toda esta vida muy familiar para él durante los seis años.

Otro de los recursos que posee, es que no existen antecedentes de ser un niño enfermizo desde el punto de vista físico, no existen antecedentes de alteraciones psicológicas ni psiquiátricas en el niño. Para no repetir muchas de las ideas expuestas por su pediatra, que lo atendió durante estos seis años, expresadas en la primera mesa redonda con los psicólogos y psiquiatras, solo diré que ella dice que es un niño con enfermedades leves, no es un niño preocupante por su estado de salud. Dice textualmente que "presenta un desarrollo psicomotor y psicológico adecuado".

Como bien nos explicaba Elsa, se trata de un niño con buen nivel intelectual, que se refleja en la intervención que hace también la maestra en esta primera mesa, que plantea que es un niño que lograr hacer análisis de contenidos fluidos, rápidos; es decir que es un niño que tiene un coeficiente de inteligencia, pudiéramos decir, adecuado.

Otro elemento importante para nosotros es que es un niño que presenta condiciones favorables en cuanto a la adaptación a las vías no formales y a la escuela; es un niño que, a pesar del poco tiempo que lleva en primer grado, se ha identificado con la escuela como fuente de seguridad, de apoyo, de ayuda.

Quisiera, si es posible, rodar la imagen donde la abuela hace evidente que se trataba de un niño con vínculos afectivos muy estables, fuertes; que se trataba de un niño muy cariñoso, muy noble (Ponen video).

Mariela Quintana.- ...Apenas hablaba, no era expresivo. No lo vi llorar, ni abrazarme, ni besarme y él no era un niño así; él era muy cariñoso, se pasaba el día besándome, abrazándome, haciéndome maldades.

Yohanca Valdés.- Yo quisiera, antes de terminar, enfatizar una idea. No se trata solamente ya de un niño secuestrado, sino de un niño con evidentes daños en su desarrollo psicológico. Ojo con esto. Pienso que es un aspecto que hay que tener en cuenta ya, y, como decía la doctora Aurora, la variable tiempo nos está imponiendo ya un límite.

Eso era lo que quería apuntar.

Yamila de Armas.- Bueno, estamos casi acercándonos a una última parte en la que hablemos de riesgos, de pronósticos; pero me parece que es importante regresar un momento a un riesgo muy particular que tiene relación con algunos síntomas que se reflejaron al inicio, y yo quisiera pedirle a la profesora Conchita que muy rápidamente, muy sucintamente, podamos hablar de algunas de otras amenazas que en ese sentido podemos alertar que están ocurriendo, y que incluso puede ser también un mensaje para todos.

María de la C. Galiano.- Sí, yo realmente soy una defensora de trabajar los factores protectores, porque eso nos pone en el camino de todo lo que podemos alcanzar con un individuo, con una persona; sin embargo, hay algo que me preocupa mucho, y es lo relacionado con el régimen actual de vida de Elián, que está dentro de los riesgos.

Me parece que después se van a desarrollar algunos puntos alrededor de los riesgos, pero yo quisiera enfatizar sobre esto.

Realmente tengo mucho interés en leer una parte de este famoso artículo, que es "La pesadilla flotante de Elián". Y lo voy a leer para que los presentes y todos los televidentes tengan una idea de cómo se lleva a cabo un día común en la vida de Elián, y de ahí vamos a sacar lo que nos interesa trabajar.

Como ya les habíamos dicho, esto salió el día 30 de enero de este año. Dice así:

Elián es un niño pequeño que se levanta todos los días a las 7:00 de la mañana para ir a la escuela, que le gusta la leche con chocolate y jugar nittendo, y quien, al igual que casi todos los niños, parece sentirse más feliz cuando juega fuera de su casa con otros niños de su edad. Va a la escuela a las 8:00 de la mañana rodeado de periodistas y oficiales de policía. Regresa a las 2:30 otra vez rodeado de fotógrafos, policías y curiosos.

Cuando llega a la casa, toma su leche con chocolate, mira televisión y juega nittendo.

Posteriormente se le permite salir al patio, en lo que ha sido calificado por los periodistas que cubren el "evento" como su carrera de 15 minutos, pues estos 15 minutos de juego en el patio es el momento en que los periodistas lo pueden filmar.

Es durante ese tiempo que a veces se le permite jugar con niños de su edad que lo visitan, pues generalmente juega con los perros, corre de un lado para otro o juega con algunos adultos.

Después de su carrera, Elián vuelve a la casa. Cena, hace su tarea, mira televisión, mira videos favoritos y juega nittendo.

En la noche, si se mantiene inquieto, se le permite salir otros 15 minutos para irse posteriormente a la cama a las 9:00 de la noche.

Esto ya se ha trabajado por otros compañeros que me antecedieron, y es el problema del poco tiempo que tiene Elián para el juego.

Hay que tener en cuenta que el juego en esta edad es de vital importancia para el niño escolar. Constituye prácticamente parte del alimento del alma. Aquí, durante el juego, el niño conoce todo lo que son los roles, interioriza normas de conductas, interioriza valores y se va desarrollando como ser humano, o sea, que el juego es muy importante.

Pero, ¿qué encontramos a diferencia del juego? Algo que nos preocupa mucho no solamente a nosotros, está preocupando mucho a la comunidad científica internacional, que es la llamada ludopatía o juego patológico.

Con el advenimiento del desarrollo de la ciencia, los equipos computarizados, etcétera, pues hay una epidemia de juegos computarizados para los niños. Los niños pasan horas delante de los nittendos, delante de las computadoras, los videos y los juegos, y esto hace que se vayan ensimismando en esto de tal manera que se crea lo que se llama adicción al juego. Es casi una toxicomanía, es una adicción; o sea, el niño deja de hacer todo lo que le concierne para su edad para dedicarse al juego nada más.

Imagínense, esto trae como consecuencia que el niño se enajena, disminuye sus relaciones sociales; pero, además, ¿qué es lo que generalmente se ve en los nittendos? Imágenes agresivas, imágenes donde prevalece la fuerza, y el niño se enriquece y se alimenta precisamente de estas imágenes. Esto, a diferencia de una relación interpersonal adecuada y armónica, lo va enajenando cada vez más, estableciéndose un círculo vicioso en el cual hay dificultades, sale con problemas el aprendizaje, pero, además, también la distorsión afectiva que conlleva a todas estas prácticas de adicción al juego.

Yamila de Armas.- Yo creo que efectivamente nos ha quedado muy claro ese riesgo particular del cual usted nos hace la alerta, y ha llegado yo creo esa imagen completamente.

En este capítulo de riesgos, y acercándonos a algo, que poniéndome también en el lugar del televidente yo creo que lo necesita ya en este momento, que es nuevamente poder acompañarlos en la predicción de un pronóstico, sobre todo en ese decursar de esa variable implacable llamada tiempo, creo que es el profesor Cristóbal —que también nos ha acompañado en momentos anteriores— quien puede ir resumiendo estas ideas al hablarnos de los riesgos, del pronóstico y también reiterar con mucha más fuerza con qué urgencia necesitamos que las cosas pasen.

Cristóbal Martínez.- Nuestra política de salud está caracterizada por un enfoque preventivo —eso todos lo conocemos y es de manejo nacional e internacional—, y ese enfoque preventivo está basado en que nosotros debemos prevenir los riesgos; o sea, nosotros debemos evitar los riesgos que cualquier persona puede correr.

Claro, se ha hablado mucho de riesgo, hemos hablado de factores protectores; pero creo que es importante definir qué cosa es un riesgo, porque la población puede decir: Bueno, un riesgo es que uno se cae, o se da un golpe, o lo arrolla un automóvil. No, no se trata de eso; se trata de aquellas condiciones, o aquellas características y cualidades de las personas, de los individuos y del medio, que favorecen o dan la probabilidad de que se dañe la salud. Y así hablamos, por ejemplo, del riesgo de fumar, el riesgo de tomar muchas bebidas alcohólicas, el riesgo de ser obeso, que son riesgos que conducen a la probabilidad de que la persona padezca un infarto o padezca un cáncer o padezca de una cirrosis hepática. Son probabilidades, no quiere decir que todo el que fuma tiene cáncer, pero tiene riesgos de padecer cáncer.

Entonces, evidentemente, vamos a analizar en el caso de Elián específicamente cuáles son los riesgos que ese niño está corriendo ahora y cuáles son los riesgos futuros, que eso lo vamos a tratar de pronosticar también.

Hemos hablado de factores protectores. ¿Qué cosas son los factores protectores? Son las condiciones del medio que favorecen el desarrollo de una personalidad fuerte para enfrentar estos factores de riesgo, de los cuales Elián ha dado muestras de tener muchos factores protectores. El es un niño fuerte, ya aquí se ha hablado bastante de eso; pero quería definir lo que es un factor protector para que se tuviera bien claro por la población: son aquellos factores que evitan o que se oponen a los factores de riesgo.

Los médicos cubanos, los psiquiatras infantiles entre ellos, hemos elaborado una calificación de los factores de riesgo y los tenemos clasificados por esferas, y así nosotros hablamos de riesgos familiares. Los riesgos familiares son aquellos que se producen en la familia, y en esta familia supuesta, esta gente que se quieren llamar familia, en estos momentos hay un hecho que es un riesgo, que es el hecho que ha migrado; o sea, este niño está en una situación de migración, lo cual está bien definido que es un riesgo, eso lo hemos hablado en otras ocasiones y otros científicos lo han planteado.

El hecho de tener en la familia algunas personas con conductas antisociales es un riesgo para cualquier miembro de la familia, y ya sabemos, por todos los cables que han llegado del Daily News, de los antecedentes que tiene alguna de esta gente que están aparentemente simulando ser familia de Elián, estos primos delincuentes que tienen una cantidad de antecedentes espantosos.

Hemos clasificado también los riesgos en riesgos educacionales, o sea, los riesgos que el niño corre en la escuela. Pareciera ser que en las escuelas no se corren riesgos; sí se corren riesgos. Si la escuela tiene unas condiciones inadecuadas, eso constituye un riesgo, y estas condiciones inadecuadas son evidentes en aquel mundo. Ese niño —como ya se explicó aquí— llegó el último, no tiene amiguitos que lo apoyen, quizás está un poco discriminado; o sea, hay muchas cosas que nos hacen pensar que las condiciones de esa escuela para el niño no son las más adecuadas, e incluso ya él está dando muestras de esto, porque se está retrayendo, está manifestando que no quiere ir. Si le gustara mucho la escuela y si fuera tan buena, él quería ir en cualquier condición.

Otra cosa son los patrones de conducta de los profesores en la escuela, y, evidentemente, los patrones de conducta de estos profesores no se parecen a los patrones de conducta de los profesores de aquí. Eso no tenemos nosotros que demostrarlo, eso queda bien implícito.

Otra cosa es el bilingüismo, que ya la doctora Elsa Núñez se refirió a eso, y los problemas que tiene el bilingüismo.

Hay riesgos de la comunidad, y ahí sí creo que tenemos que detenernos, en los riesgos de aquella comunidad. En aquella comunidad donde ese niño vive no tiene áreas recreativas abiertas, tiene que jugar en un patiecito durante 15 minutos y no puede salir a la calle; cuando aquí en su país él salía a la calle, tenemos noticias de que jugaba en la calle con los amiguitos, se metía en los charcos y disfrutaba muchísimo de jugar con sus amiguitos, a los cuales reconoció cuando le enseñaron el álbum.

Actividades sociales muy escasas. Allá no hay actividades sociales para este niño, o sea, las actividades sociales son muy muy limitadas, no son realmente sociales porque no comportan una relación con la sociedad que allí se establece.

No hay actividades deportivas. Este niño no puede practicar ningún deporte; ese bate que tiene no sé con qué pelota, ni con qué niño juega. Anda con un bate y no hay pelota; eso no es deporte. Un bate para darles batazos a los perros, para darle batazos al tío, ¿así se usa un bate? El bate se usa para jugar pelota, y el niño lo está usando quién sabe con qué objetivo.

Hay ausencia de juegos tradicionales. Ese niño no puede jugar a las bolas, a los trompos, a las cosas que juegan los niños en nuestro país; tiene que jugar a quién sabe qué, al nittendo, a la televisión, cosas que se ha demostrado que producen estos daños que decía la doctora Conchita, y, además de eso, que en casos sensibles está demostrado que pueden producir hasta convulsiones. Eso está dicho. Ya algunos países le tienen que poner al nittendo —igual que se les pone a las cajetillas de cigarros— que el uso y el abuso de este medio puede producir daño neurológico. Así está normado.

Malas condiciones socioambientales. En este ambiente todo el mundo sabe aquí lo que es la Pequeña Habana, eso no tenemos nosotros que explicarlo. Allí hay un ambiente agresivo, se habla de que hay continuamente bandas que se mueven por allí —han salido en los periódicos aquí todas esas cosas, no vamos a insistir.

Hay unos medios masivos de comunicación muy agresivos, no solamente porque lo están agrediendo, sino porque lo que él ve por televisión también tiene mucha agresividad. Se ha dicho la cantidad de asesinatos que ve un niño en Estados Unidos por televisión en un mes, que son miles.

El riesgo individual es otra clasificación: el déficit de juego, la sobrestimulación, el maltrato emocional y psicológico al que ya nos hemos referido y que está comprobado.

Hemos hablado en sentido general de los riesgos a nivel intelectual —como ya hemos dicho—, a nivel de la educación, a nivel conductual, las conductas estas que el niño tiene; pero hay un riesgo al cual me quiero referir específicamente, porque creo que es el más grave, el que más a mí me causa dolor, es el riesgo emocional que este niño tiene.

Este niño está en proceso de duelo. Todos sabemos lo que es el duelo, todo el mundo ha perdido a alguien, a algún familiar querido y sabe lo que es el duelo.

El duelo, como proceso, es un proceso que está elaborado por todas las culturas. Todas las culturas tienen un proceso para elaborar el duelo: el velorio, el llanto en familia, el entierro, toda una serie de rituales de cualquier tipo que en todas las culturas se establecen, porque es una necesidad del ser humano; es una necesidad del ser humano llorar a sus muertos. La sabiduría popular lo dice: "Hay que llorar a los muertos, porque el llanto es un alivio psicológico".

La tristeza esta que no se expresa daña a nuestra mente, y no solamente daña nuestra mente, esta tristeza que no se expresa va a dañar hasta nuestro organismo, va a dañar nuestro aparato digestivo, cardiovascular, renal, sexual, respiratorio, todos los aparatos se dañan. Cuando las emociones se contienen dañan el organismo, y se expresa de muchas maneras: con taquicardia, con hipertensión, con infarto, con dolores de estómago, se expresa de muchas maneras, y, por supuesto, desde el punto de vista psicológico mucho más.

El duelo hay que elaborarlo. Los niños elaboran el duelo de una manera muy curiosa, no es igual que los adultos; el duelo de los adultos se expresa de una manera muy clara. Los niños no, los niños a veces empiezan con un llanto furioso, con reacciones agresivas, después pasan a etapas de llanto más suave; a veces preguntan si el que se murió va a volver, a veces dicen: "cuando él regrese", "cuando él viva otra vez". Hemos tenido experiencias dolorosísimas de que un niño de tres o cuatro años le dice a la madre continuamente: "Cuando mi papá venga, yo le voy a decir que tú me hiciste esto", lo dicen continuamente, y a veces preguntan otras cosas. Pero sí él tiene que ver con la muerte de esta persona que murió, sí él tiene algo que ver, porque a veces un niño desea que alguien, por algún motivo, le dicen a las personas: "¡Ojalá te mueras!", jugando, y después la persona se muere, entonces le entra una culpabilidad espantosa, porque él cree que porque lo dijo, en su pensamiento mágico, la persona se murió.

Nuestra población debe conocer que esas cosas no se deben hacer.

El duelo pasa por etapas: la etapa de crisis en la cual hay desorientación, confusión y ansiedad; la etapa de pena por el ser querido; la etapa de protesta, de ira, de resentimiento; la etapa de desesperanza; la etapa entonces de elaboración, en la cual se recupera todo eso y entonces hay una sensación de alivio. Si no hay elaboración, el niño se inhibe, pierde la confianza, y la pérdida en esta situación, cuando es una situación violenta, es todavía peor.

Hay factores que dificultan la elaboración del duelo en Elián. ¿Cuáles son? Los cambios masivos cuya magnitud sobrepasa la capacidad de este niño, la falta de una familia para enfrentar y contener la tristeza lógica que este niño tiene; o sea, este niño necesita una familia que lo pueda contener, una familia de verdad: su padre, sus abuelas, que cuando él llore a su madre ellos también se sientan tristes y sea una familia que sienta la pérdida de su madre, que aquella gente allá no tienen por qué sentir la pérdida de la madre, porque ni siquiera familia de ellos era, ni siquiera un familiar lejano.

Hemos tenido muchas experiencias en que esto así se elabora muy bien, que los niños lo manejan, que la familia los apoya.

Claro, esto es una situación dolorosa, es verdad que duele elaborar un duelo, es verdad que eso duele. La gente le huye a eso porque duele, y entonces muchas veces he tenido el dolor yo de tener que ser el que les informe a los niños.

Las pérdidas se dan en varios niveles. En este caso: pérdida de un ser querido, pérdida de la mascota —de la Niña, como sabemos—, pérdida de los amigos, pérdida de la casa, pérdida del barrio, pérdida de la cultura y pérdida de la familia. Todos esos son duelos en ese niño, no solamente la pérdida de la madre; perdió su cultura, su familia, la casa, el barrio, los amigos, la mascota. Adaptarse a todo eso conlleva mucho dolor, pero ese dolor hay que pasarlo y necesita que todas esas pérdidas se recuperen, y la otra, que no es reparable... Bueno, la pérdida de la madre nunca la va a poder recuperar, pero las otras sí.

Mientras más profundos sean estos factores de riesgo, más daño va a haber. Ahora, si nosotros analizamos y hacemos acciones que facilitan los factores protectores de este niño, seguramente vamos a tener un pronóstico probable.

¿Cuál es el pronóstico probable? Teniendo en cuenta los factores protectores que tiene, teniendo en cuenta los recursos que nosotros tenemos aquí para atenderlo, ¿cuál es el pronóstico? Si la lógica, la ética, la decencia y la sensibilidad de alguna gente en otros lugares se pone de manifiesto y nos lo devuelven, que es lo que tienen que hacer ya, nosotros podemos reparar la pérdida de los amigos, de la casa, del barrio, de la cultura y de la familia, porque tenemos recursos para eso y la familia tiene recursos para eso.

Si esto se prolonga por equis motivos, los riesgos educacionales, familiares se siguen manteniendo, las pérdidas siguen iguales, el duelo se congela, el maltrato continúa. De la pecera esa que dice el Daily News que está, va a pasar ahora a una jaula, porque ya están haciendo una cerca; estaba en una pecera, dice el Daily News, y lo van a meter en una jaula. De ahí entonces la urgencia que advertimos; desde el 16 de diciembre estamos advirtiendo que esto es urgente, que el tiempo está en contra del niño y hasta ahora no se nos ha hecho caso. Cada día que pasa se acrecienta el riesgo.

Y yo me pregunto, ya para finalizar: ¿Hasta cuándo se va a permitir este abuso?

Yamila de Armas.- Efectivamente, yo creo que las palabras contundentes del profesor Cristóbal nos dan la sensación de la urgencia ante este pronóstico y nos dejan realmente la sensación de un llamado cada vez más fuerte para esto.

Yo creo que ha sido el profesor Cristóbal, precisamente, quien desde la primera mesa redonda hizo un llamado a la comunidad científica internacional, y múltiples han sido los acompañamientos de personas provenientes de esta comunidad para decirnos de la coincidencia de lo que decimos, de lo que pensamos, de lo que hemos expresado, y de lo que ellos, desde sus puntos de vista y con el mismo basamento teórico y científico que nos sostiene, nos acompañan. Muchos de ellos pudieran decirlo virtualmente si estuvieran aquí.

Yo voy a pedir que nos rueden algunas de estas imágenes de profesionales; algunos de ellos —en el caso de los dos; por razones de tiempo no pudiéramos tener muchos más—, solamente en su presentación, como pudiera ser el caso de Federico Mayor, cuyo prestigio y autoridad nadie se atrevería a discutir, tienen total coincidencia con lo que estamos diciendo.

Luego, hemos estado acompañados por estos criterios muy autorizados, y creo que son sus palabras las mejores que pueden confirmar lo que estoy diciendo (Ruedan imágenes).

Federico Mayor.- Como científico, como especialista en Neurociencias, advierto sobre las peligrosas circunstancias a las que se está sometiendo a Elián, que pueden poner en grave riesgo su estabilidad biológica y psicológica.

Yamila de Armas.- Hay un lugar de nuestra América en que su población infantil ha sido sometida a fenómenos muy difíciles de este tipo, y para nosotros, como profesionales, un punto de referencia muy importante es también la opinión de profesionales argentinos que se han referido a este tema.

Quiero pasarle rápidamente la palabra a Patricia para que se refiera a esto, a algunos materiales que tenemos en este sentido, que yo creo que también apoyan lo que estoy diciendo.

Patricia Arés.- Muchos profesionales de diferentes latitudes se han unido a nuestra denuncia y están evidenciando un daño emocional ya bastante avanzado en este niño. Es decir, no estamos solos en este empeño y, sin embargo, pudiéramos decir que los profesionales que pueden tener acceso al niño están en circunstancias de violar dos principios éticos importantes: en primer lugar, no tienen los recursos para poder elaborar un daño emocional en este niño, porque no está la familia, porque no está la autorización del padre, es decir, no tienen los recursos, y, en segundo lugar, no están al servicio de la recuperación del daño emocional en este niño.

Yo pienso que hay una experiencia interesante, que es la experiencia de las madres de la Plaza de Mayo, que han podido trasmitirnos, como psicólogos, sus experiencias de cuál es el impacto emocional que tiene en un menor una situación de secuestro y cuáles son todas las experiencias desestructurantes para el psiquismo humano la situación de la desaparición y la situación del secuestro. Esta experiencia viene muy a tono en este momento en que los psicólogos cubanos por primera vez estamos experienciando un caso de tal magnitud.

En ese sentido yo quiero leerles un fragmento de una carta de la señora Laura Bonaparte, que es madre de la Plaza de Mayo, también psicóloga, que denuncia el hecho del secuestro, y se refiere así:

Estimado Don Roberto:

Esta vez es por Elián González, un niño, nacido en Cuba de padres y abuelas cubanas. Debe haber leído su historia.

Usted sabe que el secuestro de Elián González es un hecho gravísimo. Y aunque tiene que ver con lo político y económico, quiero obviar estos dos aspectos que agregan infamia al hecho en sí. Quiero hablarle solo del secuestro.

(...)

El secuestro implica una situación gravísima en su complejidad. No se trata de una apropiación ilegal de un objeto, de un robo. Se trata de una apropiación de un ser humano. De un robo, en este caso, de un niño, con lo cual la pena se agrava. Lo saben los juristas americanos: el secuestro implica convertir a esa persona en un objeto, con el daño psíquico para el secuestrado.

(...)

Es criminal obligar al niño a decidir, confundido como está, repitiendo gestos, como si estuviera en una película, con decorados.

(...)

Aquí hace falta don Roberto. ¿Se acuerda, don Roberto, de por qué usted me entregó a mi nieto, arriesgando su libertad y su vida? ¿Se acuerda de por qué tantos riesgos? Usted, don Roberto, me dijo: "Este niño, su nieto, ya no tiene quién le cuente quién es con la veracidad que él pueda confirmar entre cualquier gente. Usted le puede decir quiénes fueron sus padres, quiénes son sus abuelos. Usted, como abuela, es la única sobreviviente que puede decirle a su nieto quién es él. Usted lo vio nacer, sabe sobre sus padres, sus abuelas y abuelos, y puede cantarle las canciones que le cantaban su mamá y su papá." Don Roberto, don Roberto, ¿se anima a viajar a Miami y devolver ese niño a su padre y a sus abuelas, como usted devolvió a mi nieto a su propia vida, a su propia identidad? Un abrazo de Laura.

Evidentemente, aquí Laura está haciendo una denuncia de lo importante que representa trabajar con un niño en una situación de secuestro. Y creo que los psicólogos cubanos nos hemos unido en este empeño que tuviesen en un momento determinado las Madres de la Plaza de Mayo por convertir el dolor en espíritu de lucha, la vulnerabilidad en fortaleza y las heridas personales y privadas en una acción social comprometida.

Yamila de Armas.- ¿Será entonces que necesitamos un don Roberto? Tristemente.

Voy a servirme ahora de un cable recibido de AFP y fechado febrero 1º, y lo voy a hacer para traer a la mesa algo que nos repugna realmente, y que va a justificar y a explicar algo que se constituirá posteriormente en una denuncia desde el punto de vista ético y profesional, moral y científico también. Por eso voy a tomar aquí una contradicción reconocida por ellos mismos, y dice así AFP:

El abogado y el portavoz de los parientes del pequeño náufrago cubano Elián González dieron este martes distintas versiones sobre si el niño recibe o no atención psiquiátrica.

Fíjense, todos hemos coincidido en lo importante de que necesita asistencia. Claro está, aquí.

El niño ha vivido mucho estrés últimamente —continúa diciendo—, informó Spencer Eig, abogado de los parientes del niño que sobrevivió en noviembre de la tragedia en alta mar, donde murieron su madre y otros 10 cubanos.

Dice más adelante:

A Elián le han atendido de forma regular psicólogos desde que está aquí en Miami, precisó Eig a la prensa.

Bueno, son dos, un psicólogo y un psiquiatra que trabajan juntos. He hablado con ellos pero no sé con qué frecuencia atienden al niño, señaló Eig.

Uno de los médicos, la psiquiatra, nos acompañó a la casa de sor Jeanne (O'Laughlin, en cuya casa se celebró la reunión la semana pasada con las abuelas del niño), porque para Elián se trata de un momento extremadamente estresante.

Dice también a continuación:

No obstante, Armando Gutiérrez, portavoz de los parientes residentes en Miami, negó tajantemente que un psiquiatra hubiera atendido a Elián nunca.

¿Será posible que en un tema tan importante no hayan tenido ni siquiera el escrúpulo de ponerse de acuerdo? ¿Será que este, que es un elemento sustantivo de las cosas que estamos diciendo y de lo que está alertando la comunidad científica internacional, y a lo que todos nos hemos referido, sea un hecho tan intrascendente que permita que dos de las personas bien ligadas a aquella familia ni siquiera se pongan de acuerdo a la hora de expresar esa información, y sobre todo a los 74 días de ocurrido el incidente?

Este análisis hecho desde el punto de vista de un artículo confirma definitivamente que está recibiendo un apoyo técnico y científico. Y creemos que es el momento de hacer la denuncia de este comportamiento científicamente limitado.

Y es importante que nos detengamos: científicamente limitado, y ha quedado demostrado fehacientemente por qué está limitado, utilizando recursos inoportunos en ese momento. En el momento en que precisamente necesita organizar su duelo, en el que más débil está el niño, todo parece indicar que hay evidencias de tratamiento conductual, de maquinación, de manejo, de vaciamiento, de conducción.

¿Y por qué permanecen en la sombra? ¿Por qué no han dado el rostro si se supone que estuvieran representando magníficas cosas y atendiendo a un niño? ¿Qué esconden detrás de su conducta?

Hemos visto muchísimas evidencias del chantaje emocional a que el niño está sometido, y me pregunto por aquellos lugares donde se formaron, aquellas universidades, aquellos colegios que aguardan a estas personas.

Nosotros debiéramos pedirles a los profesionales que una vez más reflexionaran en su comportamiento ético, moral, científico, ante este asunto, y también deberíamos pedirles a sus colegios, a sus universidades, que sintieran pena por tener profesionales de esta dudosa conducta. Y digo dudosa porque no nos asisten otras evidencias que las dichas por ellos mismos. Pero dudosas sí, éticamente insostenibles, moralmente insostenibles y científicamente cuestionables.

Por eso nosotros hemos llegado al consenso de que es un momento también este de denuncia de aquel comportamiento, y ese debe ser posiblemente el final al que estamos llegando en la noche de hoy, en el reconocimiento de un niño dañado, con potencialidades y con urgencia de ser regresado para ser recuperado. Es eso, es la urgencia, por este pronóstico, y es también la condena, y es también la denuncia de quienes desde la sombra, no sabemos exactamente por qué, o lo sabemos, no dan su rostro y manipulan y conducen a nuestro niño.

Estas han sido las reflexiones 74 días después, y solo unas horas después de que las abuelas nos contaran qué ha pasado con nuestro niño.

Muchísimas gracias.