INFORMACIÓN SOBRE LAS RAZONES DEL ARRESTO DE LOS CIUDADANOS CHECOS IVAN PILIP Y JAN BUBENIK, Y LOS AMPLIOS ANTECEDENTES CONSPIRATIVOS E INJERENCISTAS DEL GOBIERNO Y LOS REPRESENTANTES DIPLOMÁTICOS DE LA REPÚBLICA CHECA EN CUBA, QUE EXPLICAN EL VÍNCULO ESTRECHO Y DIRECTO DE ESA POLÍTICA Y EL INCIDENTE OCURRIDO.

El Gobierno de la República Checa, como continuación de la campaña desatada para poner en duda la denuncia de Cuba, ha seguido manteniendo que las acusaciones formuladas contra dos ciudadanos checos sorprendidos mientras promovían la subversión interna en nuestro país son falsas.

Por desconocimiento, por prejuicios o por mala intención, representantes de otros países se han hecho eco de las falsedades vertidas y han dado criterios a priori que, por su contenido y naturaleza, son lesivos para el pueblo y Gobierno de la República de Cuba.

¿Cuál es la realidad?

El 12 de enero de este año, las autoridades de Inmigración y Extranjería de la provincia de Ciego de Ávila, en la República de Cuba, procedieron a detener a los ciudadanos checos Ivan Pilip y Jan Bubenik, quienes violando su status de turistas y cumpliendo indicaciones de la organización contrarrevolucionaria asentada en los Estados Unidos, Freedom House, mantuvieron reuniones de carácter conspirativo con integrantes de pequeños grupos subversivos residentes en esa provincia.

El involucramiento de la organización Freedom House en el más reciente programa Cuba creado por el Gobierno de los Estados Unidos para desestabilizar a nuestra Revolución mediante la promoción de la subversión interna, bajo la sección 109 de la Ley Helms-Burton aprobada en 1996, comenzó en 1997 con el proyecto "Transición" que recibió un generoso financiamiento de la Agencia para el Desarrollo internacional de los EE.UU. por un valor de 500 mil dólares, seguido por otro ascendente a 275 mil dólares en 1999, que fue doblado en el año 2000 a 550 mil dólares. El primer programa dio lugar al surgimiento de un centro anticubano denominado "Centro para una Cuba Libre" que, presidido por el agente de la CIA y ex Director del Proyecto Cuba de Freedom House, Frank Calzón, ha recibido ya más de un millón de dólares de la Agencia para la Ayuda Internacional de los Estados Unidos (USAID) con iguales propósitos.

El actual programa de Freedom House tiene entre sus áreas fundamentales de trabajo localizar y reclutar, para luego enviar a Cuba, con fines desestabilizadores y subversivos, a políticos, periodistas y activistas comunitarios de Europa Centro-Este con experiencia en las llamadas "transiciones democráticas", forma en que califican el derrocamiento del régimen revolucionario.

La USAID reconoció públicamente en junio del 2000 que Freedom House organizó la visita a Cuba de 4 periodistas, 4 parlamentarios, 2 economistas y un académico de Europa del Este, todos los cuales fueron financiados y entrenados con fondos del Gobierno de los Estados Unidos con fines subversivos, exactamente igual que lo que acaban de hacer con Ivan Pilip y Jan Bubenik como hemos podido comprobar.

Ivan Pilip fue Ministro de Finanzas en su país y en la actualidad es Diputado al Parlamento checo. Por su parte, Jan Bubenik es miembro de la denominada "Fundación Prodemocrática Checa" y fue uno de los dirigentes del movimiento antisocialista en Checoslovaquia.

Ambos arribaron a Cuba el 8 de enero del año 2001 a través del Aeropuerto Internacional "José Martí" en el vuelo CBE-7538 procedente de Cancún, México, luego de una estancia de dos días en los Estados Unidos.

Como resultado del proceso investigativo, se ha establecido que Ivan Pilip mantiene vínculos con funcionarios de la organización Freedom House, entre ellos con Robert (Bob) Pontichera, Director de Programas de esa institución, quien le propuso sufragarle un viaje a Cuba en compañía de un amigo, con la finalidad de contactar y hacer llegar a varias personas comprometidas los medios necesarios para cumplimentar el programa de actividades subversivas del gobierno de Estados Unidos.

Se precisó que Pilip y Bubenik arribaron a Nueva York en los primeros días de enero, entrevistándose el día 6 de este mes, durante una cena, con Robert Pontichera, quien les comunicó que las personas con las que se encontrarían en Cuba eran opositores del gobierno cubano, y que con ellos debían conversar y obtener información sobre la situación política, económica y social de Cuba. Pontichera les entregó un listado con los nombres y direcciones de esas personas y 1 400 dólares para gastos de hospedaje, renta de auto y comidas, que debían justificar con los comprobantes de pago.

El representante de Freedom House abasteció a los dos ciudadanos checos de una microcomputadora portátil con varios aditamentos, disquetes y discos compactos, con el fin de que se los entregaran a las personas con quienes se entrevistarían en nuestro país.

Les orientó también que al regreso de Cuba debían contactar nuevamente en los Estados Unidos al representante de la Freedom House para conocer el resultado de la visita y las informaciones recogidas, por lo que el itinerario de regreso que seguirían era La Habana-Cancún-Miami-Washington, donde permanecerían varios días.

Les indicó igualmente que los nombres de las personas a contactar en Cuba deberían ser registrados en la agenda electrónica con una clave privada para evitar que las autoridades hallaran tal información en el caso de ser detenidos.

En las investigaciones realizadas sobre la estancia en Cuba de estos ciudadanos checos, se ha precisado que al arribar a nuestro país rentaron el auto de turismo placa T-005267 en el que viajaron a las provincias de Matanzas, Cienfuegos y Sancti Spíritus, cual simples turistas que recorrían el oeste del país, y continuaron el 11 de enero hacia la provincia de Ciego de Ávila, primer punto de contacto según la lista de personas que les entregaron en Estados Unidos, residentes en la región central y oriental del país.

En dicha provincia visitaron a dos conocidos contrarrevolucionarios, con quienes abordaron los asuntos indicados por Robert Pontichera e intentaron la búsqueda de información para trasladar a Freedom House. La lista de nombres y direcciones fue protegida por medios electrónicos.

Las acciones encomendadas a los señores Pilip y Bubenik no son nuevas para nuestro país. Constituyen una muestra más del cúmulo de actividades injerencistas y desestabilizadoras que ha llevado a cabo la República Checa contra el proceso revolucionario cubano.

Durante más de 10 años se han seguido de cerca sistemáticamente las actividades subversivas realizadas por la representación diplomática Checa en Cuba, siguiendo instrucciones de órganos de inteligencia y otras instituciones norteamericanas a través de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana.

Esta conspiración comenzó en 1989. En 1987 se había desarticulado una extensa red de espionaje, dirigida por funcionarios acreditados ante la mencionada Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba. Mientras se reestructuraban sus fuerzas, medios y métodos, apelaron a los representantes diplomáticos de otros países acreditados en Cuba, y es precisamente en ese momento cuando la Embajada de la entonces Checoslovaquia se convierte en un instrumento de la Oficina de Intereses norteamericana y en su principal centro de subversión. Unido a esto, el Gobierno de Estados Unidos le asignó al Gobierno checo la tarea de coauspiciar por primera vez, el 3 de marzo de 1990, el infame proyecto de condena a Cuba en la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra, lo que obtuvo en reñida votación mediante el apoyo unánime de sus aliados de la OTAN.

A partir de entonces, el Gobierno de la República Checa ha mantenido una posición abiertamente hostil hacia Cuba, que soportaba heroicamente un bloqueo genocida y, perdidos sus mercados y fuentes de suministros tradicionales, sin apoyo alguno del exterior, sufría un durísimo y prolongado período especial. Eran los tiempos de la creencia generalizada de que nuestra Patria no sería capaz de soportar semejante prueba. Durante todos esos años, el Gobierno Checo extremó su confabulación con Estados Unidos y su apoyo a la política agresiva contra Cuba, lo cual se hizo patente con su incondicional respaldo a las sucesivas Administraciones norteamericanas, en esa hostil dirección. La República Checa alcanzó el triste honor de ser el primer país ex socialista que siguió tal línea traicionera en su política exterior.

Ese mismo año 1990, entre marzo y diciembre, se registraron numerosos hechos provocadores con la participación de funcionarios checos en Cuba, entre ellos el patrocinio y asistencia material a grupos contrarrevolucionarios en el país, el abastecimiento técnico-financiero, soporte político, y proselitismo activo entre sectores intelectuales y académicos.

En contubernio con diplomáticos estadounidenses, funcionarios checos propiciaron la penetración ilegal de un grupo contrarrevolucionario en la Embajada checa, promovida y preparada desde el interior de dicha instalación, lo cual provocó la ocurrencia de hechos ilegales similares en otras sedes diplomáticas.

A finales de diciembre de ese mismo año 1990, evidentemente coordinado con Estados Unidos, el Gobierno de la que todavía era Checoslovaquia decide interrumpir la representación de los intereses de Cuba en Washington, función que venía llevando a cabo durante 29 años, desde el 3 de enero de 1961, cuando Estados Unidos rompió relaciones con Cuba como un preludio de lo que sería la invasión mercenaria de Playa Girón tres meses después, el 17 de abril de ese año.

Debemos recordar como hecho arbitrario y brutal que una de las primeras medidas adoptadas por el Gobierno postsocialista de Praga fue denunciar unilateralmente los acuerdos firmados por Cuba con la otrora República Socialista de Checoslovaquia, con lo que se sumó al bloqueo yanqui contra Cuba, mientras clausuraba la Casa de la Cultura Checa en La Habana y organizaba en la propia capital de Checoslovaquia un seminario anticubano con la participación de personas vinculadas a la llamada "disidencia checa", tales como Pavel Bratinska, el propio Presidente Havel y otros, que acogieron calurosamente a los contrarrevolucionarios Más Canosa, jefe de una organización mafiosa y terrorista creada por Estados Unidos, Carlos Alberto Montaner y otros personajes de la misma calaña.

Posteriormente, a lo largo del año 1991 se apreció un desarrollo acelerado en las actividades de apoyo a la contrarrevolución interna por parte de funcionarios checos. Se produjeron nuevas provocaciones organizadas desde dentro de la Embajada, y en 1992 comenzó a llegar al país un equipo de funcionarios checos para hacerse cargo, de forma organizada y sistemática, de la subversión en Cuba.

Así vemos cómo fue evolucionando la acción subversiva en 1989, 1990 y 1991, y de acuerdo con informaciones acumuladas durante años sobre estos funcionarios se demuestra la intensa actividad desatada desde dicha sede diplomática contra Cuba al servicio del Gobierno de los Estados Unidos. Se ha comprobado adicionalmente hasta la saciedad la utilización que también la mafia anticubana en Miami, particularmente la Fundación Nacional Cubano-Americana, organizadora de numerosos planes de asesinato del jefe del Estado y Gobierno de Cuba, y la mencionada Freedom House, hicieron de las posibilidades que para sus acciones les fueron brindadas por la embajada checa en Cuba.

La realización de actos ilegales, definidamente subversivos y contrarrevolucionarios, por un grupo de funcionarios diplomáticos checos radicados en nuestro país en los últimos años ha sido totalmente comprobada.

El más señalado funcionario de esa sede fue Petr Mikyska, que arribó a nuestro país el 7 de agosto de 1992. Permaneció en Cuba durante cuatro años y dos meses. Al arribar a nuestro país, ocupó el cargo de Tercer Secretario encargado de los Asuntos Consulares de la entonces Embajada de Checoslovaquia, constituyendo esta su primera misión diplomática.

En enero de 1993, como consecuencia de la división de la antigua Checoslovaquia, es designado entonces, de forma interina, Encargado de Negocios de la representación en Cuba de la República Checa.

A los pocos meses de su estancia en nuestro país, comenzó a vincularse de forma progresiva con diferentes cabecillas contrarrevolucionarios, convirtiéndose en uno de los diplomáticos más activos en la atención a estos elementos, a quienes sistemáticamente brindó apoyo político y material para la realización de sus actividades.

Durante su estancia en Cuba evidenció también estrechos vínculos con funcionarios de la Sección de Intereses norteamericana, en función precisamente del apoyo a estos elementos contrarrevolucionarios. Particularmente estrecha fue la cooperación apreciada entre el señor Mikyska y el entonces Segundo Secretario de la Sección de Intereses norteamericanos, Christopher Sibilla, muy vinculado también a la acción de tales grupos y, con posterioridad, con la sucesora de este diplomático norteamericano, la Segunda Secretaria Robin Dianne Meyer.

Esta diplomática fue ampliamente conocida por su labor de instigación abierta a la actividad subversiva de los grupos, acciones ilegales que desarrolló hasta 1996, año en que le es denegada la prórroga de su visa en el país debido a su conducta.

La labor de dichos diplomáticos y sus estrechos vínculos con Mikyska eran parte de la estrategia dirigida a subvencionar económicamente las actividades contrarrevolucionarias de sus aliados internos.

Una de las tareas de Mikyska en Cuba era recibir, casi diariamente en la sede diplomática y en su residencia, a integrantes de los diminutos grupos contrarrevolucionarios, a los cuales brindó ayuda de todo tipo, participando en numerosas reuniones y otras actividades convocadas por estas personas, promoviendo, incluso, la realización de reuniones de los mismos en la propia representación diplomática, incitando así a realizar acciones contrarias al orden interno.

El 16 de octubre de 1993, Petr Mikyska estuvo presente en una reunión conspirativa en San Antonio de los Baños, provincia de La Habana, para la conformación de un grupo contrarrevolucionario.

La sede diplomática checa se convirtió a partir de esta etapa, además, en un punto de concentración de denuncias calumniosas contra Cuba que fluían a través de los medios de comunicación de esa sede diplomática a las emisoras subversivas en territorio norteamericano, o pasaban a engrosar el expediente de falsedades anticubanas creado por Estados Unidos en la Comisión de Derechos Humanos de Ginebra.

Está probado que este diplomático checo realizó más de 20 viajes a Miami para contactar con cabecillas de las organizaciones contrarrevolucionarias allí radicadas.

El 15 de abril de 1993, durante un viaje a Miami, fue reclutado por José Francisco Hernández Calvo, Presidente de la Junta Directiva de la Fundación Nacional Cubano-Americana. Este individuo, connotado terrorista, miembro fundador de esa organización e integrante de su grupo paramilitar, ha estado estrechamente vinculado a planes de asesinato del Presidente Fidel Castro, incluidas las acciones a tal fin de los cuatro conocidos terroristas actualmente detenidos en Panamá desde mediados de noviembre del año 2000, y cuya extradición Cuba ha solicitado.

Es preciso recordar el involucramiento de José Francisco Hernández en otro plan de atentado contra el Presidente Fidel Castro por un comando contrarrevolucionario residente en Estados Unidos, detenido cuando se dirigía a la isla Margarita, en Venezuela, donde tendría lugar la VII Cumbre Iberoamericana en el año 1997, al cual se le ocupó junto a otra arma similar un fusil de asalto semiautomático calibre 50, con mira telescópica y rayos infrarrojos, registrado como propiedad de este connotado terrorista y dirigente de la Fundación Nacional Cubano-Americana. A pesar de esto, ni siquiera fue incluido en el proceso iniciado contra el comando asesino, que fue finalmente absuelto en un juicio amañado por un juez y un jurado venales y corruptos.

A partir de ese año, y cumpliendo instrucciones de dicha "Fundación", el mencionado diplomático checo realizó en múltiples ocasiones actividades de abastecimiento y enlace entre cabecillas de esa organización en Miami y elementos subversivos residentes en el país, convirtiéndose sencillamente en un mercenario a sueldo de la mafia terrorista radicada en Estados Unidos.

Mikyska, amparado en su inmunidad diplomática, introdujo en el país, reiteradamente y de forma ilegal, propaganda escrita confeccionada en el exterior por esas organizaciones contrarrevolucionarias. Suministró a grupúsculos internos otros recursos como grabadoras, medios de comunicación y abundante dinero en efectivo.

Igualmente obtuvo y trasladó informaciones sensibles de nuestro país a cabecillas de esa Fundación, lo que constituyó de hecho una deliberada acción de espionaje, en franca contradicción con sus funciones diplomáticas. Participando en estas actividades de subversión contra Cuba, utilizó también medios de comunicación de su Misión diplomática para contactar con los cabecillas contrarrevolucionarios en Miami.

El 12 de febrero de 1994, Mikyska suministró en la zona de Mi Cayito —lugar ubicado en la playa de Santa María del Mar, Habana del Este— a elementos contrarrevolucionarios internos vinculados a la Fundación Nacional Cubano-Americana miles de ejemplares de propaganda subversiva, pegatinas con el emblema de esa organización y del supuesto Movimiento por la Democracia y la Libertad, enviados directamente y entregados a Mikyska por el terrorista Luis Zúñiga Rey, también uno de los jefes de dicha Fundación, que radica y opera en territorio norteamericano. Ello constituyó una evidente acción de abastecimiento ilegal, característica de un agente y no precisamente de un diplomático.

En junio de 1994, Mikyska, a su regreso de unas vacaciones, manifestó que los gastos por estancia y atención médica de su esposa en Miami, por motivo de embarazo, fueron sufragados por la Fundación Nacional Cubano-Americana.

Para no hacer más larga la tenebrosa historia del Sr. Mikyska, baste decir que en 1996 asistió a la Convención Anual de esa organización como invitado especial. Su desfachatez no tenía límites, mientras se le toleraban y a la vez se observaban cuidadosamente y se tomaba constancia en detalle de todos sus movimientos.

Los diplomáticos checos que han sucedido al Sr. Mikyska han mantenido idéntica actitud y vinculación con grupos subversivos en Cuba, con la mafia cubanoamericana en Miami y con la Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana, sirviendo como enlace entre la Fundación Nacional Cubano-Americana, la Freedom House y los grupos subversivos en nuestro país. De forma comprobada, todos ellos han suministrado a esos grupos dinero en efectivo, computadoras, propaganda subversiva originada en los Estados Unidos e instrucciones a seguir.

Han utilizado a la sede diplomática checa en La Habana como cobertura para sus actos ilegales y su status diplomático como ropaje de inmunidad para agredir a la Revolución Cubana.

Entre ellos se han destacado Robert Kopecki, Segundo Secretario de Prensa y Cultura; Petr Pribik, Encargado de Negocios a.i.; y Jan Vytopil, Segundo Secretario de Prensa y Cultura. El actual Primer Secretario de la Embajada checa, Petr Kavan, ha mantenido y mantiene aún contactos con integrantes de los minigrupos contrarrevolucionarios en nuestro país.

A estas actividades realizadas por diplomáticos checos en La Habana contra Cuba, se añade la infame actuación de dicho gobierno en el plano internacional, haciéndose cómplice y servil partícipe de las más groseras maniobras contra Cuba.

La derrota en 1998 de la resolución anticubana presentada por los Estados Unidos en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU llevó a dicho país, en el marco de su campaña para destruir a la Revolución Cubana, a buscar alguien que servilmente se prestase para figurar públicamente como promotor principal de nuevos engendros de ese carácter. Dicho papel fue asignado y aceptado por el Gobierno de la República Checa.

Así, durante el período de sesiones de la CDH en 1999, fue la República Checa la que presentó un nuevo proyecto de resolución anticubano, a pesar de que se hizo evidente en las tareas de la Comisión que el Gobierno de los Estados Unidos, principalmente la entonces Secretaria de Estado y "ciudadana honoraria" de la República Checa, Madeleine Albright, fue quien realizó todas las gestiones, los chantajes y las presiones para que dicho texto resultase aprobado.

Nuevamente el pasado año se repitió la historia, y la República Checa actuó como principal instrumento de Estados Unidos, a pesar de que era el embajador yanqui quien citaba a otros diplomáticos para presionar, y fueron líderes del Gobierno de los Estados Unidos quienes despertaban a dirigentes de otros países para chantajear y coaccionar hasta en horas de la madrugada, fue la República Checa la que figuró como iniciadora y promotora de la resolución anticubana.

Ya desde finales del 2000 y principios del 2001 diplomáticos checos andan rondando el mundo. Hemos sabido, e incluso su prensa lo ha publicado, que ante el temor de un fracaso tratan de reclutar adeptos junto a sus amos yanquis para repetir, una vez más, la sucia maniobra en Ginebra.

Fue precisamente a partir del momento en que el Sr. Vaclav Havel toma el poder en la República Checa cuando dicho país se convierte en un dócil instrumento del imperialismo norteamericano en su vendetta contra Cuba.

En relación con el arresto de los dos ciudadanos checos enviados a Cuba por la Freedom House, el Sr. Havel ha cometido el error de hacer declaraciones contra nuestro país, dirigidas a ofender y calumniar a un pueblo cuya valentía, heroísmo y apego a la verdad ni siquiera es capaz de imaginar. Algún día el mundo conocerá la verdadera historia de estos "demócratas y defensores de los derechos humanos", si es que algún recuerdo quedara de ellos en la historia.

El Gobierno checo olvida que Cuba es un país soberano que no permite que sus leyes sean violadas impunemente y que posee pleno derecho y jurisdicción para procesar y sancionar a aquellos que cometen delitos en el territorio de nuestra República, como es el caso de los Sres. Pilip y Bubenik.

Se ha esgrimido el argumento de que el Sr. Pilip es Diputado en el Parlamento de la República Checa, pero el Sr. Pilip viajó a Cuba como turista y no en tal condición. Por tanto, y según el Derecho Internacional, como lo reflejan las Convenciones de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y sobre Misiones Especiales, a dicho ciudadano no le corresponde inmunidad alguna, pues no califica ni como agente diplomático ni como miembro de una misión especial para la cual, además, y también según el Derecho Internacional, debía haber tenido el consentimiento del Estado cubano, que no es el caso.

Poseemos pruebas irrebatibles de los hechos referidos en este informe sobre la conducta de los funcionarios diplomáticos checos mencionados y de los ciudadanos arrestados Ivan Pilip y Jan Bubenik. Cuando Cuba afirma y denuncia concretamente algo es porque está en condiciones de probarlo ante la opinión pública internacional o ante los tribunales de justicia.

Se debe tener claro que ningún país que se respete a sí mismo puede aceptar acciones que menoscaben su soberanía, que violen sus leyes y que atenten contra su seguridad, su integridad y su independencia.

El pueblo cubano, que lleva más de cuatro décadas de enfrentamiento al Gobierno de los Estados Unidos, ha sabido ganarse el respeto y la admiración de muchos pueblos del mundo por su lucha, su firmeza, sus principios y su dignidad, y por tanto no permitirá ni injerencias ni presiones de ningún tipo, vengan de donde vengan.

¡Que nadie se haga ilusiones con la idea de que Cuba puede ser intimidada!

Todos aquellos que intenten desacreditar o sumarse a las agresiones contra Cuba harían bien en cerciorarse antes de que estamos decididos a defendernos y nos defenderemos como lo hemos hecho, con insuperable valor, durante 42 años frente a la mayor y más agresiva potencia imperialista que ha existido en la historia de la humanidad.

A la altura de nuestra actual fortaleza moral y política, no nos pueden animar sentimientos de venganza contra ningún pueblo ni ciudadano alguno del mundo. Por encima de todo rendimos tributo a la verdad y defendemos nuestro honor. Reconózcase con honestidad lo ocurrido y ofrézcasele a nuestro pueblo una excusa. Eso podría más que todas las mentiras y calumnias; más que todas las presiones del mundo; más que la OTAN y todos sus bombarderos y misiles; más que el poder de todos los países ricos y su dinero juntos.

Si se intenta buscar alguna solución decorosa al incidente creado, admítase nuestra razón, apélese a nuestra generosidad, mas no se cometa el error de cuestionar nuestra verdad ni poner a prueba nuestra firmeza.

Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Cuba

Enero 23 del 2001