Discursos pronunciados en el Acto Solemne, el 20 de junio del 2002

 

Intervención de Ricardo Alarcón de Quesada, Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, 20 de junio del 2002

 

(Versiones Taquigráficas-Consejo de Estado)

Compatriotas:

 

En uno de sus más memorables discursos, el compañero Fidel Castro señalaba la verdad fundamental de nuestra historia, la de que en Cuba ha habido solo una Revolución, la que se inició el 10 de Octubre de 1868, y que, en consecuencia, los hombres de 1868, si les hubiera tocado la oportunidad de vivir esta etapa de su Revolución, habrían sido como nosotros, del mismo modo que los hombres y mujeres de las actuales generaciones de cubanos habríamos sido como ellos, si nos hubiera tocado el privilegio de vivir en los días gloriosos de octubre   de 1868.

Lo que está aconteciendo hoy, el paso que están dando ustedes, en representación de todo el pueblo, es algo que hará historia, porque se inscribe en lo más profundo de nuestras tradiciones nacionales.

Los cubanos, desde Guáimaro hasta hoy, hemos discutido, analizado y aprobado los principales textos normativos de nuestra república, siguiendo dos rasgos que nos han acompañado siempre:  hemos legislado en medio del combate, y lo hemos hecho no solo aquellos a quienes les fue asignada la tarea de actuar como representantes del pueblo, sino que lo han hecho ellos con el pueblo mismo.

Desde el parque de Guáimaro, donde se alzó la voz clara, firme, lúcida, de Ana Betancourt, que no era miembro de la Asamblea Constituyente, pero que, como cubana y como patriota, tuvo la posibilidad y el honor de ser ella la primera que levantase las reivindicaciones de la mujer en lo que entonces era apenas una república que estaba naciendo; desde entonces hasta la adopción de la Constitución socialista de 1976, que aprobamos después de haberla discutido, examinado con todo nuestro pueblo, de haber sido presentadas al Anteproyecto original miles   y miles de observaciones, de propuestas de hombres y mujeres, cubanos  y cubanas, para después no solo adoptarla, sino ratificarla en un referendo nacional por casi el 98% de los cubanos; desde entonces hasta ahora, hasta estas jornadas inolvidables en que los cubanos han retomado el espíritu de Guáimaro y de Baraguá, de Jimaguayú y La Yaya, y en medio del combate también, en medio de una lucha compleja, difícil, frente a un enemigo incomparablemente más poderoso y más arrogante también que la vieja España colonial, cuando los peligros son aún mayores, los cubanos nuevamente examinamos nuestras normas constitucionales y emprendemos el camino para introducirles reformas fundamentales con   el pueblo, a partir de la propuesta popular, con la participación de todos  los hombres y mujeres de nuestro país.

¿Quiénes son los que vienen esta tarde acá, ante el monumento a José Martí, portadores de esos millones de firmas recogidas en todos los rincones de nuestro país?  ¿Quiénes son los constituyentistas, los parlamentarios cubanos que, por derecho propio, han venido hasta acá trayéndonos la buena nueva de que el pueblo de Guáimaro y de Baraguá  y de Jimaguayú y de La Yaya está nuevamente en marcha?  Los representantes de la Central de Trabajadores de Cuba, un movimiento sindical cuyos orígenes se remontan al origen mismo de nuestra Revolución, movimiento obrero que aportó sus primeros mártires en aquellas jornadas iniciales en que en la Ciudad de La Habana empezaba  a levantarse la solidaridad proletaria con el movimiento iniciado el 10 de Octubre, y, desde entonces, siempre el proletariado cubano ha sido nervio y motor fundamental, no solo de sus reivindicaciones de clase, no solo de su lucha social, sino también de la defensa de la patria, de la conquista de la patria.

Fueron ellos, los obreros cubanos, los que nutrieron el Partido Revolucionario Cubano de José Martí, que fue factor fundamental en la organización de la nueva etapa de la lucha revolucionaria, después que    la división nos trajese la desgraciada derrota de 1878 en el Zanjón.

Y este año, cuando allá en Miami conmemoran el centenario del momento en que nos robaron la república, en que nos robaron la independencia, en que los antiguos explotadores se reúnen en convite vergonzoso con el dueño del imperio, por supuesto que nadie de esos señores por allá recuerda que también este año es el centenario de la primera huelga obrera que, poco después de instaurada la república neocolonial, sacudió a nuestro país de un confín al otro, mostrando que    el proletariado cubano comenzaba ya, desde el primer instante, a redoblar la lucha para recuperar aquella república que nos había sido arrebatada. 

Así fue a lo largo de toda esa república, así fue hasta alcanzar, en 1939, veinte años antes del triunfo de esta etapa contemporánea de nuestra única Revolución, la unidad de todo el movimiento sindical cubano en una sola central unitaria, poderosa, representativa de los intereses de todos los proletarios cubanos.

Están nuestros jóvenes, nuestros jóvenes estudiantes universitarios, secundarios y quienes representan a nuestros niños; jóvenes que desde los tiempos en que el niño José Martí conoció la prisión política y el grillete han sido también desde las más tempranas edades parte de la lucha secular de nuestro pueblo, encabezados por una organización que este año cumple su aniversario 80, la gloriosa Federación Estudiantil Universitaria, que desde el momento de su fundación, a lo largo de ocho décadas, ha estado siempre al lado y junto al pueblo y a los trabajadores cubanos; ha sabido nuclear y dirigir la rebeldía juvenil, acompañada siempre por la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media, que tiene sus antecedentes también en los miles de estudiantes secundarios que, a lo largo de la seudorrepública, más de una vez fueron a las calles   a combatir contra los esbirros, más de una vez paralizaron nuestras aulas en protesta contra la tiranía, en demanda de libertad y de justicia.

         Están nuestros campesinos, representados por la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, organización que tiene sus raíces en esos hombres del campo que formaron las filas y dieron los jefes del Ejército Libertador primero y, más tarde, del glorioso Ejército Rebelde que, finalmente, conquistaría la independencia de la patria; que se batieron contra las peores manifestaciones del capitalismo y de la explotación en este país; que enfrentaron al latifundio y al desalojo, sin dejar nunca, ni   en los peores momentos, de levantar su reclamo de justicia, su exigencia de derechos a una vida humana y noble.

         Están las compañeras de la Federación de Mujeres Cubanas.  Ya mencioné a Ana Betancourt, hay otras mujeres gloriosas:  Mariana Grajales, símbolo no solo de la madre ejemplar, sino de la patriota ejemplar; las mujeres que combatieron junto a los hombres en nuestras largas guerras por la independencia, las que se enfrentaron  en  la seudorrepública, a la tiranía y al imperialismo y que han sido parte inseparable de todo el esfuerzo de nuestro pueblo en estos años de creación y resistencia después de 1959.

         Los compañeros de los Comités de Defensa de la Revolución, organización, quizás, más asociada a la Revolución después del triunfo  del Primero de Enero, pero que también tiene raíces más allá, porque los cubanos, desde los tiempos de Céspedes, desde los tiempos de la República de Cuba en Armas, que tuvo su asiento en Bayamo, en toda aquella comarca del oriente cubano, se organizaron por primera vez en  los barrios; se organizaron por primera vez los vecinos para discutir los problemas que enfrentaban, para analizar su aporte a la guerra liberadora, para discutir y analizar la labor de sus representantes, para hacer lo que hacen hoy nuestros cederistas, porque ellos entonces habrían sido como nosotros y nosotros entonces habríamos sido como ellos.

         Y están nuestros compañeros de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, que sintetiza todo lo demás, que resume las largas luchas de nuestro pueblo, que es lo mismo que decir la historia de nuestro pueblo; que incluye no solo a quienes combatieron por alcanzar la libertad en los días difíciles de la tiranía, sino también a los que después han aportado su esfuerzo, su sacrificio en la defensa de la patria, y también a los que han llevado el mensaje de solidaridad y de internacionalismo consustancial también con nuestra Revolución desde el primer día.

         Ustedes y el proceso que acaban de culminar son una demostración de que en Cuba hay una sociedad civil vigorosa, libre, emancipada, que desempeña en la sociedad la misión que es la aspiración, el sueño de las sociedades civiles en los países capitalistas:   la posibilidad de ejercer el poder, la posibilidad de decidir, la posibilidad de tomar entre sus manos el destino de su comunidad, de su nación, de su Estado; posibilidad que solo se puede alcanzar con el socialismo, porque solo el socialismo ofrece las posibilidades de verdadera democracia.

         Es hoy un día histórico y es un alto honor para la Presidencia de la Asamblea Nacional y para los compañeros de la Comisión de Asuntos Constitucionales y Jurídicos recibirlos a ustedes y recibir la documentación que ustedes nos traen.

         La Asamblea Nacional también responderá al señor Bush; la Asamblea Nacional también cumplirá su deber patriótico y su especial responsabilidad constitucional de responderle.  Lo hará, y nadie deberá sorprenderse por ello, conforme a su propia naturaleza, conforme a su propio sentido, a su esencia, porque la Asamblea es también obrera, es también campesina (Aplausos), en ella están también nuestros jóvenes estudiantes, en ella están también los representantes de nuestros barrios, de nuestras comunidades, en ella están el hombre y la mujer, el negro y   la mulata, el joven y el experimentado combatiente, todos unidos, muy orgullosos de ser un Parlamento cubano, que quiere decir un Parlamento revolucionario, que quiere decir un Parlamento continuador y heredero de Guáimaro, de Jimaguayú, de La Yaya y de Baraguá.  Y vamos a responder con el mismo espíritu de integración de todo nuestro pueblo con que hemos legislado y hemos debatido los principales problemas que la patria ha enfrentado en los últimos años, no encerrados en cámaras aisladas del pueblo, sino discutiendo con los obreros y con los vecinos los problemas más acuciantes que enfrentó la patria en los peores momentos del período especial y que con tanto orgullo y tanta naturalidad nos acostumbramos a denominar parlamentos obreros. 

No le llamamos ahora parlamentos campesinos a lo que estamos haciendo, pero en los últimos meses miles de campesinos cubanos, de cooperativistas, de familiares de campesinos y de cooperativistas, han estado legislando, discutiendo con las diputadas y los diputados lo que habrá de ser una futura nueva ley de cooperativas agropecuarias. 

         Para nosotros los cubanos, todo esto es algo natural, algo conocido; pero me he permitido decir algunas de estas cosas porque lo que estamos haciendo tiene lugar en medio de una batalla, frente a un enemigo que precisamente pretende destruir todo eso, acabar con la democracia, acabar con el gobierno del pueblo y para el pueblo, que es el que existe en Cuba, y lo hace amenazando y ofendiendo.  Amenaza a Cuba con más bloqueo, con más guerra económica; amenaza, incluso, con el riesgo de la agresión militar sorpresiva. 

Como se ha señalado aquí, este señor se arroga, incluso, la facultad de atacar a cualquiera, una larga lista de más de 60 países, dice él, como hacían en sus tiempos los piratas, sin declaratoria de guerra, sin avisar, cuando le dé la gana, cuando a Bush el Pequeño se le ocurra bombardear, atacar, asesinar.  Lo ha anunciado que lo haría en cualquier momento, y la lista la tiene él, la decide él, y nuestro país está en esa lista.

         Nos amenaza con entregar más recursos materiales y más dinero,   y, además hacerlo, lo dice con todo descaro, directamente a quienes pretende comprar para emplear como quinta columna dentro de nuestro país, a los traidores y mercenarios dispuestos a alquilarse. 

         Nos amenaza con más terrorismo.  Hoy recordamos la publicación del mensaje que nuestros cinco compatriotas dirigieron al pueblo norteamericano.  Son cinco jóvenes que fueron detenidos arbitrariamente, sometidos a un proceso judicial falso, manipulado, carente de cualquier viso de legalidad, maltratados, ellos y sus familiares, condenados injustamente y castigados después con sentencias que no resisten ni siquiera el sentido común, por una sola razón:  por haber combatido al terrorismo en Estados Unidos. 

Ellos sí libraron una guerra noble, callada, heroica contra el terrorismo, y están presos y fueron castigados por un gobierno hipócrita que dice oponerse al terrorismo, pero que va a Miami, el gran campeón   de la supuesta guerra contra el terrorismo, a besuquearse, a abrazarse y  a emborracharse con los peores terroristas de este hemisferio, y no lo oculta, sino que lo hace delante de todo el mundo, delante de las cámaras de la televisión, delante de los fotógrafos, como diciéndole al mundo que él sí es un terrorista y que el terrorismo de sus amigos terroristas continuará, en particular, contra el pueblo de Cuba.

         Amenaza el señor Bush con anular nuestra Constitución y nuestras leyes, con arrebatarnos la obra que hemos edificado trabajosamente con nuestro esfuerzo, con nuestro empeño, todos los cubanos y cubanas, y arrebatarnos la patria. 

Promete, o más bien anuncia como gran amenaza, que “vendrá una nueva Cuba”, son sus palabras; y nos definió qué cosa era esa nueva Cuba”, son sus palabras:  “la Cuba de hace más o menos medio siglo, la Cuba de hace más o menos 50 años”.  La Cuba de hace medio siglo la conocen muy bien sus amigos batistianos que estaban en el jolgorio de Miami.  Recuerdan seguramente los datos oficiales que el régimen batistiano hizo públicos hace más o menos medio siglo, con ocasión del censo que se hizo aquel año, que prudentemente la tiranía lo llevó a cabo en el mes de enero de 1953, en medio de la zafra azucarera —es decir,  en un momento de mayor auge económico relativo, cuando podría mostrar mejores resultados— y, en todo caso, los datos que ofreció ese censo, si en algo están adulterados, si en algo no reflejan la exactitud de los datos, no es para mostrar, lógicamente, la gravedad de la situación social, sino, para tratar de encubrirla.

Recordemos, compañeros trabajadores, compañeros campesinos, compatriotas jóvenes, compañeras; recordemos algunos datos de aquel censo hecho por el régimen batistiano, publicado por el régimen batistiano:  Trabajadores:  el 63,2% de la población económicamente activa carecía de empleo, dos terceras partes de lo que era el potencial laboral cubano en el momento de auge de la zafra azucarera.  Campesinos y obreros agrícolas: según el censo, el desempleo alcanzaba al 73,46% de las personas que residían en las áreas rurales de Cuba.  Tenían ustedes, los campesinos, eso sí, un 36% de parasitismo intestinal, disfrutaban un 31% de paludismo y un 14% de tuberculosis.  Y a los jóvenes y a los niños, ese señor Bush les promete regresar medio siglo atrás, a un país donde más de un millón de personas eran analfabetas y donde 1 619 535 niños y jóvenes no tenían un aula para ir a estudiar.  A la mujer, protagonista de nuestra lucha emancipadora y testimonio de hasta dónde se ha emancipado la gente en este país; a la mujer, si regresamos 50 años atrás, le estaría ofreciendo una sociedad en la que había 13 científicas, el censo podía haberlas nombrado con nombres y apellidos.  Vean qué diferencia de vida, cuántas miles y miles de compañeras, que hoy son la mayoría en las aulas universitarias, la mayoría en los centros de investigación científica; pero la añoranza del señor Bush es hacerlas regresar a aquellos tiempos en que solo 13 mujeres eran científicas, se dedicaban a la investigación científica o a la docencia científica, mientras 90 982 tenían que ganarse la vida y sostener a sus familias como sirvientas domésticas de esas personas que se reúnen con el señor Bush para planear fraudes electorales, para apoyar al terrorismo, para fraguar nuevos crímenes contra nuestra patria.  Y por supuesto que los amigos miamenses del señor Bush no dejan de recordar que al negro y al mestizo les estarían ofreciendo el racismo y la discriminación que fueron flagelo y vergüenza de este país durante la república neocolonial.

El señor Bush nos exige que anulemos una Constitución en cuya elaboración participó todo el pueblo y que fue aprobada en referendo por casi el 98% de ese pueblo; él, el señor Bush, que, aparte de los votos que robó, se benefició de una cláusula de la Constitución norteamericana que tiene una extraña referencia a lo que llaman el colegio electoral, integrado por seres sin rostro y sin nombre que son los que, desde hace más de dos siglos, eligen a la persona que se instala en la Casa Blanca, en lugar del pueblo que se supone que con sus votos lo haría.

Esta cláusula, de una Constitución que fue aprobada por 55 caudillos, algunos de ellos, por supuesto, gente de mucho talento —talento tenían cuando lograron redactar un texto que, todavía intocable, perdura dos siglos después—, permite el milagro de que sea declarado vencedor en una elección para la presidencia de la república quien menos voto obtuvo; es decir, el que sacó menos votos puede llegar a ser Presidente.  No hablo ahora de las trampas, no hablo del robo, no hablo ahora de todo lo que con sus amigotes de Miami él contribuyó a ser; de todas maneras, aparte de eso, la decisión no era del pueblo, sino era de ese colegio.

Por suerte para el señor Bush, esa cláusula ha permanecido intocable por un período que ya son 220 años.  Pero no solo amenaza a los cubanos, sino que amenaza también a los norteamericanos, los amenaza en sus dos peroratas miamenses, con nuevas prohibiciones, con nuevas restricciones para el derecho constitucional a viajar, con nuevas restricciones y prohibiciones para el derecho de los norteamericanos a comerciar, en un contexto en que el señor Bush amenaza todos los días al pueblo norteamericano y viola todos los días derechos constitucionales y proclama, como lo acaba de hacer en West Point y lo acaba de reiterar ayer, que estamos en medio de una nueva guerra fría, es decir, una nueva ola macartista, en que, manipulando el temor, el pánico generado por las propias autoridades a partir de la atrocidad del 11 de septiembre, cercena derechos y elimina libertades de norteamericanos.

Nuestra Asamblea recibe con honor y con gratitud la petición que ustedes, en nombre de todo el pueblo, nos traen.  Estamos seguros de que esa voluntad expresa de nuestro pueblo será acogida y respaldada como tiene que hacerlo una Asamblea genuinamente popular; que afirmaremos que los fundamentos políticos, económicos y sociales, consagrados en nuestra Constitución son inalterables; que afirmaremos que nuestras relaciones con otros Estados tienen que basarse en el más estricto respeto a nuestra independencia y soberanía, y que jamás negociaríamos nada bajo la agresión o la amenaza o la presión extranjera.

Desde La Demajagua los cubanos aprendimos que la independencia de la patria y sus principios revolucionarios no son negociables.

Junto a Martí proclamamos que la patria prevalecerá y que los cubanos sabremos defenderla y lucharemos siempre hasta la victoria.

Con el Padre común seremos fieles al juramento de Independencia  o Muerte.

Y a ti, Maestro, te prometemos que seguiremos luchando y que conquistaremos toda la justicia.

¡Socialismo o Muerte!

¡Patria o Muerte!

¡Venceremos!

(Aplausos.)

 

 

 

 

Pedro Ross Leal, Secretario General de la CTC

 

Dr. Ricardo Alarcón de Quesada

Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular

 

Querido compañero Alarcón,

 

Los Miembros de la Comisión Nacional para la iniciativa de Reforma Constitucional, integrada por los máximos responsables de las organizaciones de masas que la suscribieron, acompañados hoy por dos  representantes de cada una de las 14 comisiones provinciales, el Secretario General de la CTC y el Coordinador de los CDR en ese nivel de dirección, acudimos ante usted para hacer solemne entrega de los cuadernos en los que, al pie del texto del proyecto mencionado, escribieron su nombre y apellidos, consignaron el número de su carné de identidad y estamparon su firma, 8 millones 188 mil 198 cubanas y cubanos, mayores de 16 años de edad y plenamente aptos para el ejercicio del derecho al sufragio.

 

El desglose por provincia del número de signatarios es como sigue:

 

Pinar del Río

524 016

La Habana

536 842

Ciudad de la Habana

1 654 891

Matanzas

509 135

Villa Clara

609 733

Cienfuegos

295 566

Sancti Spíritus

345 676

Ciego de Avila

307 015

Camagüey

573 470

Las Tunas

375 097

Holguín

735 770

Granma

582 256

Santiago de Cuba

733 770

Guantánamo

343 183

Isla de la Juventud

  61 778

 

En estas cifras no están incluidas las firmas de diplomáticos, funcionarios y colaboradores cubanos en el exterior y nos consta, y así certificamos que 8,850 han comunicado su adhesión, cuya documentación, dada la lejanía de los lugares de donde procede, ha arribado o arribará al país en los próximos días y será entregada a la Asamblea Nacional;  a su vez, 1246 marinos, en 50 naves, que en circunstancias iguales, por los medios de comunicación de que disponen,  han hecho llegar similar mensaje informando su adhesión, y cuya constancia documental harán llegar al país de igual modo.

 

Este sufragio voluntario fue una expresión sin precedentes del patriotismo del pueblo cubano, su unidad monolítica y su decisión inquebrantable de defender su independencia y soberanía plenas y el carácter intangible del régimen económico, político y social consagrado en la Constitución de la República: nuestro Estado socialista de trabajadores.

 

Tras la marcha sin paralelo del 12 de junio, que asombró al mundo, nuestro pueblo organizado instaló con insuperable rapidez y eficiencia los 129 mil 523 puntos de firma, encabezados por el compañero ó compañera de más autoridad y preparación del área, presididos por el Escudo Nacional y la Bandera de la estrella solitaria, sencillos y dignos cual templos de la Patria, dotados de una mesa, algunas sillas, uno o varios cuadernos y  bolígrafos.

 

Once de cada trece puntos se situaron en viviendas, ofrecidas diligentemente por sus moradores. Es decir, más de 106 mil puntos se ubicaron en portales y salas de casas de familia. Se estableció más de un punto por kilómetro cuadrado, como promedio, en ciudades y poblados, bateyes y caseríos, llanos y montañas, en todo el archipiélago cubano.

 

Con absoluta espontaneidad, inocultable alegría y clara conciencia de la trascendencia del acto, todo nuestro pueblo, incluyendo la entusiasta participación de los niños,  escribió los días 15, 16, 17 y 18 de junio una página tan gloriosa como la marcha que la precedió.

 

¡Nunca la voluntad unánime de un pueblo se manifestó pacíficamente de modo tan vigoroso, rotundo y transparente como en esta semana del 12 al 18 de junio del 2002!

 

El detonante de tan violenta explosión de indignación del pueblo cubano y de tan inaplazable voluntad de inequívoca respuesta han sido los discursos provocadores del Presidente de Estados Unidos, pronunciados el 20 de mayo en Washington y Miami, tergiversando impúdicamente el verdadero significado del centenario de la infausta fecha, invocando insidiosamente a nuestros sagrados próceres, desde Varela y Céspedes, hasta Martí, Maceo y Gómez.

 

Bush, con palabras llenas de odio para nuestro pueblo, su Revolución y su certero y firme Comandante en Jefe, es redundante en insultos, calumnias y exigencias contra nuestro país, expresa el más grosero injerencismo en asuntos que sólo a los cubanos compete decidir soberanamente.

 

Profiere  amenazas   -veladas en dichos discursos-  pero  claras en su alocución guerrerista del primero de junio en la Academia Militar de  West Point, donde Bush oficializó la nueva doctrina militar del Imperio: la agresión preventiva contra los países clasificados como villanos, entre los cuales, según la “lista imperial” elaborada en Washington está incluida Cuba.

 

Doctrina que no es original, pues Hitler y su aliado fascista Benito Mussolini la utilizaron en el siglo pasado para dominar al mundo y fracasaron en su demencial empeño, al inmenso costo humano de 50 millones de vidas sacrificadas.

 

A esas delirantes “iniciativas, propuestas y desafíos” del señor Bush hacia Cuba, a sus injurias y sus procaces calificativos, tan impropios en un Presidente de un grande y poderoso país como usuales en un vulgar matón;

 

EL PUEBLO CUBANO, culto, sereno, con una gran perspicacia política, unido en torno a su Partido, a su Unión de Jóvenes Comunistas, a sus organizaciones de masas, bajo la valiente y sabia conducción de nuestro Comandante en Jefe;

 

EL PUEBLO CUBANO,  valeroso y fiel a su historia combativa, que no tiembla ante el peligro nuclear ni ante los golpes preventivos y sorpresivos con que intentan amedrentar a la mayoría de las naciones en el mundo;

 

EL PUEBLO CUBANO, mediante el ejercicio más genuino de su verdadera democracia, expresa en la propuesta de Reforma Constitucional que en su nombre entregamos hoy,  la más enérgica y definitiva respuesta a los improperios, diatribas y amenazas de agresión  del Presidente Bush,  con todo el desprecio que merecen.

 

Hago entrega  oficial del Acta y la documentación con las firmas que expresan la voluntad de nuestros compatriotas.

 

 


Intervención de Orlando Lugo Fonte, Presidente de la ANAP

 

Compañeras y Compañeros:

 

Hace 43 años frente a este monumento, en esta histórica Plaza de la Revolución, el inolvidable comandante Camilo Cienfuegos, encabezó una gigantesca caballería de campesinos que vinieron de todo el país a brindar su apoyo a la triunfante Revolución Cubana.

 

Hoy volvemos nuevamente los campesinos a este escenario, donde  hemos  librado  decisivas   batallas, para depositar en manos de la Dirección de la Asamblea Nacional del Poder Popular las firmas de más 8 millones  de   compatriotas, que patentizaron con estas firmas el respaldo a la propuesta de reforma  constitucional que el pasado día 10 de junio formulamos y aprobamos en Asamblea General todas las direcciones nacionales de las organizaciones de masas.

 

Si en aquella oportunidad del año 1959 fueron miles los campesinos que marcharon en esta plaza frente al monumento de nuestro Héroe Nacional José Martí, hoy aunque no físicamente ¡ están todos los campesinos cubanos y podemos asegurar que en cada una de las firmas, están aquí con nosotros sus corazones, sus sentimientos, su moral y su dignidad; multiplicados esta vez por la alegría, el optimismo y la fe inconmovible en la victoria, que nos inspiran y acompañan en esta batalla que estamos librando.

 

Esta es, y no nos cansaremos de decírselo alto y claro al mundo, una de nuestras contundentes respuestas al Sr. W. Bush, respuesta que no ha sido ni casual ni fortuita, sino producto de la obra y la justicia social de la revolución, de la educación y la cultura política que todo nuestro pueblo ha adquirido en estas más de 4 décadas de luchas revolucionarias.

 

¿ Querrá el Sr. W. Bush una mayor demostración de democracia que ésta que ha sido protagonizada por el pueblo cubano ?.

 

¿ No le parece ridículo lo que usted dijo el 20 de Mayo de que la Revolución no ha representado nada para los trabajadores y campesinos?.

 

¡ Por tanto, sí Sr. W. Bush, quítese de su cabeza de una vez, esa obsesión de querernos dictar pautas y de desafiarnos!. ¡ en Cuba gobernamos  los  cubanos !.   y   hemos reafirmado que ésta Revolución es invencible, que nuestro socialismo es intocable y nuestro régimen económico y de justicia social lo defenderemos al precio que sea necesario.

 

Se sabe que Estados Unidos es el país más rico del mundo; sin embargo,  la  riqueza  de  una nación no se puede medir solamente por su dinero, por su poderío militar o por los bienes materiales de que dispone.

 

¿ Acaso es rico un país donde la droga, la corrupción, el asesinato, la prostitución, la discriminación sean una realidad cotidiana, o dónde los niños van a las escuelas con armas y matan a  profesores o compañeros de aulas? .

 

¿ Es acaso rico plenamente un país donde los valores que se cultivan son el egoísmo, la ambición personal, la enajenación y el consumismo? .

 

La riqueza no es sólo lo material, por eso en Cuba, país pequeño y sin muchos recursos, somos muy ricos, porque somos libres e  independientes y  verdaderamente democráticos; porque en estos gloriosos años de la Revolución hemos alcanzado altos índices educacionales, culturales y sociales, sobrados ejemplos tenemos de ellos.

 

En Cuba, los niños van con sus uniformes y pañoletas a aprender con sus computadoras, con sus maestros y profesores que ponen todo su amor e inteligencia para que seamos uno de los países más cultos del mundo.

 

Somos ricos porque se logran entre muchos otros, niveles fundamentales para una vida sana, decorosa y justa de todos los ciudadanos.

 

Estas son las riquezas y valores que acompañaron  a  los  más  de  9  millones  de cubanos  en las  marchas y  actos revolucionarios, las que están presentes en las más de 8 millones de firmas, con las cuales estamos respaldando y defendiendo con patriotismo, con honor y con vergüenza, la integridad de nuestra Patria, de nuestras ideas, de nuestra Revolución y de nuestro Socialismo.

 

Los campesinos seguimos en combate y decimos hoy más alto que nunca,

 

Comandante en Jefe, ¡ Ordene !

¡ Viva la Patria !

¡ Viva el Socialismo !

¡ Viva Fidel !

Patria o Muerte ¡ Venceremos !

 

 


Nieves Alemañy Aguilera, Federación de Mujeres Cubanas

 

Tengo fe en el mejoramiento humano, en la vida futura, en la utilidad de la virtud, en ti.

 

Escribió en el prólogo de su poemario Ismaelillo nuestro Héroe Nacional José Martí, una sentencia, que fue guía de los certeros pasos de la Generación del Centenario, que encabezó Fidel frente a los muros del Cuartel Moncada, hasta hoy.

 

Las banderas de Dos Ríos y San Pedro tremolan de nuevo de un confín a otro de nuestra Isla, la máxima martiana se expresó una vez más en un proceso real, en una firme acción colectiva que une en indestructible haz al pueblo de Cuba: el socialismo nos conduce  a hacer de la virtud una aspiración de vida, un norte que encauza los pasos hacia las lecciones morales y patrióticas de nuestros fundadores, de aquellos hombres y mujeres que en los días de la Demajagua y Guáimaro crearon la patria.  Igual que sus continuadores del Moncada, el Granma y el Ejército Rebelde la rescataron de la garra imperial, para forjar la verdadera independencia que nos fue expropiada en 1902.  ¡Entendimos bien su gran anhelo, Maestro!.  Para todas las generaciones actuales y futuras de cubanas y cubanos revolucionarios, la mayor virtud, como usted nos enseñó, sigue siendo el amor y la defensa de la Patria.

 

La vida futura que él soñó, es el hoy de su tierra, con proyección de porvenir y  mejoramiento humano, la gran meta que nos trazamos, una idea que es preciso seguir levantando como bandera, más que nunca ahora cuando los seres humanos están amenazados por males terribles, cuyo germen se encuentra en un cruel, irracional, insostenible modelo socioeconómico que los que se autoerigen como los amos del mundo pretenden imponer: el neoliberalismo.

 

Nuestro pueblo ha reiterado durante estos días su compromiso político con los Héroes de la Patria de todos los tiempos, y precisamente, en un momento trascendental como el que vivimos, ante el pensamiento fascista y las prepotentes amenazas del actual morador de la Casa Blanca, el pueblo cubano le ha propinado una colosal derrota ideológica, reafirmando un ¡sí! rotundo por el Socialismo.

 

Los principios martianos han estado presente en este profundo acto de fe del pueblo cubano, de fe en el socialismo, fundado en convicciones políticas y revolucionarias, en su propia participación edificando la obra de la Revolución.

 

Hasta el momento, un total de 8 millones 188 198 cubanos y cubanas, en  74 horas firmamos nuestro respaldo a la iniciativa de modificación constitucional para reafirmar el carácter intocable del socialismo, como el más justo, equitativo, solidario, racional y realista orden económico, político y social que conduce los rumbos de la sociedad  cubana; modificación constitucional que también refuerza y afianza nuestro rechazo frontal a todo tipo de presiones e injerencias en nuestras decisiones de la política exterior y en las políticas y estrategias nacionales. 

 

Las mujeres cubanas abrazamos las ideas y principios del socialismo, lo seguiremos desarrollando, perfeccionando y defendiendo con todas nuestras energías vitales, con nuestro consciente accionar, porque en más de 500 años de historia ningún sistema propició como éste el despliegue de todas nuestras potencialidades humanas, creadoras; ninguno hizo tanto en favor del desarrollo educacional, profesional, cultural y político, ninguno creó las bases para impulsar el proceso de nuestra igualdad de oportunidades y derechos, ninguno implementó las políticas, programas, mecanismos y acciones para garantizar todos los derechos humanos que durante siglos nos fueron negados y escamoteados, a las cubanas.  El Socialismo nos cambió la vida y el pensamiento, nos hizo tomar conciencia de nuestra valía, nos elevó en nuestra dignidad y prestigio social, nos aseguró el ejercicio de nuestros derechos y nos hizo dueñas de cultivar por entero y en todas direcciones, nuestras aptitudes.

 

El socialismo dio a la sociedad cubana la posibilidad de repensar, de crecer en la comprensión acerca del lugar y el papel que corresponde desempeñar a mujeres y hombres en un tipo nuevo de relaciones sociales, fundadas en el mutuo respeto, la igualdad, la justicia y la solidaridad.

 

Por eso hace ya tiempo elegimos,  libre y conscientemente, la opción socialista.  Por todas estas razones la Federación de Mujeres Cubanas abrazó con todo entusiasmo y responsabilidad el trabajo a desplegar con todas las organizaciones de masas, en cada punto que funcionó, para garantizar el desenvolvimiento exitoso de esta actividad.

 

Estamos conscientes de que aún no hemos conquistado toda la justicia, pero defendemos la justicia conquistada que es mucha y seguimos trabajando tesoneramente para llegar a la cima de las elevadas aspiraciones de todas las organizaciones de masas de nuestro país, de nuestro Partido, de nuestro Fidel: construir una sociedad cada vez mejor.

 

Queremos finalizar hoy con unas palabras sobre lo que significa  la unidad de acción de todas nuestras organizaciones de masas para el proceso revolucionario, pronunciadas el 23 de agosto de 1970, en el acto por el décimo aniversario de la Federación de Mujeres Cubanas.  Nuestro Comandante en Jefe dijo:

 

“Sumen todas esas fuerzas, sumen todos esos millones, sumen todas esas fuerzas bien organizadas: sumen todas esas fuerzas como instrumentos del proceso, como instrumentos de nuestra vanguardia política, como elementos decisivos de combate de nuestro Partido.

 

“Sumen esas fuerzas con una doctrina revolucionaria científica, y entonces se comprenderá que esas fuerzas se pueden enfrentar a cualquier tarea, esas fuerzas se pueden enfrentar a cualquier dificultad, esas fuerzas saldrán victoriosas de cualquier batalla por difícil que sea, como es la batalla del desarrollo del país, ¡y esas fuerzas serán invencibles !”

 

PATRIA O MUERTE, VENCEREMOS

 


General Harry Villegas, Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana

 

COMPAÑERO COMANDANTE EN JEFE FIDEL CASTRO RUZ:

 

COMPAÑERO RICARDO ALARCÓN DE QUESADA, PRESIDENTE DE LA ASAMBLEA NACIONAL DEL PODER POPULAR:

 

COMPAÑEROS DIRIGENTES DE LAS ORGANIZACIONES DE MASAS E INSTITUCIONES SOCIALES:

 

COMPAÑEROS:

 

La mayoría aplastante de nuestros hombres y mujeres firmaron el proyecto de modificación constitucional como ejercicio del derecho al voto, el derecho de elegir y ser elegidos, incluyendo a los cubanos con más de 16 años. Derecho contenido en nuestra Constitución.

Iniciamos este proceso que se caracterizó por diáfano, transparente y libre, convocados por la necesidad de exigir y expresar nuestro derecho a la autodeterminación, nuestro derecho a construir  el sistema social que hemos elegido, el Socialismo, el derecho de ser libres y soberanos.

Compañeros, el Presidente de los Estados Unidos, Señor W. Bush continúa por el camino trillado por la mayoría de los Presidentes que lo precedieron, para no ser absoluto. Ha cometido el lamentable error de tratar de imponernos el modelo de sociedad que hace 43 años fue barrido por nuestro pueblo el 1ro de enero de 1959.

Fueron tres peroratas las pronunciadas por el aprendiz de Presidente, una en la Casa Blanca, otra en Miami, y la tercera en West Point, recordándonos la imposición de la Enmienda Platt y el surgimiento de una república neocolonial, la frustración de los anhelos de independencia plena, por la cual los mambises habían derramado su sangre en la manigua cubana. ¡No nos debe sorprender!, pues ya nuestro José Martí hace más de un siglo nos hizo un retrato anticipado de Bush, cuando escribió:

 Cito: ... “ES RECIA Y NAUSEABUNDA UNA CAMPAÑA PRESIDENCIAL EN LOS ESTADOS UNIDOS... LOS POLÍTICOS DE OFICIO, PUESTOS A ECHAR LOS SUCESOS POR DONDE MÁS LES APROVECHEN, NO BUSCAN PARA CANDIDATO A LA PRESIDENCIA A AQUEL HOMBRE ILUSTRE, CUYA VIRTUD SE HA DE PREMIAR, O DE CUYOS TALENTOS PUEDA HACER BIEN EL PAIS, SINO EL QUE POR SU MAÑA O FORTUNA O CONDICIONES ESPECIALES PUEDA, AUNQUE ESTE MACULADO, ASEGURAR MAS VOTOS AL PARTIDO, Y MAS INFLUJO EN LA ADMINISTRACIÓN A LOS QUE CONTRIBUYEN A NOMBRARLO Y SACARLO VICTORIOSO”...(Fin de la cita).

Pero en guerra avisada, no muere soldado, si es bueno, lo prepara para combatir, y nosotros, los cubanos, somos inmejorables soldados.

SEÑOR  W., el prefijo NEO no nos dice nada nuevo, es el mismo perro con diferente collar. ¡Nunca, pero nunca más! el pueblo de Cuba volverá al capitalismo. Si alguna vez se nos olvidara lo que éste representó, miraríamos al espejo de América Latina y reflejado en ello, veríamos el sufrimiento y depauperación de los hombres, mujeres y niños de nuestro continente. También tendríamos el reflejo de lo que acontece en Argentina, Perú, Nicaragua, El Salvador, por solo mencionar algunos; ello nos bastaría para tener suficientes elementos, y decir mil veces NO a la sociedad de consumo, al neoliberalismo, al capitalismo.

COMPAÑEROS; el Proyecto de Modificación a la Constitución aprobado por el pueblo, basado en el carácter democrático de nuestro sistema social y recogido en los artículos 3 y 63 de la Constitución, otorga al pueblo, a sus instituciones e individuos el derecho a solicitar, proponer y modificar cualquier articulado de nuestra Carta Magna.

En uso de ese derecho, más de 8 millones de cubanos ratificaron seguir el camino trazado en 1974 cuando fuera aprobada la Constitución que hoy se propone modificar, para hacerla intangible e intocable por los enemigos de la Revolución.

CUBANOS, con esta decisión hemos cavado muy profundo en el corazón de la Patria una trinchera de ideas inexpugnable, que si fuera necesario la defenderíamos desde la trinchera de piedras.

Comandante en Jefe; las ideas justas han podido más que las ideas genocidas. Su pueblo combatiente, el de la Sierra, el llano, Girón, e Internacionalista, junto a los Pinos Nuevos, los niños, adolescentes, jóvenes, estudiantes y obreros, campesinos, profesionales e intelectuales, hemos respondido a la injerencista intervención de Bush con más unidad, firmeza y convicción de nuestras ideas revolucionarias.

 

PARA LO QUE SEA, COMO SEA Y DONDE SEA,

 

¡ORDENE!

 

¡VIVA CUBA LIBRE!

 

¡VIVA  FIDEL!

 

SOCIALISMO O MUERTE

 

PATRIA O MUERTE

 

¡ VENCEREMOS !


Intervención de Juan Contino, Coordinador Nacional de los CDR

 

Compañero Alarcón,

Diputados a la Asamblea Nacional,

Compatriotas,

 

Nuestra Constitución de la República al igual que este memorial es un firme monumento que rinde culto infinito a la dignidad plena del hombre, ella como ley primera de la nación sintetiza lo mejor de todas las aspiraciones y anhelos del pueblo cubano en  el camino de forjar la patria libre, independiente, soberana, democrática y socialista que hemos jurado defender con nuestras propias vidas.

 

 Hoy este juramento toma la forma  de proyecto  de reforma constitucional, acompañada de la voluntad de un pueblo entero que se moviliza como nunca antes para defender su obra revolucionaria, firmando con sus sentimientos cada una de las millonarias razones que nos asisten para decir con toda la fuerza que el Sistema Socialista es intocable.

 

Nosotros hemos aprendido de la Revolución, de Martí, de Fidel que la riqueza más grande del mundo está en las ideas, los principios y los valores que se defienden y es por ello que hoy estamos haciendo entrega de un tesoro moral que brilla más que todos los tesoros materiales del mundo, aquí se entrega a nuestro parlamento la riqueza mayor de la nación, aquí se entrega la voluntad del pueblo para que el decoro, la dignidad y el honor nunca sean mancillados.

 

José Martí, nuestro Héroe Nacional aquí presente, nos dijo “Es convincente que cada hombre autorice sus pensamientos. Un pensamiento y una firma son un pensamiento y un hombre”, en estos cofres de la dignidad del pueblo de Cuba  va  para el mundo la más convincente y contundente expresión de lo que pensamos, de lo que queremos los hombres y mujeres cubanos para el presente y futuro de la Patria, esas más de 8 millones de  firmas dicen con toda energía  un SÍ POR EL SOCIALISMO.

 

 Y a los gobernantes norteamericanos que  con el pretexto del terrorismo lanzan al mundo nuevas amenazas  con los llamados   “ataques e intervenciones preventivas en cualquier oscuro lugar del planeta”, le decimos desde este luminoso y sagrado lugar de la humanidad que Cuba Socialista no será doblegada jamás, que estas firmas expresan una firme posición de combate hoy con las ideas y mañana con las armas si fuera necesario, escúchenlo bien señores  del imperio, nosotros sabemos convertir nuestras casas en trincheras, nuestros barrios en baluartes invencibles y a toda la Patria en un bastión inexpugnable, inconquistable.

 

A usted  señor presidente VV, elegido fraudulentamente con las trampas de sus compinches de Miami, y además sin los votos de la mayoría de los norteamericanos  que se  decidieron o pudieron votar.  A usted que habla sin   saber nada de historia, le decimos ¡vea este arsenal de convicciones!, solicite a sus secuaces que lo informen de nuestra realidad  y encontrará la verdad, encontrará un pueblo unido como una sola familia defendiendo para siempre el sistema político que garantiza la educación y la salud gratuita para todos, el que nos permite conquistar toda la justicia, el que asegura una tranquilidad ciudadana para que nuestros niños no corran el peligro de ser agredidos con armas de fuego por sus compañeros de aulas, el que ha desarrollado la verdadera democracia ésta donde no se necesita de millones de dólares para ser elegido, ésta donde  participan millones de compatriotas en la construcción de su destino, el que disfruta de la mayor libertad de mundo que nos permite decir como nadie las verdades de los humildes, de los desposeídos, el que defiende su Partido que es símbolo del ejemplo y de la unidad y que tiene sus raíces en el que fundó Martí.

 

Vea ésta cifra de más de 8 millones de firmas, donde el 99,25%  de los electores dijo,  sí por la independencia, sí por la libertad,  compárela con el abstencionismo y los fraudes electorales  de su país y con los de las llamadas “democracias” que usted promueve en América y en el mundo.

Toda su inmoralidad, todas sus mentiras están siendo destrozadas por la moral y la verdad de nuestro pueblo.

 

Pueblo que nuevamente se levanta con la firmeza de mármol que nos legó Martí y dice como él “Quien se levanta hoy con Cuba se levanta para todos los tiempos”

 

MARTÍ:   Con estas firmas de pueblo entero decimos nuevamente que este presente de libertad e independencia por el que se luchó en la manigua, en la Sierra y en el llano, no se perderá jamás.

 

Levantados y erguidos como siempre, decimos junto a Fidel y Martí,

 

¡ PATRIA  O  MUERTE!

 

¡VENCEREMOS!


 

Miriam Yanet Martín, Presidenta Nacional de la OPJM

 

Compañeras y compañeros:

 

Parecía que el Apóstol iba a morir en el año de su centenario, que su memoria se extinguiría para siempre ¡tanta era la afrenta! Pero vive, no ha muerto, su pueblo es rebelde, su pueblo es digno, su pueblo es fiel a su recuerdo".

 

Es allí, en aquel alegato de autodefensa conocido y estudiado por todos los pioneros y por todo el pueblo con el nombre de La Historia me absolverá donde nuestro Comandante expresa el rescate del legado martiano.

 

Es aquí, próximos a celebrar los 150 años del natalicio de Martí, ante su vibrante estatua, cuya luz enciende el alma de cada cubano verdadero, donde patentizamos la rebeldía y la dignidad de este pueblo que es fiel a su historia, porque no podemos renunciar a los sueños de nuestros padres, porque no podemos traicionarlos y porque el presente es también historia, la historia de patriotismo, de tenacidad y de constancia por mantener a un país todos juntos y donde todos disfruten del bien,  un país, “Con todos y para el bien de todos”.

 

Hoy los niños tienen la madurez necesaria,  la confianza en quienes les explicamos y comprenden que no tienen la edad suficiente para consignar su aprobación por el proyecto de modificación constitucional con sus nombres y firmas en un documento oficial que reafirma estos principios martianos, pero de muchos modos han demostrado sus pensamientos en este combate que ha cambiado el machete por la idea: en primer lugar, han vestido desde temprano sus uniformes, han protagonizado la organización del proceso en cada puesto explicándole a las personas que deseaban firmar cómo debían hacerlo; han alertado, han animado, han dado muestras de educación, cortesía y el lema “Pioneros por el Comunismo, Seremos como el Che”, ha sido presencia  y esencia en este proceso; los niños se han sentido orgullosos de vivir la unidad de todas las organizaciones, la unidad de nuestro pueblo, y en ese ambiente crecen. Nuestros pioneros han aprendido aún más lo que significa el bien de todos y la dicha grande que produce defender ese bien: crecerán con el ejemplo de  héroes cotidianos que aún no están en las páginas de los libros que leen en sus escuelas, pero que los guían, vivos y directos y amantes, en las páginas gloriosas de la nación cubana.

 

También el concepto de patria ha cobrado hoy un significado más hondo y más elocuente,  en este gozo que ha dado cumplir con la tarea más útil y elevada que se nos ha ofrecido y que hemos cumplido de modo sencillo, respetable e inmediato para dar la más aplastante derrota ideológica interna y externa sufrida por el imperialismo en Cuba y en cualquier otra parte del mundo.

 

De seguro el señor Bush no conoce esta dicha eterna como tampoco aquellos que han preferido gozar de un vergonzoso, excesivo, innecesario y pasajero bienestar.

 

Para esos que se empeñan en negar las virtudes y enterezas de nuestro pueblo está la intensidad de la convicción, la contundente respuesta de más de 8 millones de cubanos que solicitan a  la Asamblea Nacional el reflejo de la voluntad de este pueblo de ratificar el carácter socialista de su revolución en la Constitución de nuestra República.

 

Constitución que los pioneros quieren estudiar y defender, ahora con estas modificaciones que dejan claro que el futuro pertenece al Socialismo, porque sin Socialismo, no hay libertad verdadera posible, lo dice también, el alma clara, limpia, alegre y amadísima de nuestros niños que son el orgullo de la patria.

 

¡Socialismo o Muerte!

 

¡Pioneros por el Comunismo, Seremos como el Che!

 

 


Claudia Felipe, Presidenta Nacional de la FEEM

 

Compañero Alarcón;

Compatriotas :

 

         Se yergue ante nosotros y su majestuosa sencillez la figura del Maestro. No la colosal estatua marmórea, sino la que erigimos desde nuestros corazones todos los cubanos dignos.

         Desde la infancia nos acompañó con su «hay sol bueno y mar de espuma», a las niñas nos enseñó el valor de la virtud y a los niños de la caballerosidad;  en la adolescencia nos convidó a amar sin reparos desde sus apasionados versos, y en esta era del consumo nos recuerda que «Mucha tienda, poca alma. Quien lleva mucho afuera tiene poco adentro y quiere disimularlo poco; quien siente su belleza, la belleza interior, no pide afuera belleza prestada se sabe hermosa y la belleza, echa luz ». Y a todos, a las generaciones de ayer, de hoy y de siempre, nos ilustró sobre el valor de la verdad y la libertad, que hay un cúmulo de verdades esenciales que caben en el ala de un colibrí, que ser cultos es el único modo de ser libres, que la muerte no es verdad si se ha cumplido bien la obra de la vida.

         El niño de Hanábana, el pupilo de Mendive, el prisionero adolescente número 113 de las canteras de San Lázaro, el estudiante de Zaragoza, el Delegado del PRC, el eterno misterio que nos acompañara de Dos Ríos no añora  honores, no añora oraciones, no añora estatuas en su memoria. 

         El Maestro ansía seguir en combate, combatir al injusto con su decoro de tantos.  No ansía fanáticos, ansía un ejército culto, digno, consciente, capaz de mantener invicta la estrella que ilumina y mata sobre su tumba, eterna trinchera surtidora de vida.

         Del Maestro también aprendimos qué pobre es el pueblo que no honra a sus héroes, y tributo eterno a los padres que nos legaron la patria de pie han sido estas últimas jornadas.

         Unidad y patriotismo distinguieron este combate. Todos y para el bien de todos ratificamos con nuestras firmas la decisión de defender el sistema que sustenta la sociedad soñada por Martí, por Maceo y Gómez, por Guiteras, Mella y Villena, por Camilo y por el Che, por Fidel y Raúl, por René, Ramón, Fernando, Gerardo y Antonio, en fin, la sociedad soñada por todos y construida por todos.

         Maestro, de ti aprendimos que «el que no tiene más que derechos, se encara decidido a vencer, con el que se burla de ellos y prospera con el ultraje.»

Este ejército de 8 millones dueño de sus derechos no dejará morir al Apóstol en el año de su centenario; este ejército reivindicará los muertos que padecieron ayer ultraje porque no éramos libres, y hoy, en el verbo sucio de nuestros enemigos. Este, maestro, es tu ejército.

         «Manda el que dice a tiempo la verdad. La verdad bien dicha, dicha a tiempo, disipa, como si fuesen humo, a sus enemigos. »

Y esta —sépanlo los cubanos de ayer, de hoy y de siempre, sépanlo nuestros enemigos, sepan las generaciones venideras— es nuestra verdad. 

 

¡Socialismo o Muerte!

¡Patria o Muerte!

¡Venceremos!

¡Hasta la victoria siempre!       

 

 


Como Mar Bravío                Por:  Hassan Pérez Casabona

 

“Una aclaración previa:

 

Algunos ciudadanos han preguntado si yo voy a responder personalmente a Bush. Al señor Bush le vamos a responder todos.

 

Sus afirmaciones y argumentos serán analizados uno por uno. Ya se viene haciendo concienzudamente. Nadie se impaciente. Es una tarea que lleva tiempo. Apenas estamos comenzando. ”

 

Fidel, Sancti Spíritus

25 de mayo del 2002

 

La Habana, 19 de junio:

 

8 188 198 compatriotas alzamos nuestras voces para decir sí al Socialismo y a la Revolución propinándole la más aplastante derrota ideológica interna y externa al Imperialismo en Cuba y en cualquier otra parte del mundo.

 

Las multitudinarias concentraciones de Sancti Spíritus, Holguín, Santiago y todo el archipiélago, en un mar infinito atravesando los más recónditos confines de su indoblegable caimán-  desbordando plazas y avenidas,- se habían convertido en los demoledores preámbulos de una respuesta grandiosa, heroica, contundente, aplastante,  fulminante, que ha develado nuevamente a toda la geografía universal la estirpe de este pueblo y sus fibras revolucionarias inamovibles, inspiradas en la historia sagrada que a lo largo de más de 130 años de lucha sin tregua hemos ido tejiendo con hilos de acero para unirnos monolíticamente, desde el 59 imborrable, en torno a lo que nos hizo seres humanos libres, soberanos, independientes, plenos: la Revolución y el Socialismo con sus fundamentos económicos, políticos y sociales, expresiones cimeras y garantes fecundos de cada conquista, cada amanecer de niños y escuelas, hospitales y centros científicos, espectáculos culturales genuinamente cubanos y universales y de lauros y coronas ganadas para el olimpo de la Patria.

 

De todos esos conceptos cotidianos, palpables, tangibles, cuyos hacedores poseen rostros desconocidos y cercanos, hablamos hoy 20 de junio ante la presencia sublime del apóstol -también autor intelectual de estas firmas- quien con su magisterio inigualable nos sigue inculcando  que “Como el hueso al cuerpo humano, y el eje a una rueda, y el ala a un pájaro, y el aire al ala, -así es la Libertad la esencia de la vida.”; justo cuando cumplimos el primer aniversario de lucha incesante  por el retorno inmediato de 5 titanes, René, Fernando, Gerardo, Antonio y Ramón, que nos han acompañado en cada batalla con sus sonrisas, crónicas, poemas, caricaturas, alegatos, que han estado firmando en los 129 523 puntos en comunicación directa e inatrapable por los enemigos echelones, renovando bríos y multiplicando convicciones para fortalecernos todos en el espíritu “intocable” de que “Volverán”.

 

Los documentos firmados -que en este acto solemne las organizaciones de masas hemos entregado a la presidencia de nuestro Parlamento-, son portadores y depositarios de las más genuinas tradiciones del pueblo mambí que se ha empinado con el Socialismo a las más altas cumbres del decoro.

 

Las rúbricas que se estamparon en cada página de la gloria y el combate no pueden contenerse en los depósitos y locales que “materialmente” las resguardarán. Ellas trasuntan el olor a fábrica de torno, fresa, cincel y martillo, a campiña con vegas y plantaciones, a escalinata convertida en facultad médica, laboratorio científico o universidad en los municipios, a milicianos en las costas y en las calles, a hombres y mujeres vestidos de verde olivo o color del silencio.

 

No profesamos culto frívolo o pueril a íconos medievales. Le rendimos tributo con coraje, intransigencia, voluntad inquebrantable y compromiso imperecedero al pueblo noble y generoso que transita y se abre paso, creando derroteros pletóricos de hermandad, solidaridad, igualdad y fraternidad.

 

No son estas Cajas de Pandora, ni baúles para exorcizar demonios, son nuestras firmas moldeadas con el temple de los guerreros en la fragua de la libertad y la democracia erigidas desde el barrio, la circunscripción, la cooperativa, la radio y la televisión, que también transmiten la brisa que al surcar los mares nos llega desde aquellos que levantan un Turquino en parajes donde la Cuba libre de Fidel y Martí concita cada segundo mayor simpatía, respeto y admiración.

 

Conservaremos para siempre este testimonio rebelde y hermoso de un pueblo que continuará haciendo historia.

 

Y debe quedar bien claro que no lo hacemos solo por lo que físicamente entregamos hoy, sino porque en ellas, esculpidas con la lírica de la pluma y el fusil, están también las letras con filo de Céspedes, Agramonte, Gómez, Maceo, Mariana, Ana, Panchito, Mella, Guiteras, Villena, Roa, Marinello, Carlos Rafael, Celia, José Antonio,  Sabino, Niceto, Lázaro, Jesús, Aracelio, Camilo, el Che y tantos otros.

 

A los que con pensamiento nazi-fascista ensayan en Jenin, Naplusa, Gaza y Ramallah el propósito genocida de convertir al planeta en un Auschwitz ciberconectado, les decimos que desde San Antonio a Maisí no existe ningún “oscuro rincón del mundo”, todo lo contrario, nuestro “espacio vital” que significa “Patria es Humanidad” resplandece mediante centrales eléctricas, paneles solares y muy especialmente con luz propia inextinguible, para que fulgure allende el horizonte el ejemplo, la dignidad, el honor y la esperanza de toda una nación que sepultó para siempre el oprobio y la ignominia y que ha jurado, con el espíritu de Baraguá, que el dominio imperialista y el sistema capitalista no volverán jamás.

 

A los sheriffs que con su política terrorista y demencial se han convertido en devotos del Mein Kampf, la suástica y la cruz gamada, portadas por encapuchados xenófobos, les sentenciamos que por el Socialismo que llenó de gloria a nuestro pueblo, juramos que entre todos destrozaremos cada patraña y falacia, cayendo como mar bravío y alud indetenible sobre aquellos que intenten mancillar nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro.

 

Lo seguiremos haciendo concienzudamente.

 

Apenas estamos comenzando.

 

¡Patria o Muerte!

 

¡Venceremos!