Discurso pronunciado por Felipe Pérez Roque, Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, en la tribuna abierta de la Revolución, en la Plaza de Africa, en Alamar, el 6 de abril de 2002, "Año de los Héroes Prisioneros del Imperio".

(Versiones Taquigráficas – Consejo de Estado)

 

Querido compañero Fidel;

Queridos Comandantes de la Revolución;

Compañeros de la dirección de nuestro Partido, de nuestro Gobierno, de la Juventud Comunista;

Compatriotas de La Habana del Este;

Compatriotas de la capital y de todo el país:

Un mar de pueblo capitalino, en nombre de la Patria, en la mañana de hoy condena enérgicamente el ultraje, la difamación a nuestros símbolos más queridos, al Apóstol de nuestra independencia; el pueblo que en la mañana de hoy, indignado, rechaza la patraña y la conspiración contra la Revolución, ha venido a dar una prueba de que nosotros sí hemos demostrado que "un principio justo desde el fondo de una cueva vale más que un ejército".

La batalla que en estos días nuestros diplomáticos, acompañados por su pueblo, libran en la Comisión de Derechos Humanos, en Ginebra,

donde el imperio nuevamente intenta imponer por la fuerza una condena contra Cuba, prueba que la Revolución es indoblegable, que su prestigio y su autoridad en el mundo crecen, y que es imposible ya confundir con mentiras, e imponer mediante la amenaza y el chantaje una condena contra nuestro país.

Sin embargo, el imperio, obcecado, humillado en su incapacidad para lograr su objetivo pese a su poderío, intenta allí, mediante las presiones que hemos venido denunciando e informando al pueblo, imponer a cualquier precio una condena contra Cuba. Este año le va resultando más difícil; pero estamos seguros de que al final, muy probablemente usando el terror, intentarán una nueva maniobra contra Cuba.

Estados Unidos no tiene autoridad moral para acusar a Cuba, no tiene autoridad moral para intentar juzgar a nuestro pueblo y a la Revolución Cubana. El mundo sabe que el gobierno de Estados Unidos que intenta condenar a Cuba en Ginebra es el mismo que ha protegido al régimen de Israel, el que le ha suministrado el armamento con el que hoy reprimen y asesinan a los niños y a la población civil palestina, es el mismo que lo ha sostenido económicamente, es el mismo gobierno que se opone a su condena en Ginebra, que maniobra y usa su influencia para que la comunidad internacional no condene la actuación genocida del ejército israelí en los territorios ocupados. Por eso la comunidad internacional excluyó a Estados Unidos de la Comisión de Derechos Humanos, y este año no son miembros, como castigo, como prueba de la reprobación con que la comunidad internacional ve su actuar prepotente, injerencista y unilateral.

Estados Unidos busca, mediante presiones, que en América Latina aparezca un nuevo Judas que presente contra Cuba la resolución, intenta buscar patrocinadores. Nuestro pueblo tiene amplia información sobre eso, ha recibido la verdad, como siempre habla la Revolución y nuestro gobierno.

Ayer denunciamos maniobras para tratar, usando la mentira, de encontrar un patrocinador y fabricar un documento con el que condenar a Cuba. Esta mañana traemos nuevas noticias desde Ginebra para nuestro pueblo y para la opinión pública.

Ante la preocupación y el temor de que se acaben los días de plazo para presentar un texto y no haber encontrado padrastro para la criatura, han decidido crear —un grupo de tarea, le llaman— un grupo de funcionarios solo dedicados a la tarea de presionar, amenazar, chantajear, torcerles el brazo a los diplomáticos de otros países en Ginebra; lo integran: Sheryl Sim, consejera política de la Embajada de Estados Unidos en Ginebra, que solo se dedica en estos días a la humillante tarea de tratar de doblegar la voluntad de otros diplomáticos allí; Simon Henshaw, funcionario del Departamento de Estado que atiende Cuba, y que esta mañana, en vez de estar allí siguiendo por la radio —quizás con algunos de esos radiecitos que han distribuido— lo que aquí se dice, está ahora en Ginebra abandonando sus funciones y dedicado a amenazar y a tratar de encontrar países que voten contra Cuba; Yleen Sarmiento de Poblete, nada más y nada menos que asistente de la congresista Ileana Ros-Lehtinen, en vez de estar ayudando a su jefa a maquinar nuevas patrañas contra Cuba, está ahora en Ginebra, seguramente en hotel de cinco estrellas y con dinero abundante, tratando de doblegar la voluntad de otros países.

La delegación norteamericana en Ginebra se dedica en estos días intensa y desesperadamente a tratar de encontrar patrocinadores y apoyo a la nueva patraña contra Cuba. Pero no solo eso, presiones personales del propio presidente Bush, quien dedicó la mitad de su reunión en Lima a presionar al Presidente peruano sobre este asunto; el secretario de Estado Colin Powell, que pareciera que dedica el máximo de su atención a este tema, en el que ha dicho que Estados Unidos tiene máxima prioridad; la señora Condoleezza Rice, secretaria del Consejo de Seguridad Nacional, pareciera que el único problema que enfrenta hoy es el intento de fabricar la patraña contra Cuba; el señor Otto Reich, quien ayer, precisamente, en Washington, seguramente presionaba al Presidente del Consejo de Ministros del Perú para tratar de que este país asuma la presentación del texto contra Cuba, y que, al parecer, solo se dedica a esta tarea.

El presidente Bush, lo sabemos muy bien, declaró públicamente, con motivo de la aspiración de su hermano a reelegirse como gobernador en el estado de la Florida: "Haré todo lo que mi hermano me pida para que gane las elecciones en Florida." Parece un verso, pero un verso perverso que muestra la naturaleza corrupta del sistema político de ese país, y lo que su hermano le pide es que refuerce la agresión contra Cuba, aumente las presiones, logre la condena de Cuba en Ginebra, para obtener, a cambio, el apoyo de la mafia terrorista cubana de Miami, de su dinero, de su influencia política, de sus estaciones de radio, sus periódicos. Eso es lo que el hermano le pide, y eso es lo que el gobierno de Estados Unidos hoy, rehén de esta actuación, que lo humilla ante el mundo, está haciendo.

¿Por qué el Presidente de Estados Unidos no se emplea mejor, por ejemplo, en lograr asistencia médica estable para 43 millones de norteamericanos que hoy no tienen atención médica garantizada: 22 millones de ellos, negros; 11 millones de ellos, hispanos, y respeta al país que tiene hoy un médico por 176 habitantes, que ha llevado la mortalidad infantil a 6 por 1 000 nacidos vivos, menor que la del imperio y tres veces menor que la de los negros y los pobres en aquel país? ¿Por qué no respeta al país que ha dado una prueba al mundo de cómo enfrentar un problema de salud —como explicó aquí la joven doctora— con la movilización popular, y que ha permitido derrotar la epidemia de dengue y controlar un peligro que permite hoy vivir con tranquilidad a millones de familias cubanas que no verán a sus hijos morir de dengue, como está ocurriendo en estos momentos en otros pueblos de América Latina? ¿Por qué se empeña en condenar al país que concita la admiración del mundo, que levanta en todo el mundo una ola de reconocimiento y de simpatía?

Esta mañana, ante este mar de pueblo de La Habana del Este, proclamamos nuestra seguridad en que Cuba obtendrá una victoria moral en Ginebra, y que si aún lograran imponer allí, mediante la presión y el chantaje, una nueva condena contra Cuba, ello no disminuirá en lo más mínimo el prestigio de Cuba, la autoridad moral de Cuba, la bandera de lucha que Cuba significa hoy para todos los que creen en que un mundo mejor sí es posible (Aplausos).

En el día de ayer, en la noche, en la mesa redonda se habló nuevamente con el corazón y la verdad sobre la actividad subversiva, conspirativa, violatoria de las leyes cubanas y de las convenciones internacionales que la Sección de Intereses Norteamericana está desarrollando en La Habana.

Hay que decir esta mañana, y decirlo bien para que lo oigan dondequiera que estén en este momento los diplomáticos norteamericanos, ¡hay que decirlo bien!, que esta actividad se aparta del espíritu y la letra del acuerdo que dio lugar, en épocas del gobierno del presidente Carter, a la creación de esas Secciones de Intereses en 1977. Se aparta, y nosotros sabemos bien lo que se acordó, y las reglas que se acordaron y que se están violando. Advertimos a los diplomáticos norteamericanos, dondequiera que estén, que no crean que no sabemos, que sabemos más de cuatro cosas, que están violando la letra y el espíritu de aquel acuerdo que dio lugar a las Secciones.

Su actuación viola las regulaciones de la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas de 1961. La Convención de Viena basa el otorgamiento de privilegios e inmunidades diplomáticas sobre la base de que los diplomáticos respeten las leyes del país donde están acreditados.

He traído aquí la Convención de Viena, y voy a recordar, especialmente para los diplomáticos norteamericanos y los que los dirigen y azuzan en el Departamento de Estado, lo que dice el Artículo 3 de la Convención de Viena.

No sé si tienen este folleto, porque como están dedicados a producir los otros folletines de baja calidad y dudoso contenido, quizás debemos mandarles un texto.

Dice la Convención:

"Las funciones de una misión diplomática consisten en:

Esto es lo que dice la Convención. ¿Lo que se habló ayer en la mesa redonda tiene que ver con esto? (Exclamaciones de: "¡No!") Deben saberlo, que lo sabemos, a qué se están dedicando aquí —como se dijo ayer—: a organizar, financiar con dinero contante, sonante y abundante; abastecer con medios materiales y logísticos, y a dirigir, imponiendo el programa y lo que hay que hacer, a los grupos ilegales que ellos han formado aquí, minúsculos y desprestigiados, que actúan como empleados y súbditos de la potencia extranjera que agrede a su pueblo; los alienta a la subversión, los alienta a la violación de las leyes cubanas, sabiendo que estos grupos de aquí están conectados y estrechamente ligados y dependen también de los grupos que en Miami alientan la actividad terrorista contra nuestro pueblo. Pese a eso lo hacen.

Palabras que aluden a una lucha mundial contra el terrorismo, pero hechos prácticos de connivencia y de apoyo a los grupos que conectan con los grupos terroristas de Miami; espionaje electrónico desde la sede —ya se dijo aquí que no cabe allí un aparato más para espiar cuánto se habla en Cuba. No se le puede decir un secreto a una novia que ellos no se enteren. Espionaje mediante otros métodos también, usando especialmente a estos grupos que buscan información sensible, que entregan al enemigo de su pueblo, que lo bloquea y trata de matar por hambre y enfermedades a la población de nuestro país, para que puedan aplicar mejor las leyes del bloqueo, la Ley Helms-Burton y el resto de las leyes. Constantes viajes de oficiales de la Agencia Central de Inteligencia y de otros servicios especiales norteamericanos a nuestro país con el manto de diplomáticos que vienen a hacer aquí trabajo interno. Sabemos bien el tipo de trabajo que hacen, y no deben creer que aquí nosotros no estamos en la viva. La Revolución no en balde ha logrado, durante más de cuatro décadas, enfrentar su hostilidad y agresión contra Cuba.

Usan el monitoreo, que fue la facultad que les dimos para visitar a los emigrantes ilegales que intentan abandonar el país y son interceptados en el mar, una parte de los cuales devuelven y a otra parte, violando los acuerdos migratorios —20 de cada 100, casi—, le permiten entrar y acogerse a la Ley de Ajuste Cubano, estimulando la emigración ilegal desde el país. Los autorizamos a que fueran y los visitaran en las casas, eso no está en el acuerdo migratorio, y debe quedar claro. En vez de usar esos viajes de monitoreo para esta función, se dedican entonces en esos viajes a organizar a los grupos, abastecerlos, a llevar los radiecitos, los folletos, a conspirar contra la Revolución. Debe saberse que nuestra paciencia tiene límites y que nuestro pueblo sabe bien que se está violando lo establecido.

Constante conspiración y trabajo de tergiversación de la realidad cubana. No hay visita aquí de una delegación norteamericana que ellos no traten de secuestrar, de imponerle su programa, de decirle mentiras. Tenemos cartas de visitantes ofendidos por ese tratamiento, delegaciones que nos han dicho que los humilla ese trato en que les intentan imponer, mintiéndoles, otras actividades que obstaculizan el que conozcan la realidad del país.

El gobierno de Estados Unidos teme que su opinión pública conozca la verdad sobre Cuba, teme que los políticos, los congresistas, los senadores, los periodistas vengan y vean la realidad y descubran que les han mentido durante cuatro décadas sobre la realidad cubana.

Distribuyen ilegalmente propaganda, materiales. Lo que vimos ayer, la distribución de un folletín insultante, tergiversador del pensamiento y la obra antimperialista de José Martí; la distribución de radiecitos sintonizados en las emisoras contrarrevolucionarias, que trasmiten hoy, ilegalmente, más de 1 700 horas semanales de radio contra Cuba, son ejemplos de este desespero, son ejemplos de violaciones de las leyes internacionales y de las leyes cubanas. Pero debemos decir con claridad a esta masa de pueblo que esta mañana se ha dado cita aquí y al resto de la población cubana, que esta actuación de la Oficina de Intereses no es casual, se inscribe en el momento del año electoral, en el momento de las elecciones de la Florida, a finales de este año, y en medio de un ambiente de prepotencia, actuación unilateral y triunfalismo, que ha sobrevenido en las autoridades norteamericanas después del 11 de septiembre.

Nuestro pueblo condenó y condena hoy, sin ningún tipo de cortapisas, el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones, porque nuestro pueblo ha sido víctima del terrorismo; pero nuestro pueblo registra también con preocupación, como la opinión pública internacional, la tendencia a la actuación unilateral, a ignorar los convenios internacionales, a ignorar a la Organización de Naciones Unidas, y en medio de ese ambiente, de esa euforia, se da esta actuación.

Hay que decir esta mañana: ¡Cuidado! ¡Cuidado!, que el pueblo sabe bien cómo defenderse mediante las ideas, mediante los principios y mediante la disposición de defender con el pecho hasta la última gota de sangre sus ideas; que en este país sí nosotros mandamos, el pueblo decide lo que se hace, el pueblo defiende la Revolución y el pueblo no va a permitir que conspiren y que intenten subvertir el orden que el pueblo ganó, tras la derrota de la dictadura sangrienta que ellos apoyaron hasta el último momento, abastecieron de armas y apoyaron hasta el último segundo, y defenderá la Revolución que ellos trataron de escamotear después.

¿Qué ha ocurrido? Pues parece que el personal de la Oficina de Intereses Norteamericana considera que hay que hacer nuevos méritos, debido a la llegada al Departamento de Estado de un nuevo subsecretario de Estado, el señor Otto Reich, en cuyos antecedentes y catadura moral no voy a insistir aquí porque todos conocemos bien. Pareciera que hay que salir vanguardia en una emulación especial sobre conspiración que este señor ha organizado, y debe saberse que aquí no van los jueguitos ni las conspiraciones. Al parecer hay una euforia nueva, un intento de nuevos planes de ponerle "un extra" a la actividad conspirativa.

¿Qué ha ocurrido en estos meses de gobierno del presidente Bush, sobre todo, de enero para acá? Fuerte retórica, no pasa día prácticamente en que, en medio de una actuación injerencista e irrespetuosa, llena de falsedades y mentiras sobre la realidad cubana, el presidente Bush, el secretario de Estado Powell, la señora Rice, el señor Otto Reich, e incluso, y esto es nuevo, hasta la Jefa de la Sección de Intereses, opinan sobre Cuba, dicen sobre Cuba, inventan sobre Cuba, mienten sobre Cuba. No hemos perdido tiempo en responder, pero podemos hacerlo, no debe haber confusión de que tenemos la idea y el argumento, y que son irrebatibles para defender la obra y las verdades de la Revolución.

Una cacería se ha desatado en Estados Unidos contra los que intentan viajar a Cuba, casi 1 000 personas en Estados Unidos han sido multadas, amenazadas de juicio, perseguidas. Hay una cacería; sin embargo, no han podido impedir que el año pasado 80 000 norteamericanos vinieran a Cuba, la mayoría violando las leyes de su propio país, y 120 000 cubanos que viven allí vinieron a Cuba, pese a que está prohibido, pese a que los cubanos solo pueden venir una vez al año, pese a que le violan sus derechos a esa mayoría silenciosa de cubanos, en cuyo nombre la mafia habla de mantener el bloqueo y destruir a la Revolución.

Han nombrado en puestos claves del gobierno —oigan bien—, nada más y nada menos, que a 18 cubanos integrantes de la mafia contrarrevolucionaria de Miami; ¡dieciocho! hay hoy de la mafia en el gobierno, nombrados por este gobierno. Eso incluye al señor Melquíades Martínez, secretario de Vivienda del gobierno. Este personaje fue, nada más y nada menos, que el organizador del viaje del niño secuestrado, Elián González, a Disneylandia; ahora es el secretario de Vivienda.

El señor Otto Reich, viceministro, digamos, secretario asistente para atender el hemisferio occidental.

Mauricio Tamargo, este era asistente de Ileana Ros-Lehtinen: "a tal palo, tal astilla"; este es ahora el director de la Comisión Federal de Reclamaciones, la lista donde están los que reclaman en Estados Unidos propiedades que han perdido en otros países, y la mafia quiere que la lista se abra para incluirse ellos dentro de la lista, los batistianos, los terratenientes, los ladrones que aquí, con la dictadura de Batista, robaron al pueblo y eran dueños de las casas, las tierras donde hoy están las escuelas, donde hoy están los edificios de viviendas de los obreros y los campesinos, donde hoy están las fábricas que pertenecen al pueblo. Quieren incluirlos en la lista para cobrarle primero el dinero al gobierno de Estados Unidos y después, además, recuperar las propiedades cuando suponen y sueñan y deliran, destruyan a la Revolución y regresen aquí a recuperar sus propiedades. Este año han logrado apropiarse de la jefatura de la lista con el tal Tamargo, que conspira ahora para lograr estos objetivos.

Emilio González, coronel del ejército, atiende en el Consejo de Seguridad Nacional los temas cubanos; y otro grupo hasta sumar 18.

Esto, para que nuestro pueblo, que siempre ha recibido de la Revolución la verdad, sepa el momento que el país vive, y la tranquilidad y la sangre fría con que la dirección de la Revolución va conociendo y midiendo cada nuevo acontecimiento.

Niegan las visas de manera sostenida a los funcionarios del gobierno, a personalidades de nuestro país que tienen, por razones de trabajo, que visitar Estados Unidos. Dos ejemplos voy a citar: al Ministro de Finanzas, el compañero Manuel Millares, tenía que ir a Washington a una reunión preparatoria de la Cumbre de Monterrey, se reunían allí los ministros de finanzas de América Latina, le prohibieron la visa. A un ministro cubano que tenía que ir allí, porque la reunión se convocó allí, no le permitieron ir, le negaron la visa.

Hace unos días, al compañero Pedro Alvarez, director de la empresa ALIMPORT, que importa alimentos a nuestro país, y a un grupo de funcionarios del Ministerio de Comercio Exterior, les han negado la visa. Iban a ir allí invitados por compañías agrícolas norteamericanas interesadas en relaciones en comercio con Cuba, les han negado la visa. Temen, incluso, que la palabra de la Revolución llegue dentro de Estados Unidos; temen a la fortaleza de nuestras ideas, a nuestra autoridad moral, a nuestras creencias y convicciones.

Aplican de modo extraterritorial las leyes norteamericanas, la Ley Helms-Burton, la Ley de comercio con el enemigo. Debemos esta mañana decir aquí que al ciudadano canadiense, ¡canadiense!, James Sabzali lo han declarado culpable en Estados Unidos de vender a Cuba resinas para la potabilización de agua. No sé qué tipo de material peligroso y estratégico, es ese, no sé si se puede fabricar con eso un misil nuclear. Lo han encontrado culpable, lo enjuician por haberle vendido a Cuba resina para potabilizar el agua que va a nuestras escuelas, a nuestras viviendas, y los analistas plantean que podría llegar a enfrentar una condena de hasta 205 años de cárcel, ¡doscientos cinco años de cárcel!, acusado del grave crimen de venderle a Cuba resinas para potabilizar el agua.

Esta mañana debemos decir aquí que el pueblo de Cuba y el gobierno de Cuba expresan su apoyo y solidaridad al señor Sabzali, a su familia, a sus amigos, y apoya su derecho a comerciar con Cuba y a que no se le condene, según las leyes de otro país, aunque este sea el país más poderoso de la Tierra.

El gobierno de Estados Unidos no ha respondido oficialmente, y ha rechazado e intentado minimizar públicamente las propuestas oficiales que Cuba le hizo de establecer un acuerdo de lucha contra el narcotráfico, que beneficiaría, en primer lugar, a las familias norteamericanas. Ellos deberán responder un día de no haber cooperado con Cuba, de no haber firmado este acuerdo que hubiera impedido que más droga llegara a las escuelas norteamericanas.

No han respondido nuestra propuesta de ampliar el actual acuerdo migratorio para evitar que niños, mujeres, personas inocentes mueran en el mar tratando de emigrar ilegalmente bajo el estímulo de la Ley asesina de Ajuste Cubano.

No han respondido a nuestra propuesta de firmar un acuerdo para establecer un programa bilateral de cooperación en materia de lucha contra el terrorismo, y saben que somos víctimas de la actividad terrorista, y saben que 3 500 cubanos murieron víctimas de la actuación terrorista, el sabotaje y la agresión, y saben que más de 2 000 cubanos han llevado toda su vida dolencias físicas, disminución de sus capacidades físicas, debido a que han sido víctima de acciones terroristas.

Ahora —y nuestro pueblo debe saberlo— dos nuevos momentos se acercan: En primer lugar, dicen que están revisando la política del gobierno de Estados Unidos hacia Cuba. Todo esto bajo la dirección del señor Otto Reich y el señor Emilio González. ¿Cuál creen ustedes, compatriotas, será el resultado de esa revisión? ¿Será para quitar el bloqueo? (Exclamaciones de: "¡No!") ¿Será para aceptar la realidad de que hay que respetar a la Revolución Cubana? (Exclamaciones de: "¡No!") ¡No! Seguramente será para endurecer el bloqueo, para dictar nuevas medidas contra la Revolución, para agudizar las tensiones, para incrementar la hostilidad y la agresión contra Cuba. ¿Y alguien se asusta aquí de ese anuncio? (Exclamaciones de: "¡No!") ¡No, hombre, no!, si nosotros llevamos cuatro décadas viviendo esto y sabemos defender la Revolución; sabemos que tenemos la razón; sabemos que la comunidad internacional apoya nuestro derecho; sabemos que de manera creciente en Estados Unidos se alienta la idea de que es necesario cambiar de una vez esta obsoleta política hacia Cuba; y sabemos que el tiempo está de nuestra parte, y sabemos que seremos los vencedores de esta epopeya por la independencia nacional y por la justicia social.

En segundo lugar, debemos esperar la segura inclusión de Cuba en la lista que el Departamento de Estado elabora cada año con los Estados que, en su opinión, auspician el terrorismo en el mundo.

Debemos dejar claro esta mañana que Cuba rechaza la lista, rechaza su inclusión en la lista, rechaza la autoridad moral del gobierno de Estados Unidos para ser juez y acusador del resto del mundo. Que Cuba sabe que Orlando Bosch vive libre en Miami, después de haber recibido un perdón del presidente Bush, padre; Cuba sabe que hay planes activos para lograr la fuga de la cárcel de Posada Carriles; Cuba sabe que hay miles de torturadores y esbirros que encontraron y han encontrado allí refugio; Cuba sabe que desde allí vinieron las armas para las bandas que asesinaron aquí a maestros y campesinos, que asesinaron a niños alfabetizadores; Cuba sabe que de allí han venido los comandos que han puesto bombas en los hoteles, que han tratado de agredir a nuestro pueblo, que han provocado víctimas, muertos entre nuestra población civil.

Cuba no reconoce autoridad moral al gobierno de Estados Unidos para erigirse en juez, y espera tranquila, sabiendo que la opinión pública internacional conoce que tenemos razón.

Cuba esta mañana proclama nuevamente que esos cinco jóvenes, héroes de nuestra Patria, prisioneros políticos, víctimas de la sed de venganza, de la frustración por no haber podido derrotar a la Revolución, ¡volverán!, a sus familias, que aquí están, a sus madres, a sus esposas, a sus hijos (Aplausos). Nuestro pueblo les promete que volverán físicamente, porque no se han ido desde el punto de vista de nuestros sentimientos, nuestro cariño, y están esta mañana encabezando nuestro acto, y hoy, en condiciones de aislamiento, en condiciones perversas que les han creado en las cárceles para doblegar su espíritu, dan una prueba del tipo de cubano que la Revolución ha hecho posible en nuestra Patria. ¡Ellos volverán!

Esta mañana debemos proclamar, con toda claridad, que sabemos que detrás de esta actuación prepotente, detrás de la actuación violatoria de los diplomáticos norteamericanos, detrás de la conspiración, está el temor a que la Revolución se fortalece, a que el bloqueo genocida no ha podido doblegar a la Revolución, a que la Revolución es más fuerte cada día que pasa, a que el pueblo apoya más que nunca a la Revolución (Aplausos), de que el pueblo culto, cada vez más culto y mejor informado, no podrá ser engañado con la radio y la televisión que profanan el nombre del Apóstol de la Independencia (Aplausos).

Más de 20 años se han cumplido en que los ingenieros de la CUJAE, los ingenieros del ITM, han derrotado la tecnología, el dinero y la prepotencia del imperio. Sueñan, sin embargo, con que podrán engañar al pueblo. Chocarán, se estrellarán contra el pueblo culto, el pueblo informado, que sabe donde está la verdad, que no cree cuentos de camino, que no cree cuentos de imperialistas y que sabe que la Revolución es su tesoro mayor; el pueblo que ha decidido poner por delante la defensa de la dignidad nacional, de la independencia, de la justicia, y que ha sabido pagar con honor el precio de ser independiente a las puertas del imperio más poderoso que jamás ha conocido la historia (Aplausos).

Un día como hoy proclamamos nuestro derecho a ser un pueblo independiente, a escoger nuestro camino, y lo hacemos en esta Plaza de Africa, que evoca nuestro orgullo por nuestra raíz africana; que evoca los millones de esclavos que formaron nuestra nacionalidad, que aportaron a nuestra cultura, a nuestras religiones, los que después formaron las huestes desnudas de Carlos Manuel de Céspedes. En esta Plaza de Africa, que evoca el recuerdo de 350 000 cubanos que marcharon voluntarios a combatir en Africa contra el colonialismo, contra el apartheid, que hicieron posible preservar la integridad territorial de Angola, que hicieron posible la independencia de Namibia; los cubanos que hicieron posible la liberación de Nelson Mandela, que vieron llegar a una plaza como esta a Nelson Mandela y decir: "¡Gracias a mis hermanos cubanos hoy estoy aquí!", que derrotaron al apartheid. El pueblo generoso y valiente que cuando terminó aquella epopeya regresó a la Patria solo con los restos de sus muertos, porque no somos en Africa dueños de pozos petroleros, ni de tierras, ni de riquezas, ni de diamantes; somos dueños del cariño y de la admiración de esos pueblos, que allí en Ginebra defienden a la Revolución Cubana y no se doblegan ante las presiones brutales del imperio (Aplausos).

En esta mañana en que esta masa de pueblo generosa, esta masa de pueblo confiada en el futuro que ya es posible avizorar en los sueños y la palabra de Fidel; en este municipio joven, surgido de la Revolución, sembrado de escuelas, de médicos por la Revolución; estas tierras, ayer propiedad privada de un grupo de privilegiados corruptos, hoy municipio esencial de la capital cubana, donde viven miles de cubanos en las viviendas, modestas pero dignas, que la Revolución sembró en esta zona; donde está la escuela de trabajadores sociales, orgullo de la Revolución (Aplausos y exclamación) y de estos tiempos nuevos que vive la Patria; donde están las instalaciones de nuestros campeones olímpicos (Aplausos y exclamaciones); donde están las playas que la Revolución devolvió al pueblo; donde toda una obra social, cultural, económica está puesta hoy al servicio de la población; donde los niños siembran cada día la esperanza de que nuestros hijos y nietos vivirán en un país digno, del que se sentirán orgullosos.

En esta mañana, que recuerda nuevamente la presencia en este municipio del Guerrillero Heroico y del Ejército Rebelde conquistando para la Revolución las fortalezas del crimen.

En esta mañana, ante la presencia del Jefe de la Revolución (Aplausos), ante la presencia de nuestro querido Raúl (Aplausos), ante la presencia aquí de los compañeros Almeida, Ramiro y Guillermo (Aplausos), testimonio de la generación que hizo posible la Revolución y la conduce hoy, no acompañada de un número pequeño de guerrilleros con una estrella en la frente y un fusil a la espalda, sino de un pueblo entero, con un ejército popular, con millones de combatientes, con ideas, con cultura, que ha visto lo que es posible hacer, que ve cada día a sus hijos estudiando computación, recibiendo 12 vacunas gratuitamente, que ha visto lo que es una Revolución en el poder, en una mañana como esta, en que flota linda nuestra bandera cubana, es el momento de proclamar nuevamente, recordando a Camilo Cienfuegos:

"¡Si deshecha en menudos pedazos

llega a ser mi bandera algún día,

nuestros muertos alzando los brazos,

la sabrán defender todavía!"

¡Viva la Revolución! (Exclamaciones de: "¡Viva!")

¡Viva el pueblo que no será derrotado jamás! (Exclamaciones de: "¡Viva!")

¡Viva el pueblo que no será engañado jamás! (Exclamaciones de: "¡Viva!")

¡Patria o Muerte!

¡Venceremos!

(Ovación.)