NOTA OFICIAL

Ayer martes, 24 de junio, una madre norteamericana, a través de un amigo de nuestro Comandante en Jefe, envió a éste un mensaje. Explicaba que sus dos hijos, un varón de diez años, Henry, y una niña de ocho, Victoria, nacidos en 1993 y 1995, respectivamente, de su matrimonio con Anwar Wissa, ciudadano de Estados Unidos, quedaron bajo la custodia legal conjunta de ambos al divorciarse en la primavera del 2001, y que la custodia física, como es habitual, fue asignada legalmente a ella.

De acuerdo con el mensaje de la señora Cornelia Streeter, madre de los niños, el 23 de agosto del 2001 Anwar Wissa secuestra a Henry y a Victoria, y los traslada con él a Egipto en un avión que había contratado.

Como consecuencia de esto, el 27 de agosto del 2001, una corte del Estado de Massachusetts le confiere a la madre la custodia única y legal de sus hijos.

El 30 de agosto del mismo año, Wissa es acusado legalmente por la fiscalía por crímenes según las Leyes de Massachusetts contra Secuestros por Padres y por Fuga Ilegal para evitar Proceso.

En el otoño de ese propio año, Wissa exige un pago por más de un millón de dólares a Streeter a cambio de devolverle a sus hijos.

Entre el invierno del 2001 y la primavera del 2002, Wissa obtiene pasaportes egipcios para él y para los dos niños.

En abril del 2002 son expedidos cargos criminales contra Wissa en una Corte Federal de Estados Unidos por extorsión y por secuestro internacional.

En la primavera del 2002, Wissa pide a la Corte egipcia la custodia de sus dos hijos.

En diciembre del 2002, la Corte egipcia rechaza la petición de Wissa y concede la custodia legal de Henry y de Victoria a la madre.

Entre enero y mayo del 2003, ella viaja a Egipto para que se cumpla la orden de la Corte egipcia y le entreguen a sus hijos, pero en diciembre del 2002 Wissa había salido de Egipto con Henry y Victoria dirigiéndose primero a España y más tarde a Cuba, afirmaba la madre en su mensaje.

La señora Cornelia Streeter finalmente comunicaba que Wissa se encontraba con los dos niños en un pequeño yate ubicado en uno de los muelles del centro turístico Marina Hemingway, y expresaba profunda inquietud por la vida de sus hijos, el temor de que fuesen a sufrir cualquier daño debido a la actitud intransigente e irracional de Wissa, y rogaba a Cuba protegiera a los niños e hiciera lo que estuviese a su alcance para que sus hijos le fuesen devueltos sanos y salvos.

Envió amplia documentación sobre el proceso, una síntesis de su biografía personal y varias fotos de los niños.

De ser cierto lo que alegaba, constituiría un caso como el de Elián a la inversa, que involucraba a dos inocentes criaturas norteamericanas.

De inmediato, en horas de la noche y la madrugada, se realizaron indagaciones en busca de indicios, datos y antecedentes relacionados con Anwar Wissa que pudieran obrar en nuestros archivos.

Wissa había entrado al país como turista en siete ocasiones ―dos veces en yate y cinco por vía aérea―, la primera de ellas el 20 de mayo del 2001, tres meses antes de que separara a los niños de la madre y los trasladara a Egipto. Se comprobó que efectivamente se encontraba en nuestro país y el yate estaba ubicado en un muelle de la Marina Hemingway.

Se dieron las instrucciones pertinentes de cómo actuar, velando sobre todo por evitar riesgo alguno o trauma para los niños. A las 9:35 a.m. de hoy, se procedió al arresto de Wissa de forma cuidadosa, de modo que los niños no pudieron siquiera percatarse. Estos fueron trasladados a un lugar adecuado en compañía del marinero cubano contratado por Wissa, que cooperó con las autoridades y el cual tiene gran ascendencia sobre ellos.

A través del amigo, se solicitó a la madre viajar de inmediato a Cuba para reunirse con sus hijos y atenderlos.

Se procederá a una breve, pero intensa búsqueda de datos y comprobaciones, a fin de conocer con toda precisión los hechos que se alegan. De ajustarse a la realidad, la señora Streeter, madre de los niños, regresará a Estados Unidos con sus hijos en el más breve tiempo posible. Wissa sería sometido a juicio por los delitos cometidos y por el intento de utilizar a nuestro país haciéndose pasar por turista a fin de protegerse de las consecuencias de tan reprobable conducta.

Wissa ha sido tratado con el debido respeto y tendrá todas las posibilidades para garantizar su defensa legal.

Cuba no puede olvidar que cuando el niño Elián González, con sólo 5 años de edad, fue secuestrado por familiares que no tenían derecho alguno a su custodia, más del 80 por ciento de los norteamericanos apoyó su regreso a Cuba, donde residían el padre y sus familiares más allegados. Al pueblo norteamericano le debemos, por tanto, gratitud y respeto.

El territorio de Cuba jamás podrá ser usado como refugio para llevar a cabo el secuestro de un niño, aunque el autor, como en este doloroso caso, sea su propio padre, lo que constituye un verdadero drama humano en el que tantos factores se pueden mezclar y tantas pasiones se pueden engendrar.

Junio 25 del 2003.

6:30 p.m.