Huracán Irma al norte del extremo oriental de Cuba el 8 de septiembre de 2017

Habitualmente los ciclones tropicales sacuden la pista atlántica en un semestre marcado por cálidas temperaturas en la superficie del mar desde el archipiélago de Cabo Verde hasta las costas de México y Estados Unidos, favorecido este año por la ausencia de El Niño en el Pacífico oriental. Las grandes masas de aire seco procedentes del Sahara comenzaron a menguar en agosto y fue en septiembre cuando de forma notable despuntó la actividad ciclónica, con tres huracanes simultáneos y dos de categoría 5 que provocaron severos daños en las Antillas.

Por undécima vez en la historia (récord) se empleó el nombre de Arlene para designar a la primera tormenta tropical, la cual se originó 41 días antes del inicio formal de la temporada. Irma mostró fuerza y se plantó como el único huracán conocido a nivel global en mantener durante 37 horas seguidas vientos máximos sostenidos de 295 km/h. María pudo colarse entre los diez más poderosos del Atlántico con su registro de presión atmosférica de 908 hectopascal.

Sobre estos peligrosos fenómenos naturales conversó con Cubadebate el joven científico norteamericano Brian D. McNoldy, investigador asociado en la Escuela Rosenstiel de Ciencias Marinas y Atmosféricas de la Universidad de Miami, y quien fuera seleccionado como uno de los cuatro expertos en huracanes para un blog del diario The New York Times hace diez años. Actualmente escribe sobre meteorología tropical para The Washington Post.

– ¿Qué tan grande o pequeño puede ser el ojo de un ciclón intenso?

El ojo más pequeño conocido se observó en el huracán Wilma en 2005, y tuvo un diámetro de 3,7 kilómetros. Entretanto, el más grande perteneció al tifón Carmen de 1960, con 370 kilómetros de amplitud, cien veces mayor que el de Wilma.

– ¿Cómo los aviones de reconocimiento llegan hasta el núcleo del huracán?

Las misiones de reconocimiento de huracanes comenzaron en 1943. Aviones robustos como el Hércules C-130 y Orion P-3 han volado directamente al centro u ojo de las tormentas con frecuencia. Dependiendo de la misión y la intensidad del ciclón, planean usualmente desde los 1 500 hasta los 3 000 metros sobre la superficie del océano. La parte superior del huracán podría estar a 15 kilómetros. Los vuelos son ásperos o turbulentos.

– ¿Es seguro viajar en los cazahuracanes?

Son sorprendentemente seguros. En el Atlántico, solo un avión se perdió en una tormenta, cuando el huracán Janet era de categoría 4, en 1955. La aeronave y la tripulación de once personas nunca fueron encontrados. Otros cinco aviones y cuarenta y dos personas se extraviaron durante las exploraciones en tifones en el Pacífico occidental desde 1945 a 1974.

    A las 6:30 a.m. del 26 de septiembre de 1955 despegó desde la Base Naval de Guantánamo el Snowcloud Five para investigar al huracán Janet, ubicado a 300 millas al suroeste de Jamaica.

    Realizó la primera penetración al ciclón a una altitud de 700 pies y desapareció cuando el poderoso fenómeno alcanzaba vientos máximos cercanos a 230 km/h.

    Durante los próximos cinco días se realizó una intensiva operación de búsqueda por aire y mar que involucró a tres mil personas, sesenta aviones y siete barcos. Ningún rastro del avión fue encontrado jamás.

– ¿De qué forma se miden los vientos más potentes del ciclón?

Los aviones que vuelan a las tormentas lanzan sondas. Estos aparatos contienen los mismos instrumentos básicos que arrojamos desde los globos meteorológicos con el propósito de medir la temperatura, el viento y la humedad, excepto que en lugar de subir con un globo, caen de un avión. Cada vuelo puede liberar docenas de estas sondas para investigar el perfil vertical de la atmósfera en el huracán y su alrededor, mas no son recuperadas.

– ¿Es cierto que los drones son empleados para estudiar las tormentas?

Los drones se utilizan también ahora, desde el Global Hawk muy grande que vuela alrededor y sobre ciclones tropicales hasta los diminutos aviones Coyote que se liberan en los niveles bajos del huracán.

– Se habla mucho sobre las vaguadas, que pueden “enganchar” a los huracanes y hacerlos recurvar…

Los ciclones son dirigidos por el ambiente a gran escala que les rodea, que incluye vaguadas y dorsales de altas presiones. Una dorsal fuerte al norte de un ciclón lo mantendrá moviéndose generalmente hacia el oeste, mientras que una profunda hondonada cercana permitirá que el huracán siga hacia ella, o al norte. Usted puede pensar en un mapa de contorno, donde las vaguadas son valles, las altas presiones son colinas… y el huracán es una bola rodante.

– ¿Cuál ha sido la mayor velocidad de viento reportada al paso de un huracán sobre tierra?

El más intenso ciclón que ha tocado tierra en nuestra área geográfica es el Huracán del Día del Trabajo de 1935, que azotó a los cayos centrales de la Florida con vientos sostenidos de 295 km/h. No estoy seguro de cuáles fueron las rachas, o si podrían haber sido medidas o estimadas.

Fuera del Atlántico, la más fuerte ráfaga de viento registrada en tierra fue provocada por el ciclón tropical severo Olivia en 1996. La isla de Barrow, frente a la costa noroeste de Australia, registró una racha de 408 km/h, junto con vientos sostenidos de 230 km/h.

 

Ciclón tropical severo Olivia el 10 de abril de 1996

– ¿Son comunes las descargas eléctricas en el interior de los ciclones?

Los rayos se observan típicamente en las bandas externas de lluvia, pero son mucho menos frecuentes en la pared del ojo. Sin embargo, un brote de actividad eléctrica en el anillo de vientos máximos puede indicar que un fortalecimiento del ciclón está a punto de ocurrir.

– ¿En qué zonas de África se generan las ondas tropicales que luego se convierten en huracanes?

Durante todo el verano, el chorro africano del este (corriente de aire en la atmósfera superior) se desliza entre el Sahara caliente y seco y el bosque húmedo y la estepa al sur. El chorro se descompone en ondas que a veces pueden moverse desde las tierras altas de Etiopía hasta la región de Cabo Verde, atravesando todo el continente. Algunas de estas ondas se convierten en ciclones tropicales cuando emergen al Atlántico, mientras que otras no.

– ¿Es posible alterar la ruta e intensidad de un huracán?

La modificación del tiempo y los huracanes se intentó décadas atrás, sin éxito ni impactos probables. El Proyecto Stormfury experimentó exactamente esto. Fue cancelado.

– ¿Cree que es necesario añadir una categoría 6 para clasificar a huracanes tan violentos como Irma y María?

No, no se necesita una categoría adicional. La escala de vientos de Saffir-Simpson se basa en los daños, y una destrucción catastrófica completa se logra mediante un huracán de categoría 5.

Escala de Vientos Huracanados de Saffir-Simpson

 

– ¿Por qué unos ciclones son más grandes que otros?

El tamaño de los ciclones tropicales varía mucho. Sandy (2012) y Marco (2008) son los grandes ejemplos de los extremos. Pero el tamaño no se correlaciona con la intensidad: pueden existir grandes tormentas débiles, pequeñas tormentas intensas, y todo lo demás. La dimensión de la onda o perturbación inicial puede ser un factor para determinar cuán amplio será el ciclón tropical final. Además, los huracanes tienden a crecer gradualmente a medida que maduran.

– ¿Hasta qué punto los vientos sostenidos de un ciclón tropical se perciben más fuertemente en la parte alta de un edificio que en los pisos de abajo?

Los vientos más intensos del huracán se encuentran aproximadamente a 500 metros de altura sobre la superficie terrestre. En la parte superior de un edificio de 30 pisos (100 metros) estos vientos pueden ser un 20 % más fuertes que en el nivel del suelo.

– ¿Qué consejos nos brindaría para interpretar correctamente los modelos de trayectorias que tanto se comparten en Internet?

El haz de modelos mostrado en televisión y en la web puede ser muy engañoso para el espectador promedio. No todas las líneas presentadas son de modelos confiables, pero eso rara vez se explica. Lo mejor es dejar que los expertos capacitados lo interpreten, y usar la guía oficial del Centro Nacional de Huracanes, que ya ha hecho la interpretación para usted.

– ¿Cómo serían los huracanes del futuro?

Es difícil de decir… no hay un consenso científico sobre la futura frecuencia e intensidad de los huracanes en lo que queda de siglo 21. Pienso que los ciclos normales entre décadas son señales mucho más importantes y enmascararían cualquier influencia del cambio del clima.