Imagen de La Habana

La Habana, Cuba. – Ciertamente, un tornado es impredecible y para colmo algo muy inusual en Cuba, donde lo más común es el azote casi permanente de los huracanes.

Los cubanos, acostumbrados a enfrentar cada año el golpe de algún ciclón, sabemos que la Defensa Civil y el Instituto de Meteorología alertan con suficiente tiempo para adoptar las medidas pertinentes.

No fue diferente en esta oportunidad porque todos los medios se hicieron eco de las previsiones de los meteorólogos, quienes fueron claros a la hora de alertar sobre las complejas condiciones atmosféricas que viviríamos más tarde. La verdad es que si alguien no sabía lo que venía, era porque no atendió lo suficiente a los medios que, desde dos días antes, lanzaron las alarmas.

Claro, el tornado nos sorprendió, pero para todo lo demás, estábamos suficientemente avisados.

Todos por la capital

Más allá de la Tormenta del Siglo en 1993 y de las frecuentes penetraciones del mar, La Habana hace mucho tiempo que no sufría un golpe de la Naturaleza tan devastador.

Es muy doloroso ver lo que pasó en algunos barrios, pero lo peor es la pérdida de vidas, algo que resulta irreparable para las familias, pero también para la sociedad. Pero como este es un país donde el dolor de uno es el dolor de muchos, ya comenzaron a llegar recursos materiales y humanos desde otras provincias. Además hay una voluntad gubernamental de entrarle a los problemas con la manga al codo, que se evidenció desde el primer momento con el recorrido nocturno que hizo Díaz-Canel por las zonas dañadas.

Dentro de las posibilidades del país, todo será restañado y confirmaremos la certeza de que el esfuerzo del país por La Habana, será lo más grande.