¿Cómo salvar una importante especie biológica?

El 12 de junio de 1992, en Río de Janeiro, el Comandante en Jefe Fidel Castro pronunció un trascendental discurso durante la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo. Sus palabras conmovieron y todavía hoy resuenan con una vigencia extraordinaria.

“Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre”. Así comenzó su intervención el líder de la Revolución cubana.

En la llamada Cumbre de la Tierra, Fidel advirtió acerca de las amenazas que se cernían sobre nuestro Planeta, debido a la aceleración y profundización de las depredaciones producidas por la globalización neoliberal.

Fidel Castro pronunció un trascendental discurso durante la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo

Lamentablemente, casi treinta años después, el panorama se sigue mostrando desolador, pues son precisamente los más ricos los encargados de cambiar una situación que se torna cada vez más peligrosa para la existencia de la especie humana.

En aquella ocasión Fidel expresó: “Aplíquese un orden económico internacional justo. Utilícese toda la ciencia necesaria para un desarrollo sostenido sin contaminación. Páguese la deuda ecológica y no la deuda externa. Desaparezca el hambre y no el hombre”.

Sin embargo, hoy son más graves los problemas que entonces se prometieron resolver. Si la Conferencia de Río de Janeiro pareció ser el despertar de una conciencia mundial, lo ocurrido después solo sirve para mostrar hasta qué punto puede llegar el irracional egoísmo del sistema capitalista.

Sálvese la especie humana

En pleno siglo XXI, hoy los pobres son más pobres. La voracidad del capitalismo es la causa principal del mundo injusto y desigual; y de los graves perjuicios a la naturaleza que hoy amenazan a la supervivencia humana.

¿Cómo salvar una importante especie biológica?

Para preservar el medio ambiente es imprescindible transformar totalmente las relaciones entre los estados y entre los seres humanos. Los poderosos deben comprender que habitan el mismo planeta que sus víctimas. Si los ricos se empeñan en destruirlo, todos sufriremos igual destino.

Ya lo advirtió Fidel Castro en 1992: “Cesen los egoísmos, cesen los hegemonismos, cesen la insensibilidad, la irresponsabilidad y el engaño. Mañana será demasiado tarde para hacer lo que debimos haber hecho hace mucho tiempo”.