Rayo captado en Croacia. Foto: Ivan Stulić/Flickr.

 

El rayo nube-tierra es una chispa gigantesca en la que se desplaza una ingente cantidad de cargas eléctricas desde el cumulonimbo (la nube de tormenta) hasta el suelo.

Las fortísimas corrientes de aire que tienen lugar en los cumulonimbos separan de forma muy efectiva las cargas positivas de las negativas dentro de la nube, lo que a su vez provoca que se vaya estableciendo una gran diferencia de potencial dentro de la propia nube y entre la base de esta y el suelo. La acumulación de cargas en la base es tal que convierte al aire en un extraordinario conductor de la electricidad y comienza a establecerse un canal de comunicación hacia abajo, que es el que recorrerá el rayo en una fracción de segundo hasta impactar violentamente contra el suelo.

Hay una regla para calcular la distancia a la que una tormenta eléctrica se encuentra de nosotros. La misma está basada en las diferentes velocidades de propagación que tienen la luz y el sonido en la atmósfera. Mientras que la luz viaja a casi 300 mil kilómetros por segundo, el sonido lo hace a una velocidad mucho menor.

Teniendo en cuenta esa notable diferencia, bastará con dividir entre 3 los segundos que transcurran desde que veamos el rayo hasta que escuchemos el trueno. «El resultado de esa sencilla operación nos dará los kilómetros a los que se encuentra de nosotros la parte central de la tormenta. Si, por ejemplo, hubieras contado seis segundos, entonces tendrías la tormenta a 2 kilómetros de distancia. Contando los segundos y aplicando la regla cada cierto tiempo sabremos si la tormenta se nos viene encima o si por el contrario lo peor ha pasado», explica José Miguel Viñas, responsable del sitio Divulgameteo.

El rayo tiende a caer sobre el punto más elevado/NOAA.

 

Algunas medidas de protección

Si quieres realizar una actividad al aire libre, te recomendamos, ante todo, que no te pierdas el Pronóstico del Tiempo. En Cuba se emiten predicciones a través de teléfonos meteorológicos, emisoras de radio, canales de televisión e Internet.

Dirígete de inmediato a un lugar seguro si el cielo se oscurece, ves relámpagos, escuchas truenos o el viento arrecia. En caso de sentir un cosquilleo en la piel, que se eriza el cabello y los objetos metálicos «emiten» un zumbido parecido al de una colmena y se producen chispas o destellos… la tormenta está próxima.

Aléjate de vallas metálicas, alambradas, tuberías, líneas telefónicas, instalaciones eléctricas, raíles, bicicletas, maquinarias, etc.

Evita permanecer en zonas abiertas (praderas, cultivos, campos de golf), así como en lo alto de las montañas, ¡y no te refugies debajo de un árbol, en particular si está aislado! No te quedes en el río, la playa o la piscina si se aproxima una tempestad.

Si estás en un descampado y te sorprende la tormenta, agáchate, con las manos en las rodillas, tocando el suelo solo con el calzado. Nunca te tumbes a lo largo.

Rayo impactando un árbol/NOAA.

 

Si un rayo afecta a una persona, las demás en contacto pueden verse perjudicadas por la descarga. Por tanto, si se va en grupo, es aconsejable dispersarse unos metros y ponerse en cuclillas. En caso de ir con niños, para evitar el pánico o el extravío, es fundamental mantener el contacto visual y verbal con ellos.

¿Vas conduciendo? Debes saber que un vehículo cerrado ofrece protección. Disminuye la velocidad y no te detengas en zonas donde pueda discurrir gran cantidad de agua.

Ten cuidado aun cuando la tormenta esté lejos. El «Bolt from the Blue» es un destello de nube a tierra que recorre una distancia relativamente larga y luego se inclina hacia abajo y golpea el suelo. Según la NOAA, un ciclista fue impactado por un rayo en condiciones de buen tiempo (cielo despejado); se determinó que el rayo probablemente se originó en una tormenta eléctrica que estaba a unos 16 kilómetros de distancia.

En la vivienda, desconecta los aparatos eléctricos y la antena de televisión. Conviene permanecer lejos de las tuberías del agua y el gas. No te duches. Deja tranquilo el teléfono fijo.

Actividad eléctrica en Cuba. Foto: Carlos Manuel González Ramírez.