Chofer. Osvaldo Gómez

Salir desde Mulgoba (Boyeros) hasta el Vedado, más que un sacrificio enorme, es un desafío (bueno creo que esto también se cumple en otros territorios de esta capital de todos los cubanos). Y yo, como cada mañana, tratando de llegar lo más temprano que el transporte lo permita, voy hasta la parada de los taxis ruteros, si, esos de 15 pesos, amarillos, que comenzaron muy bien y ya casi ni se ven y que desesperan cuando llevas una hora en la parada y no llega uno.

Pero les cuento que hoy fue diferente y no precisamente por los taxis…Resulta que, cuando por fin llegó el esperado rutero, lo primero que llamó mi atención, fue la reacción de su chofer. Osvaldo Gómez, así se presentó este señor, luego de darnos los buenos días, explicarnos las características de su carro, de por qué no funcionaba el aire acondicionado, en qué parada podía o no parar, cómo teníamos que pagar para que fuera en orden, y bueno… algunos sonreían con cara de –este chofer está loco- hasta que, salimos rumbo al Vedado.

Durante todo el camino, Osvaldo nos dio clases de Psicología, de Economía Política, de Tránsito, de Educación Formal, y en ningunas faltó el buen humor y las risas de pasajeros y chofer. Casualmente casi todos veníamos hasta el Vedado.

Pues les cuento que, Osvaldo logró que un viaje de casi 30 minutos se fuera en 5, que todos los pasajeros dieran los buenos días, que se despidieran al bajarse con –que tengan un buen día- y sobre todo, agradeciendo a ese educado señor, su buen trato, pues él se había encargado de darnos a conocer que nosotros, éramos en ese momento las personas más importantes para él, que no hay nada mejor que levantarse con una sonrisa, y repartirla cada mañana, pues todos tenemos casi los mismos problemas y es mejor una sonrisa que nos alegre el día que el mal humor y el mal trato que en fin y al cabo, nada resolverá.

Y yo, llegué optimista a mi trabajo, con el buen humor contagioso de Osvaldo, pensando en hacerle un reportaje a este señor, porque creo que no hay mejor manera de criticar lo que está mal, con un buen ejemplo. Hoy llegué convencida de que un mundo mejor es posible, y con fé, como Martí, en el mejoramiento humano, en la utilidad de la virtud y en todos los que, como Osvaldo regalan cada mañana una sonrisa. Gracias Osvaldo…..