Séptima cumbre de la AEC, Asociación de Estados del Caribe

A poco más de dos semanas del inicio en La Habana de la séptima cumbre de la AEC, Asociación de Estados del Caribe, Cuba sigue trabajando porque en el encuentro se aborden los aspectos cruciales inherentes a los legítimos intereses de la región.

La colectividad de naciones de la AEC, incluyendo las centroamericanas con costas hacia el Caribe hasta un total de 25, tiene grandes esperanzas en el foro cimero y en consecuencia Cuba, como anfitriona, ultima los arreglos.

En una reunión preparatoria efectuada en La Habana esta semana, los organizadores entregaron a delegaciones presentes el Manual Operativo de la Cumbre, para ilustrar el abanico de alternativas previstas.

La Habana será la sede de una reunión cumbre de la Asociación que antes recayó en Trinidad y Tobago, República Dominicana, Venezuela, Panamá, Haití y México.

Ahora Cuba ocupa la Presidencia pro témpore del organismo regional para un mandato hasta 2017, responsabilidad otorgada en la vigésimo primera Reunión Ordinaria del Consejo de Ministros de la AEC, celebrada en Haití.

Se prevé que la séptima Cumbre de la entidad caribeña apruebe una declaración y un plan de acción, y contribuya a consolidar el proceso de renovación iniciado en 2013.

Los Estados miembros de ese mecanismo constituido en 1994 en la ciudad colombiana Cartagena de Indias están interesados en garantizar su viabilidad para la consulta, cooperación y acción concertada.

Les motiva centrar el enfoque en el comercio, transporte, turismo sostenible y desastres naturales.

En ese último acápite, Cuba está en disposición de transmitir sus experiencias en el enfrentamiento a esos fenómenos, tal y como se pone de relieve en los ejercicios nacionales anuales Meteoro.

La Asociación de Estados del Caribe tiene entre sus propósitos crear un espacio económico ampliado en la región, promover el desarrollo sostenible y preservar la integridad medioambiental del mar Caribe.

Se trata de asuntos fundamentales para esta región del mundo que a veces ha mirado más hacia las economías y centros políticos del Norte industrializado en lugar de impulsar la cooperación Sur-Sur.

Cuba saluda que el término Gran Caribe lo defiendan muchos de los gobiernos de los Estados vecinos porque representa una insignia de espíritu colectivo y respeto, a pesar de la pluralidad de idiomas, cultura, políticas e identidad.

En esa diversidad es posible abogar por la unidad a favor del Gran Caribe en la próxima cumbre de la AEC.