Raúl en Santa Ifigenia

Allí estaba Eusebio, con la palabra que narra la historia como nadie hoy, con la precisión del dato y la hermosura del corazón. Allí, en acto de una hora que rindió tributo a Mariana y a Céspedes, nos hizo fijar la vista en un detalle: Es la tercera vez que Raúl lleva en sus brazos parte del alma de Cuba.

Ya llevó fusiles, mochilas, cargó hijos, trasladó con sus manos cualquier artefacto que hiciera falta llevar para otro sitio, ha alzado banderas… Pero, en los últimos años, ha tenido la difícil misión de llevar a seres queridísimos y admirados, seres que son símbolos para los cubanos…

Así llevó a Vilma, su esposa, su compañera de luchas, la madre de la familia grande que formaron… El pasado año, con la entereza que imponía su condición de hermano de balas y empeño, también se sobrepuso al dolor y cargó a su hermano, acarició el cedro y lo dejó en la piedra.

Raúl recibe las cenizas de Vilma

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Raúl carga en sus brazos los restos mortales del Comandante en Jefe

Hoy, 10 de octubre, día en el que se inició la revolución hace 149 años, que ha sido una sola y se coronó en 1959, llevó al Padre de la Patria, para colocarlo en el sitio que ya es sagrado para Cuba.

Recibe Raúl los restos del Padre de la Patria cubana

Vilma, Fidel y Céspedes…todos en los brazos fuertes de Raúl, como hijo de la patria que cuida y defiende su legado. En sus brazos está la fuerza del guerrillero que ama a su país. Por eso en sus brazos ha podido, puede y podrá seguir llevando el alma de la patria.