El 18 de diciembre de 1956, en el lugar conocido como Cinco Palmas, en Media Luna en la Sierra Maestra, aconteció el reencuentro entre dos grupos de guerrilleros expedicionarios del Granma que se encontraban dispersos luego de la sorpresa de Alegría de Pío.
El grupo de Fidel y Raúl sumaban siete fusiles, suficiente para que el Comandante en Jefe considerara ganada la guerra. Solo el optimismo, la firme convicción en la lucha iniciada y la confianza en el triunfo hicieron posible que el naciente Ejército Rebelde se consolidara, y poco a poco ganara combates y el reconocimiento del pueblo.
Varios días permaneció Fidel en Cinco Palmas, y luego se les unió el grupo de Juan Almeida. Desde ese momento Fidel reafirmó su gran estrategia, enorme voluntad y se convirtió dentro del Ejército Rebelde en ejemplo indiscutible.
El grupo de Fidel y Raúl sumaban siete fusiles, suficiente para que el Comandante en Jefe considerara ganada la guerra. Solo el optimismo, la firme convicción en la lucha iniciada y la confianza en el triunfo hicieron posible que el naciente Ejército Rebelde se consolidara, y poco a poco ganara combates y el reconocimiento del pueblo.
Varios días permaneció Fidel en Cinco Palmas, y luego se les unió el grupo de Juan Almeida. Desde ese momento Fidel reafirmó su gran estrategia, enorme voluntad y se convirtió dentro del Ejército Rebelde en ejemplo indiscutible.