Senadores de Estados Unidos

Nuevamente los inventados ataques acústicos vuelven a ser noticia, veamos:

El 6 de enero, se hacen públicas las declaraciones del senador estadounidense Jeff Flake republicano de Arizona que integra el Comité de Relaciones Exteriores, en las que afirma: “ No hay evidencia de ‘ataques sónicos’ en Cuba.

Según la Voz de las Américas Flake dijo a The Associated Press que los cubanos le habían asegurado que el FBI les había dicho que sus agentes, en cuatro viajes a Cuba, no encontraron evidencia de que las misteriosas enfermedades sufridas por los diplomáticos estadounidenses fueran el resultado de los ataques. Flake siguiendo lo que informa el medio habría dicho que, los informes clasificados de funcionarios estadounidenses no le dejaron ningún motivo para dudar de la versión cubana.

Tácitamente Flake estaba planteando que existían documentos clasificados de su país que concordaban con la versión de las autoridades cubanas, es decir que no existen pruebas de los “ataques”, y si el FBI es quien ha estado liderando las investigaciones por la parte norteamericana, solo de esa agencia podían provenir dichos documentos, por lo tanto, es el senador el primero que habla públicamente de ellos y su contenido.

Lo que dice Flake se torna irrebatible y embarazoso para el gobierno norteamericano, no pueden desmentir que haya tenido acceso a los documentos que ha citado, ni arriesgarse a poner en duda lo expresado por los investigadores cubanos sobre lo dicho por los oficiales del FBI acerca de no tener pruebas de que los “ataques” hubieran ocurrido, pues podía existir testimonio grabado de los contactos entre los especialistas de ambos países que de ser publicados serían un serio golpe para la farsa montada.

Ante esta situación: ¿Qué reacción mediática se produjo?

CBS NEWS, el mismo 6 de enero publicó haber tenido acceso a documentos desclasificados de Global Affairs Canada que revelaban que funcionarios canadienses llamaron ataques a los  supuestos incidentes que presuntamente afectaron  a diplomáticos estadounidenses en La Habana, Cuba, desde el 26 de abril, meses antes de que el Departamento de Estado de los Estados Unidos los reconociera públicamente por primera vez.

El mensaje: “No fuimos nosotros los primeros en clasificar ni interpretar como ataques lo que presuntamente estaba ocurriendo, fueron los canadienses”.

Los que dirigen la farsa decidieron hacer control de daños y el 8 de enero le dieron a la AP la tarea de “filtrar” el contenido de un documento del FBI que corrobora lo que ha dicho el senador, de esa forma le restan protagonismo a su figura en el caso, a la vez que incrementan la credibilidad e imagen de imparcialidad del medio que se les subordina.

La audiencia en el Senado: ¿Un reality shows?

Indiscutiblemente lo fue, estaba ensayado y preparado desde mucho antes, forzados por las circunstancias y llevados por mezquinos intereses lo pusieron en escena. Veamos lo que dijeron cada uno de los actores:

El director adjunto de seguridad diplomática del Departamento de Estado estadounidense, Todd Brown, aseguró que no descarta nada y que sí saben que “hay un elemento acústico asociado con ellos, que pueden ser de otro estilo de ataque… entre ellos un ataque “viral”, es decir, que alguien deliberadamente infectara a los estadounidenses con un virus.”. ¿Algo nuevo?, nada, ya el The New York Time, en octubre del 2017 había sugerido esta descabellada versión.

El doctor del FBI, Charles Rosenfarb, según AP confirmó que todos los casos clínicos describían “una combinación de dolor de oído, dolor de cabeza, pitidos o zumbidos en los oídos, vértigo, problemas visuales para enfocar, desorientación, náuseas y fatiga extrema” en las personas que alegan haber estado expuestas a los sonidos. ¿Algo nuevo?, nada.

El secretario de Estado adjunto para Latinoamérica y el Caribe en funciones, Francisco Palmieri, sostuvo que, EE.UU. no tiene pruebas de que agentes del Gobierno cubano perpetraran los ataques pero ha insistido en que La Habana, como mínimo, “falló” en su deber de proteger al personal estadounidense en la isla. ¿Algo nuevo?, nada.

¿Para qué lo hicieron?

Complacer a Marco Rubio y otros que como él odian la Revolución cubana, crear nuevas expectativas alrededor de este manido tema para mantenerlo en la agenda mediática sustentando la matriz de opinión de que estos inexistentes hechos pudieron haber ocurrido y que Cuba tuvo responsabilidad en los mismos, culpar a nuestro país del retroceso de las relaciones y de esta forma justificar sus acciones de reducir el personal y los servicios de su embajada en La Habana, de ahí las declaraciones del Secretario de estado Norteamericano Rex Tillerson a la AP de que, “me abstendré  de enviar de vuelta personal diplomático a Cuba, (…) Los estaría poniendo intencionalmente en un camino peligroso. “Me opondré a cualquier persona que me quiera forzar a hacer eso”. A la vez anunciaba que profundizaran en las investigaciones. El cuento de nunca acabar.

El objetivo principal de todo enrarecer hasta destruir las relaciones diplomáticas entre ambos países.

¿Qué viene ahora?

Los medios obedientemente comienzan a replicar la estupidez dicha por el director adjunto de seguridad diplomática del Departamento de Estado estadounidense, Todd Brown sobre la posibilidad de que los “ataques pudieran haber sido realizados utilizando virus”, así REUTERS,  The Washington Post.  y otros sin ningún pudor difunden tan absurda hipótesis, sin siquiera hacer un comentario que la ponga en duda o citar un experto que la refute.

¿Cómo llegaron esos “entrenados” virus o bacterias a los oídos de los norteamericanos?

Hace un tiempo en un post que escribí hice esta pregunta de forma irónica, en esa ocasión planteé:

No debe sorprendernos que conciban semejante idea y que consideren poder hacerla creíble, pues resulta que ellos si  planearon  matar a Fidel utilizando este tipo de agentes impregnados en un traje de buzo y en un pañuelo que pretendían hacerle llegar,  lo que fue afirmado en 1975, por el Comité de Inteligencia del Senado de EE.UU. que concluyó que existían pruebas concretas sobre estos planes de magnicidio.

Y concluí: Nuevas hipótesis y “victimas” serán inventadas, la acelerada actividad paranormal de Norteamérica así lo indica, no tendremos que esperar mucho para verlas aparecer”, la vida me ha dado la razón.

(Tomado de PostCuba)