Jóvenes Comunistas

«Esta Revolución es la Revolución de nuestro pueblo; es la Revolución de nuestros jóvenes; es la Revolución de nuestros estudiantes. Juntos la hicimos. Juntos la defendemos. Somos la misma cosa y no podemos dejar jamás de serlo», así expresó Fidel en el discurso pronunciado en 1991, en ocasión de los aniversarios de la Unión de Jóvenes Comunistas y de la Organización de Pioneros José Martí.

Y así defendemos los jóvenes hasta la actualidad el sistema socialista que disfrutamos, que nos legó nuestro Comandante y con el cual hemos sido beneficiados.

Evidencias de la Cuba independiente de hoy observamos a diario, desde el momento que amanece en nuestra Isla y cada niño viste su uniforme escolar, para asistir a un aula donde le impartirán conocimientos de manera gratuita.

Desde la enseñanza Primaria hasta el nivel superior, los habitantes de la mayor de las Antillas tienen el derecho a que se les eduque de la mejor manera posible.

Para ello el Estado cubano invierte cifras millonarias, que garantizan un sistema educativo con tecnologías que facilitan la calidad de las clases. El país destina el 13 % de su Producto Interno Bruto al área de Educación, hecho reconocido por el Banco Mundial en su ranking de inversión y por organismos internacionales.

Cuando hablamos de Fidel Castro no podemos verlo separado de los jóvenes, a quienes siempre prestó una especial atención, como el gran visionario que fue y sabedor de que en manos de ellos está el futuro.

La impronta extraordinaria del Comandante en la esfera educacional puede apreciarse desde el Programa del Moncada, delineado en su alegato de autodefensa durante el juicio por los hechos del 26 de julio de 1953, y hecho realidad tras el triunfo de la Revolución.   

Se concibió lo que antes era un privilegio como derecho del pueblo, para resolver uno de de los seis grandes problemas de la Cuba de entonces expuestos por Fidel en esa ocasión, en la cual aludió también a males relacionados con el desempleo, la salud, la tierra, la vivienda y la industrialización.

Porque antes del triunfo de enero de 1959, la mayoría de la población era analfabeta, menos del 10% de los adolescentes y adultos alcanzaban el sexto grado, existían miles de aulas sin maestros y cualquier nivel escolar era un sueño inalcanzable.

Por eso una de las primeras medidas del Gobierno revolucionario fue la realización de la Campaña Nacional de Alfabetización, para trasladar el conocimiento hasta los lugares más remotos del país.

Y fueron los jóvenes precisamente los protagonistas de esa hazaña, nuestra Isla se convirtió en una gran escuela y los cuarteles, en centros educacionales.

También existió la posibilidad de empleo para todos los maestros, el país había emprendido el desarrollo indetenible de la Educación hasta la actualidad, un camino liderado en todo momento por Fidel Castro.