Fidel Castro junto a la bandera cubana.

«[…] la fe de los pueblos se despierta con hechos, la fe de los pueblos se despierta con realidades, la fe de los pueblos se despierta con soluciones verdaderas. […] porque los pueblos de América no quieren ni libertad sin pan ni pan sin libertad.»

Fidel Castro pronunció estas palabras —que no han perdido vigencia— el 2 de mayo de 1959, ante el Consejo Económico de los 21, que sesionó en el Palacio del Ministerio de Industria y Comercio de Buenos Aires, Argentina, a donde había llegado la jornada anterior.

Fidel ante el Consejo Económico de los 21.

Improvisó su intervención de pie y vestido con su traje verde olivo de Comandante, ante representantes de gobiernos de cuello blanco y corbata que hablaban sentados.

Por esa razón, el líder de la Revolución cubana no pudo estar junto a su pueblo aquel primer 1ro de mayo libre de Cuba, festejo que cada año después se hizo histórico.

Ese Día Internacional de los Trabajadores, Camilo Cienfuegos acompañó en Camagüey a más de 50 mil personas que, tras recorrer las principales calles y avenidas de la capital provincial, convergieron en el parque Casino Campestre, donde el  querido Comandante de la Sierra Maestra patentizó su fidelidad a Fidel, al pueblo cubano, al cual  desde la capital agramontina alertó a mantenerse unido para enfrentar las agresiones de los enemigos de la Revolución.

Hoy, esa misma unidad  en torno al Partido Comunista de Cuba (PCC) y al Gobierno “de los humildes, por los humildes y para los humildes”, como aseguró Fidel, ha permitido resistir y vencer todo tipo de amenazas, calumnias, agresiones, invasión mercenaria de playa Girón, sabotajes y el criminal bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por  la potencia más poderosa del mundo, que no ceja en sus intenciones de apoderarse de Cuba.

El 1ro de mayo nació sangriento en los Estados Unidos y a partir de 1890 rinde homenaje a los mártires de Chicago, precursores de reivindicaciones laborales como la jornada de ocho horas de trabajo por día.

La efeméride anual sirve de reunión proletaria en muchos países del universo  —como sucedía en esta Isla antes de 1959— para reclamar los derechos de los trabajadores ante las administraciones capitalistas explotadoras, manifestaciones que casi siempre son salvajemente reprimidas por la Policía y Fuerzas Armadas al servicio de las oligarquías.

En Cuba, cada Día Internacional de los Trabajadores deviene fiesta popular, en la cual obreros, campesinos y sus familiares exhiben las conquistas sociales y económicas de la Revolución, con carteles, telas e ingeniosas iniciativas de apoyo al Gobierno del pueblo.

Este 1ro de mayo tampoco estará físicamente el Comandante en Jefe en el desfile de La Habana, pero se verá multiplicado en millones de cubanos a lo largo y ancho de esta invicta nación, convirtiendo sus sueños pendientes en realidades mediante la indestructible unidad popular y el respaldo y vinculación con la nueva dirección del Gobierno, el PCC y el Socialismo, frente al mismo Imperialismo en acecho que avizoraron Bolívar y Martí, y que derrotó en muchas batallas el líder de la Revolución. (Imagen: Archivo) (Fuentes consultadas: Vanguardia y Ecured.)