Imagen de Donald Trump y la bandera cubanaSegún algunas agencias internacionales de prensa, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reaccionó de una manera que causó sorpresa al ser preguntado sobre la elección del compañero Miguel Díaz-Canel como Presidente de los Consejos de Estado y Ministros de Cuba.

“Amamos a Cuba. Vamos a ocuparnos de Cuba”, dijo el mandatario al ser preguntado el pasado 19 de abril sobre los acontecimientos en La Habana al descender del avión presidencial en Cayo Hueso (Key West en inglés), donde Trump visitó unas instalaciones del Comando Sur.

Una portavoz de la Casa Blanca había expresado el miércoles18 de abril que el mandatario no tenía intención de modificar su política hacia la isla, o sea: principalmente, endurecer el bloqueo contra Cuba, limitar los viajes de los estadounidenses y vetar a las empresas que pretendan operar con compañías en manos de las instituciones gubernamentales cubanas.

Como sabemos, desde su llegada a la Casa Blanca, satisfaciendo las demandas de sus compinches de la mafia cubano-norteamericana y la ultraderecha de su país, Trump se ha esforzado por revertir parte del acercamiento a Cuba impulsado por su antecesor, Barack Obama, que junto al General de Ejército Raúl Castro retomó las relaciones diplomáticas entre los ambos países.

El tenebroso amor de Trump por Cuba

Basta hacer un rápido recuento de las agresivas declaraciones de Trump y de las medidas adoptadas por su administración contra nuestro país, para comprender la verdadera naturaleza de su amor por Cuba.

Durante su discurso en Miami sobre las relaciones con la Isla, frente a un auditorio de representantes de los círculos más recalcitrantes de la mafia cubano-norteamericana, encabezada por sus “socios”, el corrupto senador republicano Marco Rubio y el no menos reaccionario congresista Mario Díaz-Balart, el presidente Trump expresó: “Estoy cancelando todo el acuerdo bilateral del último gobierno (Barack Obama). Estoy anunciando una nueva política, como prometí durante la campaña, y firmaré ese contrato en esa mesa en solo un momento”.

El mencionado discurso del presidente norteamericano, entró en un gran conflicto con la opinión pública mundial,que condenó resueltamente su errática y agresiva política hacia Cuba.

La política de Estados Unidos contra Cuba falló por más de 50 años y ahora volverá a fracasar. La decisión del jefe de la Casa Blanca marcó un retroceso en relación a la apertura que comenzó el expresidente de EEUU, Barack Obama.

Por su parte, el 29 de septiembre de 2017, el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Rex Tillerson, anunció la decisión de reducir significativamente el personal diplomático de su embajada en La Habana y retirar a todos los familiares, con el argumento de que se habían producido “ataques” contra funcionarios del gobierno estadounidense en Cuba, que les causaron afectaciones a la salud.

El 3 de octubre de 2017, una vez más, el gobierno estadounidense, en una acción injustificada, decidió que 15 funcionarios de la Embajada de Cuba en Washington abandonasen el territorio de los Estados Unidos, sobre la base de que habían reducido su personal diplomático en La Habana y que el gobierno cubano no habría dado los pasos necesarios para prevenir “ataques” contra estos.

Un reporte del Buró Federal de Investigaciones al que la agencia AP tuvo acceso– aseguró que, después de llevar a cabo varias pruebas en el terreno, no existen evidencias de que se hayan perpetrado «ataques acústicos» contra diplomáticos estadounidenses en La Habana.

A pesar de las conclusiones y coincidencias del FBI con las informaciones e investigaciones del Comité de Expertos cubano, el Departamento de Estado adoptó una serie de agresivas medidas.

En particular, designó inicialmente la Embajada de EE.UU. en Bogotá, Colombia, para procesar visas de inmigrante para residentes de Cuba”. Aunque los solicitantes de visa cubanos pueden hacer esta diligencia en cualquier embajada o consulado estadounidense del mundo, deben estar físicamente presentes al momento de la solicitud. Esto quiere decir que los cubanos deberían pedir visa para ir a Colombia y continuar con el procedimiento, con lo cual se complicaron en grado superlativo estos trámites para los solicitantes.

Además, el 22 de diciembre del 2017 la Oficina de Servicios de Inmigración y Ciudadanía (USCIS) anunció que suspendía de forma temporal e inmediata las operaciones en su embajada en La Habana, ante la reducción de personal, y sería la oficina de la agencia en México la que asumía estos trámites.

Para complicar aún más estas gestiones, a finales de marzo del año en curso, el Departamento de Estado anunció que se trasladaba de Colombia a Guyana los trámites de la visa de inmigrante a ciudadanos cubanos para viajar a Estados Unidos a partir del 1ro de abril.

Sobre las consecuencias de estas medidas políticamente motivadas de EE.UU., el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla advirtió oportunamente el impacto que tendrían «en los temas de reunificación familiar y otorgamiento de visas», al “cortar bruscamente y de manera casi total los servicios consulares en La Habana y Washington”.

El Memorando

De conformidad con la escalada del gobierno norteamericano contra Cuba, el 8 de noviembre del 2017, Washington había anunciado nuevas disposiciones para cumplir al Memorando presidencial del 16 de junio que restringe más las oportunidades del sector empresarial y de ciudadanos estadounidenses para comerciar, invertir y visitar a Cuba.

Los Departamentos de Estado, Comercio y Tesoro adoptaron acciones coordinadas para implementar el documento firmado por el presidente Donald Trump en Miami, que incluyen impedir a los estadounidenses hacer transacciones con más de 179 entidades cubanas.

También obliga a que todos los viajes educativos no académicos sean auspiciados por una organización sujeta a la jurisdicción de Estados Unidos, lo que había sido eliminado por la administración Obama.

Esas medidas llegaron una semana después de que Naciones Unidas rechazara de manera abrumadora la política de bloqueo que desde hace más de medio siglo Estados Unidos aplica contra Cuba.

En declaraciones realizadas a la prensa nacional, Josefina Vidal, quien se desempeñaba como directora general de Estados Unidos del Minrex, aclaró que las regulaciones y disposiciones anunciadas estaban contenidas en tres documentos: la Lista del Departamento de Estado sobre “Entidades Cubanas Restringidas”; las Regulaciones de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) y las de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), ambas del Departamento del Tesoro y relacionadas, específicamente, con las transacciones financieras y los viajes a Cuba.

En el caso de las 179 empresas, hoteles, tiendas y marcas cubanas vetadas, la diplomática aseguró que se trata de “una lista arbitraria, integrada por una diversidad de entidades cubanas supuestamente vinculadas, de manera infundada, al sector de la defensa y la seguridad nacional”.

Llega al colmo de incluir a marcas comerciales de refrescos (como TuKola y Cachito) y de rones, entre ellos Caney y Varadero, aseguró.

Sobre los viajes de estadounidenses a Cuba alertó que “en lo adelante tendrán que viajar con el patrocinio de una organización estadounidense y acompañados por un representante de esta organización” y que además se “imponen condiciones a los viajes educacionales, que a partir de ahora tendrán que ser auspiciados por una organización estadounidense autorizada y hacerse acompañar por un representante de estas”.

“Se denota claramente la intención política de esta medida”, concluyó al referirse a los vínculos “pueblo a pueblo” que ahora deberán incluir programas para “apoyar a lo que ellos definen como sociedad civil y promover su independencia del Estado cubano”.

Asimismo, dijo que “las medidas confirman el serio retroceso que ha tenido lugar en las relaciones bilaterales, como resultado de las decisiones adoptadas por el gobierno del presidente Donald Trump. Implican un recrudecimiento del bloqueo y de la prohibición de viajar a Cuba de los estadounidenses. Algunas no ocultan su trasfondo subversivo”.

El amor de fuerza de tarea

Otra muestra del amor de Trump hacia Cuba se evidencia en la decisión de convocar a una “Fuerza de Tarea de Internet”, integrada por funcionarios del gobierno estadounidense y representantes de organizaciones no gubernamentales, para promover en Cuba el “flujo libre y no regulado de la información”. La fuerza de tarea “examinará los retos tecnológicos y las oportunidades para expandir el acceso a Internet y los medios de difusión independientes” en Cuba.

Al respecto el Ministerio de Relaciones Exteriores entregó el miércoles 31 de enero al Encargado de Negocios a.i. de los Estados Unidos en La Habana, Lawrence Gumbiner, una nota diplomática que expresaba su enérgica protesta por la pretensión del gobierno estadounidense de violar de modo flagrante la soberanía cubana, en lo que respecta a la competencia nacional para regular los flujos de información y el uso de los medios de difusión masiva, a la vez que rechazó el intento de manipular Internet para llevar a cabo programas ilegales con fines políticos y de subversión, como parte de sus acciones destinadas a alterar o cambiar el orden constitucional de la República de Cuba. La misma nota fue remitida por la Embajada de Cuba en Washington al Departamento de Estado.

La nota del Minrex demandó nuevamente al Gobierno de los Estados Unidos que cese sus acciones subversivas, injerencistas e ilegales contra Cuba, que atentan contra la estabilidad y el orden constitucional cubano, y lo insta a respetar la soberanía cubana, el Derecho Internacional y los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas.

Pero América Latina también la ama

En una nota publicada en 5 de febrero de este 2018, el Ministerio de Relaciones Exteriores alertó sobre la gravedad del mensaje de arrogancia y desprecio con que el ex Secretario de Estado de los Estados Unidos inició una gira por varios países de América Latina y el Caribe.

En vísperas de su viaje, el jueves 1ro de febrero, Rex Tillerson, en una comparecencia en la Universidad de Texas en Austin, realizó declaraciones que instigan abiertamente al derrocamiento, por cualquier vía, del gobierno legítimo de Venezuela y están dirigidas también a socavar el repudio unánime de la región a las medidas de retroceso y endurecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba, que tienen como propósito dañar a la economía y al pueblo cubanos.

Además de propugnar el retorno de la tristemente célebre doctrina Monroe, sus declaraciones se ajustaban claramente a esquemas de cambio de régimen promovidos por la violencia, la guerra, las crisis humanitarias y la inestabilidad, demostrando su fracaso.

Finalmente, como era de esperar, el pasado 14 de abril, en el Segmento de Alto Nivel de la Octava Cumbre de las Américas, el vicepresidente estadounidense Mike Pence también arremetió contra Cuba y Venezuela. Calificó los sistemas sociales de nuestros países como “represivos” y mostró a los Estados Unidos como “libertador” de ambos pueblos. Sin embargo, en su agresiva intervención, el vicepresidente estadounidense no se molestó en hablar de las sanciones que su gobierno impone a Cuba y Venezuela, verdaderos hechos represivos.

Estas insolentes falacias del representante de Trump en el evento, recibieron la contundente respuesta del canciller Bruno Rodríguez Parrilla, quien dijo: “el gobierno de los Estados Unidos es el autor de violaciones masivas de los derechos humanos de sus propios ciudadanos, en especial de las minorías”.

El diplomático cubano recordó que “Todos los gobiernos despóticos en la región han sido impuestos o han recibido el apoyo de los Estados Unidos. El país del señor Pence ha sido el primero y el único en usar el arma nuclear contra civiles inocentes. Es responsable de guerras y masacres de civiles, incluidos niños, mujeres y ancianos; a los que llama daños colaterales”.

Es una vergüenza para la humanidad que en ese país de extrema riqueza haya decenas y decenas de millones de pobres.

Tienen un patrón racial diferenciado en sus cárceles y en la aplicación de la pena de muerte; es donde más errores judiciales asociados a la ejecución de personas ocurre; es donde mueren estudiantes por armas de fuego, cuyas vidas fueron sacrificadas al imperativo del lobby político, en particular en la Florida.

Acerca de las relaciones bilaterales entre Cuba y Estados Unidos, Rodríguez Parrilla dijo que la historia reciente demostró las potencialidades para normalizar los vínculos; pero aseguró que Cuba no negociará, ni cederá un ápice en su soberanía y los asuntos que solo le competen a la nación cubana.

El amor peligroso

Las palabras y hechos de los representantes del gobierno de Donald Trump, prueban hasta la saciedad que el sentimiento del mandatario estadounidense por Cuba, puede ser calificado como el amor de un peligroso sádico.

Sería conveniente que el prepotente magnate se aprendiera de memoria las palabras del compañero Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, en la Sesión Constitutiva de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en el Palacio de Convenciones, el 19 de abril de 2018: “Más de medio siglo de calumnias y de convites oscuros a la ruptura generacional y al desaliento frente a las dificultades, no han podido derribar las columnas del templo de nuestra fe: la Revolución de Fidel y de la Generación del Centenario de Martí, transita por su año 60 con la dignidad de sus fundadores, intacta y engrandecida por haber sabido hacer en cada momento lo que cada momento demandaba”.

“Digámoslo con todas sus letras: la Revolución cubana sigue de verde olivo, dispuesta a todos los combates. El primero, para vencer nuestras propias indisciplinas, errores e imperfecciones. Y al mismo tiempo para avanzar, “sin prisa pero sin pausa”, sabia advertencia del compañero Raúl, hacia el horizonte, hacia la prosperidad que nos debemos y que tendremos que conquistar más temprano que tarde, en medio de las turbulencias de un mundo minado por la incertidumbre, la injusticia, la violencia de los poderosos y el desprecio a las naciones pequeñas y a las empobrecidas mayorías”.

“Pensemos en Fidel, en sus ideas, en su imponente, fecundo e imprescindible legado, como una manera de alimentar ese genuino sentimiento de perpetuar por siempre su presencia entre nosotros.

Que cada fibra de nuestra estirpe revolucionaria vibre cuando proclamamos: ¡Yo soy Fidel!

Y juremos defender hasta el último aliento: “esta Revolución socialista y democrática de los humildes, por los humildes y para los humildes”, que la generación histórica nos ganó de pie en las arenas de Playa Girón hace 57 años y nos entrega invicta ahora, confiados en que sabremos honrarla llevándola tan lejos y colocándola tan alto como ellos lo hicieron, lo hacen y lo harán todavía

Imprescindible es exclamar hoy:

¡Patria o muerte!

¡Socialismo o muerte!

¡Venceremos!