Maceo y el Che, aniversario de sus natalicios

Quiso el azar que el 14 de junio, pero de años diferentes, nacieran dos grandes hombres de nuestra historia, el Mayor General Antonio Maceo Grajales y el Comandante Ernesto Che Guevara.

Maceo nació en la mencionada fecha de 1845 en Santiago de Cuba, hace 173 años, y desde muy joven consagró su vida a luchar por la libertad de su amada patria, a la cual prestó una magnífica hoja de servicios que lo hizo figurar entre los más relevantes próceres de la independencia de Cuba.

El Che vino al mundo en Rosario, Argentina, en 1928, por lo que se cumple el aniversario 90 de su natalicio, y aunque por su origen es argentino, se ganó la ciudadanía cubana y más que eso se convirtió en ciudadano de la humanidad.

Maceo se ganó el calificativo de El Titán de Bronce, en franca alusión a la tez mestiza de su piel, su valor a toda prueba y su arrojo en los combates frente a las tropas colonialistas españolas.

El Che cuenta entre sus calificativos los de San Ernesto de la Higuera y El Guerrillero Heroico, y se destacó como guerrillero, médico, diplomático, ministro, pero sobre todo, como un revolucionario cabal.

Al hablar del Titán de Bronce, siempre se alude a sus méritos de guerra. Pero fue a la vez hombre de pensamiento y de acción. Al referirse a su figura Martí dijo: “Y hay que poner asunto a lo que dice porque Maceo tiene en la mente tanta fuerza como en el brazo”.

Protagonista de la epopeya de la invasión de Oriente a Occidente, junto al Generalísimo Máximo Gómez, el Mayor General Antonio Maceo Grajales, evidenció cualidades excepcionales de estratega militar y sus gloriosas heridas en combate fueron sus más preciados trofeos de guerra.

Fue también el protagonista de la histórica Protesta de Baraguá, acontecimiento que puso en alto la dignidad y el decoro de los cubanos, negados a aceptar la capitulación del Pacto del Zanjón, que puso fin a la Guerra de los 10 Años, sin haber alcanzado los objetivos supremos de la lucha libertaria.

Quiso también la historia que el Che reeditara, junto a Camilo Cienfuegos, la invasión de Oriente a Occidente durante la guerra de liberación contra la tiranía de Fulgencio Batista Zaldívar, para extender la lucha a todo el territorio nacional.

Tanto Maceo como el Che se caracterizaron por una definida actitud antiimperialista. Cuentan que en cierta ocasión alguien le dijo a Maceo que por la fuerza de las circunstancias, Cuba podría convertirse en una estrella más en la gran constelación americana, a lo que Maceó contestó: “Creo joven, aunque me parece imposible, que ese sería el único caso, en que tal vez estaría yo al lado de los españoles”.

La postura antiimperialista del Che quedó más que demostrada cuando en su carta de despedida, aseveró que en los nuevos campos de batalla llevaría la fe que le inculcara Fidel y sentiría la sensación de cumplir con el más sagrado de los deberes: luchar contra el imperialismo dondequiera que esté.

Che fue también un hombre visionario, de elevada inteligencia, vasta cultura, exquisita sensibilidad humana y un modelo de revolucionario que conjugaba en su multifacética personalidad las virtudes de ser, a la vez, un hombre de ideas y de acción. Su vocación internacionalista lo llevó hacia otras tierras del mundo a ofrecer el concurso de sus modestos esfuerzos.

De Maceo y Che hay que decir que los dos legaron para la posteridad sus virtudes revolucionarias, sobresalieron por sus méritos militares, y por sus conductas ejemplares se convirtieron en modelos de revolucionarios.