Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Diaz-Canel Bermúdez, al clausurar el III periodo Ordinario de Sesiones de la IX legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular

«Hoy cerramos un ciclo de trabajo intenso y productivo», expresó  el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Diaz-Canel Bermúdez, al clausurar el III periodo Ordinario de Sesiones de la IX legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

En este periodo el Parlamento no solo ha elaborado y aprobado tres nuevas leyes como nos propusimos, sino que paralelamente ha evaluado actividades fundamentales del país a través de sus comisiones, apuntando con precisión seriedad y responsabilidad en que se avanza y no y cuanto es posible hacer todavía para solucionar nuestros principales problemas.

Dijo que los amplios resúmenes de debates de las comisiones reflejados a través de los medios de comunicación, no solo evidencian conocimiento más profundo sino una mayor comprensión del momento que vive el país e identificación de los asuntos más apremiantes.

En ese sentido mencionó que las 38 actividades que recibieron fiscalización de las comisiones están en correspondencia con aquellas donde se concentran las quejas fundamentales que afloraron por parte de la población y las mismas para las que se decidieron las principales acciones de solución por parte del gobierno.

Hay quienes ante la magnitud de obstáculos que genera la burocracia, la insensibilidad y la desidia y otros males, algunos creen que  no saldremos adelante y con cierta dosis de fatalismo que paraliza apelan que «esto no hay quien lo arregle», dijo el Presidente cubano.

Asimismo, expresó, conozco la preocupación sincera de quienes consideran que nos exigimos demasiado y que todo el mérito está en nuestra acción personal, y que nos ocupamos incluso de tareas que no son de un presidente. «Qué tarea puede no ser de un presidente en una nación como Cuba en una Revolución como la nuestra, cuando nos preceden los ejemplos de Fidel y Raúl. Ya lo dijo José Martí y lo probaron ellos: mover un país por pequeño que sea es obra de gigantes», y quien no se sienta gigante de amor, valor, pensamiento o de paciencia no debe emprenderlo.

Ratificó además que no solo «trabajamos bajo la guía y acompañamiento del General de Ejército, Raúl Castro y la generación histórica. Creemos profundamente en la obra colectiva», apuntó, y en ese sentido señaló las labores de un consejo de ministros y ministras que trabaja con la «intensidad y urgencia que nos dicta la vida» a partir del intercambio directo con el pueblo.

«La satisfacción con que clausuramos este periodo nace de la calidad de los debates a los que hemos asistido en estos días», dijo el presidente.

«Vamos entendiendo que cada minuto es crucial para sostener el futuro», reiteró Díaz-Canel, quien destacó la satisfacción de presenciar en los debates parlamentarios exposiciones aportadoras, bien preparadas que hablan de una relación con la base de los representantes del pueblo.

«El Gobierno y la Asamblea trabajan en sintonía» sostuvo, lo cual es crucial en un momento donde arrecia el bloqueo, la persecución financiera, y la política criminal de la administración estadounidense que pretende un regreso a la doctrina Monroe, y borrar del mapa la revolución bolivariana, la sandinista y la cubana, dijo.

«Sesenta años de agresiones amenazas no solo han curtido nuestra resistencia. La experiencia histórica de la Revolución es un libro insustituible de lecciones, la primera de ella el intercambio directo con el pueblo, fuente de creatividad y de aliento. De la generación histórica, de Fidel y Raúl, aprendimos a desechar el lamento inútil y a concentrarnos en buscar salidas», remarcó el presidente, quien convocó a convertir los reveses en victorias, los desafíos en oportunidades.

En esa escuela nos inspiramos para promover el análisis integral de lo que anda mal o no anda, quebrar el bloqueo interno, y pedirle a todos una actitud proactiva, inteligente y comprometida, expresó.

La economía puede crecer ligeramente

El presidente cubano consideró que, después de un amplio proceso de consulta, ejercicio democrático que mucho aporta, fue aprobada una Ley Electoral que garantiza los procesos electorales y da respuesta a un mandato de la Constitución, y fueron elegidos los miembros del Consejo Electoral Nacional.

Ello, abundó, nos pone en condiciones de elegir, en octubre, los cargos fundamentales del Estado y en diciembre, los integrantes del Consejo de Ministros.

Sobre la Ley de Símbolos Nacionales, dijo, actualiza la normativa sobre la materia, precisa sus contenidos, flexibiliza lo legislado, en un ambiente de orden y respeto a lo que representan: nuestra larga historia de lucha.

No menos importante resulta, a su juicio, la Ley de Pesca, que proyecta el necesario ordenamiento y control de la actividad pesquera, que debe contribuir a nuestra soberanía alimentaria.

Cuba, reiteró, enfrenta un contexto de restricciones económicas, recrudecimiento del bloqueo con la aplicación de la Ley Helms-Burton y limitaciones financieras.

En este complejo escenario, reconoció, no se alcanzaron los ingresos por exportaciones en el Turismo y otras actividades; pero se han cumplido otras producciones esenciales para el país.

En el 2018, al decir de Díaz-Canel, se alcanzó un crecimiento del 2,2 % superior a lo estimado, lo que implica que para alcanzar los resultados proyectados este año tenemos que crecer por encima de lo planificado.

De acuerdo con el mandatario, este año podemos crecer ligeramente porque tenemos reservas y capacidades para resistir.

Alertó que la situación del Turismo durante el segundo semestre será compleja; no obstante, el balance de divisas mantiene el equilibrio en este periodo y el pago de deudas ha sido superior a la toma de créditos.

Han existido limitaciones, aseguró, con la disponibilidad de combustible, aunque se han evitando en lo posible afectaciones a la población y a los programas fundamentales.

«Hay que priorizar el ahorro», precisó.

Díaz-Canel habló de la recuperación de los niveles productivos de carne de cerdo, sobre todo para multiplicar sus rendimientos e incrementar las ofertas, al tiempo que mencionó los crecimientos de la leche fresca.

Comentó, en torno a la Liquidación del Presupuesto del 2018, que se obtuvo un déficit inferior a lo planificado, y en el primer semestre se vienen cumpliendo los ingresos.

El país avanza y ninguna política podrá impedir ir por más, aseveró.

Tampoco pasó por alto los picos de desabastecimientos que ha enfrentado el país en esta etapa debido a la falta de liquidez y además, por la mentalidad importadora.

Ello, advirtió, acomoda y se trasforma en un vicio que mata la iniciativa.

Cuba tiene relaciones de amistad y cooperación con casi todos los países.

Sobre la política exterior cubana, que cumple 60 años, dijo que ha expandido los lazos en casi todos los países, sobre la base de la solidaridad, el internacionalismo y el respeto al Derecho Internacional.

Cuba mantiene, en palabras de Díaz-Canel, relaciones de amistad y colaboración con casi todos los países, a favor de la justicia, la seguridad y la protección del medio ambiente.

Nuestro esfuerzo, subrayó, se sustenta en el esfuerzo de unos 33 000 colaboradores en 85 países, en las áreas de Educación, Salud, Construcción y Deportes.

De acuerdo con el presidente cubano, en Cuba se forman actualmente como profesionales unos 12 699 jóvenes de 133 naciones, cuyos vínculos con esos países son un ejemplo exitoso de lo que las Naciones Unidas denomina cooperación sur-sur, basada en la complementariedad y autosustentabilidad entre países en desarrollo.

Reiteró que la conducta actual del gobierno de Estados Unidos es un serio peligro para la paz, la seguridad y la existencia de las fuentes de las cuales depende la vida en el planeta asociada al uso de las armas nucleares y el cambio climático.

«Quienes tienen a su cargo la conducción política de tan influyente nación han demostrado que desprecian los compromisos e instrumentos jurídicos acordados libremente por la mayoría de los estados, que desconocen el derecho a la autodeterminación de los pueblos y niegan el principio de igualdad soberana entre las naciones», dijo.
Rechazó como el gobierno norteamericano intenta imponer su voluntad mediante la amenaza o el castigo, por vía de aranceles comerciales punitivas y otras medidas coercitivas, la guerra no convencional, golpes de estado, o imposición abierta del llamado cambio de régimen.

El mandatario cubano llamo la atención sobre como en el hemisferio occidental el gobierno de Estados Unidos ha declarado la vigencia y aplicación de la «infame doctrina Monroe, viejo instrumento del colonialismo, neocolonialismo y el imperialismo».

Contra Venezuela, sostuvo, han lanzado numerosos medios de agresión, todos proscritos por las Naciones Unidas, y condenó que aún no rinden cuentas por fomentar la violencia en ese país, el sabotaje económico, y el uso oportunista de la ayuda humanitaria con fines de desestabilización política entre otras amenazas.

Ratificó la firme solidaridad y apoyo de Cuba a la revolución bolivariana y chavista, a la unión cívico-militar de su pueblo, al gobierno constitucional encabezado por el presidente Nicolás Maduro, y al esfuerzo de ese pueblo en defensa de su soberanía y rechazo a la injerencia extranjera.

Contra Cuba, apuntó, la conducta de los Estados Unidos permanece empeñada en lograr la asfixia económica mediante el endurecimiento del bloqueo, el fomento de la subversión política a la que dedica cada año decenas de millones de dólares con el ánimo de confundir, dividir y debilitar la unidad de nuestro pueblo, la feroz campaña orientada a desacreditar a la Revolución, sus dirigentes y legado histórico, a denigrar las políticas económicas y sociales en favor del desarrollo y la justicia, liquidar las fuerzas de izquierda y movimientos populares y restablecer el macartismo para destruir las ideas del socialismo.

Díaz-Canel recordó las palabras de Raúl el pasado mes de abril en la propia asamblea, cuando expresó que el imperialismo no posee la capacidad de quebrar la dignidad de un pueblo único, orgulloso de su historia y de la libertad conquistada a fuerza de tanto sacrificio.

El presidente cubano hizo alusión a la celebración en próximos días de un nuevo aniversario del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes y resaltó el trabajo de Bayamo, sede de la celebración este año.

Llamó al pueblo de Cuba para que cuanto hemos hecho y hagamos sea defendido por todos y cada uno de nosotros con la certeza de que solo así nos defendemos a nosotros mismos, dijo.

De igual modo, en el contexto actual convocó especialmente a los economistas a aportar en la búsqueda de reservas de la eficiencia.

Los servidores públicos nos debemos al pueblo

Díaz-Canel llamó a aprovechar las oportunidades de la economía tanto en el sector estatal como en el no estatal, y a potenciar los aportes de la ciencia y la innovación.

Destacó el desarrollo local y convocó buscar reservas materiales y humanas, a asumir el ahorro como fuente de recursos y a revisar las directivas del Comandante para el periodo especial, sin miedo a los términos.

La Asamblea, significó, es un espacio para decidir colectivamente como reactivar todos los resortes de prosperidad.

No nos podemos acostumbrar a que todas las soluciones lleguen de arriba, sino que todos tenemos que trabajar en función de mejorar la calidad de vida de la población, resaltó.

Los servidores públicos nos debemos al pueblo, enfatizó.

Llamó la atención sobre aquellos funcionarios que no consideran como su responsabilidad la solución de algunos asuntos, «porque no se corresponden con su jerarquía».

«Todos somos servidores públicos, y quienes pueden resolver algo tienen el deber de hacerlo. Detrás de esa situación hay un cubano o cubano que necesita. Recuperar la sensibilidad es palabra de orden.

«Niega la esencia de la Revolución quien niega un subsidio o dilata un trámite», dijo el presidente, quien exhortó a rescatar la decencia, la honestidad. La vocación de servir no tiene que ver con servilismo».

Insistió en recuperar los hábitos de cortesía y a subordinar los intereses personales a los colectivos sin negar ninguno.

El único modo de resolver nuestros problemas, dijo, «es que todos los que amamos la Revolución, pensemos como país y nos entreguemos a la defensa de Revolución: una obra en construcción que afianza el pasado, que sostenga el presente y garantice el futuro».