Embajada de Estados Unidos en La Habana

La Embajada de Estados Unidos en La Habana, que se mantiene solo con personal de emergencia desde septiembre del 2017, anunció ayer viernes que reanudará algunos servicios para los ciudadanos norteamericanos en Cuba.

La medida está vigente desde el pasado 23 de agosto e incluye trámites como “renovación de pasaportes, tramitación de la primera solicitud de pasaporte, servicios notariales, servicios de autenticación, informes consulares de nacimiento en el extranjero (CRBA) y asistencia de emergencia”, refiere un comunicado publicado en la página web oficial de la Embajada.

Anuncio publicado en el sitio web de la Embajada de Estados Unidos en Cuba.

Sin embargo, aún se mantienen paralizados los servicios consulares que se ofrecían a los ciudadanos cubanos, lo cual afecta directamente a decenas de familias en uno y otro lado del Estrecho de la Florida.

La nota de la Embajada estadounidense en La Habana no aclara si la reciente medida incluye un aumento del personal diplomático norteamericano.

Estados Unidos retiró en septiembre del año pasado a la mayoría de su staff en La Habana alegando riesgos ante la serie de incidentes de salud supuestamente presentada por miembros de su personal en Cuba.

Sin embargo, un año y medio de investigaciones, tanto cubanas como estadounidenses, no han arrojado una sola evidencia que demuestre los hechos alegados y mucho menos que apunte a una participación cubana.

La capital cubana está declarada también por el Departamento de Estado como un puesto sin acompañante, lo cual impide que los familiares de los diplomáticos permanezca junto a ellos durante la misión, que fue recortada de 24 meses a un solo año.

La restauración de algunos servicios para los ciudadanos estadounidenses llega pocos días después de que Washington anunciara la reducción del nivel tres al dos en en el escalafón unilateral que determina la peligrosidad de los destinos a los que pueden viajar los ciudadanos de ese país.

El sistema establece cuatro niveles, donde el uno es el de menor riesgo y el cuarto el de mayor peligrosidad. Hasta el pasado jueves, la Mayor de las Antillas se encontraba en el nivel tres, con la orientación de “reconsiderar los viajes”. El nivel dos en el que se encuentra ahora, sin embargo, establece solo “ejercitar mayores precauciones”.

El nivel dos es el mismo que tienen otros países con grandes flujos turísticos como España y Francia.

A pesar de las medidas unilaterales tomadas por la administración de Donald Trump para fortalecer el bloqueo y limitar los viajes entre ambos países, en el 2017 se registró un aumento de las visitas de estadounidenses.

Según cifras oficiales del Ministerio de Relaciones Exteriores, entre enero y noviembre del año pasado viajaron 579 288 personas desde Estados Unidos, para un aumento del 248,7 % en relación con el 2016.

Sin embargo, la última alerta de viaje mantiene las referencias a la palabra “ataque” para abordar los supuestos incidentes de salud de los diplomáticos norteamericanos.

El director general de Estados Unidos del ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, Carlos Fernández de Cossío, denunció recientemente el empleo de ese término.

“Miente quien usa el término ataque para referirse a los síntomas reportados por diplomáticos de EEUU. Lo hace conscientemente, con una agenda política bien definida y una carga de oportunismo”, señaló Cossío en la red social Twitter.

“El Departamento de Estado no puede ocultar la manipulación política de dolencias reportadas por sus funcionarios”, refirió Cossío tras destacar que la “supuesta preocupación por salud y seguridad de sus diplomáticos se usa con oportunismo político”.